Desde 1998, cuando se hizo la primera medición, hasta la última, de junio del año pasado, la convicción de que el rol del Estado debe ser más fuerte en la economía del país, y que debe ofrecer más prestaciones sociales a la gente, ha ido ganando terreno en las convicciones de los diputados salvadoreños.
Eso muestra el estudio 'Élites parlamentarias salvadoreñas 1994-2010' elaborado por el politólogo Manuel Alcántara y presentado este lunes por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).
La evolución se registró a lo largo de cinco mediciones en igual número de legislaturas, por medio de una escala de 1 a 5, en la que 1 es intervención plena del Estado, 3 es un punto intermedio y 5 es ausencia completa del Estado. '1 representa estatismo y 5 neoliberalismo', explicó Alcántara al mostrar los resultados.
Aunque el primer sondeo a los legisladores salvadoreños se hizo en 1994, algunas preguntas solo se fueron incorporando en sondeos posteriores, como ocurrió con la pregunta sobre el rol del Estado en la economía. Cuando por primera vez se preguntó a los diputados en 1998 si el Estado debe regular la economía de El Salvador o debe ser el mercado, la posición media que asumieron fue 3.52, es decir, a un punto y medio de distancia de la convicción de que el mercado sea el controlador absoluto.
Eran los tiempos del primer gobierno de posguerra, cuando florecía el neoliberalismo en medio mundo. Poco a poco, sin embargo, esa noción fue decayendo y ya en 2009, con la presente legislatura y en plena crisis económica originada en el déficit de controles estatales sobre el mercado, la posición media fue más cercana al pleno protagonismo del Estado: 2.96. La posición media se desplazó hacia la izquierda en la escala 0.58 espacios.
Otra manera de verlo es que mientras en la primera encuesta, la de 1998, ningún diputado fijó su posición en el punto 1, en el sondeo de junio de 2009 el 14.7 respondió que su convicción es que el Estado regule por completo la economía. En el otro extremo, en 1998 un 15.1 de los legisladores expresó su convicción de que el mercado debe regular la economía, mientras que 11 años después solo un 8.8 se identificó con la posición 5 en la escala.
El estudio de Alcántara, un catedrático de la Universidad de Salamanca, España, es parte de una investigación más amplia que hace desde 1993 en 18 países de Latinoamérica. Su foco son los parlamentos de estos países. Entre todas las naciones, el equipo de Alcántara ha entrevistado hasta ahora a más de 4 mil legisladores, entre ellos 388 de El Salvador.
En el caso de la Asamblea Legislativa salvadoreña, los entrevistados en las seis mediciones hechas hasta ahora han representado entre el 55% (1994) y el 95% (2003) de los diputados. La muestra de 2009 fue de 68 legisladores, es decir, el 81% del total.
Esos entrevistados son los que, consecuentes con su visión sobre el papel del Estado en la regulación de la economía, también han ido moviéndose poco a poco hacia la noción de que el Estado debe regular precios. En 1998 un 53% respondió que el Estado debería tener mucha o bastante intervención en la regulación de precios, mientras que el año pasado un 67% dieron esas respuestas.
El punto en el que hay mayor contundencia acerca de la intervención del Estado es en el de la cobertura general de salud, pues la totalidad de los entrevistados de la actual legislatura respondió que el grado de intervención debería ser mucho o bastante. En 1998 había un 5% que respondían que poco o nulo.
La investigación de Alcántara también ha sondeado en El Salvador a lo largo del período 1994-2009 nociones de los legisladores sobre democracia, sobre partidos políticos, sobre instituciones y problemas del país y sobre el eje ideológico izquierda-derecha.
A los entrevistados se les preguntó si la democracia es imposible sin los partidos políticos. Una gran mayoría (el 77.9%) dijo en 2009 estar de acuerdo con esa noción. Eso representó un alza respecto del punto más bajo, que fue 60% en el sondeo de 2000, pero una baja en comparación con la medición de 1994, cuando un 92.9% de los entrevistados manifestó su aval a esa afirmación.
Asimismo, dos de cada tres legisladores (66.2%) creen que la democracia en El Salvador es estable, mientras que en 1994, dos años después del fin de la guerra, solo un 49% pensaba así.
Cuando Alcántara hizo el último sondeo, la Asamblea apenas tenía un mes de haberse instalado, y el partido Gana aún no existía. En 2009 por quinta ocasión se le preguntó a los diputados si debe expulsarse a un diputado que decide votar en contra de lo que ha instruido el partido al que pertenecen. Un tercio (33.8%) de los entrevistados respondió afirmativamente, contra solo un 8.8% que en 1998 estaba de acuerdo.
Otra área que Alcántara explora desde 1994 es el posicionamiento que los diputados atribuyen a los otros partidos políticos, en un eje que va desde la izquierda hasta la derecha política. 'Estamos habituados a los términos izquierda o derecha', dice Alcántara. 'Y puede haber dos aproximaciones de los diputados hacia eso: una es que los diputados respondan que eso no sirve, que son referencias que se usaban en el pasado, que son cosas muy europeas, y la otra es que eso sí sirve. Y en nuetras investigaciones encontramos que ese posicionamiento sí existe, ¡funciona!'
Todos los partidos medidos han obtenido un resultado más o menos constante desde 1994 en la puntuación que les atribuyen los diputados de otros partidos. Todos, excepto el PDC.
En todas las seis mediciones que ha hecho, Arena aparece cerca del techo en la escala de 1 a 10 que utilizó. El 1 representa la izquierda y el 10 la derecha. El piso de Arena fue el que obtuvo en 1994, cuando recibió un promedio de 8.28. A partir de 1998 ya no bajó de 9, con un máximo de 9.76 en 1998 y un mínimo de 9.31 en 2003. El año pasado, los diputados no areneros le calificaron con un 9.67.
En el otro extremo, el FMLN ha andado igualmente muy cerca del piso de la escala, que representa la izquierda. Su calificación más izquierdista fue la de 2003, cuando los legisladores de otros partidos le pusieron un 1.22, en aquellos meses convulsionados por las huelgas médicas que pusieron contra las cuerdas al gobierno de Francisco Flores. Lo más moderado que obtuvo fue un 1.59 en 2000, un año después de que fracasara en la elección presidencial llevando como candidato a Facundo Guardado. A la postre, Guardado fue expulsado del partido después de intentar conducir al FMLN hacia una posición más moderada.
El PCN ha sido la escolta de Arena en el ala derecha, pero ha flotado siempre al menos un punto por debajo. Más lejos aún de la extrema derecha, el PDC es el único partido que ha mostrado un gran desplazamiento. En 1994 los diputados no pedecistas le dieron un puntaje de 4.55, es decir, casi un punto por debajo del punto medio, que es 5.5. 15 años después, el PDC obtuvo 7.11.
Al ver estos resultados en una gráfica, es evidente un vacío entre los puntos 2 y 6, pues con la excepción del modesto CD, nadie parece estar posicionándose en esa zona. 'Hay una tierra de nadie', observa Alcántara.
Un resumen del informe de Alcántara se puede encontrar en el sitio web de Fusades, www.fusades.org.
