Opinión /

El corazón de Europa dividido


Lunes, 21 de febrero de 2011
Luis Fernando Valero

El corazón de Europa está dividido. Está casi roto. Bélgica, donde está radicada la capital política de la Unión Europea, lleva más de 250 días sin poder formar gobierno debido a que el país está roto por el nacionalismo excluyente entre flamencos y valones.

Bélgica es una país clave en el entramado político europeo, fundador de la Unión Europea, sede de la OTAN, en su capital Bruselas están asentadas instituciones claves de la UE y en cambio, en cuanto a su política nacional, es incapaz de formar un gobierno estable.

Bélgica es un país pequeño, escasamente más grande que El Salvador, con 30.528 kilómetros cuadrados. Históricamente, Bélgica ha sido parte de los Países Bajos que también comprenden Luxemburgo y Holanda, y cubrían una región algo mayor que el actual Benelux.

Tras haber obtenido su independencia en 1830, los belgas han aprendido a barajar los intereses de todas sus comunidades y regiones. Las comunidades son los flamencos, que hablan holandés; los de lengua francesa y los que hablan alemán, habiéndose reconocido recientemente esta lengua como oficial en el reino.

Bélgica es una federación cuyo gobierno es una monarquía constitucional. Así, el jefe de estado es el rey Alberto II y el primer ministro es el jefe de gobierno. El primer ministro es nombrado por la Cámara del Parlamento que actualmente se conforma por 150 escaños.

Esta diversidad, desafortunadamente, en los últimos años no ha sido bien llevada y ha conllevado tensiones, pues históricamente la parte rica era la valona, francesa, que era donde estaba la industria; y la parte flamenca era la agrícola y pobre con menor índice de natalidad, pero desde mediados del siglo pasado con la post industrialización esta situación se ha revertido y ahora la parte más fuerte económicamente es la flamenca y además es la que tiene un mayor índice demográfico y ello está generando tensiones, pues los flamencos creen que están siendo discriminados y no aceptan que en su zona lingüista está asentada Bruselas; un foco de tensiones, pues ella es la ciudad, fuera de Francia, en la que más se habla francés.

'Las cosas han ido demasiado lejos y nadie entiende por qué Bélgica está paralizada desde hace tres años. Con sucesivos cambios de gobierno por los desacuerdos entre Flandes al norte y la parte francófona al sur, y en especial, por la reivindicación de una mayor autonomía para los flamencos', afirma Klyment Kostadinov, un activista y estudiante de 24 años.

 

Como se comprende esto es un serio deterioro de la convivencia y no favorece nada en absoluto la realidad  de la UE y sobre todo de la propia vida belga que ya está teniendo problemas para poder vivir en un mundo en donde los mercados requieren estabilidad y sobre todo claridad en los decisiones del día a día

Desde las elecciones de junio de 2010 que fueron ganadas por la Nueva Alianza Flamenca, un partido republicano y conservador que aboga por la independencia de Flandes, convirtiéndose en la primera fuerza política del país y dejando en segundo lugar al partido Cristiano Demócrata Flamenco del entonces primer ministro Yves Leterme.

Esta nueva realidad política es la que no ha permitido a las diferentes fuerzas políticas llegar a un acuerdo. Ya el líder de la Nueva Alianza Flamenca, Bart de Wever, afirma que si formar parte del gobierno supone no tener en cuenta las legítimas aspiraciones de la plataforma política por Flandes, entonces no formará gobierno.

La Nueva Alianza Flamenca conoce que cuentan todavía con los votos necesarios para la independencia de la región, pero han propuesto una reforma integral del estado que incluye una reforma política en la región flamenca.

Las tensiones nacen de la propuesta del mediador que prevé impulsar la descentralización del Estado y aumentar las competencias de las tres regiones (Valonia, Bruselas y Flandes). La iniciativa más sensacional es la introducción de la autonomía fiscal, una histórica demanda de la rica Flandes, para que cada región pueda fijar su propio IRFP. Su puesta en práctica, no obstante, exigiría una reforma constitucional.

El texto también incluye una solución para el escollo que hizo caer el último Gobierno: el estatus del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), ubicado en Flandes pero con una importante presencia de población francófona. Los flamencos llevan años exigiendo la división del BHV y acabar con el trato especial que reciben los francófonos, que pueden votar a partidos de su propia comunidad y dirigirse a las instituciones en su propia lengua.

Como puede observarse nadie está dispuesto a ceder y por ello se lleva casi un año sin gobierno, todo un récord mundial que ya ha superado hasta al propio Irak.

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.