El asesinato de uno de los responsables de la custodia del presidente y de su familia habla con elocuencia del nivel de inseguridad en El Salvador. En el momento de su muerte, a los 40 años, el subsargento Misael Navas tenía por toda protección un árbol. Ante esa precariedad de poco le sirvió su experiencia con las fuerzas especiales y sus seis meses en la guerra en Iraq. Puede leer el artículo completo en este link.