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'La fiscal Rivera nunca contrastó ni validó su hipótesis'

El Mundo reveló una versión sobre el asesinato de los diputados de Arena al Parlacen en la que el móvil del crimen fue robarles dinero y droga, y no la venganza política que alega la Fiscalía de Guatemala. Roberto d’Aubuisson, hermano de una de las víctimas, dice que esa versión carece de robustez testimonial, documental y científica como para tomarla en cuenta.

Domingo, 21 de noviembre de 2010
Daniel Valencia Caravantes

A Roberto d’Aubuisson le están remodelando su despacho en la Asamblea Legislativa. Ya han abierto una vitrina que tras un cristal luce dos banderas: la de El Salvador y la de su partido, Arena; y a una de sus asistentes todavía le están armando una pieza del escritorio. Amontonados en la recepción están una mesa grande y una caja en donde descansa, empolvado, un póster de su padre, el mayor D´Aubuisson, el fundador del partido, que en la imagen aparece con el puño derecho levantado.

Ya en su oficina –una cómoda sala con sillones negros y un escritorio café-, alejada del desorden de la recepción, el diputado D’Aubuisson tiene más imágenes que observan a los visitantes desde todos los ángulos. En una mesa, en una esquina, están él y su familia. En otro mueble, al frente, más fotos de él con su familia. Y en un mueble de madera, ubicado en la esquina izquierda, sobresalen otras dos fotografías: él posando junto a Rodrigo Ávila, ex director de la policía, ex diputado, ex presidente de Arena y ex candidato presidencial; Norman Quijano, ex diputado y ahora alcalde de San Salvador; y Gerardo Suvillaga, ex diputado y ex director del Centro Nacional de Registros. De pie, abrazados, sonríen con una mueca amplia. Uno de estos personajes está relacionado directamente con la investigación del asesinato de su hermano, Eduardo, que posa junto a Roberto, en otra foto, ubicada a un costado. Eduardo lleva una gorra y a ambos solo se les ve, en primer plano, el rostro y la extensión de un brazo que supone estaban abrazados cuando disparó la cámara. Ambos sonríen, pero con menos entusiasmo que los personajes del cuadro anterior. Es apenas una ligera mueca.

Al fondo, en la esquina superior derecha, hay otra foto que desentona con el colorido arenero que salpica por toda la habitación: en esa, Roberto posa, también abrazado y sonriendo -muy alegres los dos- con el ex presidente Antonio Saca, ese al que su partido expulsó acusándolo de corrupto. El diputado D’Aubuisson sabe para qué es la entrevista, pero cuando se sienta en uno de los sillones repregunta: ¿de qué vamos a hablar? Mientras lo hace, está terminando de desdoblar las hojas de un periódico, y lee, rápido, algunas anotaciones que ha hecho en una página de papel bond. Son garabatos que se entrecruzan por flechas, ideas que conectan con otras. Cuando ya tiene la página del periódico estirada, suelta: “¿De esto vamos a hablar? Démosle. Pero antes déjame preguntarte algo: ¿y ustedes le dan crédito a esto? ¿Le dan crédito a esto?”

El Mundo publica una versión del asesinato de los diputados del Parlacen completamente distinta a la del juicio que se libra en Guatemala. ¿Qué le parece esa versión?

La ex fiscal de la CICIG, Giselle Rivera, únicamente tiene los testimonios de los que participaron en el hecho. En Guatemala estas personas se enfrentan a la posibilidad de de ser condenadas a la pena de muerte, y van a decir cualquier cosa con tal de librarse. El testigo es Contreras Natareno, que si bien participó del crimen, no fue ni de los que interceptaron a los diputados, ni de los que estuvieron en un principio, sino que llegó después. En el juicio que se está librando, en cambio, hay una prueba fundamental: la bitácora de llamadas. Que no son con los ex funcionarios que la señora Rivera señala, sino que todo apunta y lleva a Manolillo documentalmente, testimonialmente y científicamente. Pero bueno, perdón que me extienda pero es importante aclarar lo siguiente: ella dice que tiene un testigo que participó en el hecho. Sabemos que es Contreras Natareno, que pide en su momento que le dieran criterio de oportunidad a cambio de decir esa versión.

No sabemos quién es el testigo de la señora Rivera.

Te estoy diciendo quién es. Te lo estoy anunciando.

¿Cómo lo sabe?

Contreras Natareno ahora, en Guatemala, dice que él no, que él no debe nada y no tiene nada. Se les cae su famoso testigo porque ella no le puede ofrecer criterio de oportunidad. Entonces está buscando otra versión, está tratándose de librar de su participación, negándola. ¿Cómo sé? Yo he ido a Guatemala muchas veces, de incógnito, a enterarme del caso, y a tratar de impulsarlo. He estado varias veces en la Fiscalía, estuve varias veces en la CICIG, y nunca conocí a Giselle Rivera.

(Hace una pausa, mientras pide un cartapacio a su asistente. Le indica que es en el que guarda las tarjetas de los fiscales de la CICIG con quienes se reunió en Guatemala. Luego sigue con su respuesta).

 

Y yo sé, porque he visto las pruebas, que la hipótesis de la Fiscalía de Guatemala está sustentada. La de esta señora, no.

Esta versión que publica El Mundo, y que parte de un informe interno de la CICIG que no terminó en nada, ¿no le parece convincente o válida, o aplicable en alguna futura investigación? 

Tú lo has dicho.

 

(Llega el cartapacio con las tarjetas que solicitó. “Me reuní  con Ana Isabel Garita, jefa de gabinete, era la segunda al mando de la CICIG. Y con Pedro Díaz, jefe de delegación. Son de los principales investigadores”).

Y te voy a explicar una cosa: el gran legado de Castresana no es el caso de los diputados de El Salvador -porque crean la CICIG después de este caso- ni tampoco es el caso Rosenberg. El gran legado de Castresana es haber iniciado un proceso penal contra los ex funcionarios: Carlos Vielman, Edwin Sperisen, Javier Figueroa, Víctor Rivera, Víctor Soto y Giammatei, que era el de centros penales. Ese es el gran legado de Castresana. Específicamente por el caso de la cárcel de Pavón. ¿Se te hace lógico que el hombre que tenía en su mente topar, por decirlo de alguna manera, a estos ex funcionarios, iba a tapar otro delito que se les podía sumar? ¿No iba a estar más fortalecida su causa contra esta agente si hubiera tenido robustez la prueba de la investigación de Giselle Rivera? ¡Claro que hubiera estado satisfecho! ¿Pero por qué no la presenta? ¡Porque si hubiera sido para taparlos, hubiera tapado lo del Pavón también! No la presenta porque está mal hecha. Porque no lo sustenta ni contrasta. Ella compró la tesis de los delincuentes señalados como autores materiales del crimen. Que claro, para salvarse de la muerte, dirán cualquier cosa. Pero te digo: con conocimiento claro de cómo está el juicio, la investigación y cómo está de sustentada la hipótesis de la Fiscalía, definitivamente la fiscal Rivera no está dando una versión probable.

¿Nada de la información que revela El Mundo le hace sospechar, aunque sea en cantidades mínimas, para pedir una nueva investigación?

Eso es lo que busca la defensa. Desviar. ¡Que a estas alturas, a pocos días de que finalice el juicio, esté saliendo esto! A mí me parece raro.

¿Cree que hay dolo?

No lo he dicho. No ha salido esto de mi boca. Pero de que me parece raro, me parece raro. También parece raro que exista esta otra versión que además de dudas, arroja una gran cantidad de cabos sueltos que difieren mucho respecto a la versión que se maneja en el juicio. Es que a ver: esa ha sido la tesis de Manuel Castillo todo el tiempo: echárselo a esos funcionarios, porque hoy es fácil tirárselo a ellos. Porque claro, un mal funcionario genera ira e indignación. Pero de eso a que sea cierto. No creo que no haya motivos para que en Guatemala busquen encausar a estos malos funcionarios. No es de balde que están siendo requeridos por la justicia. ¡Pero de eso a que todos los crímenes se los van a tirar a ellos, y el de los diputados también! ¡Perdoname! ¡Esos son otros cinco pesos! No hay que mezclar el sebo con la manteca. Y eso está buscando la defensa, y creo que a eso, ingenuamente, se está prestando el medio también.

¿Entre líneas, dice que a eso se estaría prestando también la ex fiscal que revela la información?

Creo que el tema de la fiscal es un tema de hígado con Castresana. Y está perjudicando una investigación bien grande. Pero sí está buscando generar una incertidumbre, una confusión en la opinión pública. Generando una duda razonable que le da fuerza –a la defensa- para poder apelar. A mí lo que me interesa es que se haga justicia al final de cuentas. Y no es mi interés tapar a nadie, defender a nadie, evitar que se investigue a alguien. Es más, en las dos versiones, mi hermano está exento de toda culpa y es una víctima inocente. ¿Cuál es el punto? Que puede generarse una impunidad al confundir las cosas, los delincuentes pueden salir bien librados, por estar jugando con la verdad.

Muchos queremos conocer realmente qué pasó en este crimen. Y usted con mucha más razón. ¿Esta información no le parece llamativa como para pedir que se investigue más? 

Es que ya está bien investigado.

Usted ha dicho, en ocasiones anteriores, que no se casa con ninguna hipótesis.

Pero ahora hay una hipótesis oficial. Sustentada. Mirá, uno, cuando conoce un tema y cuando busca que las cosas salgan bien –y soy el principal interesado para que este caso se resuelva- uno sabe que algo no está bien. Lo percibe. Y cuando percibí esto lo señalé. Yo no me voy a prestar si supiera que en Guatemala están pretendiendo desviar el caso. Nunca lo he hecho y no lo haría en este momento. Pero a mí me hace sentido porque he visto las pruebas. Me hace sentido la versión de la Fiscalía y me siento cómodo con ella. En mi interior algo me dice que está bien eso.

¿Ni siquiera que en ese mismo informe se evacuen dudas contra la Fiscalía de Guatemala  le genera dudas sobre el papel de la misma en este juicio?

Chavo, mira, a mí me genera dudas que aquí atrás (toma la publicación de El Mundo con sus manos) entre comillas, dice el periodista: es que Pichinte llevaba dinero. ¿Qué tanto? Responde Rodrigo Ávila: no lo sé. “¿Un millón?”, pregunta el periodista. No lo sé –responde Rodrigo Ávila-. Supuestamente iba a comprar unas propiedades en Guatemala. Él estaba haciendo negocios en ese país. Llevaba un ataché pero no sé cuánto dinero llevaba. En la versión que le ponen sin comillas, dice: “Es que Pichinte llevaba dinero, cuánto dinero, no lo sé. Supuestamente iba a comprar unas propiedades en Guatemala. Pichinte llevaba un ataché. Pero que andaba un millón, no lo sé. Nunca le encontré nexo con el narcotráfico. Eso del millón no es de Rodrigo Ávila, es del periodista. Y aquí se lo ponen como que es de él. ¡Perdóname, papá!

No veo error. Veo el resultado de un proceso de edición, nada más.

¡Lean bien la nota! Vean en youtube el vídeo de los tipos detenidos, que amenazan a Víctor Rivera y a otros de los implicados de los ex funcionarios. Uno de los policías dice: yo no me voy a ir solo, se lo prometo, dice. Yo voy a contar todo lo demás, todo lo que he hecho para ustedes. No dijo: ¿cómo me ha entregado si usted me lo ordenó?

 

Por eso mismo: la versión que plantea la ex fiscal Rivera y que reproduce El Mundo casi que pone piezas que cazan a la perfección en este rompecabezas. ¿Eso no es investigable?

Oíme: los policías fueron engañados. A ellos los involucran para que si revienta les afecte a los ex funcionarios que andan en algo chueco. Esa es la hipótesis de la Fiscalía. Pero eran mandatados por Manolillo, para vengar a Roberto Carlos Silva y para afectar a la estructura que lo estaba golpeando. Pero no para presentarlos ante la justicia, sino para robarles la droga y el dinero. ¿No sé si me explico? Montaña 3 era un informante que habían conseguido para dar información falsa, algunas veces, y para que recogiera cosas de poca monta a estos policías. Giselle Barillas, que no ha aparecido, trabajaba directamente para Manilillo. Todo apunta a Manolillo. Si camina como pato, parece pato y hace cuac, ¿qué es? Pato. En este caso todo apunta hacia un lado. Y los policías pensaban que iba dinero y por eso desmantelaron el carro. Y dice la fiscal Rivera que iba en dos maletas. ¿Entonces para qué desmantelas el carro? No tiene sentido.

Utilicemos de nuevo la figura del pato. Esta nueva versión viene a plantar más dudas sobre el papel de William Pichinte en este caso...

Yo no tengo por qué defender a William Pichinte. Que lo defienda su familia. Pero no voy a afectar contra su honor. Tampoco. Te repito: en un momento ella dice que ahí había dinero y que había un compartimento falso y que por eso desmantelaron el carro. Y después dice que lo llevaban en dos maletas, ¿tiene sentido? Una cosa sí es bien cierta: desmantelaron el carro. Pero no encontraron tal compartimento, y si llevaba el dinero en dos maletas, ¿para qué vas a desmantelar el carro? No tiene sentido. Ella misma se contradice.

Esta versión estira la pita, hoy sí con fuerza, hacia el lado de El Salvador. ¿Pedirá que se investigue acá, con fuerza,  los cabos sueltos de este caso?

Yo no soy tapadera de nadie...

¿Pedirá que se investigue?

Yo quiero que salga la verdad. Pero hay un hecho incuestionable, incontrovertible: ahorita hay un juicio. Tiene que salir en el juicio. Cualquier otra cosa, ahorita, es hacerle juego a la defensa.

Los juicios se hacen con base en hipótesis, y si en este caso la Fiscalía no quiso tomar en cuenta esta hipótesis...

Es que la Fiscalía nunca conoció de esto. Esto quedó adentro de la CICIG... es que tú eso no lo tenés claro, ¿verdad?

Claro que sí, y por eso mi pregunta. Sobre todo en un país como Guatemala, ¿a usted no le genera curiosidad por qué no se tomó en cuenta esta versión de los hechos?

Te quiero explicar...

Eso que me quiere explicar no lo haga porque ya lo tengo claro.

Pero yo quiero que quede consignado, vaya.

Bueno.

Lo que Giselle investigó jamás trascendió a la Fiscalía General de Guatemala porque los jefes de ella, entre ellos Castresana, Ana Isabel Garita (costarricense) y Pedro Díaz (mexicano), también fiscales, determinaron que era incompleta.

Eso no lo sabemos.

Por eso te estoy diciendo que eso... aquí en la nota sale. Que ellos no encontraron elementos. La investigación no era concluyente. Y ella se molesta.

El Mundo solo dice que las autoridades no tomaron en cuenta esta investigación. No da explicaciones.

Porque no era concluyente, porque nunca lo contrasta ni comprueba con otro elemento que fortalezca o dé validez a su hipótesis. Solo se dejó llevar por lo dicho por el delincuente que entrevistó. Ese es el punto. De eso estamos hablando, a eso le están dando crédito y por eso me estás entrevistando. ¡Por la declaración de un delincuente que enfrenta pena de muerte en Guatemala!

Este caso lo que hizo, a nivel mundial, fue terminar de confirmar cómo las autoridades de Seguridad de Guatemala estaban infiltradas por el crimen organizado...

A mí no tenés que explicarme nada si yo he sido crítico del trabajo de la Policía y de la Fiscalía de Guatemala.

El punto es que esta nueva versión trata de explicar, con un caso específico, el de los diputados al Parlacen, cómo operaba esta estructura y cuál fue el involucramiento de los miembros de esta estructura en este crimen. Le entiendo que le interese más la versión que hay en el juicio, ¿pero esta otra versión ni siquiera le genera una duda razonable como para que se investigue realmente que fue lo que sucedió?

¡No me interesa más esa versión! Me interesa que se sepa la verdad. Y te vuelvo a repetir: ya está investigado. Ya hay elementos probatorios. Si no estuviera sustentada la hipótesis de la Fiscalía, yo comprara esta, la de la nota de El Mundo. Pero la de la Fiscalía está sustentada, bien documentada, y hay testigos y pruebas documentales y científicas. Que muchas de ellas las consiguieron la gente de El Salvador. Eso me da garantías de que no fueron manipuladas. Claro que quisiera que se investigara más, para saber si hay más personas que participaron, pero tienen que salir esos elementos dentro del juicio. ¿Y por qué Giselle, cuando salió, no le fue a dar estas pruebas a la Fiscalía de Guatemala? ¿Por qué hasta ahora? ¿Y eso no te genera curiosidad?

Por supuesto.

¿Y por qué no vas a preguntar eso a ella?

Eso. Hay que preguntárselo a ella.

¡Verdad! ¿Por qué lo hace hasta ahora, pues?

Si lo hizo a tiempo o fuera de tiempo, al final de cuentas no altera la trascendencia de esta nueva información.

O al revés, puede demeritarlas, porque salen en un momento estratégico del juicio y favorece a una de las partes. Y es la parte acusada por homicidio: el de mi hermano. ¡Por favor! A mí no me estés poniendo en esa encrucijada como si yo no estoy interesado. Yo no conozco a Manolillo ni conocí nunca a nadie de los acusados. Y quiero que paguen los homicidios, y sí, tiendo a pensar que son estos acusados. Pero no estoy cegado. Pero hasta ahorita, todas las pruebas -¡todo, todo, todo!- llega ahí.

Déjeme preguntárselo de otra forma: ¿esta versión le parece nada creíble?

Es que han agarrado verdades, pero las han agarrado a medias. Sí es cierto que los policías iban en busca de dinero, es cierto que revisaron el carro; las maletas de Pichinte se las encontraron a uno de los muertos y a otro que hoy está preso. Los lentes, el anillo de Eduardo. Todos esos elementos están probados. Y esta niña no tiene nada científico, documental, ninguna prueba material. Solo el testimonio de un delincuente. ¿Me estás diciendo que le dé crédito a un delincuente? ¡Por Dios santo, perdónenme!

¿Y la versión de un delincuente qué tiene de irregular? En El Salvador y en cualquier parte del mundo –pero sobre todo En El Salvador- la Fiscalía ocupa a un montón de delincuentes que participan en estructuras precisamente para comprobar los ilícitos de esas estructuras. ¿A usted esa versión no le parece creíble? 

No.

 

¿Ni lo suficientemente robusta…?

¡Esa es la palabra! No me parece lo suficientemente robusta como para darle crédito.

Rodrigo Ávila...

Te acabo de explicar que han tergiversado las declaraciones de Rodrigo. Lo han sacado de contexto.

Rodrigo Ávila dijo a El Mundo que Rivera lo visitó...

Te voy a explicar algo: Rivera a mí me llamó. Y yo lo contacté con Rodrigo Ávila. Él quería librarse de la muerte de los policías en la cárcel. Pero quiero que entiendas otra cosa: la muerte de los policías no obedece al crimen de los diputados, sino que a callarlos para que no contaran –lo que sale en youtube- lo que han hecho para esos funcionarios.

Eso no lo sabemos.

Si te agarra el tipo que te ordenó cometer un delito, tú decís 'pero mire, estaba cumpliendo sus órdenes'. Pero eso no lo dice en el vídeo. En el vídeo dice: 'Vas a saber de mí. Porque no me voy solo, voy a contar lo que he hecho para vos'.

¿No le parecen piezas del mismo rompecabezas?

Me parecen piezas de dos o tres rompecabezas que se han metido en la misma caja. Saca las piezas del crimen de los diputados, las piezas del caso Pavón y las piezas de otros delitos, y entonces vas a entender la película. Yo la tengo clara.

 

¿Usted está convencido de que el ex diputado Roberto Silva es la pieza clave en este caso?

Por eso espero que Estados Unidos defina que hará con él y que venga a El Salvador o vaya a Guatemala. Ahí se sabrá toda la verdad.

¿Está convencido de que él es el autor intelectual del crimen?

Tiendo a creer eso por muchos elementos que viví en esos momentos. Y por los testigos que la Fiscalía ya entrevistó, y que he tenido acceso a esas entrevistas.

El presidente de Arena dijo que si algún arenero salía salpicado en un crimen que se le investigue, y que si es culpable se le aplique todo el peso de la ley. ¿Está de acuerdo con esta petición?

Estoy totalmente de acuerdo con él.

¿Exigiría a las autoridades salvadoreñas que investiguen si William Pichinte pertenecía a alguna estructura del crimen organizado?

Sería bueno saber por qué Roberto Carlos Silva se sentía traicionado, y por qué descargó su ira contra el partido Arena, contra gente del partido, uno de ellos, mi hermano.

¿Y que las autoridades salvadoreñas investiguen si William Pichinte pertenecía  a una estructura irregular?

No tengo problema, que lo investiguen. Ya lo habían investigado antes: el FBI, Rodrigo Ávila, la Fiscalía de El Salvador. No me importa. Si lo quieren hacer, que lo hagan. Lo que no acepto es que quieran ahora torcer un trabajo profesional que se ha hecho para llevar a estos tipos a la cárcel.

¿Usted ya conocía  la información que narra esta nueva versión?

Sí. Todo eso.

¿Se la había comentado Rodrigo Ávila?

No. He conocido un montón de información y no solo por Rodrigo Ávila. Pero también él me ha dado.

¿Esta información no les generó dudas, sospechas, ganas de investigar?

Claro, pero estás hablando de un momento donde todo había ocurrido recientemente. Ahora estamos hablando  de un juicio que está en su apogeo, y que se lleva después de tres años de investigación.

Cuando escuchó por primera vez que posiblemente esto estaba relacionado más con William Pichinte...

Todo eso se comentó al principio. Se supo al principio.

 

¿Y qué pensó sobre eso?

Fui muy responsable y dije: quiero que la hipótesis sea producto de una investigación seria y profesional de una autoridad competente.

Y ahora, tres años después, ¿qué piensa? 

Eso ya lo respondí: yo no soy quien para defender a nadie. No es mi posición. No me compete. Pero tampoco voy a dañar el honor de nadie, mucho menos de un difunto. Si en aquel momento se dieron las mismas hipótesis y se descartaron porque se comprobaron que no tenían fundamento, ¿por qué a estas alturas voy a dudar? Porque esto no es nuevo. Esto que saca El Mundo fue una hipótesis de aquel momento. Pero se descartó porque no tenía sustento.

Con el conocimiento que dice tener sobre las autoridades de Guatemala, con el papel que le hemos visto jugar en este caso, ¿cómo puede confiar en ellas?

Porque no han buscado desviar nada. No han tapado nada. Han comunicado. Han seguido la línea de investigación que se estableció desde que se demuestra que fueron los policías muertos y otros más los directamente involucrados. Y lo hacen con prueba científica y no solo con testimonios. Y porque, además, desde que los capturan, me entero de primera mano de la declaración de uno de ellos, entrevistado por Rodrigo Ávila ante testigos. Y que le dijo: 'Nosotros nos sentimos engañados por Manolillo'. Todos estos elementos concuerdan. Y han sido validados, contrastados. No así el caso de esta señorita.

¿Quién es el testigo al que entrevista a Rodrigo Ávila?

Él entrevista a uno de los que murieron, y había otra persona enfrente –viendo la entrevista-. Pero eso pregúntaselo a Rodrigo Ávila.

 

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