Opinión /

Solución al servicio de transporte público


Lunes, 12 de septiembre de 2011
Roberto Cañas

Nadie en el país, goza con verse maltratado por un motorista o cobrador. Nadie disfruta al exponerse a un accidente de tránsito por viajar en un bus viejo y en mal estado, por falta de mantenimiento automotriz. Nadie encuentra placer en utilizar un transporte público funesto. Se recurre a viajar en buses o microbuses no por masoquismo, es por necesidad y lo hacen más de la mitad de los habitantes de San Salvador, que usan el servicio de transporte público todos los días para movilizarse.

El Transporte Público: primero es un derecho, más que un negocio. Esto lo deben de entender los empresarios de buses. Toda persona tiene derecho a contar con un servicio de transporte público cómodo, de calidad, seguro y eficiente. Ya es hora de que el Estado salde su vieja deuda con los ciudadanos y el transporte público no sea un problema, si no un derecho, garantizado, con políticas que privilegien un transporte de calidad.

Es necesario comprender que el derecho a la vida también se ve conculcado al viajar en bus, ya que se pone en riesgo la existencia de los usuarios y usuarias que deben hacer uso de las unidades. La gente está expuesta a accidentes, asaltos. El derecho a la salud mental también está en juego por el nivel de miedo que conlleva usar estas unidades. Lo peor que esto es a diario, para exponerlo de una forma directa, hay una violación de derechos humanos sin parar contra los usuarios del servicio de transporte público.

Si ya no se soportan los malos tratos verbales y físicos en los buses, el peligro por el mal estado de las unidades, el riesgo constante de sufrir un asalto o accidentes por la excesiva velocidad con la que se conducen los motoristas. ¿La pregunta es por qué no se toman medidas radicales para solucionar el problema del transporte público? ¿Por qué los gobiernos por años no han tomado en serio cartas en el asunto?:

La respuesta tiene un fondo político: las elecciones se ganan movilizando a los ciudadanos el día de las votaciones y un partido que cuenta con empresarios de buses, que estén listos a usar sus unidades para transportar a ciudadanos a los locales de votación, es lo que hace la diferencia entre perder o ganar una elección eso lo saben todos los partidos políticos y por eso no actúan. Por eso se niegan a resolver definitivamente el problema del transporte público.

En el año 2000 se dio a conocer un “Estudio de Organización del Transporte Colectivo de Pasajeros” en el AMSS, que fue elaborado por un Consorcio de Israel TAHAL para el VMT. Posteriormente, el Vice ministerio de Transporte recibió consultorías y varios planes maestros de transporte urbano. Alrededor de nueve millones de dólares se gastaron en dos estudios y un plan sobre el transporte urbano de pasajeros solo en los primeros 10 años del siglo XXI. No es por falta de estudios que no se resuelve el problema.

El problema del transporte público en el país se resuelve en primer lugar con voluntad política de resolverlo, la solución es crear un liderazgo nacional, que tome la decisión política de proponer la nacionalización del sistema de transporte y le demande los Órganos Ejecutivo y Legislativo que sin dilación tome cartas en el asunto.

Se debe dar por terminado el reinado de las mafias del transporte que hasta ahora hacen lo que les da la gana y permanentemente están amenazando con paralizar al país y que contantemente están  desafiando la autoridad del gobierno estas mafias viven de los subsidios que el gobierno les da, que son financiados con los impuestos de los contribuyentes.

Parte de la solución también es estudiar las respuestas que en diversas partes del mundo encontraron para resolver el problema, pues en ciudades como Barcelona, Los Ángeles o Nueva York, el transporte público es responsabilidad de las autoridades metropolitanas de transporte, y en América Latina se están desarrollando experiencias que demuestran que se puede enfrentar con éxito el problema: en Brasil  Curitiba, para el caso, es un ícono del transporte; pues en esa ciudad brasileña  nadie llega tarde a ningún lado gracias a una red integrada de buses articulados que circula por carriles exclusivos con una alta frecuencia.

Seguramente nada importante pasará antes de las elecciones y el servicio de transporte público seguirá igual, es un escenario para nada deseable pero es la realidad, los intereses partidarios volverán a estar por encima de los intereses de la población.

Pero no se puede aceptar esta realidad. Al menos se debería organizar un foro de intercambio de experiencias, análisis de la realidad de la problemática del transporte urbano que permita la formulación de propuestas de solución para presentárselas  a los candidatos a diputados y alcaldes a las elecciones de  marzo 2011 y buscar que asuman un compromiso serio que al ganar las elecciones van a resolver este problema.

A este foro se podrían invitar a representantes de los más importantes proyectos de transporte urbano colectivo y reordenamiento vial en América Latina, como el caso de La Red Integrada de Transporte Urbano Colectivo de la ciudad de Curitiba (Brasil), el Proyecto de Transporte Masivo de Transmilenio – Bogotá (Colombia), y el nuevo proyecto de Transporte Urbano Colectivo: el Metropolitano de la ciudad de Lima (Perú). Sin duda conocer estas experiencias contribuiría a tener insumos para transformar la realidad del transporte urbano en El Salvador.

Por otro lado la opción de la construcción de un Metro es otra solución que se debe de retomar, pues además de contribuir a resolver el problema del transporte, en lo inmediato, si se implementa daría empleo y tendría un efecto multiplicador propio de las inversiones de infraestructura de beneficio social.

Al final de cuenta lo que se está poniendo a prueba es la capacidad de “aguante” de los salvadoreños, la ciudadanía debería ejercer una presión sobre las instituciones para poder cambiar esto, pues estoy convencido de que no estamos condenados a tener un sistema de transporte público totalmente deplorable como el que tenemos.


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