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Diputados juegan a derogar el 743

Lo que menos hubo fue discusión sobre el decreto que obligaría a la Sala de lo Constitucional a resolver por unanimidad. Dos horas y media de una reunión en la que los diputados hablaron de la moral política, de la Ley de Amnistía, del presupuesto, de la elección presidencial de 2004... de todo, menos de derogar el decreto 743.


Lunes, 13 de junio de 2011
Gabriela Canales y Ludwin Majano

“Es un atentado a la institucionalidad, y eso de que sea transitorio indica que es con dedicatoria. ¡Esas cosas no se hacen!', regañaba el hombre, con su voz aguda, a los diputados que le escuchaban la mañana de este lunes. Al amonestarlos levantaba su mano derecha y extendía el dedo índice hacia el cielo para enfatizar sus palabras con tono de pastor que indica a las ovejas descarriadas el camino de lo correcto. El hombre se había sentado a la mesa donde sesionaba la Comisión de Legislación, y no paraba de reclamar a los diputados de Arena, PCN, PDC y hasta del FMLN, aunque estos últimos no habían votado por el decreto destinado a obligar a la Sala de lo Constitucional a resolver por unanimidad. '¡Hay que ser transparentes, estamos ante el pueblo salvadoreño!', les reprendía por sus actos, al tiempo que señalaba emocionado hacia los periodistas, al otro lado del vidrio. Su discurso era como el de los manifestantes que se lanzaron a la calle a protestar desde el viernes 3 de junio, indignados por el decreto 743. Pero los diputados que lo escuchaban le mostraban rostros inexpresivos. Parecían inmunes a los reclamos. Tal vez debido a que quien les reclamaba no tenía mucha autoridad moral: era el diputado Roberto d´Aubuisson, cuyo partido Arena fue uno de los artífices del decreto 743 y que la semana anterior dijo retractarse de sus actos.

D´Aubuisson apelaba a la responsabilidad y al sentido de servicio público de los diputados, que no solo estaban inmutables, sino que en los minutos subsiguientes harían una extensa discusión motivada por la petición de Arena de derogar el decreto. La extensa discusión, sin embargo, a la postre lo que menos trató fue la posibilidad de derogar el amarre de los magistrados constitucionalistas.

La petición de Arena aparecía como el quinto punto de la agenda de la comisión. 'Moción de los diputados de Arena sobre la derogación del decreto 743...' D´Aubuisson siguió con su mano en alto, por si acaso alguien respondía. Luego pasó a criticar al FMLN, acusándolo de negarse a dar sus votos para derogar las reformas a la Ley Orgánica Judicial, a pesar de que se había abstenido de apoyarlas el 2 de junio.

En todo caso, el FMLN ha tenido un doble discurso respecto del 743. El viernes 3, cuando El Salvador supo que el presidente Funes lo había sancionado, el presidente de la Asamblea Legislativa, el efemelenista Sigfrido Reyes, calificó el decreto como 'una tragedia para la democracia'. El sábado, en un comunicado, el partido dijo que el decreto era una violación a la separación de poderes, un golpe a la institucionalidad y que por eso se había abstenido de votar. La semana siguiente, el vocero efemelenista, el diputado Roberto Lorenzana, calificó el 743 como 'una locura'. Y, no obstante, el mismo día en que Lorenzana hablaba de la locura que habían hecho los partidos de derecha, el secretario general del FMLN, Medardo González, exigía a los magistrados que acataran el decreto. Y lejos de ofrecer los votos para derogarlo, dijo que solo iban a hacerlo si los magistrados constitucionalistas prometían sentenciar inconstitucionalidades si estas se amoldaban a la visión del partido de izquierdas.

Y mientras D´Aubuisson les reclamaba por su negativa a apoyar la abolición del 743, los diputados efemelenistas Benito Lara y Margarita Velado se miraban unos a otros. El espectáculo crecía en intensidad y a medida que llegaban más cámaras, grabadoras y libretas, los protagonistas subían la voz y la tensión en la sala era directamente proporcional a la cantidad de público.

Cuando el diputado arenero terminó su discurso, los del PDC y del PCN dejaron sentado que no les interesa derogar el decreto. Para la democristiana Ana Guadalupe Martínez, a estas alturas, cuando el decreto ya ha sido aprobado y enviado a publicar por el presidente Funes, no hay debate que valga: “Al votar a favor del 743 solo estábamos ejerciendo nuestro derecho a la democracia. ¿Preguntan si es con dedicatoria? Pues ante la distorsión de las decisiones de la actual Sala, había que tomar una decisión”, sentenció.

Martínez no se detuvo y aseguró que la reacción afuera del palacio legislativo ante el decreto se ha sobredimensionado. Para ella, el 743 no ha ocasionado ninguna crisis institucional, y aseguró que  detrás de las protestas y reclamos de “la sociedad civil” se encuentran los intereses de la empresa privada, encarnados en Fusades y ANEP.

En este punto el discurso lo retomó el legislador pecenista Rafael Machuca. “El 743 está vivo, ya es ley nacional, y no deberíamos estar discutiéndolo en esta reunión. No vamos a aceptarle insensateces a la Sala. Eso de la inaplicabilidad es ilegal y casi un delito, y usted, presidente Ávila Qüehl, expone a esta comisión a ser acusada de desacato”, dijo al diputado arenero que preside la comisión.

Hasta ese momento, los dos diputados del FMLN en la comisión habían guardado silencio. Lara había permanecido impávido, por momentos hojeando el periódico durante la intervención de D’Aubuisson, Machuca y Martínez. En cambio, aparentemente no había sido tan fácil para su compañera Margarita Velado, quien interrumpió en más de una ocasión a D´Aubuisson. Finalmente, Lara pidió la palabra para responder al arenero.

En primer lugar, Lara le recordó que quienes votaron a favor fueron los diputados de Arena. “El miedo de Arena era por la Ley de Amnistía, por (Alfredo) Cristiani. Así que no vengan tan campantes a decir que somos los responsables, si son ustedes. ¿Para qué votaron, pues?'

La Ley de Amnistía es el pacto político que acordaron la guerrilla del FMLN y el entonces gobierno de Arena en los Acuerdos de Paz de 1992, bajo el cual quedaron perdonados los crímenes políticos y comunes conexos con políticos ocurridos durante la guerra civil.

D´Aubuisson retomó la palabra para hacer ver que ahora es el FMLN el que está a favor del decreto. Quizás las palabras de dirigentes como Medardo González le dan la razón, porque si como el partido de izquierdas dijo en su comunicado, el 743 atenta contra la institucionalidad del país, podrían resolverle a la nación un problema al votar junto con Arena para derogarlo. “Es pura alharaca” lo que dice el FMLN, djo D´Aubuisson. En ese momento, Margarita Velado amenazó con abandonar la sesión aduciendo faltas al respecto.

En tal punto de la discusión, Lara volvió a recordar el condicionamiento que su partido ha puesto para desatar las manos a la Sala: que los magistrados asuman compromisos para resolver según los efemelenistas desean. O, en palabras del secretario general, 'que cambien de actitud'. Por eso Lara dijo no poder prometer acompañamiento a Arena en su intento de derogación. “Todo depende de la reunión con los magistrados, y esa reunión aún no tiene fecha”, dijo.

Y aunque Arena asegura ahora que quiere que se derogue el 743, también ha dejado claro que si la Sala no resuelve a su gusto y medida, podrían eventualmente emitir otro decreto similar. El mismo presidente arenero, Alfredo Cristiani, lo aclaró la semana anterior, cuando anunció que su partido se retractaba. Dijo que tenían información de que los magistrados estaban a punto de declarar inconstitucional la Ley de Amnistía de 1993. Y dijo que eso no lo iban a permitir. Y que cuando supo que no era cierto que hubiera una sentencia inminente, decidieron retroceder en su intención de maniatar a los magistrados.

El tiempo pasaba y la comisión aún no discutía la petición de Arena. Ávila Qüehl, hasta ese momento, había ejercido como poco menos que un moderador o maestro de ceremonias, limitado a conceder turnos de palabra. Muy distante de aquel diputado que el jueves 2 de junio calificó el decreto como 'aberración jurídica' y se retiró de la sesión plenaria para que un suplente lo relevara. Este lunes intentó alejar el discurso de su partido del limitado a la Ley de Amnistía. 'Nosotros no estamos pidiendo la derogación por los intereses privados del ex presidente Cristiani, aunque reconocemos que la Amnistía es la columna vertebral de los Acuerdos de Paz. Esa ley también perdona a los asesinos de 26 alcaldes durante la guerra –crímenes cometidos por la ex guerrilla-, y a los ex militares que están hoy en esta Asamblea Legislativa –ligados al PCN-, que también tienen su pedacito de culpa”.

Finalmente, Ávila Qüehl se atrevió a señalar a los promotores principales del decreto, que fueron los partidos PCN y PDC, dolidos porque los magistrados sentenciaron que ambas organizaciones deben ser canceladas porque con artificios inconstitucionales sobrevivieron a la elección presidencial de 2004. “Hay otros que, por sus motivos mezquinos, votaron para salvar su posibilidad de seguir existiendo como partidos políticos, o porque les quitaron magistrados del Tribunal Supremo Electoral”.

El dirigente pecenista Rafael Machuca rio burlón y cruzó una mirada de complicidad con Ana Guadalupe Martínez, pidió la palabra a su contrincante de turno, viró su silla y la mirada hacia Ávila Qüehl y comenzó su declaración final. “Le guste o no, señor presidente, nosotros estaremos en las elecciones de 2012. Aunque en ese momento usted estará en la Corte Suprema”.

Fue una declaración tan irrelevante como enigmática dentro de la discusión partidista. Ávila Qüehl lo vio fijo, entre la burla y la estupefacción, alzó su puño derecho pero no pudo decir mucho a tiempo, porque Machuca se levantó de su silla y abandonó la sala. 'Se rompe el quórum', balbuceó el arenero. 'Nos quedamos si quórum', insistió, mientras con la mirada hacía un rápido recuento de los diputados que quedaban en la sesión. 'Usted tira la piedra y se va', alcanzó a reclamar a Machuca, mientras este dejaba la sala.

Afuera, Machuca aseguró que se iba porque tenía una cita médica que atender. Cuando El Faro le preguntó por qué dijo que Ávila Qüehl tendría un puesto en la Corte Suprema, alegó demencia. 'No sé por qué lo dije', respondió, y apresuró el paso agregando que se le hacía tarde para su cita con el médico.

Ya sin quórum, Benito Lara pidió la palabra y dio un espaldarazo a los intentos de Ana Guadalupe Martínez por deslegitimar a la gente que ha salido a las calles a manifestarse contra el decreto 743. Si la pedecista dijo que eran expresiones de ANEP y Fusades, el efemelenista dijo que eran representantes del partido Arena los que se decían indignados por el decreto y que andaban manifestándose Un segundo después, con la imposibilidad ya de tener resolución debido a la escasez de diputados, y solo después de dos horas y media de andarse por las ramas, llamó a un debate serio y democrático y rogó a sus colegas que se centraran en discutir la correlación y el contrapeso de los poderes del Estado.

Al final de la primera sesión para discutir la petición de Arena de derogar el decreto 743, el debate quedó en cero.

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