Hace dos décadas los latinoamericanos miraban a España como la tierra de la esperanza y miles de ellos emigraban hacia ella. Este año son los españoles los que miran a América Latina como la tierra de la salvación, ya que España ha dejado de ser aquella tierra de promesas.
No es casualidad que se celebre esta cumbre en Cádiz, la ciudad que en 1812 proclamó la primera Constitución democrática para los españoles de ambos lados del Atlántico, por ello la visita que han hecho los asistentes al Oratorio de San Felipe Neri, donde el 19 de marzo de 1812 se proclamó dicha Constitución conocida como “La Pepa.
Cádiz era por aquel entonces una ciudad próspera enriquecida por el mercado hacia las tierras americanas, hoy mantiene una de las tasas más altas de paro y en su provincia está uno pueblos más endeudado de toda España, Jerez de la Frontera, señal de los problemas que hemos apuntado de la España actual..
El rey Juan Carlos, sabedor de la importancia que tiene en estos momentos Iberoamérica, ha querido estar presente, a pesar de su evidente deteriorado estado de salud, que él mismo, entre bromas y animoso, ha hecho llegar a los asistentes, afirmando que de nuevo detiene que pasar 'por el taller' dado los muy serios problemas que tiene de movilidad por sus caderas.
En su discurso señaló: «Nuestras miradas se vuelven hacia vosotros». «Necesitamos —enfatizó— más Iberoamérica. Debemos concertarnos y conocernos más y mejor, seguir explorando y poniendo en práctica nuevas formas de trabajo conjunto, de profundizando en nuestra cooperación y escuchando a nuestros ciudadanos». El Monarca ha abogado por lograr que Iberoamérica hable «con una sola voz que sea reconocible por todos».
España necesita como tabla de salvación a esta región pues en estos momentos el 92% de las empresas españolas tienen intereses en Latinoamérica, llegando sus inversiones a 215.000 millones de euros y algunas de ellas están aguantando sus resultados, por los beneficios obtenidos en aquellas tierras, dado que el mercado español y el europeo están en declive y en bastante casos con un índice negativo.
La cumbre ha estado marcada por el deseo de todos de aceptar que en esta crisis global nadie se salva sólo y Brasil, por voz de su presidenta, ha hecho ver que políticas de austeridad no conducen a nada más que a pagar deuda que empobrece más, por ello hay que desarrollar políticas de colaboración regional.
Tal como están las cosas, Iberoamérica sabe que, en este momento en el mundo, la lengua común de la zona es un activo clave y una buena prueba de ello ha sido que los hispanos han llevado al poder a Obama, por ello posiblemente EE.UU. vuelva tener una nueva mirada hacia la zona ya que Iberoamérica claramente está en fase de despegue y por ello en esta cumbre se han hecho serios votos para que se renueven los lazos de colaboración dado que las ayudas de cooperación han caído estrepitosamente, de los mil millones de euros de hace 10 años, se han pasado a los 465 millones el año pasado y éste las cifras siguen descendiendo, por ello hay que ir a un nuevo modelo de colaboración entre los países y para ello es necesario más que nunca que haya seguridad jurídica y que los países iberoamericanos legislen adecuadamente y entiendan que ciertos populismos a la larga entorpecen más que ayuda.
A pesar de las buenas palabras algunos políticos de la zona no han venido como el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, que en un principio aseguró su asistencia, pero la concesión del Premio Reina Sofía De Poesía iberoamericana a Ernesto Cardenal, compañero de armas del presidente de Ortega en los momentos de la revolución y hoy uno de sus más acervos críticos, puede haber desanimado al presidente nicaragüense.
Algunas de las Cumbres anteriores fracasaron por su escasez de contenidos, y de interés político y, porque se ha pasado en esta cumbre a una realidad económica y a establecer acuerdos sabiendo que la zona es deseada por otros países como China o Rusia. España, en los tiempos de expansión y alegría económica, se convirtió en el segundo inversor de América Latina, después de los Estados Unidos, y quería fundar la Comunidad Iberoamericana de Naciones. De eso a una España en crisis como la actual, cuya diplomacia oficial miró más hacia Europa de la que depende, que hacia la otra orilla del Atlántico, y que ha olvidado las inmensas posibilidades de todos esos países emergentes, cortejados por sus tierras y por sus materias primas.
Tras destacar los resultados de los diversos acuerdos entre la UE y los países latinoamericanos, Rajoy ha dicho: “Estamos más abiertos que nunca a América Latina”. Ha insistido en que Latinoamérica gana peso específico y centralidad tanto por su propio desarrollo como por el auge de Pacífico y de Asia.
Tras subrayar que España siempre ha confiado en América Latina y fue pionera en inversiones en esa zona (hasta el punto de que cuenta con una gran inversión acumulada), ha asegurado que, pese a la crisis, este flujo va a ir en aumento. Como ejemplo, ha señalado que en 2011 la inversión española sumó 7.000 millones de euros y que sus empresas dan trabajo a dos millones y medio de ciudadanos en la región.
En octubre de 2013 Panamá acogerá la cumbre del Pacífico celebrando el 500 aniversario de su descubrimiento por el español Vasco Núñez de Balboa y para resaltar que Hispanoamérica está llamada a ser un puente entre Europa y Asia. Esa es la vocación de la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México), una zona de libre comercio a la que España se ha incorporado como observadora.
En el terreno económico, la Cumbre de Cádiz deja como resultados concretos una línea de crédito de 420 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para promover el comercio. De su lado, la Corporación Andina de Fomento (CAF) apoyará a las Pymes (pequeñas empresas) con préstamos por entre 200 y 300 millones, a través del Instituto de Crédito Oficial, y ampliará hasta 1.000 millones las ayudas a la banca. Se han puesto las bases de un Consejo Iberoamericano de la Competitividad y se ha dado luz verde a un mecanismo de arbitraje entre entidades privadas.
Ante las peticiones de inversión en España pedidas por el rey y el Presidente Rajoy, Juan Manuel Santos, presidente colombiano, se mostró dispuesto a poner su “granito de arena” para que los países ibéricos salgan del atolladero de la recesión e incluso insinuó que fondos de pensiones de su país podrían invertir en España. Así mismo la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, prometió una mano con sus inversiones.
Se han puesto cimientos para desarrollar el fortalecimiento de la cooperación regional ya que prácticamente a todos los paises de una forma u otra están disminuyendo las donaciones e Iberoamérica está siendo desplazada como receptora. Países que antes calificaban como receptores evidentes de cooperación al desarrollo empiezan, gracias a la elevación de la renta, a caer en otras categorías.
Los llamados países de renta media son “desplazados en la elegibilidad para la cooperación por el uso de criterios basados en los ingresos que obvian la persistencia de la desigualdad”, y se ha pasado de recibir el 9% de la ayuda mundial a menos del 5%”, ha comentando Salvador Arriola, responsable de Cooperación de la Secretaria del Segib.
Se desarrollará lo que se ha dado en llamar la cooperación triangular. En este modelo, el donante y el receptor buscan la ayuda de un tercero por la complejidad técnica del proyecto. Argentina, Chile, Brasil o México impulsaron el 80% de los proyectos de este tipo. España y Brasil tienen ya varios años de experiencia en la cooperación triangular. Se inauguró en 2009, cuando Brasil destinó 40.000 millones de toneladas de alimentos, excedentes de sus programas de reducción de la pobreza, que acabaron en Haití, Cuba y Honduras. En aquella operación España aportó los barcos y la logística sobre el terreno de la AECID para distribuir los alimentos. Entre los 70 proyectos de cooperación triangular en Latinoamérica del año pasado, los ‘terceros países’ fueron principalmente Japón y Alemania.
El año que viene en Panamá se decidirá que las reuniones serán bianuales con lo que se ganará en efectividad pues cada año coordinar las agendas de tantos presidentes es complicado.
