Los eventos de los últimos días, el medio periodo del gobierno y el principio de un nuevo año, hacen pensar en esa frase de Mafalda que sirve de título de esta columna. Varios eventos públicos recientes tienen relevancia para el país, el fin de año y el punto medio de un gobierno sirven de reflexión, todo ello permite soñar en un mejor El Salvador; reconociendo que ese mejor país no se logra de un día a otro, ni en un año, pero que sí podemos empezar a construir, a abrir camino, para cambiar de rumbo.
El hecho reciente más relevante es la reforma fiscal. Ella es positiva por su contenido y por su proceso. La reforma permite al país empezar a enderezar sus finanzas públicas ya que trae mayores ingresos al fisco en una época de crisis financiera mundial y disminuye la regresividad del impuesto de la renta.
Igual de relevante es el proceso que se dio para aprobar la reforma. Primero, el FMLN y el Ejecutivo que tomaron el liderazgo presentando sus propuestas; actores claves del país que antepusieron los intereses de nación al miedo de los costos políticos que la reforma pudiera traer.
Ellos mantuvieron y defendieron sus criterios claves de equidad y eficiencia en sus propuestas al proponer impuestos que no castigaran a las mayorías, pero que traigan ingresos importantes al fisco de forma no complicada. Es de reconocer también el papel y el valor de actores claves tradicionales, como FUSADES y algunos empresarios, que -con reservas- apoyaron la reforma, demostrando visión de país, entendiendo que el sacrificio de pagar un poco más se les recompensará si logramos un país mejor y en paz.
Otros actores priorizaron la defensa de sus intereses particulares, pero todos ellos pudieron debatir y exponer sus principios y opiniones. Ojalá esos actores, especialmente las gremiales empresariales, ahora que la reforma es un hecho, abandonen su posición de confrontación y sumen esfuerzos para construir un país de todos. El Gobierno debe también dar cumplimiento a lo prometido y continuar con la reforma administrativa financiera para reducir los evasores y el gasto público, especialmente los subsidios no focalizados. Ello no lo puede realizar el gobierno solo, necesita el apoyo social y, sobre todo, de los partidos políticos que no deben continuar partidizando los subsidios para lograr beneficios para unos pocos a costa de un elevado precio para el país.
Otro hecho importante es la elección de El Salvador, por parte del gobierno de EUA, para un segundo pacto con el Reto del Milenio, ello podría traer al país un financiamiento sustancial, como fue el primer pacto. La intención es usar esos recursos para terminar la carretera del Norte y desarrollar la zona del litoral del Pacífico. La zona del Pacífico es una zona con gran potencial económico a la vez que tiene varios lugares con pobreza alta, por lo que la selección es acertada, pero para que su desarrollo sea eficiente debe ser un crecimiento económico-social balanceado; no se puede invertir solo o desproporcionadamente en infraestructura sin una inversión similar en lo social; debe ser un desarrollo que incorpore lo local, que priorice los proyectos municipales y no los megaproyectos.
La economía mundial sigue mal, lo que afecta sustancialmente la nuestra por esa dependencia tan grande que se desarrolló a través de muchos años, pero a pesar de ello las remesas siguen creciendo y han recuperado sus antiguos niveles. A través de las remesas nuestro pueblo sigue poniendo su parte, la cual es ahora el eje más importante de nuestra economía. La CEPAL en su informe anual reporta que la pobreza y la desigualdad setán disminuyendo en América Latina producto de los ingresos laborales y el aumento en las transferencias públicas y, en nuestro país debemos agregar, por las remesas. Sin embargo, continúa una pobreza alta por lo que no debemos descuidar esa lucha; debemos focalizar los subsidios, no eliminarlos.
Terminamos el año con algunos hechos que nos dan esperanza, el gobierno empieza la segunda mitad de su mandato, empezaremos el año con elecciones lo que siempre dificulta las tareas públicas, pero luego debería venir un periodo de calma, un periodo en el cual se pueden lograr acuerdos de nación. Los narcos y pandillas seguirán estando, pero los podemos ir aislando, especialmente si generamos empleo y logramos participación popular. Los políticos egoístas y algunos hasta borrachos seguirán, pero podemos castigarlos con el voto. Hay factores que permiten pensar que el consejo de Mafalda de agarrar y dar el mejorazo, es posible. No será de inmediato, pero se puede. Que el 2012 sea bueno para El Salvador.
