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El narco también quiere marcar goles en el Mundial

Las redes del narcotráfico en Perú y Bolivia, dos de los mayores productores de cocaína del mundo, gozan del auge de su negocio por el movimiento de inmensas cantidades de droga hacia Brasil, que vivirá con el Mundial de Fútbol un verdadero carnaval de consumo, dijeron a la AFP fuentes policiales e investigadores de ambos países.


Domingo, 8 de junio de 2014
Juan Castro Olivera (AFP) / El Faro

Lima, PERÚ. Antes que comience a rodar el balón, los cárteles de la droga brasileños se ocuparon de realizar grandes acopios de cocaína a través de proveedores en la región, según registros de la policía antinarcóticos en Perú. “Hemos observado una actividad muy intensa del narcotráfico por el Mundial”, dijo a la AFP el general Vicente Romero, director de la oficina antidrogas de Perú (Dirandro) y hombre a cargo de la estrategia policial antinarcóticos en el país.

Las autoridades peruanas evidenciaron desde inicios del año un aumento de los “narcovuelos” que trasladan cocaína a Bolivia para ingresarla luego por tierra a Brasil.

Las pistas clandestinas surgen como hongos a lo largo de los valles cocaleros peruanos de donde despegan de manera incesante avionetas cargadas con hasta 300 kilos de cocaína, según los investigadores.

Operativos comando de la Dirandro destruyeron 72 pistas para narcoavionetas en los primeros cinco meses del año, casi el doble que en igual período en 2013. “Los cárteles brasileños saben que durante el Mundial los controles no funcionan, y por lo tanto se preparan para un carnaval de consumo de cocaína”, dijo a la AFP Jaime Antezana, catedrático de la Universidad Católica de Perú y uno de los mayores expertos en narcotráfico del país.

“Brasil es actualmente el segundo mayor consumidor de cocaína en el mundo, pero durante el Mundial de Fútbol se espera que supere a Estados Unidos como el país de mayor consumo”, adelantó.

El país está unido por fronteras selváticas de control casi imposible con Perú, Colombia y Bolivia, en ese orden los tres mayores productores mundiales de hoja de coca y cocaína, según la ONU.

Operaciones en triple frontera amazónica

Fuerzas antidrogas de los tres países buscaron dar un golpe a las mafias antes que se desate la fiebre mundialista. Una operación conjunta de las policías peruana, brasileña y colombiana en el llamado Trapecio Amazónico que une a esas naciones permitió decomisar en mayo 570 kilos de clorhidrato de cocaína que iban a ser destinados a las ciudades sede del Mundial, informó la Dirandro.

Además se destruyeron en esa región de triple frontera y en Ucayali, inmenso departamento peruano con frontera de selva, 18 laboratorios que producían 400 kilos de pasta básica de cocaína por semana.

Sólo desde la triple frontera amazónica se despachan 80 toneladas de cocaína al año hacia Brasil, según la policía antidrogas peruana.

Como parte de su operativo de seguridad para la Copa del Mundo, el Ministerio de Defensa de Brasil llevó a cabo la operación Agata 8 en mayo destinada a contener el ingreso de droga.

Se desplegaron militares en los 17,000 kilómetros de frontera y se incautaron 40 toneladas de narcóticos que tenían como destino Sao Paulo y Rio de Janeiro. Fue el doble de lo capturado en el mismo operativo, Agata 7, un año antes.

El gran negocio de la droga a Brasil se sustenta en el valor que la cocaína tiene actualmente en ese mercado, donde multiplica por cinco y hasta diez veces su valor, explicó el general Romero.

“El Perú un kilo de cocaína puede valer $1,000, pero esa misma cantidad de droga en Manaos se vende a $5,000 y en Sao Paulo, a $7,000”, explicó.

Un vuelo con 300 kilos de cocaína, valuado en unos $300,000 en Perú, en Río puede venderse por hasta 3 millones de dólares, según la Dirandro.

“Los precios son desorbitantes porque el crecimiento de la demanda es exponencial”, subrayó Antezana. Brasil atrae muchísima droga porque además del alto consumo es un país de tránsito hacia África y Europa, recordó el experto peruano.

El cambio de ruta: Brasil

En los últimos años se ha producido una reorientación de la cocaína peruana que hasta 2010 salía por el mar con destino a Asia y Estados Unidos.

Ahora el 60% de la cocaína de Perú va hacia Brasil por Bolivia, y por la selva amazónica, a través de las regiones peruanas de Loreto y Ucayali, donde por falta de controles funciona un corredor libre de la cocaína, advierten los investigadores.

“La desaparición del Chapo Guzmán, del cartel de Sinaloa, ha consolidado esta tendencia. La reorientación de la cocaína hacia Brasil fue provocada además por la influencia del PCC” (Primer Comando de la Capital), un cártel brasileño que está en pleno apogeo y que está acopiando la mayor cantidad de cocaína de Perú.

Los narcotraficantes aprovechan además la cercanía que tiene Bolivia con Brasil para utilizar su territorio para la fabricación y también como puente de la droga proveniente de Perú, dijo a la AFP Franklin Alcaraz, director del Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin), en La Paz.

“Desde la expulsión de la DEA en 2008, el país ha perdido en logística e inteligencia. A pesar de los esfuerzos que hace el gobierno, no tiene suficientes recursos y vemos que el tráfico se ha incrementado”, dijo Alcaraz al indicar por qué Bolivia es una intensa ruta de la droga a Brasil.

© Agence France-Presse

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