Nacionales / Política

'Ni siquiera aspiro a ser alcalde'

Espinoza explica el acertijo que recoge el titular de esta entrevista: su sueño trasciende la posibilidad de quitarle la silla a Norman Quijano. Ex integrante de las FPL, dice que nunca tomó un arma porque hacía música con Yolocambia-Itá. Ahora, a sus 50 años, compite con la bandera de CD solo por necesidad legal, no se hace resposable de las fallas del partido y espera que este solo le aporte 'lo positivo'.


Lunes, 30 de enero de 2012
Ricardo Vaquerano

La manera en que habla -el timbre de la voz, la cadencia y su modulación- recuerda un poco a la del ex alcalde capitalino Héctor Silva. Fue parte del primer concejo de este (1997-2000) y 12 años más tarde él mismo quiere ser alcalde... aunque por momentos su vocación de activista parece poseerlo y lo hace confesar que si el movimiento 'San Salvador otra ciudad es posible' lo postuló como candidato a alcalde fue porque la candidatura le daba la posibilidad de dar a conocer su ideario. Ya en el camino, dice, el movimiento vio que tal vez hasta podían ganar...

Andrés Espinoza fue parte del grupo musical Yolocambia-Itá y se sigue considerando un artista, pero su oficio u ocupación principal es otra. 'Soy cantautor y esa es mi pasión... y me dedico a hacer libros y revistas'. Cuando se le pregunta cómo es él, duda unos segundos y responde: 'Te voy a decir por qué mi esposa dice que se casó conmigo: por mi creatividad. Creo que soy una persona sui generis, muy independiente, transparente, directo, soñador, muuuuy soñador, y aunque suene paja, creo que todos nuestros males se pueden revertir'.

Explica que el movimiento que lo propuso como candidato a alcalde nació hace tres años, lo forman 18 personas y tiene una serie de 'colaboradores' cuyos nombres han estado en exposición pública durante décadas. 'El movimiento lo dirigimos Herbert Granillo y yo. Nos colaboran personas como Dagoberto Gutiérrez, Abraham Rodríguez, Hermann Bruch y Domingo Méndez'.

Si pierde la elección del 11 de marzo, seguirá con su proyecto de cambiar la mentalidad de la ciudad y de sus habitantes, pero se aferra a la esperanza de que el descontento de la gente con los partidos sea la clave del milagro que obre su triunfo. Y si él compite con la bandera de CD es solo porque la ley lo exige. Y puesto a evaluar a su partido, se rehúsa a opinar de la denuncia de oferta de una plaza fantasma en la Asamblea Legislativa por parte de un ex secretario general, o de que el único diputado de CD tenga a su servicio a 16 personas pagadas con dinero de los contribuyentes. 'Preguntale a él', responde dos veces.

Andrés Espinoza. Foto Mauro Arias
Andrés Espinoza. Foto Mauro Arias

Usted se dice un amante de este país. ¿Por qué lo ama?
Yo he viajado un poquito, más de 350 ciudades en 42 países y mientras más viajo, yo más me regreso. '¿Por qué?' No lo sé. Supongo que la tierra y la sangre están entremezcladas, mi madre me enseñó a amar este país y, sobre todo, me enseñó a hacer de tripas corazón. Este país tiene un embrujo extraño, y aunque viví mucho tiempo en Europa -casi 6 años, en gira básicamente- no me nació quedarme, de ninguna manera. Yo dije que me iba a ir a la ciudad que no tuviera congestionamientos o que pareciera que está bien organizada, conocí Curitiba, que es como la ciudad ideal en el área urbanística y de planificación, y por ningún motivo me quedo en Curitiba, aunque me fascinó. Y las cosas que hemos aprendido en el camino las queremos aplicar ahora.

También dice que está descontento con la ciudad. ¿Por qué lo tiene descontento la ciudad?
Mira. Cuando nosotros fundamos hace tres años este movimiento 'San Salvador otra ciudad es posible', sale de discusiones entre amigos y criticando cosas y criticando cosas de repente surge la pregunta entre los amigos: 'Bueno, tanto que criticamos, ¿y nosotros seremos capaces de proponer?' Entonces dijimos: 'Bueno, si queremos criticar estamos obligados a proponer. Solo proponer nos da derecho a criticar'.

¿Ah, sí?
Pues sí, si desde las graderías es bien fácil echar el gol, pero estando ahí adentro las cosas cambian. Entonces acuñamos esa frase de que solo nos da derecho a criticar la capacidad y la valentía de proponer cosas, y uno de los puntos de coincidencia es que la ciudad, así como está, no nos gusta.

¿Y qué no les gusta de la ciudad?
Bueno, tenemos una ciudad con una calidad de vida que cada vez va más para abajo, todos los días pasa algo que nos complica la existencia, la salud y nos resta un par de días de nuestro futuro. La ciudad nos está matando. La ciudad se está desarrollando en negativo, y además, tenés otros componentes de la ciudad que nos complican la vida. Tu tiempo de desplazamiento, por ejemplo. Yo uso mucho a la ciudad de México como referencia, que es una ciudad colapsada, pero ahí vos te movilizás en hora pico entre 9 y 15 kilómetros por hora. Y en San Salvador, en hora pico te movés entre 3 y 9 kilómetros por hora. Un ejemplo está sobre la Avenida Jerusalén, entre el monumento a Yaser Arafat y el redondel de Naciones Unidas. Creo que hay 1.1 kilómetros entre ambos puntos y en hora pico, alrededor de las 6 de la tarde, tardás hasta 38 minutos en recorrer ese tramo. Eso significa que te estás moviendo a menos de 2 kilómetros por hora. Y esa realidad la enfrentás en 50 puntos de la ciudad a la misma hora. Tenemos un estudio que nos habla de que más de 600 millones de dólares -¡600 millones de dólares!- gastamos en la factura petrolera cada año perdiéndolos en los congestionamientos.

¿El problema del desplazamiento en la ciudad es el principal factor de descontento de ustedes?
Ese es uno. El otro factor es que tenemos una economía en la que el 80% es informal, y la posibilidad de evolucionar de la pequeña empresa es menos factible que la posibilidad de involucionar. Además, la economía familiar en cada momento se nos complica más y la posibilidad de encontrar trabajo es complicada. Pero, además, te enfrentás a una ciudad violenta, impresionantemente violenta. ¿Cómo te explicás cuatro asesinatos, según lo publicado por la prensa, por un estacionamiento? Algo está mal en el cerebro de los sansalvadoreños.

Estos dos últimos dos puntos son propios de El Salvador, no privativos de San Salvador.
Nuestro abordaje es desde la perspectiva urbana y para cada una de las cosas que te estoy diciendo tenemos una propuesta que hacer.

¿Estos son los tres puntos fundamentales?
No, no, no... Nosotros como movimiento creemos que San Salvador tiene tres problemas. El primero es que tenemos un gravísimo problema cultural, y eso es lo que hay que cambiar, y de ahí se desprenden otros dos problemas graves: tenemos un más palpable problema de cambio climático...

¿Y en qué consiste el problema cultural?
Te voy a plantear primero los problemas que vemos y después qué estamos pensando que podemos hacer con esos problemas. Cuando hablamos de problema cultural estamos hablando de toda la actividad del ser humano y referente a su entorno, y eso tenemos que transformarlo. Desde las cosas más sencillas, como botar basura en la calle, hasta las cosas más complicadas, como tomar decisiones para transformar la ciudad... en qué transformar la ciudad.

¿Ese problema cultural es un problema de actitud?
El problema cultural que nosotros vemos en la ciudad está determinado por la actitud del ciudadano con su ciudad. Nosotros estamos convencidos de que esto lo determina la actitud de la ciudad hacia el ciudadano. En este entorno en que estamos en este momento a nadie se le ocurre tirar basura ahí porque hay un entorno que determina la actitud de la gente que viene aquí. Vamos al centro histórico. Ahí hay otra actitud del entorno hacia la gente. Entonces, la actitud de la gente la determina el estímulo que tiene, que es ciudad, ciudadana, y ahí tenemos una propuesta. ¿El proceso de la transformación cultural va a durar 20 años? ¡Nooo! Va a durar 100, pero nos parece que nadie está tratando ese tema con algún nivel de seriedad. Creemos que este es el problema más difícil que la gente lo entienda, pero es el más grave. El siguiente problema, que se desprende del tema cultural es el impacto del cambio climático en nuestra vida. La gente empieza a sentirlo y entenderlo más a raíz de las lluvias de octubre del año pasado, pero el año pasado hubo una reunión mundial de alcaldes en la Ciudad de México. Ahí nos encontramos con un estudio de la CEPAL que le presentó en esos mismos días a Casa Presidencial de El Salvador esta experta July Lennox sobre el impacto del cambio climático en El Salvador. Según ese estudio El Salvador no va a tener agua para beber en 10 años. Y según ese estudio El Salvador ya gastó 15,000 millones de dólares de su economía en los últimos años solo en mitigar efectos del cambio climático. Cuando vos ves eso yo no tengo más que preocuparme. Y pareciera ser que esto no está en la agenda de los políticos, que no es prioridad. La batalla contra el cambio climático se da en las ciudades, no en los bosques. Las ciudades son responsables de más del 70% de la contaminación ambiental, y son las que consumen la mayor cantidad de combustibles fósiles, al igual que los productos agrícolas. El tercer gran problema es el económico. ¿Y por qué pasa que el 80% de nuestra economía es informal? ¿Tiene solución? Nosotros creemos que sí. ¿Qué solución se le da al centro histórico? Yo me opongo rotundamente a cualquier método de violencia.

Después de escuchar estos seis puntos que ha esbozado me pregunto si no se equivocó de elección.
¿Por qué?

¿No debería estar buscando la presidencial de 2014?
¡Dios me libre con Dios me guarde!

Lo digo porque los seis puntos que ha mencionado son problemas nacionales, no privativos del municipio.
No, no es cierto.

Sí, mire: el económico...
... No, no es cierto.

... El de seguridad, por ejemplo...
... eso no es cierto...

... el de cambio climático...
... eso no es cierto...

¡Son problemas nacionales!
Es que son problemas nacionales, pero las ciudades tenemos un papel que jugar en resolver los problemas nacionales.

Sin el concurso de un gobierno nacional es poco lo que podría hacer...
... Pues ese poco que se puede hacer, hay que hacerlo, y las ciudades no lo están haciendo. Ese es el reto que tenemos: que lo que le toca a la ciudad hay que hacerlo. Ese es el problema y en este gobierno municipal eso se ha dado mucho. Hablemos del tema de la economía de la ciudad. Uno de los problemas más importantes en la economía de la ciudad es la forma en que nos movemos. ¿Y qué le toca a la ciudad en ese camino? Lo menos que aspiramos nosotros es hacer lo que a la ciudad le toca. El problema del centro histórico no se puede resolver si no le metemos diente al problema económico. Entonces sentémonos a esperar a que el país resuelva su problema económico. No, yo soy del parecer que algo puedo hacer desde mis limitantes. Y ni siquiera aspiro a ser alcalde, sino a transformar la ciudad. Nuestra batalla no es electoral, sino de transformación urbana. Nuestra principal meta es que la gente cambie el chip y haga lo que le toca hacer.

¿Y cómo es eso de que 'ni siquiera aspiro a ser alcalde'?
Mira, a mí mis asesores me han dicho que no diga eso. Nosotros no estamos por los puestos, los puestos se los dejamos a esos partidos mal llamados grandes solo porque tienen dinero y andan detrás de los huesos...

... Y los partidos pequeños, como CD, también andan detrás de los huesos...
... Pero nosotros no, nuestro movimiento no, y el hecho de que estamos en alianza con el CD es eminentemente legal. Si hubiera una posibilidad de presentarnos independientemente ahí estaríamos. Con el CD es con el que más empatía ha habido y al menos hasta ahorita se ha cumplido la parte de respetar nuestras individualidades.

Andrés: ¿y por qué en precampaña anda diciendo 'ni siquiera aspiro a ser alcalde'? Es decir, es candidato a alcalde pero no aspira a ser alcalde...
¿Cuál es mi aspiración, entonces? Administrar la cosa pública... no... eeeh... vaya...

Lo que usted quiere es incidir.
No, no, nooooo... quiero administrar la ciudad.

¿Ah, sí?
Vamos por partes. El problema político fundamental en que se ha sumido la ciudad de San Salvador y por lo cual los problemas no se resuelven es que San Salvador se ha convertido en un botín electoral, y las decisiones que este alcalde en particular está tomando han evidenciado que él nunca ha sido alcalde sino que sigue siendo candidato. Desde cuando ganó la alcaldía de San Salvador pasó a ser otro tipo de candidato y sigue siendo candidato. Lo que tenemos que romper es con el hecho de ese botín político. La ciudad necesita tratarse como ciudad, no como ventana electoral. Por eso yo digo que no aspiro a ser alcalde, sino a administrar la ciudad en función de transformarla. Aspiro a mucho más que estar sentado en esa silla, aspiro a que la gente nos entienda, a que la gente sea capaz de entender su papel en todo lo que te estoy diciendo, y que salga a la calle y lo defienda. Volvemos al tema: es un tema cultural. '¡No, si vos lo que estás diciendo es un problema nacional!' No, no es cierto, es impresionantemente local. Otro ejemplo: los mercados. El gobierno central en El Salvador dice que es necesario transformar la agricultura. El señor ministro ha dicho que hay que reactivar la agricultura y me pregunto si la ciudad puede aportar a eso. Me voy al centro histórico y descubro que el 60% de los vendedores de la calle tienen un origen 
campesino, pero están ahí porque el campo no resuelve su vida. Entonces a la ciudad le urge que el señor ministro logre reactivar la agricultura.

Entonces, de nuevo. ¿No será que se equivocó al postularse como candidato a alcalde y mejor sería que dirigiera una fundación o una ONG que haga manifestaciones de calle para presionar al Ejecutivo y al gobierno municipal?
Cuando nosotros nacimos como movimiento, en tres años El Faro nunca se interesó en entrevistarnos, pues le parecíamos poco interesantes. Hoy llevo dos o tres meses en esto y he estado dos o tres veces en todos los canales de televisión, hemos estado en seis páginas digitales y ahora siete con ustedes, hemos estado en 20 radios... entonces, no nos equivocamos, y además tenemos una posibilidad interesante de administrar la ciudad, dado lo mal que está. Y la gente percibe lo que te estoy diciendo. Hace dos meses La Prensa Gráfica sacó una encuesta cuyo encabezado decía que el señor Quijano tiene un 85% de aceptación, pero ese mismo texto decía que el 60% de 
los entrevistados consideraba que la ciudad estaba igual o peor que con la doctora Menjívar, y el 50% de los entrevistados consideraba que el rumbo de la ciudad era equivocado. Yo no me he equivocado al aceptar este reto, y mi reto no es ganar esa silla edilicia, sino transformar la ciudad.

¿Y transformarla desde dónde, entonces?
¿Desde dónde? ¡Desde mi casa, desde esta silla, desde esta conversación! ¿Sí? Es un cambio cultural, es mucho más profundo.

Si el 11 de marzo usted no obtiene más votos que los otros candidatos, ¿volverá a dedicarse a manejar su editorial o qué hará?
Desde cuando dejé de ser concejal en la alcaldía de San Salvador he mantenido esta lucha y no la voy a dejar. Nos hemos ganado el derecho a criticar a la administración anterior, al gobierno de la doctora Menjívar, a partir de que le llevamos decenas de propuestas para administrar la ciudad y por una mezquindad de su partido político no pasó nada. Me he ganado el derecho a criticar a don Norman Quijano porque antes de estar aquí le llevamos propuestas. El proyecto más emblemático que le llevamos en el segundo mes de su gobierno fue el de hacer por 79 millones de dólares un complejo comercial para los vendedores de la calle. ¿Y qué pasó? La mezquindad partidaria no permite que las ideas de alguien que no es de su partido tengan algún nivel de validez. Contra eso también estamos luchando. Entonces, esto no se acaba después del 11 de marzo. Gracias a este trabajo que estamos haciendo hay una fundación en el extranjero que nos ha pedido que exploremos la posibilidad de sembrar 2.5 millones de árboles. Estamos ya en un proceso de transformar mil taxis a tecnología limpia, gane o pierda. Estamos usando la candidatura para generar empresas cooperativas de vendedores de la calle.

¿Entonces no me equivocaba cuando sugería que en lugar de ser candidato a alcalde usted quizás debería buscar dirigir una oenegé o una fundación, desde luego que su proyecto sigue incluso independientemente de si hay elección?
Esto sigue y existe si tenemos voluntad de seguir en esto.

¿Usted lo que vio fue la posibilidad de utilizar una candidatura porque le iba a dar más exposición en medios a sus ideas de transformación?
Tenemos que tener claro que eso es lo que privó a la hora de tomar decisión. Conforme nos hemos ido metiendo en esto nos hemos ido dando cuenta de que tenemos posibilidad real de ganar la alcaldía.

¡Nooo!
¿Apostamos?

Ja, ja, ja...
¿Apostamos? Ese '¡Nooo!' te pido que lo resaltés en tu artículo con ese espíritu con que lo dijiste.

Vamos a ver: ¿de dónde saca eso?
¿De dónde sacamos esto? Las encuestas están midiendo el dinero que tienen los partidos, y ve mi monto de inversión en la campaña y mi crecimiento. Simple y sencillo. Sumá cuánto me cuesta a mí cada punto que tengo, que según los partidos políticos que me han comunicado sus encuestas, estoy tres veces más arriba de lo que yo creía que iba a estar. Yo aspiraba a tener un 2% a finales de diciembre y hay dos partidos políticos que tienen muchos recursos y cuyas encuestas me ubican a mí cerca del 6%.

Andrés, pero la intención de voto histórica que han reflejado las encuestas nunca ha sido proporcional al nivel de inversión de recursos de los partidos, especialmente hablando de Arena y FMLN.
Mirá, tenés razón... no en todos los casos. En este caso lo que te estoy diciendo es que si cruzamos los puntos que tenemos con lo invertido...

... Son muy eficientes...
... Somos muy eficientes. Y la eficiencia está en que lo que estamos diciendo se aleja de la politiquería y se acerca a la realidad. Hay una en un millón de probabilidades porque todavía se sigue midiendo el tema del pisto, del recurso. Si vos ves, ¿quién es la principal fuerza política en El Salvador? No son el Frente ni Arena, sino la gente que sólidamente no quiere votar por ninguno de los dos.

La que reniega de los partidos.
Vos lo has dicho. Ese es el punto. Para mí, ganar la alcaldía es bien fácil, solo tengo que lograr una cosa: que la gente me crea.

Si así es, la tiene fácil, porque si hay algo que usted puede decir con seguridad es que la gente no cree en los partidos.
Por supuesto. Es tan sencillo como que la gente nos crea. ¿Cuál es el principal problema que tenemos para que la gente nos crea?

Que la gente los oiga, supongo.
Uno, que vamos con un partido político, a pesar de que nosotros queremos ser independientes. Lamentablemente es un tema legal... ni tan lamentablemente, porque fijate que en el CD hemos encontrado gente valiosa, con grandes ideas...

... Bueno, nadie va a hablar mal de su casa...
... El CD no es mi casa...

... Claro que sí: usted está compitiendo con...
... El movimiento 'San Salvador otra ciudad es posible' es mi casa. Si nosotros lográramos que la discusión fuera por las ideas y no por las cancioncitas, tendríamos una oportunidad buena. ¿Y cuál es la gran pila de ganar la alcaldía de San Salvador?

¿Arreglar los parques?
Si todos los que vamos compitiendo por la alcaldía de San Salvador, que por ahora somos siete, dijéramos: 'Hombre, olvidémonos de ser alcalde y construyamos un planteamiento de futuro de ciudad'. Ya hay cosas escritas como Plamadur, como Plamatrans... hagámoslo, establezcamos una línea de desarrollo de la ciudad. Lo que me preocupa es que cada día que salgo de mi casa tengo más carros afuera. Lo que me preocupa es que el VMT dice que en seis años vamos a tener el doble de vehículos en la ciudad, que en 10 años no va a haber agua, que el señor alcalde tenga su problema con los árboles y se los ande mochando por todos lados... está trabajando por reducir la producción de oxígeno. Me preocupa del tema de los mercados, donde el margen de utilidad del intermediario que lleva los tomates es del 300 o del 400%, dándole sueldos de miseria al productor y dejándole márgenes pírricos al vendedor. Solo la ciudad, exigiéndole a los transportistas y a los intermediarios que se preocupen por la cadena de frío, podemos aspirar a que se nos reduzca hasta en un 30%, y en lácteos hasta en un 50%, y eso lo puede hacer el alcalde.

¿Qué es la cadena de frío?
Es cuando yo vengo donde el productor de tomates, los agarro y por un mal sistema de tranformación se me pudren, y cuando llego a venderlo he perdido hasta el 30% del tomate y se lo cobro al que me lo compra. Entonces esa ineficiencia la pagamos nosotros. Me preocupa el rastro municipal. Suponemos que en Estados Unidos hay 5,000 pupuserías. ¿Sabés cuántas libras de chicharrón salvadoreño se están vendiendo en esas pupuserías? Ni una. Se hacen con un producto mexicano que le llaman carnitas. ¿Y por qué no vendemos chicharrón salvadoreño a las pupuserías en Estados Unidos? Porque no hay certificación de salud, y la alcaldía de San Salvador tiene un rastro municipal y haciendo bien las cosas se podría conseguir la certificación. Decime si eso no sería algo importante para la reactivación de la industria porcina en este país. Entonces, ¿yo estoy pensando nacionalmente? ¡Estoy pensando localmente!

Usted plantea el problema del transporte en San Salvador como algo que toca transversalmente toda la dinámica del municipio. ¿Con la inseguridad sucede lo mismo?
Es que mirá: si no abordamos los problemas de fondo no resolveremos los problemas de inseguridad.

¿Qué puede hacer la alcaldía de San Salvador en el problema de inseguridad?
Te recordaré la frase que dijo el papa Juan Pablo II: 'Si no hay justicia para todos no habrá paz para nadie'. Y eso es el reflejo exacto de lo que estoy diciendo. Si no resolvemos la economía de la gente, en la perspectiva de la justicia social, no vamos a resolver el problema de la inseguridad.

Pero eso puede tomar varios años.
¡Pues tomémonos 20 años! O menos...

Para mientras, hay un terrible problema de homicidios.
Mirá el caso de Medellín, que en solo seis años pasó a ser la ciudad más peligrosa de América Latina a una de las más seguras. No puso más policías, aunque cambió una que otra ley, pero la esencia está en la vida de la gente. Ellos dijeron que necesitaban una revolución cultural. Este famoso alcalde de Nueva York, Giuliani, él sí puso más policías y cambió leyes, pero uno de sus componentes fundamentales fue la reactivación de la pequeña y la micro empresa. Si no resolvés la vida de la gente y la seguís ahorcando, no vas a resolver el problema de la seguridad. Estamos realmente decididos a hacer que la vida sea más vivible, más allá del tema partidario y del tema ideológico. Y en el tema ideológico a veces me preguntan si soy de izquierda o de derecha y yo respondo que mi corazón está donde debe estar.

Revisemos las cosas que hemos platicado. Para resolver el problema del transporte, ¿cómo le hará? ¿El metrobús?
No, nada que ver. El problema se llama interconectividad vial, cómo nos movemos, para dónde y por qué nos movemos. Y en esa misma lógica, qué herramientas tenemos. El 11% de los carros que vos ves en la calle anda buscando dónde dejar su vehículo. Ni siquiera pagando encontrás lugar donde dejarlo en la zona del Salvador del Mundo. Sin embargo, tenemos alrededor de un millón de metros cuadrados en San Salvador abandonados... ¿por qué no los convertimos en estacionamientos?

Un factor del problema de transporte es el del irrespeto a la ley de tránsito, incluso frente a policías. ¿Qué puede hacer la alcaldía en esto?
Vaya. Estamos hablando de la movilidad. Primer punto: que ese 11% de los carros que andan circulando por ahí se salgan de las calles. Dos: la alcaldía puede promover los horarios escalonados, y el alcalde, al tener iniciativa de ley, está obligado a proponer todas las leyes posibles que crea él que van a mejorar la ciudad. Tenemos otro tema que sí depende exclusivamente del alcalde: la carga y descarga. Acá cualquier camión se mete a cualquier hora en cualquier parte para cargar o descargar. Solo con esas medidas te garantizo que partimos en dos las trabazones. Pero además, toquemos el transporte masivo. Hay que transformarlo, y no se trata de poner trolebuses o metrobús; no se trata de cambiar tecnología, sino sistemas. El señor viceministro de Transporte acaba de decir que hay 7,000 unidades de transporte masivo circulando en San Salvador, pero Plamatrans, que fue hecho en el 98, decía que San Salvador necesitaba mover 50,000 personas-hora-dirección. Supongamos que ahora sean 80,000, esas las movilizás con 2,000 unidades, no con 7,000. Entonces, si sacamos esas unidades estamos desbloqueando las calles y contribuyendo a oxigenar la ciudad y estás contribuyendo a la economía, porque les estás quitando el costo de esos 5,000 buses que andan en la calle y no hacen falta.

Estos dos últimos puntos obligan a preguntarle a usted: ¿quién hace esto?
¡El VMT!

Óigame, si el VMT históricamente ha demostrado ser inútil para los intereses de la gente y hasta ha tenido connivencia con los intereses particulares de los transportistas, que no necesariamente son los de la ciudad.
El alcalde debe liderar ese proceso.

Antes de la entrevista, no pude evitar escucharlo a usted decir por teléfono celular a alguien 'ya vamos terceros'. Supongo que se refería a intención de voto.
No tenemos la plata para hacer estudios propios, pero las encuestas que hemos conocido de otros partidos, nos ubican a la par de Silvia (Aguilar) y, creería yo, que si la tendencia se ha mantenido estamos ligeramente arriba. Es un símbolo de que estamos haciendo las cosas medianamente bien.

¿En cuál encuesta aparece tercero?
Solo si me prometés no decirlo.

Si se lo pregunto para contarlo a la gente.
Ah, pues no te lo puedo decir. Son dos partidos políticos quienes nos han comunicado sus encuestas internas.

¿En las dos aparece usted a la par de la candidata de Gana?
Sí.

¿Y quién aparece en primer lugar en esas dos?
Don Norman, claro, y en segundo lugar Schafik. ¿Qué significa esto para nosotros? Que la gente nos está escuchando. Y quizás el cuestionamiento de fondo que me has hecho tiene razón: nuestro lenguaje suena nacional y es una de las barreras que tenemos que romper.

¿Qué le aporta el apellido CD a su candidatura?
Me aporta grandes nombres: Héctor Silva. Me aporta grandes nombres a pesar de...

... Pero esos eran 'tiempos de Conciliación', digamos...
Sí, pero ha dejado un legado.

¿Y no se ha perdido ese legado cuando usted mira, por ejemplo, al secretario general de CD, Óscar Kattán, ofreciendo plaza fantasma a Juan Pablo Durán en la Asamblea Legislativa para que este se fuera del partido?
Pues yo espero que no. Cuando decidimos pactar con CD, y cuando todos los partidos nos vinieron a buscar -porque todos vinieron a buscarnos, excepto Arena-, nosotros lo único que evaluamos es qué cosas positivas tienen estos partidos, quiénes están dispuestos a respetar nuestra individualidad y con quiénes nos sentimos más cómodos nosotros. ¿Qué nos aporta CD? Nos aporta nuestra independencia, nos aporta respeto y algún aprendizaje de personalidades de las que seguimos aprendiendo, como el caso de Héctor (Silva). Lo que hizo en el FISDL supera 20 veces lo que hizo Kattán que vos me estás diciendo. Esto no puede opacar la trascendencia de este señor.

El único diputado de CD, Douglas Avilés, dice: 'Solo tengo 16 empleados en la Asamblea Legislativa'...
¿Ajá?

... Como quien dice 'yo sí soy bueno'...
¿Ajá?

¡16 empleados para un solo diputado!
¡Preguntale a él!

Y en el caso de Kattán, el partido, lejos de transparentar el asunto, le echó tierra y ahora lo lleva como candidato a diputado por Sonsonate.
¡Preguntale a él! Yo me quedo con lo bueno.

¿No ve esto como un lastre para su candidatura?
No, no lo veo como un lastre. Creo que son etapas superadas. No todo es bueno, no todo es malo en ningún partido, y yo aspiro a que las cosas negativas no nos salpiquen, y las cosas positivas incorporarlas para aprender de ellas. Si no rompemos ese esquema de seguirnos recordando lo malo, los errores que pudimos haber cometido, seguiremos teniendo la ciudad que tenemos y el país que tenemos.

En términos de caudal de votos, ¿cuál es su meta? ¿Ser tercero el 11 de marzo?
Mi meta es administrar la ciudad, mandar la ciudad.

Esa es su meta. ¿Y su estimación es que quedará en cuál lugar?
Vuelvo a insistir: los resultados que estamos percibiendo nos permiten esperar capturar a ese votante desencantado con los partidos, y con eso obtendríamos más que los otros dos partidos.

Veamos: su meta es ganar, ¿sí?
Sí.

¿Pero qué le dicen sus estimaciones más realistas?
Que ganaré.

Fotos: Mauro Arias

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