“El ministro no tiene nada que ver con esto”, se escuchó en los altoparlantes. Entre la muchedumbre surgieron voces de respuesta. “¡Tu madre!”, gritó una voz. Otra soltó el clásico silbido de 'la vieja'. Y los altoparlantes volvieron a tronar. “La petición fue presentada a la Asamblea Legislativa y goza de los 35 votos del FMLN, estamos esperando lo que nos diga el Ministerio de Hacienda”.
Quien hablaba era Inmar Reyes, diputado del Frente, y estaba rodeado de un centenar de maestros aglutinados en ANDES 21 de Junio, el gremio más grande de profesores del país, que exigían se les incluya en el aumento del 6% que el gobierno dio al sector público en diciembre pasado.
El ministro de quien hablaba el diputado es Salvador Sánchez Cerén, ministro de Educación, vicepresidente de la República, dirigente histórico del Frente y uno de los fundadores del movimiento magisterial. A él, tuviera o no tuviera que ver en el asunto y sin importar que no estuviera en ese preciso lugar, los maestros dirigían su única petición la tarde de este jueves: Aumento salarial, como al resto del sector público. Lo hacían gritando y con la amenaza a flor de labio: una concentración masiva de maestros en el acto oficial de inauguración del año escolar, el lunes próximo, y un paro de labores indefinido hasta llegar a una solución. En una palabra: huelga.
“A Leonel (seudónimo de Sánchez Cerén durante la guerra) ya se le olvidaron las reivindicaciones del gremio, las necesidades de los maestros y maestras”, dijo una señora. Vestía una camisa informal con el escudo de ANDES bordado al lado izquierdo y hablaba con rabia: “Mire... 500 dólares gana un maestro de sexta categoría... 750 si es de primera. ¿Eso alcanza para algo en estos tiempos?”
La acuerpaban tres mujeres más. Todas con sombreros de mimbre y bandas de tela roja con el logotipo del gremio. Las tres asintieron y hablaron de que ese salario no incluye el perder el tiempo tomando medidas de ropa y calzado de los estudiantes. “Ya ve, casi modistas somos”, dijo una. Lo decían medio en broma, medio en serio. Las cuatro rieron por unos segundos. Para ellas, maestras con más de 20 años de experiencia, que Inmar Reyes estuviera hablando, valía poco o nada.
Alrededor de la 1:15 de la tarde, Reyes salió del Salón Azul. Lo esperaba un grupo de dirigentes de ANDES en la entrada del palacio legislativo. El cruce de palabras con estos duró menos de 10 minutos. Después, junto a la dirigencia, caminó entre los maestros reunidos fuera del edificio, se dirigió al parqueo del Centro de Gobierno y empezó con su discurso: “Yo entiendo el sentir de los trabajadores... tienen derecho. En este momento se está viendo de dónde podría salir el dinero para ustedes”, dijo.
La Asamblea Legislativa aprobó en la última sesión plenaria de 2010 un aumento salarial de entre el 6% y el 10% para los empleados del sector público que ganaban menos de mil dólares. El anuncio había sido del presidente Mauricio Funes en octubre, y aumentaba el gasto público de remuneraciones en 15 millones de dólares en este año. La medida excluía a los trabajadores bajo régimen de escalafón: salud, policía y magisterio.
El movimiento magisterial protestó aduciendo que la Ley de la carrera docente, en su artículo 34, ordena que todo incremento salarial para el sector público sea aplicado al magisterio, independientemente de cualquier aumento negociado en la revisión salarial señalada cada tres años por la misma ley. “Esto se obvió al momento que se aprobó el decreto 553, en el que se aprobó este aumento”, dijo Isarael Montano, secretario general de ANDES. Con 42 mil profesores en el gremio, el aumento significaría un aproximado de 26 millones de dólares para las arcas del Estado.
El grupo parlamentario del FMLN reconoció el error el 4 de enero pasado y aseguró que mocionaría que la Asamblea solicite al Ministerio de Hacienda reconsiderar al sector magisterial. Entonces, Norma Guevara, jefe de bancada del Frente, dijo que se había hecho “una propuesta recomendable para que se atienda el incremento... pero, si es necesario, vamos a acompañar un decreto”.
Por el momento, decreto no existe. Lo explicó Reyes a los diputados: se había enviado una recomendación al Ministerio de Hacienda y se estaba a la espera de que el ministro, Carlos Cáceres, diera respuesta. “El punto es de dónde se va a sacar este dinero. Son 26 millones de dólares que no se tienen y que ya se le explicó a los maestros”, dijo Reyes. ¿Y la partida de 15 millones para gastos imprevistos del Ministerio de Educación? “Ya es insuficiente para lo que se tiene que hacer en este año. Solo absorber los 7 mil 480 maestros del programa Educo costará cerca de 50 millones de dólares.”
Reyes no convencía a los maestros a su alrededor. “Ese diputado solo va viendo a lavarle la cara al ministro de Educación”, dijo un señor de bigote ralo, pelo canoso y lentes bifocales. Había rebuscado en los bolsillos de su pantalón y encontrado 83 centavos. Minutos después comía dos pupusas y un café. “¡80 centavos exactos! Bueno, se llamará almuerzo”, dijo, y soltó una carcajada. Había escuchado con desgano las palabras de Reyes y anotado un par de números en un papel que guardaba en el bolsillo de su camisa. Ahí, mientras comía, hizo gala del manejo de la aritmética que puede hacer un profesor de matemáticas: “Para mí no son 26 millones de dólares más. Para mí son 50 dólares mensuales más... Suficiente para comerme tres pupusas y un café en cada desayuno y cada almuerzo. Compradas en el cafetín de la escuela, no crea... cabal para los 20 días laborales. ¿Le parece mucho al gobierno? ¿Le parece mucho a los diputados?”
Reyes siguió en su discurso y volvió a asegurar que los votos del FMLN estaban a disposición del magisterio. “¡Nos vamos al paro si no hay aumento!”, gritó otro maestro. “Están en su derecho y lo respetaríamos, pero pedimos que esperen a conocer la resolución de Hacienda”, respondió el diputado.
La junta directiva de ANDES le tomó la palabra a Reyes. Según explicó Ismael Montano, este domingo habrá una asamblea general extraordinaria para decidir qué medidas se tomarán si no se da el aumento. “Este lunes no haremos ningún paro, como algunos agremiados quisieran. Queremos agotar el diálogo. Esperaremos a conocer qué pasa el jueves próximo en el pleno, esperaremos ver que se nos incluya en el decreto de aumento”, dijo. ¿Y si no? “Tenemos 20 mil afiliados y podríamos llamar a paro general, eso no lo descartamos.”
