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Mejicanos, zona de miedo

En Mejicanos se esparció este miércoles el rumor de que las pandillas asesinarían a quien circulara en las calles después de las 6 de la tarde. Nadie sabe decir quién dijo eso, pero lo cierto es que los habitantes de este municipio obedecieron al miedo.

Miércoles, 23 de junio de 2010
Carlos Martínez

Dos ataudes para niños permanecen frente a la funeraria López en el centro de Mejicanos mientras se aproxima la hora de un supuesto toque de queda.
Dos ataudes para niños permanecen frente a la funeraria López en el centro de Mejicanos mientras se aproxima la hora de un supuesto toque de queda.

Era el miedo en Mejicanos este miércoles por la tarde. Una señora se abanicaba con un pedazo de cartón y le comentaba a otra que dicen que dicen 'que no quieren ver a nadie después de las 6 en la calle'. Más adelante otra le decía al vigilante de una farmacia lo mismo y luego miró alrededor, con el gesto horrible de quien se siente perseguido, de quien se siente escuchado. Era el miedo.

Este día se difundió el rumor de que las dos pandillas que reclaman el control de este municipio habían decretado un toque de queda y que asesinarían a todo aquel que circulara por las calles después de las 6 de la tarde. Ya no era importante la verdad del hecho, sino la posibilidad de que lo fuera. Y en Mejicanos, decía una anciana, sí, sí es posible. Y la amenaza intangible, pronunciada por nadie, y por todos, cobró vida, como si el fantasma de la coaster 47, donde 16 personas fueron calcinadas, circulara por este sitio, asustando a todos.

En la escuela Japón, faltando 15 minutos para las 5 de la tarde, apenas quedaban algunas chicas del turno vespertino, ojeando por las ranuras del portón. La escuela, explicó un trabajador, dejó salir temprano a los chicos y suspendió el turno nocturno. Esa escuela y todas las del municipio. Al escuchar el rumor, los centros escolares cerraron. Una mujer llevaba a su hijo adolescente del brazo; él llevaba uniforme de escuela y ella la actitud de una gallina que presiente a la banda de zorros que le robarán a su polluelo.

Un pick up llevaba sobre el techo de la cabina dos ataúdes diminutos, burdamente labrados, con el tamaño justo para un muñeco de los que cierran los ojos al ponerlos acostados. Estaba estacionado frente a la funeraria López, donde acababa de descargar tres cadáveres calcinados, de los pasajeros que murieron el domingo. Desde la calle era posible respirar el hedor de la muerte, que comenzaba a esparcirse más y más lejos. Un helicóptero de la policía, con elementos armados, patrullaba los cielos, haciendo círculos y variando la altura. Miedo.

A las 5 de la tarde este lugar es normalmente un hervidero de ventas informales y de pequeños establecimientos, de colegiales que esperan el bus, de movimiento. Este día no había nada de eso. El portón cerrado de la clínica Alpes de Dios anuncia que ese local trabaja hasta las 6 de la tarde. El mismo rótulo muerto se podía leer en todos los locales de esa cuadra. Tres tipos se burlaban del mundo desde un carretón de panes con mortadela y hacían la mejor publicidad que se les ocurrió, a gritos risueños: 'Panes El Chele, los más jugosos y los más valientes, que se van a quedar hasta después de las 6'. El banco Scotiabank también había dejado salir temprano a sus empleados, lo mismo que Docusal. Una mujer le suplicaba a alguien que abandonara de inmediato su trabajo, así le descuenten del salario. Ese alguien era su hijo, que sale hasta las 7 de la noche y que deberá viajar en autobús hasta el centro de Mejicanos. A la mujer esto le producía mucha angustia y miraba el teléfono esperando que su chico le contara qué decidieron los jefes.

Muy cerca de ahí, tres agentes policiales con armas largas y chalecos antibalas miraban tensos a los autobuses que se detenían en una parada. De pronto, uno hizo una señal y los otros corrieron a rodear un bus. Una pareja de novios adolescentes se asustó mucho, a ella se le dibujó el llanto en la cara y él la tapó con el brazo, esperando un golpe. A medida que la tarde se hacía noche, más y más patrullas, más y más agentes se tomaban las calles. Era el miedo en Mejicanos este miércoles por la tarde.

El centro de Mejicanos a las cinco y media de la tarde con la mayoría de sus negocios cerrados aticipadamente.
El centro de Mejicanos a las cinco y media de la tarde con la mayoría de sus negocios cerrados aticipadamente.

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