Nacionales /

Votantes podrán marcar varios candidatos de partido o solo uno independiente

Los diputados han acordado que ellos, y no el TSE, aprobará las reformas electorales que son necesarias a raíz de la última sentencia de la Sala de lo Constitucional que habilita la marcación múltiple. También se está discutiendo cómo repartir los votos que se pidan solo a bandera y qué hacer en caso de empate.


Lunes, 28 de noviembre de 2011

Los diputados de los principales partidos ya acordaron un modelo de votación para marzo de 2012 en el que los candidatos independientes librarán una lucha desigual frente a los aspirantes partidarios a la hora del conteo de votos. Para ganar una diputación, los no partidarios contarán con los sufragios obtenidos individualmente, mientras que a los candidatos de un partido, en cambio, les bastará con que su partido obtenga una buena masa de votos y superar en votos propios a los otros candidatos de su organización, para acceder a una diputación.

El acuerdo incluye, aparte del modelo de escrutinio, las reglas de votación: los ciudadanos podrán marcar más de una fotografía de candidatos de un mismo partido, pero no podrán votar por más de una persona que compita sin afiliación partidaria. En caso de que el votante marque exclusivamente la bandera del partido, este voto se acumulará en favor de la organización para efectos de determinar a cuántos escaños tiene derecho. 

Al menos FMLN y Arena ya están de acuerdo en estos puntos, aunque la propuesta aún no tiene redacción definitiva y será presentada esta semana en la Comisión de Reformas Electorales. La intención de los legisladores de la comisión es someterla a votación en la sesión plenaria de esta semana.

Estas últimas reformas son una deuda que pretende poner al Código Electoral en concordancia con la última sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que habilitó a cada votante para que, si así lo desea, pueda marcar en favor de más de un candidato a diputado. La marcación múltiple, sin embargo, siempre equivale a un voto pues, explica la Sala, existe una sola expresión de voluntad.  

El sistema de votación en estudio supone que la marcación de varios rostros de candidatos a diputados será válida siempre y cuando las marcas vayan a candidatos de un mismo partido político. Otra opción es que las marcas vayan a candidatos independientes. 

En su sentencia de hace tres semanas, la Sala pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que diseñara el sistema de votación pero también dio la misma potestad a la Asamblea Legislativa, el Órgano del Estado encargado de crear y reformar leyes. El Tribunal acordó elaborar un borrador y presentarlo a la Asamblea. El presidente del TSE, Eugenio Chicas, trabajó con otros magistrados una propuesta de reformas al Código Electoral para presentarlo a los diputados, pero estos resolvieron la semana pasada y de manera unánime que serán ellos quienes reformen la ley electoral, y no el Tribunal. “La Asamblea es la única que puede aprobar o reformar leyes”, dijo, escueto, el parlamentario Guillermo Ávila Qüehl, de Arena.

Los diputados consultados aseguran que esta vez respetarán el espíritu de la resolución de la Sala y permitirán que el ciudadano tenga la potestad de expresar su preferencia en la papeleta de votación y que esta sea respetada. En ocasiones anteriores, los legisladores han dicho lo mismo y la Sala ha terminado por declarar inconstitucionales diversas de las reformas aprobadas desde cuando en julio de 2010 la Sala habilitara las candidaturas independientes y dispusiera que las listas con un orden preestablecido de candidatos, según el cual tendría que otorgarse los escaños legislativos, era inconstitucional. Los partidos políticos han considerado que el fallo de la Sala les resta poder porque favorece la creación de candidaturas no partidarias y porque les quitó la potestad de decidir -por encima de la voluntad del electorado- quiénes se convertían en diputados.

Con el acuerdo preliminar en la comisión, el efecto de la disposición sobre el escrutinio es que, en términos de votos, un diputado electo que provenga de planillas partidarias podría costar menos que uno independiente. Esto se explica porque mientras el candidato no partidario tiene que conseguir tantos votos como lo indique el cociente electoral de su respectiva circunscripción, el candidato de planilla solo tendrá que preocuparse porque su partido logre la mayor cantidad de votos válidos posibles porque así hay más probabilidades de que él pueda ocupar un escaño.

En favor de los candidatos de los partidos está que por otra sentencia de la Sala de lo Constitucional deben presentar tantos candidatos a diputados como escaños tenga una circunscripción departamental. El caso de San Salvador ilustra esta situación: cada partido deberá presentar 24 candidatos a diputados, y los votos del partido serán la suma de los que hayan sido marcados por la bandera más los que hayan sido marcados sobre los rostros de los candidatos de ese partido. De esta forma, el partido asegura cierta masa total de votos que solo necesita ser igual o mayor que el cociente electoral para asegurar al menos una plaza en la legislatura 2012-2015.

Para los candidatos de planilla habrá un primer conteo que determinará cuántas diputaciones ha ganado el partido al que representan, y luego, otro para determinar quiénes ocuparán esos puestos.

Para saber a cuántos escaños tiene derecho un partido habrá que dividir el total de votos válidos que obtuvo entre el cociente electoral de la circunscripción departamental respectiva. Los que ocuparán esos puestos serán los que hayan obtenido más marcas individuales.

Los votos válidos, según el planeamiento de los diputados, serán cuatro: cuando se marque una bandera; cuando se marque una bandera y a la vez uno o varios candidatos partidarios; cuando se marque solo una o varias candidaturas del mismo partido; y cuando se marque una sola candidatura independiente. Lo que esté fuera de estos parámetros será voto nulo y no se utilizará en el escrutinio.

Los candidatos independientes lograrán una diputación si alcanzan el cociente electoral requerido, mientras que los no partidarios obtendrán su diputación, incluso, sin haber alcanzado el cociente electoral. Bastará con que tengan un mayor número de marcas individuales que sus compañeros de planilla, por mínima que sea esa cantidad. La estrategia electoral de estos aspirantes podría tener como objetivo convencer a su masa de votantes a que marque la bandera pues, de esa manera, se beneficiarán indirectamente.

El 'cociente electoral' no es más que el costo en votos de los diputados. Cada circunscripción electoral (departamento) tiene su propio cociente. Este resulta de dividir todos los votos válidos que se registran en un departamento -tanto los votos por bandera como por candidatos ya sean partidarios o independientes-, entre la cantidad de escaños que por ley están disponibles en ese departamento. El Código Electoral indica en su artículo 13 cómo se reparten los 84 diputados en las 14 circunscripciones departamentales. San Salvador, por ejemplo, otorga 24 diputaciones de las 84 de todo el país.

Cada partido tendrá la cantidad de diputados como veces el cociente electoral quepa dentro de los votos válidos de la organización. Si un partido no logra el cociente electoral, el número de votos que obtuvo se llamará 'residuo' y le servirá para competir con esos votos por aquellas diputaciones sobrantes, es decir, las que ningún partido político fue capaz de conseguir mediante cociente electoral. El residuo más alto es el que se lleva la diputación.

Voto por bandera

Dentro de la discusión de la propuesta de reformas está la pregunta de qué hacer con los votos que solo vayan dirigidos hacia una bandera de partido político. Las nuevas reformas, manifestaron las fuentes consultadas, respetarán que las marcas que se hayan hecho por una bandera se utilicen tanto en el conteo para determinar a cuántos escaños tiene derecho un partido, y en el segundo conteo para definir quiénes son los que ocuparán esos cargos.

Quizás es el segundo conteo el más intrincado puesto que debe quedar claro cómo se distribuirán, equitativamente –como lo manda la Sala de lo Constitucional—los votos por bandera. La propuesta que se está alistando para martes, según confirman los diputados, incluye la opción para que los votos de bandera sean “el piso” de cada candidatura, es decir, que la cantidad de votos al partido se asigne automáticamente a cada candidatura de planilla.

Es decir, si el segundo conteo muestra que para la bandera hubo 700 marcas, cada candidato de la planilla por esa circunscripción recibirá 700 marcas de igual manera.

En este sentido, una de las propuestas que se ha discutido en la comisión es que sea cual sea la cantidad de votos a repartir, sea uno el voto que se añada al conteo de cada aspirante. “Da igual la cantidad de votos que reciba la bandera, al final, supone un apoyo extra al aspirante”, explicó una fuente que pidió el anonimato, porque los partidos todavía están negociando los términos de la reforma.

Esta propuesta es diferente a dividir los votos por bandera entre los escaños ganados, como se pensó al principio. Dividirlos supondría que, por ejemplo, 100 votos por bandera se dividan entre los aspirantes de la circunscripción. Pero hay departamentos que tienen solo tres escaños en disputa, lo cual forzaría a los diputados a dividir 100 entre tres, cuyo resultado es 33.33333333... con decimales hasta el infinito. Los diputados, sin dar muchas explicaciones, no están dispuestos a que el sistema electoral incluya decimales. “Es que el voto es unitario”, explica Nelson Guardado, de Gana.

Por otro lado, repartirlos en un secuencia hasta que se agoten supone que cuando sean circunscripciones impares, la repartición será desigual, puesto que habrá uno que no reciba la misma cantidad de votos que el resto.

¿Qué hacer en caso de empate?

Los diputados están esperando que el asesor técnico de la comisión termine de preparar la redacción de las reformas. La propuesta también definirá qué hacer en caso de que haya un empate en votos válidos entre partidos políticos o entre candidatos contendientes. Tanto el TSE como los diputados están valorando la posibilidad de que todo empate se resuelva con un sorteo organizado por la máxima autoridad electoral del país, el Tribunal. Sin embargo, otra de las opciones que se baraja en caso de empate, aunque no está siendo promovida por ninguna fracción en específico, es que los escaños se vayan asignando según el orden propuesto por la Asamblea. Jackelin Rivera, diputada del FMLN, considera que en caso de empate, los partidos tienen esa prerrogativa, una vez agotados otros mecanismos.

Otro de los aspectos en los que aún no hay consenso es si la casilla de cada candidato debe incluir un número correlativo. Esto permitiría que durante la campaña proselitista se pida el voto por un número y no por el nombre completo o una fotografía. Cada uno de los 84 diputados tendría un número correlativo para identificarlo.

Arena ha señalado que el FMLN pretende que las casillas de todos los candidatos vayan sin número porque así podrían inducir al votante a que marque la bandera. El FMLN ha insistido, desde que la Sala habilitó las candidaturas no partidarias hace año y medio, a promover reformas que privilegien la votación por bandera política y que se respete el orden de planilla tal como el partido la propone, en detrimento de la voluntad ciudadana para ordenar dicha lista según las preferencias de quienes voten.

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.