Opinión /

¿Son sostenibles nuestras finanzas públicas?


Martes, 9 de octubre de 2012
Mauricio Choussy

Como dijimos al principio, yo no creo que ahora el país tenga un problema de solvencia financiera, lo que preocupa es la tendencia de las cuentas fiscales, la inexistencia de acuerdos básicos y la irresponsabilidad e impunidad política con que se actúa. Si no logramos pronto un acuerdo político, restablecemos un programa que dé certeza a los mercados de capital y a los ciudadanos, y realizamos el ajuste fiscal que el país necesita para estabilizar la finanzas públicas y solucionar el problema de caja de este año y el próximo, las Finanzas Públicas serán Insostenibles. Actuemos ya, si no será demasiado tarde.

Existe Sostenibilidad Fiscal cuando mediante un acuerdo político o regla jurídica el Estado es capaz de mantener un nivel de solvencia que le permita cumplir con sus obligaciones en forma sostenida en el tiempo. Cuando nos referimos a obligaciones tendemos a pensar en obligaciones financieras, pero en realidad el concepto debe usarse en un sentido más amplio.

Los acuerdos o reglas para la Sostenibilidad Fiscal establecen metas numéricas, por ejemplo, déficit fiscal máximo, niveles de gasto corriente, ahorro primario, niveles de deuda/PIB, etc. Así como aspectos de forma que deben de ser utilizados para elaborar el presupuesto, e incluso el uso de presupuestos plurianuales.

Creo que la preocupación que tenemos todos es que ese acuerdo político o regla jurídica no existe, y que cada vez el Estado muestra menos voluntad y capacidad para cumplir sus obligaciones, e insisto, no me refiero sólo a las obligaciones con los acreedores. En algunos países, como Colombia la regla se ha llevado al grado constitucional.

En ese sentido yo no creo que el país tenga un problema de solvencia financiera, lo que preocupa es la tendencia al deterioro de las cuentas fiscales, la inexistencia de acuerdos básicos, el irrespeto a la institucionalidad, la falta de transparencia y la irresponsabilidad política con que se actúa.

Dado que se requiere de un acuerdo político o marco regulatorio, hay aspectos que van más allá de lo cuantitativo. Para ser sostenible, el país requiere una sociedad con acuerdos básicos, no la Sociedad Política Partidista y los niveles de polarización existentes. Incluso requiere que los partidos acepten nuestro estatuto constitucional, que lo cumplan y respeten, y que no lo utilicen como ventaja táctica, para implementar un marco regulatorio diferente o como ha ocurrido en el pasado para abusar del clientelismo y mantener un sistema de privilegios.

Una pieza clave es la Institucionalidad Democrática, puesto que se requieren mecanismos que permitan y aseguren el cumplimiento de los acuerdos o reglas. Una institucionalidad que no se respeta, se debilita, se corrompe y se vuelve cada vez menos transparente; no contribuye en nada a la Sostenibilidad Fiscal.

Para comenzar, se requiere de una Estrategia de País que nos permita Planificar con visión de largo plazo. Los Planes de Desarrollo Quinquenal o Planes de Gobierno existentes han sido y son únicamente para cumplir con requisitos de imagen. Quién recuerda el del gobierno anterior e incluso quienes conocen el del gobierno actual.

El Presupuesto de la Nación se ha convertido en un trámite que hay que cumplir, en el que se inflan los ingresos y se minimizan los gastos para lograr su aprobación con mayoría simple. Incluso la existencia de varios presupuestos demerita más la utilidad del Presupuesto como herramienta de planificación y control.

Sin un rediseño del Estado, de su capacidad administrativa y de un adecuado control y rendición de cuentas será muy difícil lograr la sostenibilidad. La falta de transparencia, el exceso de burocracia, el nepotismo, la ausencia de meritocracia y de una verdadera carrera civil, así como la falta de una administración por objetivos alientan nuestro pesimismo. Con una Corte de Cuentas que no actúa como una verdadera Contraloría del Estado y que se utiliza como instrumento para el chantaje político, se vuelve difícil exigir a los ciudadanos que cumplan sus obligaciones fiscales. Además no se puede exigir austeridad al ciudadano, cuando sus representantes hacen gala de despilfarro de la cosa pública, actúan sin ética y con impunidad.

Sin lugar a dudas la Deuda Social del Estado es muy grande y se requiere tomarla en cuenta para calcular la regla de sostenibilidad fiscal. Pero no se debe enfrentar la deuda social con populismo, porque así sólo se generan gastos que complican más la situación fiscal del país. Hay que invertir más y en la forma más eficiente posible en educación, salud, vivienda y seguridad para lograr una sociedad más equitativa y por lo tanto comprometida con el futuro del país.

En el centro del debate sobre la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas esta el tema del Crecimiento. La crisis económica amenaza nuevamente con una recesión mundial que afecta el crecimiento económico, y los indicadores de Competitividad muestran un franco deterioro en ese entorno tan complejo. Con niveles de Crecimiento y Productividad tan bajos y necesidades sociales tan grandes será difícil lograr la Sostenibilidad Fiscal, de ahí la necesidad de enfrentar pronto el reto con un acuerdo nacional.

En materia de Ingresos, sin lugar a duda que hay que continuar ampliando la base tributaria y combatiendo la evasión y elusión. Todos debemos de pagar impuestos en forma progresiva, pero hay sectores que aún no pagan impuestos. El tributo único o los impuestos al sector informal, así como un impuesto predial que responsabilice a las Alcaldías a lograr la auto sostenibilidad son temas pendientes.

La sostenibilidad de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos o en nuestro caso, por ser una economía dolarizada, de los niveles de Liquidez, serán cada vez más difíciles de mantener si no reducimos los niveles de Consumo. Hasta ahora el endeudamiento del Estado ha suministrado el financiamiento y los niveles de liquidez necesarios para sostener la Balanza de Pagos. En ese sentido y más allá del tema de eficiencia tributaria, el incremento del IVA contribuiría a disminuir el consumo, disminuyendo el déficit de la Cuenta Corriente e incrementaría los Ingresos Tributarios en una forma eficiente.

Por el lado del Gasto, sin lugar a dudas, lo que más afecta la Sostenibilidad es la falta de transparencia y la ineficiencia en el Gasto, tanto Corriente como de Capital. Los Subsidios Generalizados, el exceso de burocracia, la rigidez en el gasto, el 6% de los Ingresos para la Corte Suprema de Justicia y el insaciable Fodes, dificultan la búsqueda de la sostenibilidad fiscal.

La Inversión Pública sin una adecuada priorización, análisis y evaluación, fomenta la construcción de infraestructura innecesaria o elefantes blancos que terminan generando poco y costando mucho. Incluso obras que se adjudican, se des-adjudican y se vuelven a adjudicar, únicamente para incrementar las posibilidades de que algunos funcionarios se apropien indebidamente de los fondos públicos.

Un Sistema de Pensiones mal diseñado y cada año más incosteable, es un tema prioritario sobre el que llegar a acuerdos. El no hacerlo, está generando una bola de nieve que tarde o temprano tendremos que pagar. Hay que abordar con seriedad los problemas de diseño y parametrización, así como el financiamiento de la transición y la rentabilidad de los Fondos de Pensiones. En mi opinión es imposible que las Finanzas Públicas sean sostenibles sin abordar este tema. La tasa de interés que el estado le asigna a los fondos provenientes de las pensiones, es en realidad un impuesto oculto que se le carga a los afiliados y esto, además de injusto, es financieramente inadecuado.

Entre la Sanidad de los Sistemas Financieros y las Finanzas Públicas, hay una estrecha relación, los casos de Europa y EEUU en los que el salvataje de los sistemas financieros han obligado a los estados a endeudarse, son evidencia de la necesidad de una adecuada Supervisión de todas las instituciones financieras, y en especial de los Bancos Estatales, donde los efectos del mal manejo de estos se convierten directamente en gasto público. Además, la falta de prestamista de última instancia y el establecimiento de un Fondo de Liquidez son una tarea pendiente.

Para lograr la Sostenibilidad Fiscal también hay que cuidar y desarrollar los Mercados de Capital, manteniendo o mejorando las calificaciones de riesgo y la relación con los organismos multilaterales, y desarrollando y fortaleciendo el mercado nacional de capitales mediante instrumentos, como la Ley de Fondos de Inversión, que amplíen la demanda interna de bonos del estado, que faciliten la financiación de los déficits fiscales afectando lo menos posible el financiamiento privado.

Finalmente en el caso de El Salvador, una reestructuración o cambio del perfil de la Deuda Pública es muy difícil. La deuda con los Mercados de Capital, los Multilaterales y con los Fondos de Pensiones, es a largo plazo y con intereses muy bajos, y por tanto una renegociación de la deuda, aportaría muy poco a la sostenibilidad fiscal.

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