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'¿Qué fiscal en su sano juicio va a contradecir al presidente Obama?'

El exjefe de la Unidad de Investigación Financiera de la Fiscalía no da crédito a que la institución haya cerrado el caso contra uno de los designados por Estados Unidos como capo del narcotráfico. Le parece 'gravísimo' el uso de conversaciones personales obtenidas por intervenciones telefónicas y dice que hay que ser 'o muy tonto o muy malintencionado' para mantener durante dos años la acusación CEL-Enel y luego decir que los delitos señalados ya prescribieron.


Domingo, 1 de noviembre de 2015
Nelson Rauda Zablah y Sergio Arauz

Rolando Monroy, candidato a fiscal general. Foto: Emely Navarro
Rolando Monroy, candidato a fiscal general. Foto: Emely Navarro

José Rolando Monroy llegó ante los diputados de la subcomisión encargada de entrevistar a los aspirantes a fiscal general y les dijo: 'No soy títere de nadie'. Santiago Flores, diputado del FMLN, le había preguntado por qué renunció a la Fiscalía solo tres meses después de la llegada del actual fiscal Luis Martínez, si tenía ya una carrera de 14 años en la institución: había trabajado siete años como jefe de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) y otros siete como fiscal auxiliar.

En esos 14 años en la Fiscalía, Monroy vio pasar a seis fiscales generales, y desde esa su visita al octavo piso de la Asamblea Legislativa del 26 de octubre, hasta esta mañana del día 27 en un restaurante en el Paseo General Escalón, no ha parado de criticar la gestión de Martínez: que no debería jactarse de las extradiciones que ha realizado porque son atribución de la Corte Suprema de Justicia; que su protagonismo solo es mediático, pero no técnico; que todos sus éxitos como fiscal son fruto de la casualidad, y que debido al manejo que ha hecho de las intervenciones telefónicas no solo debería haber sido destituido, sino que bien podría estar preso.

En la plática antes de comenzar la entrevista, Monroy sacó su teléfono celular y enseñó la imagen de un oficio de la UIF, publicado por la Revista Factum. En ese documento, la Fiscalía da por cerrada la investigación contra José Adán Salazar Umaña, un empresario salvadoreño designado como capo de la droga por el presidente Obama, de Estados Unidos, y a quien largas investigaciones del Estado salvadoreño y de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ubican como una de las cabezas del Cártel de Texis. Este abogado, que fue 'fundador' de la Unidad de Investigación Financiera, considera escandalosa esa decisión y alude a esas decisiones como uno de los motivos por los que dejó la Fiscalía.

Usted dejó la Fiscalía en marzo de 2013. ¿Usted solo aguantó tres meses a Luis Martínez o fue él quien solo lo aguantó a usted tres meses?
Jejejeje... los dos no nos aguantamos. No, mire, le voy a responder a la fecha de ahora. Según la imagen que le enseñé de la revista Factum, ¿usted cree que yo –y yo no creo que ninguno de ustedes- firmaría un oficio diciendo que se archiva una actuación contra un señor salvadoreño que el presidente (de Estados Unidos, Barack) Obama, por medio de una orden ejecutiva, ha declarado narcotraficante internacional? Tendría que haber perdido la razón para firmar ese oficio. Eso es grave, de proporciones incalculables, como dicen en las películas. Porque Estados Unidos lo más que va a decir es que El Salvador no avala nuestra política internacional en materia del combate al narcotráfico internacional, entonces, El Salvador es un territorio que no coopera con la comunidad internacional. No va a haber asistencia técnica, va a haber sanciones. O sea, eso es gravísimo. Mire qué sucedió en Honduras: Jankel Rosenthal pone un pie en Miami, capturado, referido a Nueva York.

¿Qué motivación cree que hay detrás de que la Fiscalía archive…
... Uy, preferiría no especular en eso. Yo creo que cada quien puede sacar una motivación. Yo, como le repito, solo que perdiera la razón podría firmar ese oficio. A menos que, algo que no conozco, la Fiscalía ya habló con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y ellos le dijeron que, efectivamente, a ese señor ya lo van a retirar de la lista OFAC. Pero yo la revisé ayer (26 de octubre) y todavía está en la lista.

Cuando los diputados le preguntaron las razones de su salida de la Fiscalía, usted respondió que sabía qué órdenes podía cumplir y qué órdenes no…
... Una orden de esas jamás la iba a cumplir.

¿Y hubo más casos de ese tipo durante los tres meses en que usted estuvo con Luis Martínez?
No. Yo le dije que a fecha de ahora le voy a responder. No quise hacer un circo con los diputados pero mire, realmente, yo creo en Dios y gracias a Dios que ya no estoy ahí. ¿Cómo voy a aceptar una orden de esas? Yo creo que alguien que sepa lo que yo sé, que esté capacitado por todos los foros a los que he ido y la capacitación que he recibido, no va a hacer eso.

¿Y es muy común la práctica esta?
¡No la había visto en mi vida!

Le quiero hablar de otra práctica similar. La nota que sacamos este lunes en El Faro sobre la Fiscalía pidiéndole a un testigo que omitiera un nombre en el juicio de 2010 por el asesinato de los diputados al Parlacen en Guatemala.
Gravísimo. Ese es fraude procesal. Yo no lo conozco.

¿No se dio cuenta usted?
Yo le decía a un colega de ustedes que el caso Silva Pereira yo lo separo en cuatro casos: Silva propiamente dicho, antejuicio y caso penal de él; Silva familia, la esposa que fue condenada; Silva en relación con las alcaldías y Silva-Guatemala. El fiscal general Félix Garrid Safie solo nos dejó a nosotros que conociéramos antejuicio y caso penal, la Cámara Primera de lo Penal. A la esposa también la procesamos en la jurisdicción ordinaria y lo que son alcaldías las referimos a las oficinas fiscales de la circunscripción donde estaban las alcaldías. El caso Silva-Guatemala lo conoció la unidad contra el Crimen Organizado. Nosotros lo que hicimos fue certificarle todo y ellos hicieron los trámites con estos fiscales de Guatemala. Yo jamás me reuní con un fiscal de Guatemala.

Volvamos a lo que usted dijo a los diputados. La frase más famosa que se desprende de su audiencia en la Asamblea...
... lapidaria, jaja...

… es “yo no soy títere de nadie”...
... yo no podría firmar eso (archivar el caso contra José Adán Salazar Umaña)

¿Eso se podría interpretar como que Tovías Menjívar, quien lo sucedió a usted, es un títere de Martínez?
¿Quién en su sano juicio va a firmar eso? ¿Quién en su sano juicio va a contradecir al presidente Obama?

¿Y esa es la política de los jefes de Martínez, tener títeres?
No sé. Yo no quiero esquivar la pregunta: pero yo ya lo dije y lo sostengo: no soy títere de nadie que me diga: firmate esa orden. Ahí pueden intervenir varios factores. Si yo no sé qué es una lista OFAC (OFAC: Oficina de Control de Activos en el Extranjero, por sus siglas en inglés), la puedo firmar. Pero como yo, Rolando Monroy, sí sé qué es una lista OFAC y cómo llegan los designados ahí, que es una designación directa del presidente de los Estados Unidos, a través de una orden ejecutiva, no podría haber hecho eso. Jamás. Entonces, otra persona que no lo sepa, tal vez dice: 'Ah, cómo no, si acá no pasa nada'. No sé si por eso lo hizo él. O no sé si por cuidar su empleo. Rolando Monroy jamás lo hubiera hecho.

Usted también dijo que llegaría a la Fiscalía a servir y no a servirse. ¿Ese es un recado para Martínez?
No, para cualquiera de los 72 que estamos participando. Si su motivación es irse a servir para inflar su curriculum, para creerse y decir mañana que fui fiscal general sin hacer nada... no estoy hablando solo de corrupción, sino de llegar a hacer un papel intrascendente, mejor que no lleguen. La situación está para servir, para llegar a prestarle un servicio al país, de sacrificio, no de estar teniéndose la quijada en un escritorio, pasar los tres años y poner en la hoja de vida que fui fiscal general aunque nunca se robe un centavo. No solo me refería a eso.

¿Cómo es Luis Martínez comparado con los seis antecesores que usted conoció en la institución?
Pues las cosas que están sucediendo ahora no sucedieron antes, con ninguno de los fiscales.

¿Qué cosas, por ejemplo?
Lo que ustedes han publicado: yo nunca supe que ellos viajaran en aviones privados. O sea, yo nunca supe que viajaran en aviones privados de un imputado y que lo favorecieran. Nunca vi que un jefe fiscal firmara una orden contradiciendo al mismísimo presidente de los Estados Unidos.

¿Son los precedentes más graves que usted cree que sienta esta administración?
Entre otros, pues, porque no conozco el manejo del caso CEL-Enel. Pero se necesita ser muy tonto -y por lo tanto no estar en la Fiscalía- o muy malintencionado en mantener el caso CEL-Enel dos años y a los dos años decir: 'Ya habían prescrito las acciones'. O sea, o es muy tonto alguien o es muy malintencionado de mantener dos años abierto un expediente.

 

¿Y el caso Flores-Taiwán?
En el manejo del caso Flores no se ha suministrado información, entonces, la ciudadanía no puede saber si se ha hecho bien el trabajo o se ha hecho mal. En ese orden de ideas, a la ciudadanía le queda un sinsabor, un sabor de que se ha hecho mal el trabajo. Ayer me lo preguntaba el diputado del FMLN. Yo no lo sé porque con la poca información que ustedes me han suministrado si el señor expresidente no depositó el cheque, no cometió el delito de lavado en esa modalidad. Pero eso no lo sabemos nosotros. Si él no tenía firma registrada en las cuentas, no tenía cómo realizar depósitos, retiros o transferencias. Pero eso no lo sabemos, porque es una política de no informar y eso atenta totalmente contra la transparencia.

¿Y si el diputado Santiago Flores le hubiera preguntado: pero usted estuvo en la UIF...?
Pero no conozco el caso.

¿Y no estuvo en la Unidad de Investigación Financiera cuando recibieron el ROS hace más de 10 años?
Le voy a responder así, mire: por eso es que gracias a Dios no esquivo ninguna pregunta. Posiblemente sí (estuve). ¿Sabe qué sucedió? No era el jefe yo. El procedimiento de recibir en la recepción, como en su periódico, es el siguiente: llega a una especie de secretaría donde se recibe la información. O si es electrónico, lo recibe el sistema. En cualquiera de las vías se remite a alguien que la va a canalizar, que generalmente es el jefe, en esa época no era yo. Él la canaliza a quien considera que la debe tener. A mí no me la canalizó.

¿Quién era el jefe?
Era Nelson Mena. A él lo llamaron a la Asamblea Legislativa, a mí no me llamaron.

¿Y los ROS que generaba el expresidente en ese momento usted los canalizaba?
No, no era el jefe yo. Yo fui jefe hasta en noviembre de 2005. Es lógico porque no me llamó la Asamblea a mí. No tenía cómo conocer ese reporte, a menos que dentro del expediente estuviese que a mí me lo asignó el jefe de esa época.

Usted dice que no entiende cómo se puede mantener una acusación dos años, como en el caso CEL-Enel, y que hay que ser muy tonto o muy mal intencionado al cabo de esos dos años argumentar que las acciones que dieron lugar a la acusació ya prescribieron. De hecho, al fiscal se le ha cuestionado, por ejemplo, el uso de conversaciones personales como en el caso del padre Antonio Rodríguez
¡Uuuuh, eso es gravísimo!

¿Usted cree que el fiscal general manipula casos? ¿O al menos ese caso?
Eliminemos lo de manipular el caso. No se puede revelar información obtenida a través de una intervención telefónica y, según ustedes lo publicaron, él hizo escuchar a ciertos jerarcas de la iglesia esa comunicación. ¡Eso se pena con cárcel según la Ley de Intervenciones Telefónicas!

(En efecto, el artículo 34 de la Ley Especial para la Intervención de las Telecomunicaciones tipifica el delito de Divulgación de Material Reservado así: 'El que revele, divulgue o utilice en forma indebida la información obtenida en el curso de una intervención de telecomunicaciones autorizada, será sancionado con prisión de cuatro a ocho años. El que por culpa permitiese la revelación, divulgación o utilización de la información obtenida mediante una intervención de las telecomunicaciones será sancionado con prisión de seis meses a un año. En cualquiera de los casos anteriores, si el responsable fuese funcionario, autoridad o empleado público o agente de autoridad se impondrá además la pena de inhabilitación para el desempeño del cargo o empleo público por igual período al de la pena de prisión impuesta'. Además, la Constitución establece que si la Fiscalía usa conversaciones personales obtenidas en la intervención legal de telecomunicaciones, eso es causal de destitución por parte de la Asamblea Legislativa. En el caso de las conversaciones del padre Antonio Rodríguez, aunque es público, los diputados no se han mostrado interesados en indagar nada).

¿Entonces el fiscal no solo debió haber sido destituido por eso sino también debió haber ido a la cárcel?
Ahí dice la ley, busquen el artículo. No se puede hacer. De hecho, la abogada que defendió al padre Antonio (Berta Deleón) puede todavía pedir la nulidad de esas actuaciones porque el padre Antonio no aceptó el procedimiento abreviado. Ahí hubo un vicio del consentimiento, porque entiendo que la grabación se la pusieron a los jerarcas para que este le dijera, que yo no sé que decía ahí, mirá, aceptalo, porque ahí hay algo bien feo o bonito. Ahí hay un vicio del consentimiento y cualquier abogado lo sabe. Eso es gravísimo. Cuando yo lo leí en su periódico dije: ¡Dios santo, en este país no sucede nada!

Lo percibo crítico y tengo que preguntarle esto: entiendo que su esposa trabaja en la Fiscalía...
... Sí, en la división de Intereses del Estado...

... ¿No tiene miedo de repercusiones por decir estas cosas?
Absolutamente, como lo dije a los diputados. Yo a mi edad tengo suficiente autonomía. Si mi esposa trabaja ahí es porque le gusta. Y si ya no puede trabajar ahí, vamos a trabajar en otro lugar. Eso no es ningún problema. Ahora bien, si es un despido arbitrario e injusto, vamos a ir a la Sala de lo Constitucional. En el mío no, porque yo no debo andar llorando por nada.

¿A usted lo despidieron o renunció?
Yo renuncié, pero porque yo le dije a él que realmente esa política de eso, no puedo. Entonces él me dijo: “Bueno, yo no me puedo ir, Rolando”.

¿Las políticas de qué?
Por ejemplo, usted tiene su propia forma de proceder. Es que políticas no hay.

Yo pensé que nos estaba retratando la conversación del día en que lo…
No, es que políticas no hay. Entonces, a mí eso de estar improvisando sin tener cosas por escrito...

¿Y el fiscal anterior sí tenía políticas?
Se refiere al licenciado Barahona. Él emitió una política de persecución penal. ¿Buena o mala? No lo sé, pero la emitió.

¿Usted se tardó tres meses en darse cuenta de que este fiscal no iba a actuar con una política sino que iba a actuar como lo que él dice que es, un macho sin dueño, durante toda la gestión?
Jajaja, poquito me tardé, ¿verdad? Pero la historia creo que me ha dado la razón. No fui desacertado. No quisiera estar en este momento siendo jefe de la UIF.

¿Por qué quiere ser fiscal general de la República?
Mi única motivación, como lo dije en la Asamblea, es servir, no servirme. Sin querer parecer jactancioso, yo me salí de mi zona de confort de estar brindando consultorías para participar en este proceso, pero porque sentí la necesidad de presentarme como candidato para servirle al país. Siento que el rumbo que lleva el país y, principalmente, la Fiscalía, es un rumbo equivocado. Es un rumbo oscuro que no da respuesta a la ciudadanía. Eso fue lo que me motivó a inscribirme. Siento que le puedo cambiar el rumbo a la Fiscalía. Claro, no como un instrumento para servirme, sino como un instrumento para servir. Yo sé que ahí no me voy a enriquecer, no voy a aplicar la ley solo al que no me simpatiza y al que me simpatiza sí lo voy a exonerar, porque eso es delito en ambos sentidos. Si yo perjudico solo al que no me agrada, es delito, y si exonero al que me agrada, habiendo cometido un delito, también es delito. Eso no puede seguir sucediendo dentro de la Fiscalía.

Rolando Monroy, candidato a fiscal general. Foto: Emely Navarro
Rolando Monroy, candidato a fiscal general. Foto: Emely Navarro

¿Tiene un plan detallado de trabajo?
Sí. Principalmente haría una reingeniería de la Fiscalía porque ciertas unidades especializadas no tienen criterios de intervención. ¿A qué se refiere esto? Dentro de la misma Fiscalía no saben cómo están organizados. 

¿Eso es responsabilidad de Luis Martínez o es desde antes?
Es desde antes, pero obviamente el fiscal que llega – si se considera apto- tendría que reorganizar. Yo lo estoy ofreciendo porque me considero apto. Mi propuesta es convertir la Unidad de Crimen Organizado, y se los dije desde el año 2009, en una unidad antiterrorismo, porque ese es un requerimiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y es vinculante para todos los países miembros de la ONU. Usted vea las incautaciones de drogas que se hacen, todas producto de la casualidad. Ninguna depende de una investigación seria. Usted vea los casos que se llevan de lavado de dinero, todos, básicamente producto de la casualidad de que un correo humano caiga en una frontera, ya sea en el aeropuerto o terrestre. ¿Dónde están las investigaciones que contra el crimen organizado se deben hacer? El problema es que o no se conocen o no se quieren hacer. Yo preferiría creer que es por falta de capacidad que no se quieren hacer, porque lo otro sería muy grave.

¿'Lo otro' sería negligencia o…
Un tipo de negligencia muy grave porque cuando usted conoce un problema y no lo ataca y no lo resuelve, es cómplice.

¿Es delito?
Es delito, pero prefiero pensar que es por desconocimiento. Esas son las propuestas que yo haría. Mire, no hay una política verdadera de impugnación. Usted le pregunta a uno de los que dirigen la Fiscalía qué es una política de impugnación y no saben. ¿A qué se refiere? El fiscal común, el auxiliar, el que sostiene a la Fiscalía en sus hombros pasa sumamente estresado, deprimido. Hable con algunos de ellos: todo mundo se quiere ir de la Fiscalía. No se van porque les da temor no encontrar ese nivel salarial… Una política de impugnación implica que el fiscal debe tener autonomía para decidir cuándo puede presentar un recurso de apelación, o cuándo puede presentar un recurso de casación y que no sienta el yugo en sus hombros que Auditoría Fiscal lo va a procesar solo porque no presentó un recurso. Cuando él lo presenta, debidamente estudiado y analizado, y sabe que va a soportar una auditoría, perfectamente puede decir: 'Hoy no se presenta recurso'. Con eso, él va a descongestionar el sistema.

Usted cree que todas las incautaciones de droga son producto de la casualidad. Pedro Cruz, otro aspirante a fiscal, piensa que, en general, todos los casos de éxito que tiene la Fiscalía son producto de la casualidad. ¿Usted comparte esa tesis?
Jejeje. Pues, generalmente son producto de la casualidad. Le decía que los casos de lavado de dinero son producto de la casualidad, de incautaciones de dinero en las fronteras, son casualidad, de que alguien pueda detectar ese correo humano en las fronteras, o que ese correo humano decidió utilizar a El Salvador como país de destino.

Quiero entenderlo cuando habla de autonomía. ¿Hay fiscales que hacen bien su trabajo pero que tienen un tapón arriba? ¿A eso se refiere cuando habla de autonomía?
En parte, pero me refiero también a otro tipo de autonomía. Cuando a usted le dicen en su periódico: Sergio, ¿estás seguro de que esto soporta un cuestionamiento e incluso una demanda legal? Y usted dice, sí, estoy seguro porque tengo las pruebas. Démosle. A eso también me refiero. Cuando un fiscal dice: estoy seguro de que este caso no tiene futuro en una instancia superior, en una apelación o casación. Por lo tanto, no tengo que andar estresándome o preguntándole al jefe, sino que voy a emitir mi resolución y cuestionamiento. Si viene Auditoría Fiscal -porque tiene que haber un mecanismo, sino se puede prestar para la corrupción-: “No apelo y ahí que se vaya. No, fiscal, aquí está mi informe, porque no apelé, porque no casé esta sentencia y aquí están las razones legales, esto soporta una auditoría'. Él adquiere una autonomía en ese momento, autonomía que en este momento no tiene. Él lo que hace es presentar un recurso mal hecho, ¿por qué? Porque si Auditoría ve que no apelé, que no casé, me va a abrir un expediente y todo eso congestiona el sistema no solo judicial, sino que en la Fiscalía estresa y deprime al fiscal, y pierde total eficacia.

¿Cuál es el mayor problema que tiene la Fiscalía actualmente? ¿Negligencia, falta de autonomía, esos tapones…?
Todo confluye porque no hay políticas. Si, por ejemplo, el fiscal dice: 'Vamos a hacer una política de impugnación. Esta va a consistir en que cuando no existan méritos formales o materiales para presentar un recurso ya sea casación o apelación, el fiscal auxiliar va a emitir un informe razonado y eso va a constar en el expediente'. Auditable, obviamente.

Supongo que tampoco hay políticas para iniciar de oficio una investigación…
No se sabe.

¿La política es lo que diga el fiscal general?
La política es lo que diga el fiscal. Yo, como trabajo como consultor con instituciones financieras desde hace tres años, tengo claro que todo eso debe estar en políticas para que incluso el mismo que las autoriza, que sería el fiscal general, no pueda pasar sobre ellas.

Durante su audiencia con los diputados, Rodolfo Parker le dijo que era difícil encontrarle flancos débiles. ¿Usted cree que puede tener apoyo para ganar el cargo?
Yo me metí como un idealista. Sé que la sociedad civil, medios independientes como el de ustedes, están tratando de que las cosas se hagan bien. Yo le había prometido a mi familia no participar en estas cosas porque estaba totalmente decepcionado de los procesos, pero creo que este proceso de elección puede marcar la diferencia.

¿Por qué?
Porque hay muchos factores que pueden incidir en eso como el empuje de la sociedad civil, la fluctuación de la información por cómo se está dando de rápido. Si uno tiene un flanco oscuro, se lo van a sacar inmediatamente. Medios independientes como el de ustedes no van a dejar tan fácil que personas oscuras o en entredicho lleguen a ocupar altos cargos. Confiado en todos esos factores es que decidí inscribirme en este proceso. Me salí de mi zona de confort, siendo consultor, teniendo contratos con instituciones financieras para capacitarles y apuntalar los programas de prevención de lavado de dinero, a meterme a esta vitrina. Pero porque sé que no tengo flancos débiles.

¿Luis Martínez es una persona oscura?
No sé, no lo conozco.

¿Puede hacer una referencia explícita a qué sería un candidato oscuro?
Personas oscuras pueden ser aquellas que tienen un fin personal de ostentar el poder. Acá los mismos diputados no saben que el fiscal general no es súper poderoso. El fiscal tiene sus límites y se los demarca la ley. En otro país, si un fiscal general comete una infracción administrativa -ya no se diga penal-, lo destituyen. La Asamblea tiene todas las facultades para hacerlo. A lo que yo me refiero es a que este proceso –ojalá no me equivoque porque voy a quedar peor de decepcionado- ustedes como medios, la sociedad civil pueden incidir en que sea un proceso transparente y que se nombre a la mejor persona. Que no solo llegue a servirse de la Fiscalía, no estoy diciendo solo a robar, sino que a servirse de la Fiscalía, y que llegue claramente a prestarle un servicio a la sociedad. Ahora, candidatos oscuros, realmente conozco a unos pocos pero que ni deberían participar. ¿Cómo voy a llegar, por ejemplo, a la Corte de Cuentas?

Luis Martínez no es penalista…
¿No es penalista? Yo como no lo conozco a él, no sé ni de qué ejerció antes de llegar a ser fiscal.

No era penalista antes de llegar a ser fiscal.
¿Hoy sí ya se hizo? ¡Jajajaja...! A eso me refiero. Hay candidatos que yo no sé ni por qué se han presentado. No quiero decir que yo sea el único que tiene el perfil. Muy por el contrario, me sentí satisfecho de ver una lista amplia y con ciertos nombres ahí que pueden ser buenos candidatos.

¿Puede mencionar nombres?
No, porque estaría yendo en contra de los que no mencione. Yo veo que algunos analistas mencionan nombres. Vean el perfil antes de decir eso. Es cierto, pueden ser buenos abogados en sus áreas, pero estamos buscando un fiscal general, no un mercantilista, un politólogo o un experto en cuestiones electorales. Eso tienen que analizarlo. Un abogado puede ser muy recto o muy bueno pero estamos buscando un buen fiscal general, que tenga experiencia en eso.

Me refiero a las personas que usted piensa que la gente debe ver porque pueden hacer un buen papel.
Me gustaría enfocarme en los perfiles, sin mencionar nombres. Si un candidato le puede decir a usted: yo soy probo, qué bueno. Eso es lo primero. Yo soy capacitado. Ok, ¿en qué materia? Ayer dije lo de la dependencia de partidos o grupos de poder. Miren, hay candidatos que están vinculados, que siempre han estado vinculados a grupos o partidos. Y ya las mismas recomendaciones del GAFIC (Grupo de Acción Financiera Internacional del Caribe, una organización intergubernamental que lucha contra el lavado de activos y el terrorismo) dice quiénes son las personas expuestas políticamente. Aquellos que ostentan carteras, ministerios, secretarías, autónomas, esas personas están vinculadas a los partidos por una sencilla razón: si son inteligentes, ellos tienen que abrazar un programa del partido de gobierno y apoyarlo, defenderlo, representarlo. Entonces, esas personas están comprometidas en su imparcialidad. Ahí hay candidatos que están trabajando en el gobierno. En mi caso, gracias a Dios, jamás he trabajado en el Ejecutivo.

¿A qué atribuiría la baja cantidad de procesos de lavado de dinero en el país? ¿No hay lavado de dinero, o la ley no funciona o la Fiscalía no funciona?
En todos los países hay lavado de dinero. Mi propuesta va enfocada en fortalecer las unidades especializadas. A uno cuando le enseñan sobre crimen organizado es que el delincuente se ve motivado a delinquir porque ve que el crimen es rentable. Pero si ven que el crimen no paga, eso tiene un efecto disuasivo. Hasta la fecha, pida una entrevista con un jefe de esas unidades y no se la van a dar. No tienen autonomía.

¿Usted le daría autonomía a los jefes para hablar con los medios?
Claro, como me la dieron a mí en su momento. Si es que la Fiscalía no es el fiscal general. El fiscal tiene que gerenciar bien la Fiscalía, tiene que saber, pero los que están en primera línea son los fiscales auxiliares.

¿Este fiscal tiene mucho protagonismo en detrimento del poco protagonismo de los demás?
Sí, pero, ¿qué tipo de protagonismo?

No sé.
Por eso le digo. Hágale cuestionamientos técnicos. Háblele sobre mapas o matrices de riesgo, en relación a áreas geográficas de mayor auge delincuencial. Háblele de edades de quienes delinquen. Pregúntele de qué profesiones, qué rangos tienen los imputados entre grados de escolaridad. O sea, ¿protagonismo de qué?

Mediático, es decir, alarde, espectacularidad, casos de bebés cambiados…
Jajaja. Circo.

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