Yo iba
directo para
San José de la Montaña.
Al padre Sarmiento
así le hacía la sotana, ¿ve?,
ya tratándome como cuates.
Cuando caminaba por el patio
un aire de santidad me acompañaba.
Pero el Diablo
también tiene sus fans.
Un día como cualquier otro,
de casualidad llegaron
a recoger
al “seco” Godines.
La hermana del “seco”
preguntó por el futuro Papa.
Se me acercó
y tres o cuatro minutos después
ya había olvidado
vocación y abstinencia.
No me ha ido tan mal.