Opinión /

Acceso a la información


Domingo, 8 de agosto de 2010
Luis Fernando Valero

La explosión de información en línea, en el siglo XXI, está llevando al traste numerosas situaciones de la vida diaria. La edición de libros, la edición de periódicos, la divulgación de documentos de difícil acceso, el derecho a la educación sin tener que estar presencialmente en el aula, las redes sociales, los blog, el correo electrónico, las redes sociales, son los efectos más llamativos de esta implosión que es el acceso a la red.

Cuando en 1971 Daniel Ellsberg divulgó los papeles del Pentágono y la posterior sentencia de la Corte Suprema de los EE.UU. afirmando que “solo una irrestricta libertad de prensa efectiva es necesaria para la democracia”  señaló que esa libertad es la que efectivamente puede limitar los engaños del gobierno.

Un experto en el tema, el profesor Paul Starr, escribe en la revista The New Republic que el derecho a la información es un bien público, por ello de buenos corresponsales que informen de los países y se informe de la realidad social, hecho muy necesario en una sociedad global.

La galaxia Gutemberg ha sido superada por Internet o si se quiere por el acceso a la Red y ello ha conllevado aparejado una democratización de la información que tiene un peligro evidente: creer que estar informado es estar educado. Esta confusión está llevando a su vez a la aparición de un tipo de enseñanza “en línea” (on line) que confunde procedimientos con reflexión e instruir con educar y saber hacer con desarrollo de aptitudes, que no de actitudes.

Se observa que el principio “goebbelsiano” -que una mentira repetida sistemáticamente se convierte en una verdad- se adueña de la realidad y cambia el “salió en la tele” por “está en la red”.

Al ser la información la materia prima y ser confundida ésta con educación y con conocimiento, y éste es la base de la sociedad actual, que genera riqueza, la información ha pasado a ser un bien esencial del mercado, es decir, una mercancía que debe ser comprada, ¡ya!”, La pregunta es ¿Nos quedamos con el titular o seguimos profundizando sobre lo que ya sabemos, muy supercialmente, el hecho, el dato, pero se nos olvida investigar el cómo, el cuándo, el por qué?

La filtración a la Red por WikiLeaks de documentos secretos que ha generado el Pentágono sobre Afganistán es un ejemplo de información sin el control de los Estados ni los medios de comunicación tradicionales, aunque en este caso, es significativo que WikiLeaks se los diera a dos connotados ejemplos de periodismo escrito: el New York Times y el Washington Post, los que le dieron la seriedad formal para que esos documentos adquirieran la importancia decisiva, eran verdad, después de una investigación adecuada.

Curiosamente el fundador y director de WikiLeaks, Julian Assange, declara que ellos no son prensa sino una institución que tiene como fin defender fuentes de información, ser un vehículo, un medio para realizar filtraciones anónimas, sin intermediarios y si algún fin tiene es, solamente, el de hacerlas públicas.

De este hecho se deriva que al estar en la Red documentos muy serios, que han permanecido ocultos, al saberse obliga a los Estados a ser más transparentes y no poder mentir descaradamente a sus pueblos o si quiere ya en este caso de sociedad global a los ciudadanos del mundo. Pero de ello se deriva que los ciudadanos a su vez deben estar preparados para comprender, entender y reflexionar sobre lo que leen o lo que saben.

¿Qué hubiera pasado si en verdad se hubiera podido saber, con certeza, que Sadam no tenía en absoluto armas de destrucción masiva, que todo ello fue una burda mentira, como se ha sabido mucho después? O que, como reconoció McNamara en sus memorias, se engañó al pueblo de los Estados Unidos sobre la guerra de Vietnam. De aquí la importancia de los Papeles del Pentágono en aquellos momentos.

Jacques Derrida ha señalado: «Las mentiras siempre han sido consideradas como herramientas necesarias y legítimas, no sólo del oficio del político o del demagogo, sino también del oficio del hombre de Estado. ¿Por qué esto es así? ¿Y qué significado tiene, por una parte, en cuanto a la naturaleza y la dignidad del ámbito político, y por otra en lo que se refiere a la naturaleza y la dignidad de la verdad y de la buena fe?» 

Numerosos son los países, Italia, España, Argentina, Grecia, México… en estos momentos en el que sus políticos niegan, una y mil veces, evidencias palpables de corrupción, de engaños y de mentiras aunque éstas son más que palpables y evidentes.

El acceso a la red de esta forma libre también tiene inmensos peligros: La calumnia, la difamación, la noticia que se lanza y al cabo de unas horas se desmiente; pero como las plumas al viento de la metáfora de la calumnia quién es capaz de recoger todas las esparcidas. El mal ya está hecho.

Lo que subyace detrás de todo lo que está aconteciendo es si ha cambiado el concepto de qué es información y lo que parece obvio es que lo que ha cambiado es su consumo; una prueba de ello es cómo connotadas revistas de excelencia periodística acumulan pérdidas y son compradas por magnates que desean rendir nuevos y rápidos beneficios; troceándolas, eliminando costes de plantilla, vendiendo activos.  Esta avaricia, esta obsesión por la ganancia, por lo especulativo y no por el trabajo real es una de las causas de la actual crisis financiera.

La presión de los inversores es alta y hay una lucha entre beneficios en todas las empresas sean éstas de lo que sean: textiles, automovilísticas, de comida rápida, culturales o de lo que fuere. El último ejemplo, la semana pasada se vendió Newsweek por parte del Washington Post, después de que durante 77 años ha sabido hacer buen periodismo.

En el 2003, su circulación global alcanzaba 4 millones de ejemplares y su fuerte situación económica le permitía mantener 12 ediciones internacionales. Tenía  22 despachos en América, Europa, Asia y África. ¿Qué ha ocurrido en el mundo para que en este tiempo se deteriorara esa potencia? ¿quizás el avance de lo digital, el acceso a la red ha cambiado la reglas del juego?

Lo mismo ha sucedido con Editoras de libros. Hace tres años, Barnes & Noble era una empresa que imponía a los norteamericanos qué había que leer. Hoy está casi en quiebra. La simple conexión a Internet  ha cambiado las reglas del juego. Amazon ha sacado  ventaja con su megatienda electrónica y eso ha hecho que hoy tenga un valor de 55.000 millones de dólares (41.800 euros), 15 veces más que hace una década.

En tanto Borders, la segunda cadena de librerías en Estados Unidos, está en una situación problemática y podría declararse en suspensión de pagos.

Nadie podía pensar hace cinco años qué tanto iba a cambiar el acceso a la información. Universidades a distancia que en 1995 tenían 200 estudiantes ahora tienen más de 47.000 en programas oficiales.

Francesc Fàbregas, director en España de la consultora GEC, compañía francesa especializada en formación corporativa, afirma que para la enseñanza de actitudes todavía es necesario dar clases presenciales. 'Para enseñar a un comercial a vender, hay que enseñarle a mirar a los ojos. Eso hay que trabajarlo en persona', recomienda. Pero para el grueso de la formación continua en empresas, Fàbregas opta por las nuevas tecnologías.

Las empresas se pueden ahorrar entre un 30% y un 50%, asegura. 'Por eso, con la crisis, se ha disparado la demanda de formación online corporativa. Por el ahorro de costes. Pero también porque ahora las cosas van a una velocidad que no siempre permite otro sistema', dice. Su empresa trabaja generando formación interna para 29 bancos y cajas, 10 aseguradores, 18 Administraciones públicas... El 40% de su negocio proviene de los programas especiales que crean para entidades bancarias. Otro 30% de las empresas automovilísticas y otra porción igual de los servicios.

El año pasado en España, por 1,2 millones que optaron por universidades presenciales, 192.571 estudiantes eligieron una universidad online, 10.500 personas más que en 2005.

De nuevo observamos que detrás de esta digitalización electrónica de la educación hay muchos alumnos, pero también mucho material informático, muchos ordenadores de todo tipo, y eso son muchos miles de millones de euros o de dólares.

Habrá que ver cómo influye la nueva Ipad en todo esto y sobre todo, los teléfonos  móviles de cuarta generación, en donde ya hay quienes están programando que se pueda instruir, educar por ellos, durante los largos trayectos hacia el trabajo en los transportes públicos. Y dentro de nada, aquellos serán operativos en los viajes por avión de larga duración.

Hace cinco años nadie podía figurarse que las cosas iban estar como hoy, lo que sí es claro es que la educación, el acceso a la información, las películas, las actividades culturales, están en un proceso de evolución al que aun le falta mucho para encontrar el equilibrio.

 

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