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PDDH: “Podríamos estar adentrándonos en un camino fuera del estado de derecho”

La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) cuestionó este martes el diálogo con los líderes de las pandillas iniciado por el gobierno y la Iglesia Católica a espaldas de la sociedad y dijo que es una consecuencia de 'las políticas de seguridad fallidas'. También este día, el ministro de Seguridad rompió 11 días de silencio para atrincherarse en la versión que niega la negociación y que habla de efectividad policial, cohetes LAW y traslados humanitarios.

Martes, 27 de marzo de 2012
Roberto Valencia y Óscar Martínez

El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Óscar Luna, se mostró escéptico este martes ante los cambios en el área de la seguridad pública habidos en las últimas semanas. “Debemos ser muy cautelosos sobre los motivos que conllevan a la reducción de los homicidios como consecuencia de un diálogo o acuerdo realizado bajo circunstancias no explicadas”, dijo.

Luna organizó una conferencia de prensa para explicitar sus dudas y temores ante el “diálogo” que, a espaldas de la sociedad, han mantenido el gobierno salvadoreño y la Iglesia Católica con las principales pandillas del país. Algunas de las consecuencias de ese diálogo, como el traslado de una treintena de líderes desde el penal de Zacatecoluca a otros de menor seguridad o la drástica reducción de homicidios, se destaparon el pasado 14 de marzo en un reportaje publicado por El Faro.

La institución que tiene el mandato constitucional de velar por el respeto a los derechos humanos está recelosa ante la evolución de los acontecimientos, y solicitó a todos los actores sociales “una profunda reflexión” sobre lo que está ocurriendo, ya que “El Salvador podría estar adentrándose, consciente o no, en un camino al margen de la legalidad y fuera del estado de derecho”.

'Lo importante', dijo Luna, “es que no se haga nada a oscuras”, e instó al presidente de la República y a todo el gabinete de seguridad a aclarar, de inmediato y sin excusas, los detalles de lo que ha pasado, incluidos “los acuerdos tomados entre representantes del gobierno y miembros de pandillas”.

Luna incluso cuestionó la idoneidad de los traslados concedidos por el Estado a los líderes de la Mara Salvatrucha (MS-13) y de las dos facciones del Barrio 18: Sureños y Revolucionarios: “La humanización de las condiciones de privación de libertad no debe ser selectiva y mucho menos puede estar bajo el condicionamiento de disminuir los homicidios, ya que no se trata de unas regalías que el Estado da a su antojo”.

Durante toda la conferencia, que se prolongó durante media hora, el procurador se mostró preocupado por el rumbo que ha tomado este asunto, llegó a referirse a El Salvador como un Estado fallido y señaló que a la situación actual se ha llegado porque el combate a la delincuencia ha sido un fracaso. Habló de “políticas de seguridad fallidas”.

Críticas al general Munguía Payés

Buena parte de su intervención, Luna la dedicó a cuestionar el papel que ha desempeñado el gabinete de seguridad, encabezado desde noviembre pasado por el general David Munguía Payés, ministro de Seguridad Pública. A juicio de Luna, el discurso oficial de negar las negociaciones está lleno de contradicciones, como justificar los traslados de líderes pandilleros por razones de seguridad o humanitarias, para luego llevarlos a centros de internamiento más inseguros y hacinados. “Hay una serie de cosas extrañas en todo esto”, dijo.

Hubo un punto concreto en el que incluso cuestionó abiertamente las palabras del general Munguía Payés, quien el 16 de marzo amarró los traslados a decisiones tomadas en las llamadas Mesas de la Esperanza, instaladas en 2009 en los distintos centros penales y en las que la PDDH tenía el papel de mediador. “Esas mesas no funcionaron porque los familiares de los internos dijeron que no servían para solucionar nada, y se desactivaron”, señaló.

También se refirió al obispo castrense, Fabio Colindres, de quien dijo que su participación “no está clara, ya que él dice que solo es mediador, pero solo se media cuando se busca un acuerdo, una negociación, un arreglo… en esas situaciones se habla del mediador”.

Luna celebró la abrupta reducción en las cifras de homicidios, pero hizo un llamado a toda la sociedad a estar atentos, ya que, si fuera consecuencia de una negociación entre el gobierno y las pandillas, supondría “el debilitamiento de la institucionalidad, demostraría que institucionalmente no se ha tenido la fortaleza, y parecería que se está cediendo a algo, y por eso es que se necesitan tanto las explicaciones”.

La versión oficial

11 días después de su última aparición ante la prensa, el general Munguía Payés brindó declaraciones tras una actividad en la que el gobierno estadounidense donó 47 vehículos y equipo informático a la Policía Nacional Civil. El ministro no varió su postura. Mantuvo que la drástica reducción de homicidios se debe a la “operatividad policial” y al pacto de no agresión que asegura el Barrio 18 y la MS-13 establecieron con la mediación de la Iglesia Católica.

Lo único nuevo que el ministro agregó fue reconocer que cuando dio la conferencia de prensa, casi una semana antes de que monseñor Fabio Colindres apareciera adjudicándose el diálogo con los líderes de las pandillas, él ya sabía lo que el sacerdote había hecho, pero que prefirió no mencionarlo 'por razones estratégicas'.

Sobre los traslados, el general Munguía Payés tampoco movió su postura. Mantuvo que se debió a una mezcla de factores que van desde la petición de la Iglesia, “el problema de familiaridad entre custodios y reos” e incluso la amenazas que desde la inteligencia del Estado había llegado acerca de 24 misiles LAW con los que alguien pretendía atacar el penal de máxima seguridad. Sobre los misiles dijo: “Los seguimos buscando”.

El ministro mantuvo en su discurso el determinante rol que juega en esto la Iglesia Católica. “Vendrán otras fases que ellos están desarrollando, en las cuales van a ir desmontando en el transcurso del tiempo otro tipo de delitos”, respondió cuando se le preguntó acerca de otros crímenes propios de las pandillas, como las extorsiones o las violaciones.

Otra de las preguntas lanzadas a Munguía Payés lo cuestionó sobre la naturaleza de las víctimas tras el pacto de las pandillas. Se le preguntó si no sería posible que el pacto solo incluyera no matarse entre ellos, pero sí a aquellos que se resistan a pagar la renta. El ministro dijo a la periodista que lanzó la pregunta que su visión, a la luz de los hechos de violencia de los últimos días, era equivocada: “Tu aseveración es equivocada, de los cuatro muertos que estamos teniendo diarios todavía hay muertos de las pandillas. Hemos logrado, a través de la Iglesia Católica, y monseñor Colindres lo ha dicho, iluminados por Dios, la paz entre las dos grandes pandillas, pero sigue la confrontación entre la Mao Mao y la pandilla 18, entre la Mao Mao y la MS-13, entre la mara Máquina y las otras pandillas”.

El ministro pidió ser optimistas a pesar de que haya “personas escépticas”, ya que “no podemos negar que algo está sucediendo y está dando resultados”.

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