Opinión /

Política económica en inglés


Lunes, 13 de febrero de 2012
Roberto Cañas
En El Salvador la política  económica está escrita en inglés, las principales medidas económicas del  gobierno están redactadas en ese idioma: el país tiene una Letter of Intent, con el International Monetary Fund, y los principales motores para el desarrollo de la nación según el secretario técnico de la presidencia son el Partnership to Grow and  the Millennium Challenge Account.

Todo esto traducido al español significa que el gobierno tiene firmada una carta de intenciones con el Fondo Monetario internacional donde se define el  desempeño económico y fiscal  que debe tener la administración Funes  bajo el Acuerdo Stand-By firmado por  tres años. Si algo le quita el sueño al ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, es que el gobierno no pueda cumplir con las metas macro económicas comprometidas con el FMI y lo que más le preocupa es que no se logre disminuir el déficit fiscal. 

Todos sabemos que parece que es más fácil reducir el déficit por el lado del gasto recortando presupuestos de ministerios y focalizando subsidios, pero es más complicado el incremento de los ingresos tributarios pues esto supone fundamentalmente aumentar impuestos, para el común de los salvadoreños es desconocida la carta de intenciones donde están escritos los compromisos del gobierno, qe está disponible, en inglés, en la página web del FMI.

No se puede olvidar que El Salvador en la década de los ochenta fue un caso típico de cumplimiento de las  políticas del FMI pues durante las presidencias de Cristiani, Calderón Sol y Flores se implantaron las directrices del Consenso de Washington, se abrió la economía y se hicieron las privatizaciones. Como era de esperar, el país caminó directo hacia la crisis económica, la moneda salvadoreña se eliminó y se dolarizó la economía, las mercancías importadas eran más baratas que las nacionales lo cual afectó a las exportaciones y el país incremento su histórico déficit comercial.

El Partnership to Grow -en español llamado Asocio para el Crecimiento- es una de las principales apuestas del gobierno. Para Alex Segovia se trata de una nueva lógica de cooperación entre países en la que no existe un donante ni un beneficiario, sino dos gobiernos que trabajarán juntos para alcanzar metas. “El desarrollo no solo se alcanza con entrega de dinero, sino todo el mundo estaría desarrollado en la actualidad”, dijo Segovia.

Ante esta propuesta que entusiasma tanto al gobierno deberíamos de cuestionarnos: ¿Qué beneficio tendrá para el país la participación de empresas norteamericanas en el financiamiento y/o  administración de las obras y servicios públicos? ¿Este modelo de crecimiento económico escrito en inglés es el modelo que se prometió en la campaña electoral?

The Millennium Challenge Account es conocido en El Salvador simplemente como Fomilenio, en el gabinete económico se sufre todos los días, pues falta poco tiempo para presentar plan Fomilenio II ya que en ocho meses el Gobierno deberá tener listo, firmado y financiado el proyecto para un segundo convenio con el que se invertirá en la zona costera.

En 2009 la política económica que se prometía se impulsaría de ganar las elecciones estaba escrita en español en el Programa de gobierno Nace la Esperanza viene el Cambio se puede leer que se prometía “Una estrategia económica dirigida al bienestar social y al desarrollo. Cuyo rasgo distintivo será su articulación con las políticas de desarrollo social y ambiental, con el fortalecimiento del Estado de derecho y la política exterior, centrados en la persona humana, en la familia, en sus dimensiones material, intelectual, cultural, espiritual y ética”. 

También era parte de lo ofrecido en el Plan de gobierno la diversificación de mercados: “Serán prioritarios los mercados de países con los cuales existen relaciones diplomáticas y comerciales, incluyendo los de América del Sur, los mercados bilaterales e integrados en esquemas de cooperación subregional, como el MERCOSUR, la Comunidad Andina de Naciones y el CARICOM”. También “Establecer relaciones comerciales con países de alto potencial de colocación de nuestros productos, incluyendo los países emergentes de China, India y los países del Sudeste asiático”.

Muy pronto el presidente Funes admitió que “no era igual prometer en campaña que cumplir desde el gobierno” y en octubre de 2010 dijo: “Cuando se hacen las ofertas de campaña -y por eso es que hay que ubicarlas históricamente-, ¿por qué son ofertas de campaña? Justamente, porque son ofertas que se hacen desde la oposición, sin tener el conocimiento de cómo se va a heredar el país, particularmente de cómo se encuentra el Estado, porque de ahí es que se ejecuta un programa de gobierno”, explicó el presidente, cuyo equipo de gobierno ha manifestado en reiteradas ocasiones que encontraron un Estado desfinanciado. Son verdaderamente impresionantes las declaraciones del presidente. 

Hoy Funes a mitad de su quinquenio se define como “Aliado estratégico de EE.UU” y sigue la política económica que está escrita en inglés. Ya es tiempo de que la actividad económica salvadoreña se diversifique y no tenga únicamente como principal soporte la economía de los Estados Unidos, puesto que esto provoca que el desarrollo del país esté dependiendo de lo que le sucede a la economía norteamericana.

Parece ser que finalmente el gobierno está reaccionando pues según el canciller Hugo Martínez la administración Funes buscará levantar la débil inversión extranjera que se ha tenido en los últimos dos años, aumentar las exportaciones de productos nacionales y promover el turismo salvadoreño y esta empresa se la ha encomendado al 'consejero económico, comercial y de turismo', una figura diplomática que ha creado a través de la Cancillería.

Hoy incluso el canciller dice que “es importante considerar una oficina comercial en China” cuando Costa Rica tiene relaciones diplomáticas con la Republica Popular China desde 2007 y Nicaragua desde  finales de abril  2011 ya cuenta con una oficina comercial privada en la ciudad de Beijing, a través de la cual pretende aumentar el intercambio comercial y la inversión. Entre los sectores que Nicaragua  quiere potenciar con China son el eléctrico, de infraestructura, el turismo, vivienda, la minería y la agroindustria.

Ciertamente el problema de la política económica no es de idioma, lo importante es que la política esté en función de los intereses nacionales de El Salvador y contribuya a partir de la diversificación del comercio exterior a disminuir de manera sensible las desigualdades, la pobreza y la exclusión.

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