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'Reunir a líderes de las pandillas en las cárceles es imprescindible en este proceso'

Adam Blackwell habló con El Faro un día después de sostener una reunión con los líderes de las cinco pandillas involucradas en la tregua al interior del penal de Mariona. El gobierno ya le había negado la posibilidad de sostener una reunión similar el año pasado y para esta puso como condición que debería ser secreta y que no podrían participar ni Raúl Mijango ni Paolo Lüers. Esta es la evaluación que hace del proceso luego de esa reunión.

Lunes, 20 de enero de 2014
Carlos Martínez

Antes de su llegada, algunas de las personas más involucradas en este proceso, como Raúl Mijango o Paolo Lüers, me decían que está “en el congelador” a la espera de que pase el evento electoral. ¿Con qué se encontró usted?
Me alegra que estés hablando de un proceso y ya no de tregua, porque lo que me encontré es precisamente un proceso… que va a tener sus días mejores que otros. Es un proceso muy complejo, que tiene muchas partes y que no se adapta muy bien a una campaña electoral. En ningún país es fácil explicar algo tan complejo cuando las elecciones son en 20 días.

Pero entiendo que el proceso atraviesa momentos difíciles no desde hace unos meses sino desde el cambio de ministro de Seguridad Pública, que trajo un cambio de postura del gobierno. Mira… nosotros en la OEA tenemos un acuerdo con el gobierno desde, creo, junio de 2012, y seguimos con este acuerdo. Es un acuerdo entre la OEA y el Estado de El Salvador. Y ojalá que el ministro futuro vaya a respetar este acuerdo y podamos seguir trabajando.

Sin embargo, de esa fecha hasta ahora han cambiado muchas cosas: los mediadores han encontrado dificultades para hacer su trabajo. ¿OEA no deduce de eso que el gobierno ha cambiado de opinión sobre este proceso?
Solo puedo decir lo que el presidente me ha dicho: que ellos están listos para facilitar el trabajo de la OEA en este proceso. Aún tenemos el comité técnico. Hemos tenido dificultades, problemas, pero está claro que una reunión con los líderes de las pandillas es importante y yo diría que imprescindible en este proceso para mantener un cierto nivel de disciplina y control, y esto fue el resultado más importante de la reunión de ayer: poner a los líderes (de distintas pandillas) juntos en una sala para mirarse a los ojos y hablar de las dificultades en algunas de sus comunidades y buscar salidas. Esto no puede ser, o no es tan fácil ni tan factible, cuando ellos están divididos en diferentes penales. Una reunión junto con los mediadores, con el comité técnico, en un solo lugar, es imprescindible para el éxito de este proceso.

¿Obtuvo un compromiso de las autoridades de que esto que señala como imprescindible va a seguir siendo posible a lo largo del año?
Ojalá que sí. Hay que seguir en esto, si no va a ser mucho más difícil. No imposible, pero mucho más difícil.

“Ojalá” solo expresa un deseo. ¿Existe algún del gobierno de que eso va a ocurrir?
Yo no he hecho mi informe al presidente, no hemos hecho el informe al comité técnico… Mis conclusiones esta mañana son que este tipo de reuniones son imprescindibles para el éxito de este proceso. Yo no puedo predecir lo que va a decir este presidente ni el futuro presidente.

Lo que dice es que este tipo de espacios son imprescindibles para que OEA pueda hacer correctamente su labor en este proceso. Si estos espacios se cierran, la labor de OEA ¿tiene sentido?
Mira… yo no puedo especular. Creo que cualquier presidente va a querer trabajar en la reducción de la violencia y que sea yo, OEA, PNUD u otra organización la que vaya a ayudar al país a salir de este tema, de este problema…Hasta ahora hemos tenido el apoyo del gobierno para facilitar este proceso y hasta que el gobierno nos deje seguir vamos a seguir, vamos a buscar espacios.

Entiendo que la reunión de ayer, que se celebró en Mariona, fue gestionada directamente ante el gobierno por OEA.
Sí. Lo que normalmente hago es mandar una carta solicitando una cita de esta índole, porque implica unos movimientos…

Entiendo que intentó tener una reunión como ésta el año pasado y el gobierno no se lo permitió.
No me decían no, pero me decían que era mejor ir a distintos penales para hablar con distintos grupos. Algo que estaba listo a hacer, a pesar de mi pensamiento de que esto no es lo más eficaz ni útil. Pero esta vez sí se pudo.

¿Qué razones argumentaron el año pasado para denegarle la solicitud?
Que no había tiempo.

¿No argumentaron razones legales?
Hay dudas sobre si la ley penitenciaria permite este tipo de traslados. No soy abogado, pero cuando hicimos la primera reunión en Mariona con el Secretario General hicimos consultas con nuestro asesor legal, que nos dijo que este tipo de cosas son permitibles… Yo no soy el Fiscal del país, no voy a entrar en una batalla legal, porque no soy abogado.

¿Ha podido agendar reuniones con el Fiscal General o con el ministro Ricardo Perdomo?
Estoy buscando una cita con el Fiscal, pero hasta ahora no lo he logrado.

Adam Blackwell, secretario de seguridad multidemensional de la OEA. Foto AFP
Adam Blackwell, secretario de seguridad multidemensional de la OEA. Foto AFP

¿Tiene elementos para pensar que este es un proceso sobrevivirá a estas elecciones presidenciales?
Claro.

El proceso ha sido utilizado como arma electoral por Arena, que no deja de repetir que solo se trata de una negociación con criminales o de una rendición al poder de las pandillas.
No puedo comentar sobre la campaña y no quiero entrar en este debate. Tenemos 11 municipios que a pesar de todo quieren seguir participando en este proceso. 11 municipios de cuatro partidos distintos. Y otros municipios quieren montarse a este proceso, de distintos partidos políticos. Cualquier presidente en El Salvador va a buscar una forma de recobrar la paz social. Quizá con tácticas diferentes o nombres diferentes.

Claro que todo presidente va a tener que lidiar con el problema de la seguridad pública, pero hay tantas maneras de hacerlo… Imagino que parte de su trabajo será convencer a los candidatos de que este proceso vale la pena.
OEA está en El Salvador apoyando al Estado. Si el Estado nos dice que por favor no sigamos, nosotros no vamos a seguir. Somos una organización de Estados, no tenemos una capacidad supranacional para nada. Convencer no. Mi trabajo es mantener las puertas abiertas, mantener una discusión inteligente e informada con todos los sectores de la sociedad. Estoy listo para aceptar la crítica, porque sí hubiéramos logrado una conversación más dinámica y más profunda con la sociedad, la opinión pública ahora sería diferente, quizá más receptiva. ¡Es muy difícil! Esto no es un proceso fácil de explicar, no es fácil para la sociedad aterrizarlo, no es fácil para el sistema judicial integrarlo…

¿Qué sigue?
Hay que esperar que pase la elección y que veamos quién resulta ganador. Hay algunos pasos importantes para definir si esto sigue o no: uno de ellos es hablar en Washington o New York con la comunidad internacional para documentar lo que ocurrió en El Salvador y ver cómo adaptar las herramientas internacionales en la mediación. Creo que es un trabajo que nosotros, con ONU y otras instancias, tenemos que hacer. Otra es lograr un diálogo nacional, un verdadero diálogo nacional con todos los sectores. El tercero es buscar una forma de trasladar un proceso de esta índole a otros lugares, que sea en la región centroamericana.

¿Llevarlo a otros países?
Hacerlo un proceso sub regional. Por ejemplo, llevarlo a Honduras y Guatemala si los gobernantes están listos. ¿Por qué no?

¿Le parece que el proceso está lo suficientemente sólido como para intentar exportarlo?
Creo que sí. Hay socios interesados.

¿ Ha encontrado señales receptivas?
Sí. De las pandillas y de las autoridades. Frágiles, pero de ambos.

En Guatemala el presidente fue explícitamente contrario a la sola posibilidad de que su gobierno dialogue con los pandilleros.
Pero hay que separar los términos. Que un mediador imparcial como la OEA llegue con la Iglesia y otros es un poco como aquí: lo que necesitamos del gobierno es una facilitación del proceso. Entendemos muy bien que es muy difícil para un Fiscal General o para un presidente o un ministro de seguridad empezar a dialogar con delincuentes, pero para otros no. Esa es la diferencia.

Hábleme de la reunión de ayer. Ya la ha calificado como una reunión tensa.
Tensa… No sé cuál es la forma de… Tensa, sí, tensa. Porque ha sido la primera vez en 7 meses que han podido hablar mirándose a los ojos. Sabemos que hay todavía conflictos en sus comunidades y ha sido la primera vez que han podido hablar entre ellos. Es su frustración, una frustración de que los procesos son tan lentos.

¿Cómo se expresó esta frustración?
Desde luego por alguna declaración que han hecho… y no únicamente por la campaña electoral. Ellos están conscientes de lo que está ocurriendo al exterior.

A la hora de hablar con ellos, ¿percibe fragilidad en cuanto a la posibilidad de darle mantenimiento a este proceso?
No…. Francamente todos los líderes se pusieron de pie para hablar uno tras otro en una convicción sólida de seguir adelante.

¿Lo de ayer fue una refundación del pacto? Más allá de reafirmar la voluntad de mantenerse dentro del proceso, ¿hubo algo nuevo, o transformación en los acuerdos que ya existían?
No sé si reafirmación es la palabra, pero ellos reconfirmaron su convicción de que esto es la salida, que este proceso es la salida de la violencia.

¿ Cómo explican el aumento de homicidios?
Como siempre hemos dicho, Carlos, esto es ¡complicadísimo! No hay solución rápida. Esto es algo que va a tomar una década de resolverse. Estamos hablando de un proceso de largo plazo, de una expresión violenta de la exclusión social que no se va a arreglar de un momento a otro. Vamos a tener días buenos y días malos. Lo importante es que mantengamos este diálogo con ellos y entre ellos.

¿De qué depende que este proceso no se interrumpa? ¿Cuáles son los elementos imprescindibles para que se le pueda dar continuidad?
Bueno, yo creo que no debemos enfocar demasiado a la pandilla, creo que hay que ir a las comunidades y esto es el trabajo real: hay que buscar educación, hay que buscar una forma de mantener a los jóvenes en economía formal, porque en la economía informal es donde empiezan los problemas.

En la reunión de ayer con los pandilleros usted les insistió en que no se relacionaran orgánicamente con el narcotráfico, porque eso sería bloquear este proceso…
Yo no soy experto en pandillas, pero lo que aprendí es que es un fenómeno socioeconómico, no solo un fenómeno criminal. Es una expresión violenta de la exclusión y para mí todavía es posible, en El Salvador, separar a las pandillas del narcotráfico. Si estos se juntan de forma masiva con los narcos esto va a ser un proceso mucho más difícil. No quiero decir imposible, pero mucho más difícil, porque estamos hablando de mucha más plata.

¿Qué respondieron ellos?
Bueno… como sabes que ellos tienen… No van a divulgar todos sus secretos, pero ellos tienen sus propias formas de disciplina, sus propios códigos de ética y el narcotráfico no es parte de su negocio.

¿¡Que no es parte de su negocio!?
Bueno… el narcomenudeo es un problema en todos los centros urbanos del mundo. (Paolo Lüers, presente en la entrevista, agrega que no es el principal negocio de ellos, que el principal negocio es la extorsión)

¿Hablaron de la posibilidad de desarticular su negocio principal?
Hay que ser francos: ese es el problema principal en la relación de este proceso con la sociedad en general, las extorsiones. Es triste pero a la mayoría de la población no le importa mucho que se estén matando entre ellos, esta realidad es triste, pero es una realidad. Lo que importa a la sociedad son las extorsiones y el crimen común. Sin crear las condiciones en las comunidades para que haya educación, trabajo digno de un ser humano… va a ser muy difícil.

Pero esto depende también de cosas como el crecimiento económico, la expansión comercial del país, y de fenómenos que un país como este no puede controlar. No depende ni siquiera de la buena voluntad de las autoridades. Es decir, que parece que resolver el problema de la extorsión es más bien una aspiración…
Por el momento sí. Pero hay que ser realistas: en cualquier lugar del mundo cuando hay una inequidad importante, no únicamente inequidad financiera, sino de oportunidades, de acceso a servicios, vas a tener este tipo de problemas. Esto es algo que estamos enfrentando en este hemisferio y yo diría que es el riesgo número uno: en el último informe del PNUD sobre la violencia, si recuerdo bien, la cifra fue horrible: 85% de los delitos están cometidos ¡por jóvenes! La mayoría de ellos porque no tiene educación y no tiene otra salida.

Si del éxito de esto último depende el éxito del proceso de pacificación, parece que estamos hablando de más de una década ¿verdad?
Yo no quiero dejar una desesperanza total, con la sensación de que es imposible. Es un proceso complementario a otras inversiones, a otras estrategias. Es una forma de buscar un espacio para recuperar a la comunidad, de ver algunos nichos como el Valle del Sol, donde la economía de la microempresa empieza a desarrollarse y la gente está lista para caminar por las calles, invertir en sus casas. Esto es un proceso lento de recuperar la economía.

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