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PNUD reclama mayor redistribución de ingresos en América Latina y el Caribe

El PNUD presentó el informe regional de desarrollo humano de América Latina y el Caribe, el cual se enfoca en los niveles de desigualdad que presentan los países de esta región, que es la región más desigual del mundo. Una de las principales críticas del informe gira en torno al sistema fiscal de los estados latinoamericanos y la poca carga fiscal que tienen, un factor que aumente la desigualdad.

Domingo, 19 de septiembre de 2010
Jimena Aguilar

Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) determinó que la baja carga tributaria en la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe es una de las principales causas de que esta región tenga los mayores niveles de desigualdad del mundo.

El estudio plantea que aquellos países que presentan menores niveles de inequidad son los que tienen mayores cargas impositivas. Además, señala que la falta de transparencia en esta área y la poca capacidad regulatoria del Estado ahondan los problemas de desigualdad.

El informe presenta un enfoque sobre desigualdad basado en “la importancia de la relación entre bienes, oportunidades y opciones reales de vida para personas concretas”. Es decir que no solo se enfoca en la distribución de la riqueza de un país, sino que también toma en cuenta otros factores como las posibilidades que tienen diferentes capas de la sociedad en, por ejemplo, recibir educación.

Una de las principales formas de medir la desigualdad en un país es comparar las condiciones de ingresos, acceso a servicios básicos, entre otros factores, entre el 20% de la población con más altos ingresos y el 20% de la población con menores ingresos. El PNUD tomó en cuenta a los países de América Latina y el Caribe, sin embargo no en todas partes del estudio se hace mención a los más de treinta países que conforman la región.

En el “Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010: actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad”, el PNUD plantea que hay factores que contribuyen a la persistencia de la desigualdad, que permiten que esta sea un problema sistémico y que se herede de generación en generación. Uno de esos factores es la capacidad de influencia de ciertos grupos en la definición de políticas públicas, dice el documento. Esto se traduce en los bajos niveles de la carga tributaria.

10 de los 15 países más desiguales se encuentran en América Latina y el Caribe, una región cuyo coeficiente de gini del ingreso es un 65% más alto que el de los países de ingreso alto. Haití, el país más desigual tiene un coeficiente de 60, mientras El Salvador de 49.

Dentro del informe se comparan de diferentes maneras la relación entre las personas de más alto ingreso y las personas de menor ingreso. Por ejemplo, la diferencia entre el acceso al agua del quintil con más alto ingreso y el quintil con menor ingreso. En El Salvador las personas con mayor ingreso tienen 45% más acceso al agua que las personas que no. El Salvador es el tercer país con la diferencia más alta en este indicador.

América Latina se caracteriza por un sistema tributario basado, principalmente, en impuestos al consumo, una estrategia que sigue sin funcionar para elevar los índices de desarrollo de la región. América Latina y el Caribe tiene una carga, en promedio, del 17% del Producto Interno Bruto (PIB) y se gana el título de la región más desigual del mundo Argentina posee una de las cargas tributarias más altas de la región, la cual representa el 29% del PIB. En el estudio de desigualdad Argentina es el país menos desigual de la región.

Entre los países latinoamericanos, El Salvador se encuentra desde hace algunos años a la cola en recaudación fiscal, con una carga tributaria que ronda entre el 13.5% y el 14% del PIB. Además, se encuentra en el fondo de la lista de los países latinoamericanos en cuanto a desarrollo humano, en el puesto 106 de 182, solo mejor que Honduras, Bolivia, Guatemala y Nicaragua. Al ajustar este índice de acuerdo a desigualdad, El Salvador siempre sigue siendo el quinto país más desigual de la región con un IDH ajustado por desigualdad de 0.477.

Sin embargo, hay algunas excepciones. Brasil tiene altos niveles de desigualdad, a pesar de tener una carga tributaria del 347%, carga que supera la de países de alto ingreso como Suiza que tiene una carga del 29.7%.

Pero la .relación entre el sistema fiscal y la desigualdad también incluye la información sobre la contribución fiscal. Según el informe debería ser posible obtener información sobre cuál es la contribución que hacen las empresas las personas que ocupan los primeros puestos en la escala de distribución de las ganancias. Que esta información sea pública está ligado con el nivel de incidencia sobre políticas públicas que tienen los sectores más privilegiados de las sociedades.

A finales de 2009 la Asamblea Legislativa aprobó una paquete de reformas fiscales con las que el nuevo gobierno pretendía aumentar la carga tributaria. Sin embargo, en el curso de tres semanas perdió, debido a negociaciones, modificaciones que significarían $75 millones más de recaudación.

El ejecutivo tuvo que negociar reducir el impacto de la reforma tributaria para que esta pasara el filtro de la asamblea. Al final el único partido que se opuso a esta fue Arena, cuyos diputados alegaban que en una situación de crisis económica aumentar los impuestos solo vendría a cargar los bolsillos de los salvadoreños.

La desigualdad no solo se ve reflejada en indicadores de calidad de vida, sino que también se ve reflejada en el funcionamiento de los sistemas políticos. Los grupos más vulnerables tienen menos posiblidades de influencia en el sistema político y legal. En cambio los grupos con mayores ingresos pueden mover las piezas del sistema para que jueguen a su favor.

A partir de esta accesibilidad a manipular el sistema político surgen fenómenos que más parecen epidémicos en Latinoamérica y el Caribe, como el clientelismo, la corrupción y la debilidad institucional. “La aplicación frecuente de criterios arbitrarios en la distribución de los recursos públicos ignora por completo las necesidades objetivas de la población”, se lee en el informe.

Estas críticas al funcionamiento de los países latinoamericanos y del Caribe, aparecen en el último informe del PNUD sobre desigualdad en la región, titulado “Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010: Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad”.

El informe presenta una clasificación de los países de la región dentro de un contexto mundial, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Este registra avances en tres dimensiones de la sociedad: vivir una vida larga y plena que se mide a través de la esperanza de vida al nacer, la adquisición de conocimientos valiosos que se mide a través de las tasas de alfabetización y matriculación escolar y la disponibilidad de ingresos necesarios para mantener un nivel de vida digno, la cual se mide a travé del PIB ajustado por paridad. El IDH puede tener valores entre 0 y 1, siendo 1 el máximo nivel de desarrollo y 0 un nulo nivel de desarrollo.

El país mejor calificado es Barbados, en la posición 37 con un IDH de 0.903, seguido por Chile en el puesto 44 con un IDH de 0.878. En oposición, los países en menor rango de desarrollo humano son Guatemala y Nicaragua, en los puestos 122 con un IDH de 0.704 y 124 con un IDH de 0.699, respectivamente.

A pesar de la utilidad de este índice para plasmar el nivel de desarrollo de un país, este no toma en cuenta la desigualdad que tiene este. Es por esto que el PNUD utiliza el Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad (IDH-D). Este indicador le da mayor peso a las dimensiones que menos valor tienen, es decir valora con diferentes porcentajes las dimensiones, de acuerdo con sus valores. De esta manera disminuye el pormedio del IDH ajustado, también, a la aversión a la desigualdad que presente una sociedad. Entre más aversión, más disminuirá el IDH.

Dentro del ránking mundial, El Salvador se encuentra en la posición 106 con un IDH de 0.747, arriba solo de Bolivia, Honduras, Guatemala y Nicaragua. Es decir que El Salvador es el quinto país de Latinoamérica y el Caribe con menos desarrollo. A pesar de que esta posición no varía, cuando el IDH se ajusta por desigualdad. Los países cuyo IDH más cae en valor son Bolivia y Nicaragua.

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