Los acontecimientos de las últimas semanas vuelven a poner de manifiesto que la Unión Europea no está siendo aquella que los padres fundadores pensaron: Konrad Adenauer, Alcide de Gasperi, Robert Schuman, Jean Monnet, Paul-Henri Spaak, Lorenzo Natali, Jacques Delors.
Entre los actuales dirigentes hay excesiva mediocridad. Sarkozy es impulsivo y mercurial; Merkel tiende a la angustia vital ante la adversidad y al pánico; Zapatero a esperar hasta el último momento, negar las evidencias y al final ir tapando agujero tras agujero, no tiene una líneas coherentes; Berlusconi no sabe estar en su puesto de presidente y da la impresión de que en esta fase de su vida la bragueta condiciona mucho de sus intereses, ya que no dejan de salir pufos derivados de sus amistad con las”velinas” y si hablamos de líderes necesarios para resolver la impresionante crisis diplomática en la que estamos pensemos en la responsable de la política exterior Lady Catherine Margaret Ashton, que se está mostrando como una nulidad y quizás demasiados piensen la máxima de La Rochefoucauld que lo natural de la mediocridad es el creerse superior. Y por ello el correlato es el desprecio.
El anterior Alto Representante Javier Solana puso mucha voluntad y por ello tenía un prestigio, carecía de presupuesto y demostró, haciendo de la necesidad virtud, que hacía falta “un Ministro de Asuntos Exteriores europeo”, y por ello a la actual Lady Ashton se la dotó de un presupuesto enorme, de un servicio diplomático propio y de unidad de mando pero… su política no acaba de verse a pesar de que con el Tratado de Lisboa en la mano, Europa es una y trina, y la Alta Representante, todopoderosa.
Todos están de acuerdo en que la Unión Europea es irreversible, su realidad no está en declive, pero en demasiadas ocasiones se muestra temerosa y débil en sus manifestaciones y actuaciones y esas debilidades se suplen con palabras rimbombantes como “métodos abiertos de coordinación”, cuando lo que se necesita es una acción enérgica y sin tener que pedir tantas veces permiso al “gran hermano” del otro lado del Atlántico.
La tensión que subyace en el fondo es que el modelo socialdemócrata europeo, clásico, ha hecho aguas, se está imponiendo el neoliberal, con demasiado té y urge encontrar un modelo socioeconómico que garantice lo esencial del Estado de Bienestar que ya en algunos países empieza a hacer aguas y las masas se están soliviantando. Véanse la impresionante manifestación de Londres de la semana pasada, las manifestaciones de Paris, Roma, Dublín, Atenas, Lisboa,
Europa necesita conseguir una economía de sostenimiento inteligente, que sea capaz de generar empleo, cimentada en la productividad, que pueda competir y sobre todo favorezca la cohesión social.
El crecimiento del PIB en la UE en el 2010/11 es del 1.75% y en el 2012 estará cerca del 2%, con ese crecimiento el empleo sigue estancado y no es comparable según el Fondo Monetario Internacional con el de algunos países emergentes como Brasil 4%, India n8% y China 10%.
A nivel teórico las cosas están claras, el Tratado de Lisboa, constitucionaliza el conocido modelo social europeo y sus valores y objetivos están recogidos en la Carta de los Derechos Fundamentales, el problema nace que los niveles de desempleos excesivos en algunos países como España con el 20% o Grecia e Irlanda del 15%, en Portugal 8%, pero ya sea visto sus economías han colapsado.
El mayor problema de Europa en su conjunto es la competitividad mientras Alemania, Finlandia y Holanda están en los primeros diez puestos, por debajo de Estados Unidos, España, Portugal e Italia están entre el 43 y el 48 y Grecia en el 83.
Así mismo la generación de ciencia y tecnología es insuficiente ,sólo Alemania, Suecia y Finlandia están en parámetros compatibles con los primeros países invirtiendo el 3% como mínimo de su PIB.
Ya se están pensando soluciones, pero mientras, la crisis acogota excesivamente, ya se ha puesto un fondo de rescate para el país dela UE que lo pida, pero se debe ir a la creación de un Tesoro Público Europeo, en la armonización fiscal y política y en una economía común, pero las diferencias de los Estados son aún demasiado evidentes para poder mezclar manzanas con peras.
Uno de los expertos ha señalado que es necesario que “La UE mejore la coordinación con el fin de hablar con una sola voz, o como mínimo, armonizar nuestra polifonía de un modo coherente”
El Parlamento Europeo debe tener mayor peso, y es necesario cortar de raíz los connatos de corrupción que se han observado en algunos diputados, afortunadamente se ha actuado a tiempo, es así mismo necesario controlar la actividad de la Alta Representante obligando el Parlamento a una política más incisiva. La UE necesita caminar hacia una estructura federal y ello la defendería de la avaricia y la especulación de los mercados financieros, pues el capital social de la Unión Europea, es ser, la Europa social de los pueblos y por ahora se observa una fuerte distancia entre las instituciones y los pueblos y ello está desarrollando una política de tierra quemada muy lamentable, pero sobre todo peligrosa, pues no se podrá formar la Europa social si los pueblos pasan y se consolida por lo que están ya pasando, léase, España, Portugal, Grecia, Irlanda, Italia.
