La ciudadanía europea no gana para sustos. Un día son los griegos a los que les dicen que su país no es viable, que han mentido, han engañado y que la Unión Europea no se fía de ellos, lo que ocurre es que como hay una moneda común y no queda más remedio que echarles un cable; pero ellos deberán sufrir un calvario para redimirse. Otro día son los portugueses, los que ven las barbas del vecino griego y se unen tirios y troyanos, es decir oposición y gobierno y hacen un plan de ajuste puro y duro. Otro día son los ingleses que observan es tan seria su crisis que tiene que hacer un gobierno de coalición, que no se daba en decenas de años, para elaborar un presupuesto que los salve de la ruina a la que se encaminaba el país y cuya expresión fue la carta que dejo el Ministro de Hacienda saliente al Ministro de Hacienda entrante encima de la mesa: “Siento decirte que no hay dinero en caja”.
El gobierno de Francia ha tenido que aguantar varias huelgas parciales y, una general, ante el descontento de sus conciudadanos.
La semana pasada han sido los españoles lo que han oído en su Parlamento palabras durísimas al presidente Zapatero, diciéndole, los que le han apoyado su plan de recortes, que es un político acabado, incapaz, autista, inane y que si le dan sus votos, ganó por un voto, 169 contra 168, gracias a las abstenciones, era porque si no le aprobaban ese plan, que congela pensiones, recorta sueldos a los funcionarios públicos, impide a los ayuntamientos que pidan créditos, suspende las obras publicas, sube el IVA y los impuestos, el país se va a la quiebra.
Ya nadie duda que Europa, esa que tenía un modelo de vida llamado Estado de Bienestar Social, observa como éste se está diluyendo como un castillo de arena cuando sube la marea.
La crisis que acogota al mundo causada por las trapisondas de banqueros especulativos que desarrollaron toda una economía ficticia, virtual está pasando factura como señaló un comentarista:“Mientras, el planeta financiero -¡Gran Casino!-, culpabilizando a los Estados de los déficit que se generaron con las ayudas que estos Estados les otorgaron a ellos -bolsistas y banqueros y auténticos crupieres de la globalización- para dirigir el juego, repartir las cartas, controlar las apuestas y volver a amasar beneficios para su negocio”. Ya se empieza pensar por los ciudadanos que posiblemente sus hijos y sobre todo sus nietos vivirán peor que ellos.
Lo curioso es que a pesar de estas realidades tan crudas los políticos no están a la altura de las circunstancias y ellos siguen con su mundo onírico en el que se siguen dando realidades que son incompatibles con lo que viven aquellos de los que son sus representados.
El Parlamento Europeo ha decidido gastarse 5 millones y medio de euros en dar a cada uno de sus parlamentarios un Ipad. Todo el mundo apretándose el cinturón y ellos se regalan el último juguetito de “Apple”
En España es cierto que los políticos se han bajado entre un cinco y un 15 por ciento el sueldo pero sus salarios siguen siendo un insulto a lo que gana la inmensa mayoría de sus representados. El salario mínimo interprofesional es 570,60 + 14 = 7988,40 euros al año.
Para empezar en estos momentos han casi cinco millones de parados y ya hay más de 800.000 hogares en donde nadie trabaja y solo viven de las ayudas sociales que como se comprende, 420 euros mensuales, no es como para tirar cohetes.
Y en cambio el sueldo de los políticos es impresionante
Por ejemplo el presidente de la comunidad de Cataluña que es el que más gana de España tiene un sueldo de 169.446 euros al año, curiosamente José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, gana 91.982. Un consejero, equivalente a ministro en Cataluña, gana 127.737 euros al año y un Ministro de España gana 81.155. ¿Ustedes entienden esto?.
Ello es una muestra de que en esta España de hoy la administración de los políticos se ha disparado y esos sueldos hay que multiplicarlos por 17 autonomías, con 17 parlamentos y con miles de asesores y consejeros todos ellos con coches oficiales, dietas, y prebendas, eso es insostenible y la solución para este despilfarro es: bajar congelar las pensiones y rebajar el sueldo a los funcionarios públicos y, como no podía ser menos, bajarse el sueldo, un pelín, los políticos.
Y ya no digamos los alcaldes, el de Barcelona, gana 125.194 euros, al año. Significativamente más que el Presidente de España o los Ministros de España. Y como él casi todos los alcaldes de las grandes ciudades tienen sueldos, que aunque sean inferior a éste, no se corresponden con la realidad social española.
Los parlamentarios europeos no tienen todos el mismo salario pero la media es de unos 9.000 euros mensuales entre complementos y otros derechos.
Toda esta situación está creando una desafección total de la ciudadanía con sus políticos, y para más vergüenza, de vez en cuando, salen escándalos como el de los diputados ingleses que cargaron a sus prebendas gastos particulares que iban, desde comprar ropa, relojes, bolsos hasta la decoración de los jardines de sus casas privadas.
En una palabra la crisis que acogota el mundo está poniendo boca arriba toda una manera de ser y actuar y tal como están las cosas, no se sabe en que parará, pues no se ve en el horizonte más próximo una salida coherente, dada la incapacidad de la clase política no solo europea, sino mundial.
