Opinión /

Cinco puntos para los indecisos


Jueves, 24 de octubre de 2013
Mauricio Silva

No votar es dejar que otros decidan por usted. Alguien va a ganar, según todas las encuestas no se sabe quien. Lo que sí se sabe es que el voto está dividido y que el grupo de los indecisos, o no definidos todavía, jugará un papel clave en definir quién será el próximo presidente. Por ello, el punto aquí debería ser al revés, son ustedes – los indecisos – los que deberían definir el resultado de las elecciones.

El que ese grupo - caracterizado cada vez más por un grupo de ciudadanos que no votan por derechas, izquierdas, o simpatías personales, que anteponen intereses de nación a los intereses partidaristas, que prefieren que el país se rija por valores - haga valer su voto, es ahora más importante que nunca en la historia de este país. Un alto abstencionismo en las próximas elecciones es dejar pasar una oportunidad importante de decidir sobre la base de los intereses de país y no en función de partido, ideología o de intereses particulares. Si ese grupo no muestra su poder en el área que a los políticos más les importa – las elecciones, ellos seguirán jugando su juego e imponiendo sus intereses sobre los de la patria.

Hay que escoger aunque no haya partido y candidato ideal. Si están indecisos es porque ninguna de las opciones es ideal para ustedes. Las opciones se definen por su candidato y las fuerzas detrás de él, principalmente su partido o partidos. Para muchos los escoges de los partidos al definir sus candidatos no fueron los mejores. Todos los partidos han demostrado aciertos y fallas. Pero entre ellos tenemos que escoger.

Si lo vemos con optimismo, es parte del proceso democrático. Se quiebra un bipartidismo, nos alejamos de esquemas ideológicos, hay mayor transparencia, y ojalá, mayor exigencia por parte de los ciudadanos. Es en este último punto donde los indecisos deben jugar un papel importante, pidiendo a las fuerzas políticas mayor definición en los puntos claves para el país, cobrando los fallos graves a cada uno, y defendiendo sus intereses, los cuales no son los mismos para todos. Ello puede implicar, sobre todo en el caso de una segunda vuelta, correr riesgo apostando al “menor de los males”, o puesto en positivo, al que tenga mayor probabilidad de anteponer intereses de nación, de poder parar la corrupción y la impunidad.

No es fácil decidir. Por ahora todos prometen mucho, ninguno es claro en cómo podría lograr ni siquiera la mitad de lo que promete. Por ello, creo los indecisos deben juzgar por el pasado y los intereses que los candidatos y sus partidos representan.

Es mucho lo que está en juego en las próximas elecciones. En todas las áreas de nuestro quehacer como país lo que pase en los próximos cinco años, y quien decida o pueda influir como presidente en esas decisiones, es muy relevante.

En el área económica la situación es crítica y la manera de enfrentar la crisis será muy diferente por cada uno de los tres grupos en la contienda. Saca y Arena probablemente vuelvan a su esquema anterior, modelo que tiene como su motor de desarrollo el poder económico de un grupo, y que por lo tanto establece que son esos intereses (que no son los mismos para Unidad que para Arena, ver más abajo) los que deben regir; así a la hora de hablar de crecimiento económico la “estabilidad para el sector empresarial” es lo más importante para poder continuar un desarrollo que probablemente seguirá basado en lo mismo – consumo, remesas y algunos sectores tradicionales. El Frente todavía no está claro en el modelo a seguir, por ahora hemos visto en ellos y el Gobierno de Funes una mayor preocupación por lo social y un quiebre entre los poderes del estado.

En las finanzas públicas esos intereses se reflejarán en el tipo de paquete fiscal a impulsar, probablemente Arena buscará mayor equilibrio fiscal reduciendo el gasto social e incrementando impuestos que afectan a la población en general como el IVA; el FMLN ha aumentado el gasto social, le toca ahora racionalizar el mismo, debe también aumentar impuestos pero da muestras de hacerlo en forma más equilibrada entre IVA e impuestos específicos que Arena. Unidad no sé con qué podrá salir. Arena y Saca han mostrado mayor decisión al tener que aplicar medidas fuertes para aplicar sus soluciones (subir IVA, dolarización, apoyar al sector empresarial grande, disminuir gasto social, etc.). El Frente y el gobierno de Funes no han sido tan fuertes, han aumentado gasto social, pero sin acompañarlo de las correspondientes medidas fiscales para poder pagarlo, no han propuesto un modelo de desarrollo económico social claro, no han apoyado medidas fiscales como focalización de subsidios, aumento de algunos impuestos, etc.

En prevención de la violencia y seguridad ciudadana, el record de Arena y Saca es de manos duras, que fracasaron. El Frente y el gobierno de Funes trajeron un enfoque más complejo, más interdisciplinario, pero que cambió de rumbo a media implementación, aunque ello habla bien del FMLN pues fueron sus correligionarios los que fueron expulsados del gobierno para cambiar el rumbo que empezaba a cortar la impunidad.

Los candidatos son diferentes. Los tres tienen historial y vida pública sobre los cuales se pueden juzgar. Los tres han evolucionado. Saca empieza como hombre fiel de los grandes intereses económicos, fiel a Arena, hasta que siendo presidente logra la fuerza para separarse de ellos. Después de separarse acumula poder y fortuna que no se sabe bien de dónde proviene pero que para muchos acarrea “dudas fundamentales sobre su probidad”. Su pasado y el de los que lo rodean dejan mucho que desear. Los partidos que forman Unidad se distinguen por no tener rumbo claro, alineándose con quien mejor les convenga según los intereses de su dirigencia. Comparado con los otros dos, en este caso pesa mucho la figura del candidato.

Sánchez Ceren ha sido un hombre fiel a sus principios, honrado, que ha ejercido liderazgo, hombre de partido. Fiel a sus principios de causas más justas por lo cual se unió a la guerrilla y, cuando fue el momento, a la lucha democrática desde el partido. En este caso la pregunta fundamental es cuánto podrá el candidato imponer sus principios a los de otros intereses que puedan existir en el partido. No está tampoco totalmente claro cuál será el rumbo que él, ya como presidente, después de buscar consensos, medir fuerzas, tener que representar a todos los salvadoreños, quisiera seguir.

Quijano también ha sido fiel a sus principios, hombre de partido, y especialmente de un grupo dentro del partido, hombre que ha ocupado puestos ejecutivos. Los principios que Quijano ha defendido son sobre todo los representados en Arena desde su fundación y a los cuales se mantiene fiel. Él sí parece tener claro el rumbo que quiere para el país, el de continuar el modelo de desarrollo que hasta ahora ha impuesto Arena y las fuerzas económicas que lo dirigen. Él también todavía debe demostrar que puede gobernar para todos los salvadoreños, que puede separarse de los intereses que hasta ahora ha defendido por sobre otros.

Los candidatos representan intereses muy diferentes. Sánchez Ceren representa los intereses del partido, mas difícil es definir cuáles son esos intereses del partido. Para empezar podemos decir que no son los mismos que los representados en el gobierno de Funes. Las fuerzas en el partido que buscan los intereses de las mayorías son todavía muy fuertes, aunque hay un grupo en su interior, también poderoso, que responde más a sus propios intereses. El partido se financia en gran medida con capital del grupo Alba. No es totalmente claro cuál sería el equipo de gobierno de Sánchez, aunque es de suponer que incluiría a ministros del partido que han acompañado al gobierno actual.

Quijano también representa los intereses del partido, los cuales siempre han estado claros, los intereses por mantener el status quo, con variaciones pero siguiendo el mismo rumbo, prevaleciendo los intereses del grupo económico fuerte. Es ese grupo el que financia principalmente a Arena y es de allí, y la gente que ha trabajado para ellos, de donde vendría su equipo de gobierno.

La claridad que existe en los otros dos no se da en Saca y Unidad, no es claro quién los financia, ni tampoco cuáles son sus verdaderos intereses. Su equipo de trabajo, según el mismo candidato, vendría de las personas que formaron su gabinete anterior.

Esos son los elementos que tienen los indecisos para decidir. Los candidatos y sus partidos todavía pueden dar sorpresas y ofrecernos mayor definición, pero por ahora sobre la base de estos elementos se debe decidir. Al exigir los indecisos mayor definición y dejar claros los puntos que les preocupan, cada vez sus puntos de vista y opiniones tendrán mayor peso. Por ahora, ninguna de las opciones es lo ideal para ese grupo, pero como decía al principio, lo peor es no decidir y no votar. Al votar se apoya una de las opciones, lo que implica mayor definición por parte del ciudadano indeciso, mayor involucramiento en un país que lo necesita; debería conllevar un mayor compromiso con sus posiciones por parte de la opción que ellos apoyen; pero sobre todo, implica obligar a los políticos a pensar más en el bien común, en los intereses de país y en las necesidades de aquellos que no tienen tanta voz.

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