Opinión /

Legalización de las drogas


Miércoles, 22 de febrero de 2012
Roberto Cañas

El lunes 13 El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, hizo una declaración, una simple invitación a los presidentes de Centroamérica a debatir sobre la legalización de las drogas, no propuso un documento terminado, solo fue una idea, un llamado a discutir el tema, que generó de inmediato un revuelo muy grande en los medios de comunicación social. 

Este anuncio en un primer momento, nos tomó a todos por sorpresa y quizás el más sorprendido de todos fue el presidente Mauricio Funes que expresó en Guatemala que estaba en sintonía con su homólogo, Otto Pérez, en el sentido de que estaba dispuesto a que se abriera el debate sobre el tema, pero después cambió de opinión y en cuestión de horas manifestó: “En lo particular, yo no estoy de acuerdo en la despenalización ni de la producción, ni del tráfico, ni del consumo de la droga, por una sencilla razón: si bien es cierto manda una señal y golpea la estructura financiera de los carteles de la droga, en la medida en que se reducen los costos de comercialización de la misma, y por lo tanto al venderla más barata, en esa medida también sus ganancias son menores, pero crea un problema de índole moral a la base. No podemos permitir que nuestros jóvenes y nuestros niños tengan acceso fácil a la droga”.

Las reacciones al anuncio del presidente guatemalteco también provocaron una reacción en la embajada de Estados Unidos en Guatemala que rápidamente difundió un comunicado en en el que expresó: “Si el tráfico y uso de drogas ilegales fuera descriminalizado mañana en Centroamérica, organizaciones transnacionales y pandillas continuarían en actividades ilícitas, incluyendo el tráfico de personas y de armas ilegales, extorsiones y secuestros, robos de bancos, robo de propiedad intelectual y el lavado de dinero”. “Estados Unidos continúa oponiéndose a estas medidas, porque la evidencia muestra que nuestro problema compartido de las drogas es una amenaza de salud y seguridad pública”. Es evidente que a los Estados Unidos no le gustan ni las ideas de autonomía en políticas en contra del narcotráfico y no está dispuesto a considerar una política alterna a la suya en materia de narcotráfico. 

El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, se declaró también en abierto rechazo a la propuesta del presidente guatemalteco, pues afirmó que ello convertiría a Centroamérica en un “paraíso” de las drogas. La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, fue más comedida y se manifestó sobre la conveniencia de retomar una discusión que, recordó, “no es nueva”, pero alertó que debe hacerse de forma “muy seria y rigurosa”.

Pero la pregunta del millón de dólares es: ¿Cuál fue la verdadera intención del General Otto Pérez al hacer una propuesta tan sorpresiva como esta? Hay varias versiones, la que me resulta más cercana a la realidad es la que tiene que ver con que el presidente guatemalteco necesitaba con este anuncio llamar la atención del gobierno de los Estados Unidos para solicitarle más ayuda económica pues, como él indicó, “con los $10 millones destinados por la administración norteamericana a combatir al narco en el país no denotan de manera adecuada la “corresponsabilidad” del mayor consumidor de droga”. Hay que aceptar que la estrategia de Otto Pérez tuvo éxito pues la próxima semana llegará al país vecino Janeth Napolitano, encargada de Seguridad Nacional de EE.UU, como parte de una gira por Centroamérica.

Después de que el presidente Pérez logró su objetivo en Guatemala no creo que en los círculos presidenciales de Centroamérica prospere el debate sobre la despenalización de la droga. Sin duda les parecerá a los mandatarios que no es apropiado.

Hoy en America Latina se está tomando cada vez más en serio la propuesta de despenalización de la droga. María Emma Mejía, secretaria general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), manifestó que en el marco en la próxima cumbre de ministros de Defensa, Interior y Justicia de Unasur, que se celebrará en Cartagena los días 3 y 4 de mayo, esta es una de las propuestas a evaluar: va a ser a futuro motivo de debate, en el Consejo Suramericano de Lucha contra las Drogas'.

Los que sí tomaron en serio el tema de la despenalización de la droga fueron los miembros de la Comisión Global de Política de Drogas que en un informe de junio de 2011 manifestaron que “la guerra global a las drogas ha fracasado, con consecuencias devastadoras para individuos y sociedades alrededor del mundo”. “Los inmensos recursos destinados a la criminalización y a medidas represivas orientadas a los productores, traficantes y consumidores de drogas ilegales, han fracasado en reducir eficazmente la oferta o el consumo. Las aparentes victorias en eliminar una fuente o una organización de tráfico son negadas casi instantáneamente por la emergencia de otras fuentes y traficantes”. La Comisión en sus recomendaciones alentó a los gobiernos a que experimenten con modelos de regulación legal de las drogas a fin de socavar el poder del crimen organizado y para salvaguardar la salud y la seguridad de sus ciudadanos. 

En México recién acaba de finalizar el foro, Drogas: un balance a un siglo de su prohibición. Convocado por “México Unido Contra la Delincuencia”. Los miembros de esta organización sostienen que la guerra contra el narcotráfico como forma de luchar contra el comercio de drogas no ha tenido éxito y, por lo tanto, resulta urgente un debate nacional en el que con base en un análisis de orden legal, económico, de salud y de seguridad, se puedan analizar las bondades o deficiencias de las políticas públicas actuales y buscar otras alternativas que generen mayor eficiencia, menores costos y menor sufrimiento a la población en general.

Al final sobre el debate de la despenalización de las drogas, tan amplio y polémico, el sentido de realidad terminará imponiéndose, “pues cuando hay crisis, hay cambio”. Ethan Nadelmann, director de la Alianza para una Política de Drogas, organización considerada en Estados Unidos como punta de lanza en la búsqueda de modelos alternativos frente a los problemas del narcotráfico y las adicciones, sostiene que “no hay nada como una crisis para hacer cambiar a la gente” y ya en América Latina cambiaron de opinión Manuel Zelaya en Honduras, la ex presidenta Michelle Bachelet en Chile , el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y hoy en Guatemala Otto Pérez Molina. Cada uno en distintos momentos y por diferentes razones se ha inclinado por abrir el debate de la legalización de las drogas. 

En El Salvador, desde la sociedad civil, sí se puede organizar un debate serio sobre la despenalización de la droga. ¿Qué estamos esperando?

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