El miércoles 27 de enero, más de 500 agentes de Policía de nivel básico se manifestaron en San Salvador para reclamar bonos económicos pendientes y un aumento del salario mínimo policial. La mayoría lo hicieron encapuchados, por temor a represalias de sus superiores. A puertas de Casa Presidencial, donde terminó la marcha, el comisionado Mauricio Arriaza Chicas, jefe de la región metropolitana de la Policía, intentó aplacar los ánimos de los agentes. Su voz apenas se escuchaba en medio de una avalancha de insultos y reclamos: “¡El básico va a los cantones y los oficiales se quedan como amas de casa!”, le gritaron. Arriaza Chicas incluso bromeó con prestar su carro a uno de los agentes que le echaba en cara la brecha salarial entre los oficiales y el nivel básico policial.