Opinión /

Por qué migran


Miércoles, 16 de julio de 2014
Mauricio Silva

El flujo de niños solos provenientes de los países del Triángulo Norte que cruzan la frontera de EUA ilegalmente es un fenómeno de hace muchos años que ha aumentado vertiginosamente desde el 2010. Según la agencia de aduanas del gobierno estadounidense, el número de niños salvadoreños que cruzaron la frontera solos e ilegalmente pasó de un poco más de mil por año en el 2010 hasta más de doce mil este año; la tendencia para Guatemala y Honduras es igual aunque los números para esos dos países son mayores. Sin embrago, es hasta ahora que ello está recibiendo gran publicidad.

Es la administración de Obama, y el juego político de EUA, lo que ha puesto el tema en el centro del debate. Ellos, frustrados con la no aprobación de la reforma migratoria, viendo que su periodo presidencial se acorta, y ante las próximas elecciones de medio término el próximo noviembre y la importancia en ellas del voto latino, declararon recientemente que iban a cambiar de estrategia. Empiezan por poner nuevamente el tema de migración en el centro del debate resaltando la migración de los niños y pidiendo $ 3,700 millones para corregir el problema por medio de medidas sobre todo en EUA. Con esos fondos proponen reforzar la seguridad en la frontera, agilizar el sistema judicial de EUA para apresurar la deportación de menores, proveer cuidado apropiado a los menores y mantener servicios para los refugiados.

Repentinamente, como durante la guerra civil, volvemos a estar en el centro del debate político americano. Me temo que, como sucedió con el conflicto armado, también esta vez las medidas propuestas por los norteamericanos no van a resultar. No van a resultar porque no enfrentan la causa principal que origina la migración. Peor que eso, ni siquiera enfrentan las causas principales que han producido el repunte, desde hace unos años, de la migración de niños.

Los migrantes lo dicen de diferentes formas, migran por necesidad, por miedo a la violencia, y por la esperanza de una vida mejor. Esas son las causas que hay que corregir para parar la migración. Hacerlo implica trabajar principalmente en Centroamérica, no en EUA.

El repunte de niños solos cruzando la frontera en los últimos años se da por una serie de factores. Existe una ley en EUA, la ley para la protección de victimas de tráfico William Wilberforce, que se aprobó en el 2008 para proteger víctimas del tráfico de personas, la mayoría menores. Esa ley garantiza una audiencia legal a menores no acompañados que llegan a EUA, y les autoriza a vivir con un familiar en EUA si existe, hasta que la audiencia suceda.

La migración que se dio de centroamericanos en las décadas pasadas hace que la gran mayoría de los niños que cruzan la frontera ahora tienen un familiar en EUA. Familiar que también tiene ahora la capacidad para pagar la migración. Parece que existe también un acuerdo con las principales mafias que trabajan en la ruta CA – EUA para reducir los peligros a los niños, mediante un pago. Esas mafias se dan en México, pero también en EUA. Los coyotes se han encargado de promover este negocio en los países del Triángulo Norte. Los costos de todos estos actos están incluidos en el precio que estos últimos cobran y van repartiendo en el camino. El negocio ha llegado a ser tan lucrativo, por el volumen, que el precio ha disminuido.

Varias medidas pueden corregir esos factores que recientemente han incrementado la migración de niños, haciéndola a la vez más humana. La reforma migratoria propuesta por la administración de Obama humanizaría la reunificación familiar que de todas formas está pasando, poniendo a la vez un límite a la misma. Los permisos de trabajo temporales que se les dan a los mexicanos que regresan a su país prueban que ello es una solución más viable, humana y permanente. La mano dura de la ley se debe aplicar a las mafias y coyotes que están haciendo de ese tráfico migratorio un negocio y no a los migrantes. Brindar asistencia en la ruta del migrante disminuye sus costos y puede disminuir el negocio de las mafias.

Los costos de esa migración -sobre todo los humanos- siguen siendo muy altos, y las medidas de armar y proteger la frontera solo los van a subir. Como en la guerra, la gran mayoría de esos costos los pagamos nosotros, no los estadounidenses, aunque el problema y las causas son compartidos.

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.