Mucho se ha escrito sobre el conflicto de las cortes y la Asamblea incluyendo mi artículo en El Faro “Lo bueno, lo malo y lo feo” en el que criticaba sobre todo la actuación de los partidos políticos y los diputados.
Ahora comento sobre el papel de la empresa privada, representada en este conflicto por sus gremiales y varios de sus empresarios más fuertes, los cuales acaban de manifestarse públicamente sobre este tema. Lo hacen, según ellos, por los intereses de la patria y en defensa de su sector, pero toman una posición abiertamente confrontativa, radical y parcial.Ante un conflicto en el que existen argumentos de ambos lados, en que las posiciones son muy claras, en el que muchos argumentos racionales, legales y académicos han sido expuestos, en que se necesita el dialogo y la negociación para que prevalezca la razón, ellos no aportan sino que toman parte. Toman posición por un lado, insultando al otro y llevan el conflicto más allá de sus atribuciones a un campo ideológico y partidario.Su posición no aporta a la solución del conflicto, lo agudiza. Al ocupar lenguaje confrontativo e irrespetuoso agota desde el inicio la posibilidad de contribuir al dialogo y contribuir constructivamente a la solución.
La postura del sector privado contrasta mucho con el silencio que guardaron cuando ARENA tomó las mismas acciones que ahora ellos tan duramente critican. Una gremial debe velar por sus intereses como gremio y aprender a vivir y desarrollarse en diferentes escenarios políticos, aunque no sean los de su preferencia.
Pero la empresa privada salvadoreña va más allá y enfrenta abiertamente al gobierno, llamándolo golpista y que atenta contra la democracia y utiliza la fuerza. También contrasta esa posición con el silencio que esas gremiales guardaron ante tanto uso de la fuerza por parte del estado durante muchos años pasados y que mató a tantos. Ellos abandonan el Consejo Económico y Social y el consejo asesor de la Alianza para el Crecimiento, optando por la estrategia de salida y no por construir desde adentro. Acusan al Ejecutivo de atentar contra la soberanía de la Republica y le critican por acudir a la Corte Centroamericana, pero incitan a funcionarios extranjeros a intervenir en el conflicto interno y despliegan sus declaraciones cuando ellas favorecen su posición.
Como señale en mi artículo anterior, no se trata de defender la posición del FMLN o de la Asamblea, por el contrario, ellas son cuestionables, pero las posturas y declaraciones de las gremiales empresariales obligan también a denunciarlas. Un sector tan poderoso, tan privilegiado, tiene gran responsabilidad con la patria; debe ir mas allá de atacar, tomar partido y no crecer como los tiempos se lo demandan.
Actitudes como la que han tomado ante el conflicto de las cortes solo abona a la polarización del país. Como dice Nacho Castillo
