Opinión /

El FMLN y los indecisos


Domingo, 5 de enero de 2014
Mauricio Silva

Poco tiempo le queda al FMLN para convencer a los indecisos cuyo voto necesitan. Si no modifican su estrategia actual creo no lograrán los votos necesarios para ganar por mayoría absoluta en la primera vuelta, y ganar en la segunda vuelta les será mas difícil. El Frente está llevando una campaña populista, sin dar las explicaciones o argumentos necesarios que muchos de esos indecisos demandan; algunos de sus militantes son demasiado victoriosos, otros demasiado ideológicos.

Si no logra el FMLN esa mayoría en primera vuelta, por lo menos dos factores de peso trabajarán en su contra en la segunda vuelta: Los votos de GANA tienden a ser votos de derecha a los cuales les será más fácil votar por Arena. También pesará que el indeciso que votó por un partido en la primera vuelta difícilmente cambiará su voto en la segunda, lo más que hará será abstenerse. Ello hace difícil atraer nuevos votos en la segunda vuelta. Esto no implica que el FMLN no pueda ganar en esa segunda ronda, pero ello será una tarea más difícil.

El FMLN está cerca de lograr mayoría absoluta, pero no está allí. Está cerca porque tiene su voto duro y el de sus simpatizantes, a ellos no hay que convencerlos, por eso la propaganda y las posturas ideológicas o radicales solo refuerzan lo que el Presidente ecuatoriano Rafael Correa dijo recientemente en su mensaje a los gobiernos y partidos progresistas: “La izquierda del todo o nada es el mejor cómplice de la derecha”. Tiene también el Frente cierto porcentaje de votantes que han hecho su propio análisis y, por una u otra razón, han llegado a la convicción de que ellos son la mejor opción.

Faltan ahora los más difíciles, pero que según las encuestas siguen siendo un porcentaje significativo; esos son los indecisos frustrados por las opciones actuales, frustrados por lo que han visto de este gobierno y/o del partido, frustrados porque han perdido la esperanza. Según los datos disponibles una mayoría de esos indecisos son clase media urbana, muchos de ellos probablemente votaron por el FMLN/Funes en el 2009.

Muchos de esos votantes son personas educadas, que razonan su voto, que necesitan argumentos y posiciones que los convenzan. Es un grupo con ideas progresistas. Es un grupo que necesita recuperar la esperanza.

Con ese grupo los ataques a los contrincantes no sirven, tampoco las acusaciones y peleas verbales. Para convencer a ese grupo el FMLN necesita otra estrategia, una argumentación, explicar por qué el Frente y sus candidatos podrían hacer una diferencia y qué pasaría si ARENA regresa al poder. Convencer a este grupo requiere también la utilización de foros apropiados como universidades, debates públicos, los periódicos más sofisticados, las redes sociales y personajes que para ellos tengan valor y credibilidad.

Lo anterior implica enfrentar preguntas y asuntos difíciles. ARENA no lo ha intentado siquiera y mucho menos Unidad. Ello implica enfrentar a un grupo ciudadano que exige explicaciones, que le pide, especialmente al FMLN, mayor pureza para recuperar su voto, para creerles que pueden ser cambio positivo para el país. Para ello el Frente debe explicar cuál sería la diferencia entre un gobierno de Sánchez Cerén y el de Funes; debe el Frente explicar los logros obtenidos en este primer gobierno y, de forma muy concreta, cómo construirá sobre ello para continuar el cambio. El FMLN, y especialmente el candidato Sánchez Cerén, deben decir si buscarán o no un cambio de la constitución y por qué. Deben decir y convencer que habrá una separación entre las empresas ALBA y el partido, y más importante, entre ALBA y el gobierno. Muchos de esos votantes indecisos tienen dudas de la transparencia y eficacia con que se ha manejado las empresas de ALBA y cómo ellas se diferencian del partido. Quizás el partido no quiera explicar eso ahora, pero sí puede prometer esa separación de partido, y sobre todo del gobierno, de las empresas ALBA; debe prometer en ellas cuentas claras y separadas, como debería ser en todas las empresas.

El FMLN debe explicar su ideología y prioridades de gobierno. Los votos que con ello cree puede perder, nunca los tuvo. Dos ejemplos. El Papa se declara reformador social, enfrenta a su propia institución reconociendo sus errores, señalando lecciones aprendidas y promete cambios profundos; declara que “tiene el corazón junto a los pobres en lugar de los empresarios”, hace dura crítica a la economía capitalista sin límites, declarando que le interesa más la redistribución de los ingresos que el crecimiento económico, rechaza la pompa y grandeza tradicional, se declara apasionado por el tema de la pobreza, no solo de la material, valorando también los principios morales y éticos. Por todo ello algunos lo llaman marxista, pero su popularidad solo sube.

Michelle Bachelet gana la presidencia de Chile focalizándose en tres temas controversiales, que promete serán los pilares de su gobierno: la reforma constitucional, los impuestos a las empresas y la reforma educativa. Pero tiene cuidado en explicar que el cambio que busca es para lograr un país “más justo, moderno y con crecimiento equitativo y que ningún presidente debe hacer una constitución a la medida suya”. La reforma educativa surge de las demandas políticas actuales del país y del convencimiento de la Presidenta de que ello es indispensable para continuar el crecimiento y lograr mayor equidad. Para pagar esas reformas impone – sin miedo - los impuestos a las empresas; pocos de los empresarios votaron por ella probablemente, pero ganó por amplio margen. Cuando le preguntan si eso es marxismo, responde que son los cambios que Chile necesita para seguir siendo Chile.

Pero el desafío más importante del Frente en este mes, o dos de haber segunda vuelta, es lograr que el ciudadano recupere la esperanza. El FMLN tiene muchos temas en sus principios de los cuales hacer bandera con los ciudadanos, especialmente con los indecisos, para lograr ese objetivo: la lucha para reducir la pobreza y la inequidad como medidas necesarias para el desarrollo y la justicia; la búsqueda de la equidad económica, social y de género, necesarias para el crecimiento económico y la generación de trabajos; la recuperación de la paz y la seguridad ciudadana, reconociendo que la exclusión y la pobreza son la base de la inseguridad y la peor forma de violencia; la transparencia y disminución de la corrupción como elementos claves para la gobernabilidad; el respeto al medio ambiente por medio de la incorporación de ello como elemento básico de muchas políticas públicas; el respeto a la democracia, incluyendo la alternancia en el poder y la participación ciudadana, son algunos ejemplos.

El Frente debe reconocer que cualquiera de estos temas que ellos escojan como prioridades, implican un cambio en la relación de poder y cerrar la brecha entre clases sociales disminuyendo la inequidad, pero siempre dentro de una democracia participativa.

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