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Corte de Cuentas detecta ilegalidades en Fesfut que dirigió Calvo

La Corte de Cuentas descubrió que en 2008 la Federación de Fútbol gastó indebidamente $1.2 millones. Entre ese gasto indebido está el impuesto de renta que se le pagó al cuerpo técnico, incluido Carlos de los Cobos. Otra irregularidad es que la persona dedicada al cuido de las finanzas, el tesorero, era la misma encargada de vigilar la legalidad de las decisiones del tesorero. Estos son algunos de los principales hallazgos de la contraloría.


Domingo, 17 de enero de 2010
Jimena Aguilar

Rodrigo Calvo, presidente de la Fesfut (centro), celebra el triunfo ante Surinam el 15 de octubre de 2008. Foto de archivo
Rodrigo Calvo, presidente de la Fesfut (centro), celebra el triunfo ante Surinam el 15 de octubre de 2008. Foto de archivo

Un informe de la Corte de Cuentas sobre el manejo de los fondos en la Federación de Fútbol durante 2008 muestra que 1.2 millones de dólares del aporte estatal se utilizaron para gastos diferentes a los que estaban autorizados. El hallazgo es parte de una serie de anomalías que la Corte observó durante algunos de los últimos meses de la gestión de Rodrigo Calvo y que, si los responsables no lograran desvanecer, podrían implicar desde multas y restitución de fondos hasta cárcel.

Junto al mal uso de 1.2 millones de dólares, que forman parte del dinero que el gobierno da a la Federación por medio del Instituto Nacional de los Deportes (INDES) se detectó irregularidades como que al jefe de la unidad financiera se le nombró también tesorero, de tal manera que quien administraba los fondos era a la vez quien vigilaba que los fondos fueran bien administrados. Asimismo, se descubrió que la Federación liberó del pago de impuesto de renta a seis miembros del cuerpo técnico de la selección nacional, incluyendo al seleccionador Carlos de los Cobos y al coordinador de selecciones Jaime Rodríguez, hoy presidente del INDES.

Durante 2008, la cabeza de la Federación sufrió un cambio de nombre, porque la junta directiva dio paso a una comisión normalizadora. Este cambio resultó ser más de presentación que de fondo porque Rodrigo Calvo permaneció a la cabeza de la Federación, primero, y de la comisión después.

En medio del período auditado por la Corte, el 22 de junio de 2008, la selección salvadoreña alcanzaba un logro que no se producía desde hacía 12 años: lograr su clasificación a la fase hexagonal de la región, en busca de un pase para el campeonato mundial. Ese día, El Salvador ganó a Panamá en el estadio Cuscatlán, de manera casi milagrosa, pues necesitaba una ventaja de dos goles, y logró un agónico 3-1. Solo un mes antes, el organismo rector del fútbo mundial, la FIFA, había decidido que era necesario disolver el comité ejecutivo de la Fesfut, presidido por Calvo, y en septiembre lo sustituyó una comisión normalizadora, que también era dirigida por Calvo.

Entre una y otra directiva la Federación no dejó de recibir dinero del INDES, que anualmente le transfiere alrededor de 1 millón 750 mil dólares, dinero que forma parte del Presupuesto General de la Nación o fondos GOES. Ese dinero no se puede manejar -en teoría- según el arbitrio de los administradores del fútbol. “Los fondos que en el Presupuesto General de la Nación, el Gobierno Central asigne a la federación, serán destinados en un 20% para la administración, y el porcentaje restante para el fomento y desarrollo del fútbol, en todos sus niveles y estructuras”, reza el artículo 4 del decreto legislativo 193, que la Asamblea Legislativa aprobó en 2006, el cual establece disposiciones sobre la personalidad jurídica de la Federación y cómo se manejarán los fondos a partir de su aprobación.

Según el informe, esos porcentajes no se respetaron. Más de 1 millón 200 mil dólares, que pertenecían al 80% de los fondos GOES que por ley están apartados para el desarrollo del fútbol, se utilizaron para pagar gastos administrativos. Las autoridades de la Federación destinaron la mayor parte de este dinero, medio millón de dólares, para el pago de salarios. Aparte de esto, los directivos utilizaron más de un cuarto de millón de dólares para pagar otras remuneraciones.

Los auditores también señalan que la Federación usó el dinero para el desarrollo del fútbol en pago del impuesto de la renta, en arrendamientos de locales, en los pagos de los servicios de energía eléctrica, agua, teléfono e internet, entre otros. Solamente las cuentas de luz eléctrica y de arrendamiento juntas ascienden a 51 mil dólares.

La tarea de la Corte de Cuentas es depurar este informe preliminar y para eso se suele establecer un plazo en el que los presuntos responsables pueden presentar documentos para desvanecer los señalamientos. Después, la Corte emite un informe definitivo y si persisten señalamientos, se pasa a otra fase. Si los hallazgos determinan indicios de responsabilidad administrativa o patrimonial, se puede saldar con multas o con órdenes de reintegro de dinero. Si se determina indicios de responsabilidad penal, los casos van a la Fiscalía.

En el artículo 332 del Código Penal se establece que la malversación de fondos es dar a caudales “una aplicación diferente de aquella a la que estuvieren legalmente destinados”, que se sanciona con una multa. Si este hecho tiene como resultado el beneficio personal del funcionario o de otra persona, el responsable puede ser sancionado hasta con tres años de prisión.

Durante el período evaluado por la Corte de Cuentas, desde el 1 de enero de 2008 hasta el 31 de diciembre de 2008, Calvo dirigió el fútbol salvadoreño, acompañado de un equipo. Según algunas de las personas que trabajaron con él en el período auditado, entre mayo de 2008 -cuando se conoce la decisión de FIFA- y septiembre del mismo año -cuando inicia funciones la comisión normalizadora-, la Federación quedó prácticamente bajo el control completo de Rodrigo Calvo.

El Faro contactó telefónicamente al ex dirigente, y este pidió que se le llamara después porque en ese momento se encontraba fuera del país. Después se hizo intentos reiterados por llamarle, pero ya nunca atendió. Tampoco respondió a los mensajes que se le dejaron en su teléfono. A Calvo lo sustituyó este año Reynaldo Vásquez como presidente de la comisión normalizadora, y admite que existió ese período en el que el presidente de la Federación y luego de la Comisión prácticamente tomó decisiones solo. Vásquez alega que su predecesor fue casi abandonado por el resto de dirigentes en su labor, y eso lo obligó a decidir por sí mismo muchas cosas en esa etapa. Roberto Solórzano, director de la comisión normalizadora, confirma esta versión: “Tengo entendido que él quedó solo durante algún tiempo y no lo apoyaron las demás personas que estuvieron dentro del comité anterior”.

Otros ven el paso de Rodrigo Calvo por la Fesfut con otros ojos. “Rodrigo Calvo con el apoyo del ex presidente de la República, el señor Tony Saca, hizo lo que quiso acá en el país y especialmente en el fútbol (…) de mayo a septiembre, son 5 meses, Rodrigo Calvo decidió por sí solo los gastos de la Federación”, comenta Vicente Vásquez, presidente de la segunda división. Miguel Giacomán, quien en los primeros tres meses de vida de la comisión normalizadora fue segundo vicepresidente, concuerda con Vásquez y asegura que todo era manejado en la Federación según el criterio personal de Rodrigo Calvo.

Tanto el presidente de la segunda división como el ex segundo vicepresidente afirman que otras personas le facilitaron a Calvo esa cantidad de poder dentro de la Federación. Vásquez dice que FIFA le limpió los problemas que tenía como presidente del comité ejecutivo y lo nombró ilegalmente presidente de la comisión normalizadora.

Según Giacomán, las irregularidades eran imposibles de controlar cuando se formó la comisión normalizadora debido a que no se levantaba actas ni había agenda.

El ex vicepresidente asegura que uno de los resultados de la falta de agenda y organización dentro de la Federación fue la aprobación de un sueldo de 5 mil dólares para Calvo, mil más de lo que gana un diputado en la Asamblea Legislativa. Roberto Solórzano excusa esta decisión diciendo que Rodrigo Calvo pasaba en la Federación desde temprano hasta altas horas de la noche y que, por lo tanto, no le quedaba tiempo para trabajar aparte. “Se determinó que si iba a estar pasando más de 8 horas del tiempo de trabajo dentro de la Federación, era justo que devengara un sueldo. Que pudo haber sido más o pudo haber sido menos, es a juicio de la historia”, dice.

A principios del año pasado se podía encontrar a Giacomán circulando por varios medios de comunicación pidiendo la cabeza de Calvo. En diciembre de 2008 renunció a su puesto dentro de la comisión normalizadora, renuncia que se hizo efectiva a partir del 1 de enero de 2009 y afirmaba que la razón de su dimisión era el manejo arbitrario de la Federación por parte del ex presidente de la comisión normalizadora.

Solórzano, director miembro de la comisión, aclara que ellos estaban conscientes de que había muchas “navajas afiladas” en dirección de Calvo, pero que muchos de los comentarios en contra de él no eran justificados, que eran parte de rencillas entre medios de comunicación. “Rodrigo venía de un canal de televisión y había otros canales que no estaban de acuerdo con ciertas actitudes y nosotros estábamos conscientes de que eso traía su factura. Eso trae su factura y se la pasaron”, dice el director, quien además cree que debido a estos conflictos, miembros de la empresa privada no querían ligar su nombre al de la Federación.

La institución deportiva recibe dinero del presupuesto general de la nación, pero tiene otras entradas. Según Giacomán, son cinco: la FIFA, la venta de derechos de transmisión por televisión, el patrocinio local, la taquilla por los partidos de fútbol en el exterior y la taquilla por los partidos locales.

La Federación tiene mecanismos de control y seguridad supuestos a evitar malos manejos de dinero, como los detectados por los auditores de la Corte. En la Federación hay un cargo que tiene por función cuidar las fondos de la Federación. Su trabajo dentro de la institución es realizar los pagos y cuidar el dinero: este cargo es el del tesorero.

Además del tesorero existe otra persona que forma parte de esta red de seguridad, cuya función es supervisar al tesorero, ver que todos los pagos que se hagan sean legales. En otras palabras, su trabajo es conjurar el riesgo de errores o malas decisiones en que pudiera incurrir el tesorero. La supervisión de la legalidad de los pagos y de supervisar al tesorero es responsabilidad del jefe de la Unidad Financiera. Ambos cargos existían dentro de la Federación, y ambos estaban ocupados por alguien en el período de la auditoría. Sin embargo, los auditores encontraron un problema: que la persona encargada del uso de los fondos de la Federación era la misma que debía vigilar que se hiciera con legalidad. El tesorero estaba vigilado por el jefe de la Unidad Financiera, y ambos cargos los ocupó la misma persona.

El 8 de enero de 2008 José Rigoberto González Guandique, quien tenía el cargo de jefe de la Unidad Financiera, fue contratado por el comité ejecutivo como tesorero de la federación. Este permaneció en ambos cargos hasta octubre del mismo año, es decir que durante 10 meses la persona que autorizaba los pagos y la que los realizaba era la misma.

Según el artículo 487 de los estatutos de la Federación de Fútbol aprobados en 2007, la función del tesorero es realizar los pagos de la institución. “Es la persona para el cuido de las finanzas de la Federación, dicha función requiere conocimiento profesional en el área. Son atribuciones del tesorero: c) hacer pagos por medio de cheques firmados por el Presidente o el federativo designado expresamente; g) rendir la fianza que el cargo requiere”.

El jefe de la UFI, en cambio, tiene que ver la legalidad de los pagos que hace la Federación, supervisar al tesorero. El manual de la organización de las unidades financieras describe la función básica del jefe de la UFI como “dirigir, coordinar, integrar y supervisar las actividades de presupuesto, tesorería y contabilidad gubernamental, relacionadas con la gestión financiera institucional, velando por el cumplimiento de las disposiciones legales y técnicas vigentes”.

Miembros de la comisión normalizadora justifican la decisión en el hecho de que la dirección de Calvo se quedó prácticamente sola durante tres meses, por culpa de los otros miembros del comité ejecutivo. “Uno de los personajes estos se retiró y el otro empezó a hacer la doble función. Cuando la comisión toma, no había ningún tipo de personal administrativo (…) empezaron a retirarse no solo los del comité sino que incluso algunos funcionarios y algunos ejecutivos de la federación y que probablemente provoquen que el jefe de la UFI sea también el tesorero”, aclara el presidente de la comisión.

Al entrar la nueva administración en septiembre de 2008, González Guandique fue despedido. Según Vicente Vásquez, el tesorero-jefe de la UFI fue despedido de la Federación no por su doble cargo sino por conflictos con Calvo. “Fue de confianza de Rodrigo y cuando él entró en conflicto con Rodrigo porque no quería firmar unos cheques, Rodrigo lo despidió”. A partir de su salida, solo uno de los dos cargos que tenía fue rellenado. Reynaldo Vásquez asumió el cargo de tesorero. El puesto de jefe de la UFI estuvo vacante el resto del año.

Según una de las fuentes consultadas, el informe preliminar se envió a todas las partes a finales de septiembre del año pasado. Cada persona recibe las observaciones sobre temas en los que participaron y tienen un plazo de ocho días para presentar explicaciones y la documentación concerniente. Se le llama informe preliminar porque hay posibilidad de que las explicaciones que den los afectados cambien los resultados del informe. Actualmente se está elaborando el informe final.

Una ayudita a De los Cobos

Por las mismas fechas en las que algunos miembros y ex miembros de la Federación recibieron el informe de la contraloría, la selección nacional de fútbol estaba en la recta final de la eliminatoria para el mundial Sudáfrica 2010. El Salvador había pasado una sequía de 12 años sin clasificar a la ronda final eliminatoria en la zona de Concacaf. El artífice de ese logro aparecía siempre bien citado en todas las noticias sobre la participación de la selecta en la hexagonal: el entrenador mexicano Carlos de los Cobos. Ese nombre y el de otros miembros del cuerpo técnico también figuró dentro del informe de la Corte.

La institución hizo observaciones sobre el pago del impuesto de renta del cuerpo técnico de la selección nacional de fútbol. Seis de ellos no pagaron el impuesto de la renta sino que recibieron su sueldo íntegro.

Cada persona tiene la obligación de retribuir un porcentaje de sus ganancias al Estado, ya sea por salario, renta, alquileres, etcétera. La responsabilidad de la evasión, sin embargo, en este caso fue de las mismas autoridades de la Fesfut, porque ellas decidieron que iban a entregar íntegros los salarios y como un sumplemento iban a darles para el pago del impuesto.

En el numeral tres del primer anexo del informe se menciona: “Verificamos que el Presidente y el Tesorero de la Federación Salvadoreña de Fútbol usaron indebidamente los fondos GOES transferidos por el INDES a la Fesfut (…) Verificamos que la Fesfut, efectuó indebidamente el pago del impuesto sobre la renta, según lo acordado en los contratos de trabajo de Carlos de los Cobos, Ricardo Palladino, Álvaro Briones, Mario Rodríguez, José Huezo y Jaime Rodríguez (…) ya que eximió a las personas anteriores, del pago de dicho impuesto por los salarios y honorarios percibidos”.

Esto significa que la Federación les pagaba a los miembros del cuerpo técnico la cantidad acordada, pero no les descontaba el impuesto sobre la renta sino que este lo pagaba aparte. Además de haberlos liberado del impuesto sobre la renta, la Federación utilizó el dinero de los fondos GOES para pagarlo, por lo que incurrió en una doble falta.

En 2008 la Federación asumió el pago de la renta de seis personas, llegando a pagar más de 49 mil dólares en impuesto con los fondos GOES. Un ex funcionario de la Corte de Cuentas, quién pidió el anonimato, explica que los miembros del cuerpo técnico no incurrieron en el delito de evasión de impuestos porque sí se pagó el tributo por renta, pero se utilizó para eso los fondos de la Federación destinados a invertir en el desarrollo del fútbol, y que la responsabilidad recae en los funcionarios que tomaban las decisiones administrativas. 

El presidente de la comisión normalizadora argumenta que esto es una cuestión de interpretaciones, que los dirigentes del fútbol interpretan de otra manera la ley. “Esa es una observación que sale en las diversas auditorías que ha hecho la Corte (…) probablemente para algunos auditores hubiera sido ideal poner el salario completo incluyendo el impuesto y después se le deduce y llegar a la cifra que está convenida con él y aquí se hace de otra manera. Se le paga la cifra convenida y la federación paga la renta. Es más un tema de presentación que de fondo donde haya algún tipo de falta de pago de renta o de esa naturaleza”, dice Valle.

A finales de noviembre, dos meses después de la emisión del informe de la Corte en el que se denuncia la poca inversión en el desarrollo del fútbol, la comisión normalizadora tuvo varias reuniones con De los Cobos para negociar la renovación de su contrato. De los Cobos puso seis condiciones para la renovación de su contrato, tres de las cuales implicaban invertir en el desarrollo del fútbol como incluir en las ligas menores a jóvenes y mejorar las instalaciones de la sede de la Federación y de las canchas de la primera división.

Las Asociaciones Departamentales de Fútbol Aficionado (ADFAs) son parte de una estructura diseñada pare fomentar el desarrollo del fútbol. La Federación debería de tenerlas en su presupuesto del 80% de los fondos GOES. Las ADFAs recibieron en 2008 dinero de la federación. Si el dinero que reciben es para desarrollo del fútbol o no, considera el presidente de la comisión normalizadora, es nuevamente una cuestión de interpretación.

La comisión interpreta que el pago de salario de los técnicos es un gasto de desarrollo. Los directores de la ADFA de Chalatenango, Usulután, San Miguel y Cuscatlán, hacen una interpretación diferente a la de la directiva de la Federación. Según el presidente de la ADFA de San Miguel, Emerson Ávalos, la Federación les pagaba los servicios básicos, pero ni siquiera esto lo hizo todo el tiempo. “Los pagos básicos la Federación los pagaba pero desde el mes de noviembre de 2008 suspendieron el pago de gastos básicos”, comentó.

Los directores de las otras tres ADFAs concuerdan con que a finales de 2008 la Federación dejó de pagar los gastos administrativos que antes cubría y que en todo caso ese era dinero mal empleado porque debía destinarse no a gastos corrientes sino a inversión. En cuanto a inversión en fútbol, Carlos Campos, presidente de la ADFA de Usulután, asegura que ellos no reciben dinero para proyectos que apoyen el desarrollo del fútbol sino que en algunas ocasiones les dan los uniformes o algunas pelotas. 

La Fesfut invirtió en el fútbol en el año 2008, pero no en el fútbol deportivo sino en el fútbol administrativo. Un fútbol de secretarias, directivos, arrendamientos, dietas y salarios, no en un fútbol de canchas, pelotas y deportistas. Y ese es otro punto que investiga la Corte de Cuentas.

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