<p>Un reguero de pacientes a la intemperie y salas aisladas por paredes inexistentes deber&iacute;an tener al hospital Santa Teresa, de Zacatecoluca, en la sala de m&aacute;xima urgencia del sistema de salud nacional. A&uacute;n as&iacute; el hospital atiende a una poblacion de m&aacute;s de 300 mil personas.</p>

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Esta puerta con un gran orificio da acceso a la sala donde est&amp;aacute;n los pacientes que acaban de salir de quir&amp;oacute;fano. El lugar deber&amp;iacute;a tener una atm&amp;oacute;fera lo m&amp;aacute;s limpia posible y con temperatura fresca para contrarrestar el riesgo de infecci&amp;oacute;n de los reci&amp;eacute;n operados, pero lejos de eso, estos incluso est&amp;aacute;n mezclados con los pacientes que est&amp;aacute;n recibiendo tratamiento por diversidad de enfermedades.

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Un reci&amp;eacute;n nacido utiliza una vieja incubadora en m&amp;aacute;xima urgencia de pediatr&amp;iacute;a. Seg&amp;uacute;n la direcci&amp;oacute;n del hospital, hay equipo nuevo que no se puede utilizar por la falta de instalaciones el&amp;eacute;ctricas adecuadas. Por ejemplo, hace falta instalar un polo a tierra, que no es m&amp;aacute;s que una varilla de cobre que se entierra en el suelo.

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El espacio entre cada una de las 38 camas de la sala de mujeres es apenas suficiente para que alguien pueda permanecer de pie. Las visitas incrementan el hacinamiento y el agobiante calor del pabell&amp;oacute;n.

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El historial cl&amp;iacute;nico de los pacientes del hospital Santa Teresa se encuentra apilado en una galera de l&amp;aacute;mina que sirve de archivo y donde, de vez en cuando, las ratas hacen sus nidos.

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La escasez de espacio y de muebles obligan a tener hasta dos pacientes en una misma cama.

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Esta vieja mesa del hospital no va camino del dep&amp;oacute;sito de desechos, sino al taller para reparaci&amp;oacute;n.

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La incapacidad del hospital para atender adecuadamente a los pacientes es tal que un ni&amp;ntilde;o con diarrea oblig&amp;oacute; a evacuar todo el pabell&amp;oacute;n de pediatr&amp;iacute;a. El menor termin&amp;oacute; defecando en el piso y la limpieza solo era posible si se lavaba el lugar, por lo que hizo falta llevar a la intemperie a los pacientes.

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El agua que arrastra las heces de un ni&amp;ntilde;o que defec&amp;oacute; en el piso del pabell&amp;oacute;n de pediatr&amp;iacute;a corre junto a las personas que se vieron obligadas a abandonar la galera mientras limpiaban la sala.

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Los quir&amp;oacute;fanos funcionan desde inicios de 2001 en donde hasta antes de los terremotos funcionaban las cl&amp;iacute;nicas del servicio externo del hospital Santa Teresa, por ser las &amp;uacute;nicas instalaciones de paredes de concreto que sobrevivieron al sismo.

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Esta es el &amp;aacute;rea de fitioterapia. Est&amp;aacute; compuesta por dos cuartos con paredes de l&amp;aacute;mina met&amp;aacute;lica.

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En esta m&amp;aacute;quina de escribir preparan los r&amp;oacute;tulos para identificar las pocas placas de rayos X que se pueden tomar en el hospital Santa Teresa.

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Un viejo barril pl&amp;aacute;stico anuncia la entrada a la sala de aislamiento del pabell&amp;oacute;n de pediatr&amp;iacute;a, donde est&amp;aacute;n pacientes reci&amp;eacute;n operados o quemados y que requieren el ambiente m&amp;aacute;s limpio posible para evitar infecciones.

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Las salas de peque&amp;ntilde;a cirug&amp;iacute;a en el &amp;aacute;rea de emergencias funcionan en lo que sol&amp;iacute;a ser el estacionamiento del hospital. El piso manchado por infinidad de sustancias y secreciones reta a la escoba que a veces se convierte en la &amp;uacute;nica herramienta para intentar higienizar el lugar.

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Esta es la sala de m&amp;aacute;xima urgencia en el &amp;aacute;rea de emergencias del hospital Santa Teresa.

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Las enfermeras de la sala de emergencias del hospital hallaron la soluci&amp;oacute;n al &amp;oacute;xido en la bandeja de la b&amp;aacute;scula donde pesan a los ni&amp;ntilde;os: cubrirla con papel para envolver regalos.

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Medardo Romero, auxiliar de mantenimiento, deja su escoba de lado para dar de comer a Miguel Zepeda, paciente manco y cuyo &amp;uacute;nico brazo est&amp;aacute; enyesado. Estas dos &amp;aacute;reas, &amp;ldquo;cirug&amp;iacute;a hombres&amp;rdquo; y &amp;ldquo;medicina hombres&amp;rdquo; deber&amp;iacute;an estar separadas, pues los reci&amp;eacute;n salidos del quir&amp;oacute;fano requieren el ambiente m&amp;aacute;s pulcro posible para recuperarse.

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Caso de máxima en Zacate