Opinión /

Occidente o la inoperancia


Lunes, 14 de marzo de 2011
Luis Fernando Valero

Antoine de Saint Exupery, que conocía bien el norte de África, escribió algo que nos viene muy bien para analizar lo que está pasando en esa zona del mundo: “Si yo ordenara a un general que se transformara en ave marina y el general no me obedeciese, la culpa no sería del general, sino mía”. Durante años los países occidentales han coqueteado con el sátrapa Gadafi y le han aceptado sus payasadas y su rocambolesco existir, ya lo dijo el clásico Quevedo: “Poderoso caballero es don dinero”

Los Estados Unidos y la Unión Europea se pierden en las palabras, mientras los libios observan con tristeza que obras son amores y no buenas razones, de nada les sirve que se les diga que Gadafi ha perdido el derecho a seguir gobernando, que Gadafi ha perdido toda su legitimidad al ser un gobernante que masacra a su pueblo, si ellos ven que es a costa de sus propias vidas, que Gadafi vaya recuperando el terreno perdido y todo porque los países occidentales no saben cómo manejar la novísima situación de las revueltas árabes ya que siguen teniendo el síndrome de Estocolmo con el petróleo, les da pavor que al final de todo el proceso quienes salgan ganando sean los mismos que ha ganado en Afganistán, en Irak o en Irán, tres momentos en que los occidentales intervinieron y han fracasado estrepitosamente.

La sombra de la ilegal guerra de Irak hace que los países occidentales ahora “reflexionen” lo que es evidente que  ya está pasando en Libia, además de ser una guerra civil, conociendo a Gadafi y sus métodos es que puede terminar en una masacre pavorosa.

Hay demasiados perjuicios que atan a los occidentales, la ONU  está dividida porque Obama y Clinton viven bajo la equivocación de Irak. Saben que los europeos traspasan la responsabilidad a la máquina de guerra estadounidense. Y que ésta, como en Bosnia, cometieron muchos errores y en último término sus propios militares se han pronunciado inequívocamente en contra de intervenir, por la sencilla razón de que no pueden ir a una tercera guerra por lo de Irak, que no avanzan en  Afganistán y tienen que cuidar el golfo Pérsico pues ello es esencial para sus intereses, son demasiados frentes en un momento de crisis y sin dinero.

Sarzoky y Cameron hablan mucho pero saben que no pueden hacer nada, que quien tiene la sartén por el mango es la OTAN y la OTAN, son en el fondo los  EE.UU., y éstos no quieren hacer nada sin las Naciones Unidas, y éstas están bloqueadas por Rusia y China, por aquello de la soberanía y Chechenia y Tíbet. Hoy por ti mañana por mí.

Todo el mundo sabe que  en Libia no hay Al Qaeda, como no la había en Irak, ni armas de destrucción masiva, ahora ya apuntan que Gadafi está usando armas químicas, algo hay que decir. Lo que sí hay son tribus sublevadas y jóvenes, de ambos sexos, importante en un país islámico, de una nueva generación que quieren tener su democracia.

Abandonarlos a su suerte es una nueva muestra de que una cosa es hablar y otra muy diferente es dar pan y trigo, ello es síntoma de lo irrisorio de los valores que decimos defender, se llena la boca de grandes ideas pero la práctica es nula y cobarde.

Lo que sí parece evidente es que los pueblos árabes ya no soportan a los tiranos. Estos pueblos tampoco quieren que, desde el exterior, se les den lecciones, lo que desean es que haya compromisos derivados de compartir valores comunes.

Los gobiernos provisionales de Túnez y Egipto ya han señalado claramente que la UE es un socio importante y atractivo. Y lo primero que han pedido esas autoridades, después de la salida de Ben Ali y Mubarak, es que se culmine la negociación de un Estatuto Avanzado con la UE.

Lo que no se entiende es si se deja que Gadafi se rehaga en el poder, pues ello, seria un foco impresionante de desestabilización conociendo su trayectoria  y por otra parte está el papel que esta jugando la Liga Árabe, en donde todavía hay en ella demasiados clones de los caídos, aunque algunos de ellos ya se han dado cuenta que es necesario ceder, y buena prueba de ellos son los movimientos de aumento de los salarios mínimos en algunos de esos países o las reformas constitucionales del rey de Marruecos. Algo es algo y menos en nada. pero el tsunami revolucionario no se sabe hasta dónde llegará.

Refugiémonos de nuevo en Saint Exupery cuando escribió: “Conozco un planeta en el que vive un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha contemplado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumar. Se pasa el día diciendo, “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”, lo que le hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!”

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