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FMLN y Arena iniciaron pláticas en secreto

Cuando el candidato presidencial opositor aún repetía que no reconocería el triunfo del FMLN, Arena ya se reunía con el FMLN para buscar un diálogo sobre asuntos como respeto a la institucionalidad, deuda pública, pensiones y déficit fiscal. Temas de implicaciones legislativas, área donde el FMLN había optado desde 2009 por soslayar al principal partido opositor.


Lunes, 31 de marzo de 2014
Gabriel Labrador y Sergio Arauz

Después del 9 de marzo, cuando Arena aún no reconocía su derrota y reclamaba en público que se abriera las urnas para determinar al ganador de la elección presidencial en segunda ronda, y mientras el FMLN ya se aprestaba a nombrar su comisión de transición de gobierno, ambos partidos se sentaron en secreto para discutir una agenda de temas en las que, aseguraron, debían trabajar para ponerse de acuerdo.

Aún no estaba firme quién era el sucesor de Mauricio Funes, pero el FMLN y Arena elaboraron un esbozo de agenda que quedó plasmada en un par de páginas. La idea de aquella cita privada, dicen desde uno y otro lado, era también para comprobar la voluntad de diálogo entre ellos para que cuando se llegara el momento de oficializar las conversaciones los interlocutores no arrancaran en frío. “El resultado es una declaración mutua de querer establecer diálogo”, dice Medardo González, secretario general del FMLN, que no participó en la reunión pero sí estuvo al tanto de la misma.

Por el FMLN, en aquella mañana del 16 de marzo, una semana después de la votación, estuvo presente Óscar Ortiz, el ahora vicepresidente electo, y por la contraparte, participaron Ernesto Muyshondt, segundo al mando en Arena; Tomás Calderón Sol, hermano del expresidente de la República Armando Calderón Sol, y Claudio De Rosa, amigo de Ortiz y asesor de la bancada legislativa del partido. 

El 2 de febrero, día de la primera vuelta electoral, militantes del FMLN y de Arena se enfrentaron con gritos y empujones afuera del Colegio Sagrado Corazón en S.S. donde votó Norman Quijano.
El 2 de febrero, día de la primera vuelta electoral, militantes del FMLN y de Arena se enfrentaron con gritos y empujones afuera del Colegio Sagrado Corazón en S.S. donde votó Norman Quijano.

Una de las primeras cosas llamativas de este acercamiento es que fue Ortiz quien tomó la iniciativa unos días después de que Salvador Sánchez Cerén dijera que, como futuro presidente, invitaba a Arena a dialogar. Le tomó la palabra a Sánchez Cerén, quien autorizó el encuentro. Para esos días, ni Ortiz ni Sánchez Cerén habían sido bautizados aun como los gobernantes de la República porque Arena seguía exigiendo el conteo voto por voto y había presentado ante el TSE y la Corte Suprema de Justicia diversos recursos para revertir el resultado preliminar bajo acusaciones de fraude.

“Definitivamente el clima del diálogo hubiese sido muchísimo más propicio si el ganador de las elecciones hubiera resultado de un proceso libre, transparente y justo”, señala Ernesto Muyshondt, vicepresidente de ideología de Arena, quien al pedir su versión de lo occurido confirmó que las pláticas ocurrieron. Él explica estos acercamientos como el resultado natural cuando hay temas urgentes que necesitan solución: 'Hay temas donde es más fácil encontrar coincidencias y que son temas de país fuera del tema ideológico. Por ejemplo, acuerdos de seguridad, acuerdos de institucionalidad, de transparencia, o el tema de las pensiones, en fin…", dice Muyshondt. 

El martes de la semana pasada, cuando el TSE entregó las credenciales de gobernantes electos a Sánchez y a Ortiz, el presidente electo señaló en su primera conferencia que Ortiz tendría a su cargo la coordinación de las más importantes carteras de Estado. Esto marca la consolidación de un cambio en la tendencia del FMLN de los últimos 10 años, pues Ortiz había sido prácticamente marginado de las decisiones partidarias después de que en 2003 y 2004 intentó –y falló por escaso margen- ser el coordinador general del partido y candidato presidencial para 2004. Y en esa aventura disidente, que lo puso cerca de represalias partidarias, estuvo acompañado de algunos efemelenistas que también fueron marginados por la organización y que ahora podrían estar recuperando terreno. El viernes, durante su visita a Guatemala como presidente electo, Sánchez Cerén anunció en su cuenta de Twitter que Hugo Martínez, excanciller del gobierno de Funes, volvería al ministerio de Relaciones Exteriores como su titular. Martínez fue el jefe de campaña de Ortiz en las internas que el FMLN celebró en 2003. 

Ortiz es ahora quien acaba de liderar la primera reunión postelecciones con el partido Arena. La reunión se produjo en la casa de Claudio de Rosa y ahí, ambos grupos parieron un documento de dos páginas que los asistentes, al finalizar la reunión, sellaron con su firma.

En Arena, no solo hubo coincidencia en que el diálogo era necesario si no, además, oportuno porque permitiría que se pongan de acuerdo entre sí, antes que con otras fuerzas políticas. “Creo que hay voluntad sincera de varios de ellos en no de imponer las decisiones si no en discutirlas y consensuarlas. Creo que es lo que el país necesita”, dice Muyshondt.
Hasta antes de que Sánchez Cerén y Ortiz recibieran sus credenciales del TSE, habían ocurrido varios encuentros –según Muyshondt y el dirigente efemelenista José Luis Merino-, pero ninguno había terminado con la firma de un documento.

De cada tema plasmado en el papel, tanto el FMLN como Arena fijarían posturas concretas una vez lo discutieran en sus respectivos partidos. Así, los límites temáticos y los enfoques de cada partido estarían listos para cuando se diera una reunión oficial. Muyshondt recuerda que el documento contenía la minuta de lo que se discutió en la reunión del 16.
“El documento se redactó a propuesta de ellos (FMLN)”, dice Muyshondt. “Creo que lo que procede ahorita es elaborar una lista de temas en la que hay que buscar consensos”, agrega. El viernes pasado por la mañana, los expresidentes Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol conocieron el documento y aportaron elementos a su discusión, según el vicepresidente de Ideología arenero.

La agenda preliminar incluye el fortalecimiento de la institucionalidad del Estado, en particular, a través de la revisión de la situación de instituciones como la Corte de Cuentas, el Tribunal Supremo Electoral y la Fiscalía General de la República.

También se incluyó una lista de temas que, según los representantes de cada partido, su atención demanda algo más que la visión de un solo partido y requieren visiones conjuntas. Esto aplica para el tema de seguridad pública, educación y las finanzas públicas. Quizás este último es uno de los temas más amplios y delicados, pues comprende temas como el endeudamiento público, incluida la deuda previsional.

Jorge Velado, presidente de Arena, aseguró a El Faro la semana pasada que ninguna reunión con el FMLN había sido autorizada. Velado enfatizó que si el partido de izquierdas quería dialogar con Arena debía hacerlo a través de la institucionalidad, es decir, a través de él, y que si alguien lo había hecho ya, lo hacía a título personal. Velado señaló en diversos medios la semana pasada que a lo mejor un líder histórico de Arena podía haberse reunido con voceros del FMLN pero que aquello era a nivel informal. Líder histórico es el epíteto con el que en Arena se dirigen a los expresidentes de la República y presidentes honorarios. 

Muyshondt también dice que él, cuando se reunió con Ortiz, De Rosa y Calderón Sol, lo hizo a título personal. Las reuniones tienen antecedentes de amistad, según explica Muyshondt. Él personalmente conoce a Ortiz desde hace más o menos 15 años, cuando este último fue diputado de la Asamblea por primera vez. Juntos se sentaron a preparar leyes que buscaban el beneficio de agricultores. Muyshondt, proveniente de una familia de cafetaleros en San Miguel, tenía alrededor de 20 años y Ortiz, en su primera legislatura, tenía 33 años.

Claudio de Rosa y Ortiz, dijo Muyshondt, también tienen cierta relación de amistad aunque no dio detalles. 'Entiendo que Óscar llamó a Claudio y Claudio me pidió que lo acompañara. Óscar lo buscó a él que quería tener una plática preliminar y yo asistí invitado', dice este dirigente arenero.

Claudio de Rosa, consultado para esta nota, pidió que no se le mencionara e insistió en que él no estaba involucrado en nada político. Se le preguntó si con su respuesta estaba negando su participación en las reuniones y respondió que no contestaría porque no quería salir involucrado en nada. 'Te pido que no me menciones en nada, no tengo nada que ver, no sé de qué estás hablando', dijo. 

El documento firmado en casa de Claudio de Rosa también incluye el compromiso de ambos partidos de respetar a uno de los árbitros fundamentales del país, representado por la Corte Suprema y, en particular, la Sala de lo Constitucional.

En ambos partidos es costumbre intentar influenciar lo máximo posible, o tener cierto control del poder judicial, cuyos magistrados son elegidos desde la Asamblea Legislativa y, en las últimas dos selecciones, con intervención de Casa Presidencial.

Aunque el documento no desarrolla qué significa no interferir en el trabajo de Sala de lo Constitucional, existen precedentes de este gobierno, que avaló el decreto 743 que amarró a la Sala de lo Constitucional y que fue votado por Arena y los partidos de derecha. Luego, Arena se retractó del 743 y el FMLN se quedó defendiéndolo durante meses. En la agenda legislativa actual, uno de los temas que está pendiente es el nombramiento del magistrado presidente de la Corte y de la Sala, luego de que el anterior, Salomón Padilla, resultó destituido, vía sentencia, por su militancia en el FMLN.

El 743 también fue un capítulo que provocó que el FMLN y Arena se sentaran a negociar. Eso fue en 2011 y el presidente Mauricio Funes aprovechó el tema para mostrarse como mediador. Invitó a los partidos a Casa Presidencial, y ahí permanecieron en diálogos durante más de dos semanas. Más de dos años después de aquellas reuniones, los acuerdos que ahí se tomaron no se cumplieron a cabalidad, como por ejemplo, el acuerdo sobre el déficit fiscal. En Arena, ese capítulo de negociaciones aún está fresco y es lo que causa resquemor en algunos de los voceros de la derecha. 

José Luis Merino, el dirigente del FMLN, trató de restar importancia al encuentro del 16 de marzo entre representantes de Arena y FMLN. “Los acercamientos, no oficiales, siempre han existido, además, en la Asamblea Legislativa están en permanente contacto”, dijo a El Faro.

El secretario de Comunicaciones del FMLN, Roberto Lorenzana, también confirmó los acercamientos, aunque no dio detalles de lo que conversaron. 'Aunque nos tenemos con desconfianza con Arena así como ellos desconfían de nosotros, al menos han expresado que se puede construir el punto de confianza para un diálogo', dijo. 

El partido de gobierno interpreta el ajustado resultado de las últimas elecciones como un mensaje de los votantes que exigen que los dos polos -izquierda y derecha- logren acuerdos mínimos. José Luis Merino cree esa es la lectura que hay que hacer. 'Es importante buscar una agenda mínima consensuada, aunque también en la derecha están otras fuerzas políticas que no son Arena”, agrega como matiz que explica que el FMLN tampoco está dispuesto a dejar de lado la alianza que ha mantenido con los partidos Gana, PCN, Unidos por El Salvador y PDC.

En Arena, partido del que se fugaron o del que fueron expulsados la mayoría de diputados de Gana, el objetivo es que los acercamientos con el FMLN es marginar de la mesa de negociación a sus exdiputados y que apoyaron al expresidente Saca en la elección presidencial pasada. Una fuente de Arena cercana a la Comisión Política de Arena explica que en realidad este puente que se ha establecido con el FMLN tiene como “gran logro” colateral marginar en las negociaciones a partidos como Gana o el PCN.

El FMLN tuvo un trato preferencial con los partidos minoritarios durante toda la presente legislatura, pues era este partido quien le brindaba mayoría simple en la Asamblea. El Frente selló ese acompañamiento en último tramo –segunda vuelta- de su carrera a la presidencia y, esto, puede convertirse en un punto de honor en las negociaciones entre los dos grandes partidos. Merlin Barrera, delegada del movimiento que impulsó la candidatura de Saca, se unió al equipo del FMLN que trabaja el programa de gobierno.

El interés de Saca –o del FMLN en mantener la alianza- puede explicar la asistencia del expresidente al acto en el que el Tribunal Supremo Electoral entregó las credenciales de presidente y vicepresidente electos a la fórmula efemelenista.

Para Violeta Menjívar, ministra de Salud que habla en calidad de secretaria adjunta del FMLN, el problema tiene que ver con que El Salvador entra, de nuevo, a una campaña electoral para elegir alcaldes y diputados. “Los votos de Arena no son puros, de ese día, y además, ya vienen las elecciones de 2015, y ahí vienen un desparpajado, en la derecha”, dice.

La segunda al mando en el partido es más discreta para hablar de las negociones con el principal adversario del FMLN. “No puedo decir lo que Salvador ya está trabajando, son intríngulis que no están del todo abiertos”, dice para explicar que el presidente electo “ya está moviendo las pitas de un equipo gestor”.

“Hay cosas que no se dicen, sino que se hacen”, dice esta efemelenista, que sostiene que las conversaciones que ya iniciaron pueden ser más efectivas si se mantienen en secreto. “Algunas conversaciones son menos mediáticas pero más efectivas, hay acercamientos, que cuando se hacen mediáticos se arruinan”, explica.

Los dirigentes del FMLN consultados sobre este tema aseguran que los temas que Arena y FMLN están conversando son de agenda pública: finanzas y fiscalidad, la deuda y posibles reformas al sistema de pensiones y la seguridad pública.

Estos temas, según lo ha dicho el mismo candidato Salvador Sánchez Cerén, serán abordados en una mesa en la que pretende convocar gente con la suficiente credibilidad para lograr acuerdos.

Dirigentes de ambos partidos prevén que los políticos que ya tienen silla en este espacio que pretende discutir y parir acuerdos específicos son los que ahora están tomando decisiones.

En el lado del FMLN aparecen el presidente y vicepresidente electo, el secretario general del partido y José Luis Merino. La representación de Arena, por el momento, es otro gran secreto. Los nombres ya están definidos, son cinco dirigentes, pero esos nombres aun no han sido publicados porque Jorge Velado, presidente del partido, es el único autorizado para revelar los detalles de la comisión de negociación. 'Creo que podemos llegar a grandes logros, el enfoque es ya no trabajar como partidos si no en función de la población salvadoreña', dice uno de los dirigentes que conformarán la comisión. 

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