Opinión /

¿Qué sigue para Arena y los empresarios?


Domingo, 16 de febrero de 2014
Mauricio Silva

Arena y sus aliados perdieron por un amplio margen a pesar de la alianza que se formó entre capital, partido, tanques de pensamiento, columnistas, medios de comunicación, gremiales y algunas empresas. Todo parece indicar que perderán en marzo. Sera la segunda vez consecutiva que pierden el Ejecutivo. Jugaron una vez más una campaña de miedo, de presión social, basada en la crítica y el ataque. Ese tipo de campaña no dio resultado, no atrae voto nuevo. Poco efecto tiene ya el miedo al comunismo y a medidas radicales de una izquierda ideológica.

La utilización de todas las instituciones que formaron esa alianza para fines partidarios, con todo el poder que ellas representan, tampoco dio resultados y sí tiene costos altos para su reputación. Pocos dudan de la parcialidad de los principales medios de comunicación, de muchos de los columnistas que en ellos escriben y de los tanques de pensamiento o instituciones sociales de derecha. Las gremiales empresariales perdieron credibilidad y representatividad y el partido se polarizó y entró en crisis una vez más al cambiar un poco para que nada cambie.

Las instituciones deben respetar sus roles. Las gremiales empresariales no son partidos políticos, sus miembros son diversos, incluso políticamente, y ello lo deben respetar esas instituciones, limitándose a defender los intereses del gremio. Tanques de pensamiento deben buscar mayor diversidad en sus empleados y mostrar mayor apertura a diferentes posiciones para poder ser voz de amplios sectores, crear conocimiento para las mayorías y servir de foro para verdaderos debates nacionales. Arena debe reflexionar sobre su estructura, recomponerse, ser más abierta y modernizarse.

Lo importante ahora para ellos y, sobre todo para el país, es ver hacia adelante. Esas instituciones y grupos sociales – partido, gremiales empresariales, grandes empresarios, medios de comunicación - deben aceptar el cambio, por su bien y el del país. El cambio implica aceptar que se rompió el control total por un pequeño grupo, que otros intereses cobran ahora mayor peso, que entran actores nuevos a los círculos de poder, que un desarrollo cuyo objetivo principal es el crecimiento económico no es lo mejor para El Salvador. Muchos, reflejado ello en la votación, consideramos ese cambio bueno para el país.

Arena y los empresarios ya trataron la alternativa de oponerse a ese cambio y no resulto, cinco años más – por lo menos – en esa posición puede tener serias consecuencias. Puede polarizar el gobierno y el país, estancar el desarrollo económico, y crear inestabilidad social. Todo ello es malo para El salvador, pero lo es también para la derecha y para los empresarios. Lo contrario es posible, ustedes siguen siendo elementos críticos para el desarrollo y la democracia del país.

En vez de no invertir pueden probar invertir pero con una visión de país y de más largo plazo. El desarrollo basado en el comercio, el consumo y la industria contaminante, ya no da más. Sus padres dieron el ejemplo cuando desarrollaron nuevas industrias y cuando invirtieron sin réditos inmediatos pero creando industrias sostenibles. Sus padres mostraron que se puede colaborar con el estado para desarrollar el país, así se electrifico el área rural, así se desarrollo la energía hídrica y la geotérmica, así se lograron avances en la salud básica de la población.

El desafío ahora es como promover el desarrollo económico sobre la base del desarrollo humano. Para ello ustedes deben invertir en ciencia y tecnología y en sus recursos humanos. No pueden seguir siendo el sector empresarial que invierte unas 50 veces menos en ciencia y tecnología que el resto de América Latina. No podemos seguir desarrollando nuestra industria sobre la base de concesiones que conllevan serios daños al medio ambiente, menores o ningún impuesto, o mayores sacrificios del sector laboral. Podemos, como Chile, Costa Rica y varios otros, desarrollar industrias que capacitan, que en vez de destruir el medio ambiente lo cuidan, que – junto con el estado – desarrollan marca nacional y mercados externos.

Para avanzar en el desarrollo debemos priorizar la lucha contra la pobreza y la reducción de la inequidad. Ello necesita de varias medidas claves, siendo una de ellas el incrementar los ingresos del estado por medio de subir los impuestos y, para que ello sea significativo y equitativo, los que más tienen, deben pagar más.

Los medios de comunicación, en el mundo tecnológico que vivimos, perdieron su monopolio. Ahora tienen competencia, para sobrevivir necesitan elevar su calidad profesional, necesitan ser más apegados a la verdad. Esa industria que ahora no paga impuestos sobre sus insumos básicos, debe contribuir al desarrollo por lo menos con eso.

Podemos hacer un mejor país. El inicio del nuevo gobierno es una oportunidad. Sera mucho más fácil y traerá más beneficios para todos, si la derecha salvadoreña colabora en ello.

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