El Salvador / Transparencia

¿Qué dijo El Faro en su primer editorial?

El 15 de mayo de 1998 El Faro encendía su luz en la internet. En esa primera edición había dos posicionamientos editoriales. En el primero se presentaba a sí mismo y declaraba su pretensión de convertirse en un parteaguas en el periodismo salvadoreño. Para ello ofrecía independencia y la obsesión por un riguroso apego a la verdad. El otro posicionamiento era una exhortación a acabar con la huelga médica en el ISSS.


Miércoles, 13 de julio de 2016
El Faro

Editorial

UNA NUEVA OPCIÓN INFORMATIVA

Tiene usted ante sus ojos, estimado lector, el primer número de EL FARO. Número histórico, de acuerdo a nuestras expectativas, porque marca el inicio de un medio informativo que pretende y debe ser un parteaguas en el desempeño del quehacer periodístico salvadoreño. Conscientes de la responsabilidad que lo anterior implica, hemos establecido mecanismos de trabajo y conjuntado un equipo calificado para garantizar que El Faro sea, desde ya, el medio informativo más objetivo, veraz, independiente y plural del país. Sin ataduras, sin compromisos con sector alguno.

Nos sentimos orgullosos de contar en nuestras secciones con colaboradores de opinión de primer nivel, cuya sola mención es sinónimo de prestigio y calidad, capaces de analizar los temas más importantes de la agenda nacional desde todos los ángulos del espectro político, económico, social, cultural, internacional, deportivo y de medio ambiente. Y esperamos, sobre todo, que usted marque la diferencia. Su opinión no sólo es bienvenida, es absolutamente necesaria como parte de una sociedad civil que no siempre encuentra espacios abiertos para vertir sus opiniones, para externar sus inquietudes, para integrarse al diálogo nacional. Nace hoy este espacio, pues, con el objetivo de informar, de generar opinión, de publicarla. Nuestro único compromiso es con usted, con el periodismo profesional, con la ética y con la calidad.

Iniciamos hoy esta aventura que promete rendir frutos y que, como símbolo de los tiempos que corren, comienza de una manera diferente, contraria al curso normal del nacimiento de los medios escritos. Hoy comenzamos en internet, en un futuro estaremos también en papel. Prometido.

Bienvenido, amigo lector, a una nueva opción informativa. El Faro es ya una realidad.

 

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MÉDICOS EN HUELGA

El problema del Seguro Social, si bien no vislumbra una solución sencilla, es ahora la primera y más urgente prioridad nacional. El enfrentamiento entre los médicos y el gobierno ha paralizado la institución más importante del sector salud, afectando ya a millones de salvadoreños que no poseen los recursos para ser atendidos en hospitales o clínicas privadas. El asunto es complejo; en primer lugar, porque se trata, en última instancia, de un problema interno del ISSS. Como tal, desde el momento en que los trabajadores aportan parte de su sueldo para la institución se establece un contrato según el cual el Estado tiene la obligación de atenderles y solventar sus necesidades médicas. Hasta ahí la cosa parece clara: el Estado deberá resolver el conflicto interno y, mientras no lo haga, estará de cualquier forma obligado a cumplir con su parte del contrato. Sin embargo, es claro que sin médicos la tarea se vuelve imposible. Para levantar el paro, los médicos exigen principalmente aumento de salarios y una reforma a la estructura del Seguro Social, que pasa por mayor presupuesto para comprar medicinas y equipo mínimo, reducción de burocracia y mayor presencia en la toma de decisiones institucionales. La cuestión salarial es un punto de interés gremial, la reforma una urgencia nacional. El gobierno aduce no contar con recursos suficientes para satisfacer las demandas de los médicos, y la Comisión Negociadora nombrada por el Presidente de la República ha visto las conversaciones entrampadas en el tema salarial. La problemática ha llegado al punto en que ambos bandos han adoptado posiciones de poder irrenunciables, mostrando inflexibilidad y ejerciendo presión sobre el contrario, utilizando la atención al paciente como arma de negociación. Ya se paralizaron clínicas, atención a menores, urgencias en los centros periféricos... y en este encierro en el que nadie quiere dar su brazo a torcer, en que se dictan órdenes de aprehensión contra médicos huelguistas y se expulsa del Colegio Médico a la directora del Seguro Social, los trabajadores continúan sin recibir la atención debida, por la que pagan. En este punto, el gobierno parece haber olvidado su obligación constitucional, y los médicos el verdadero objetivo de su profesión.

La Comisión Negociadora, por su parte, se ha visto imposibilitada para lidiar con divergencias que cada vez se hacen mayores, porque cada día que pasa surgen nuevos intereses que se vuelven factores de peso en el problema; intereses políticos y económicos probablemente ajenos al problema inicial. Aunado a lo anterior, dicha Comisión nació con una debilidad de origen: ha sido nombrada por el Ejecutivo, entre miembros de su gabinete… juez y parte. Se vuelve entonces necesario recapitular las condiciones de una negociación, que incluyan un mediador sin amarres o, al menos, con plena libertad de acción, de decisión. Hacemos votos porque ambas partes muestren mayor voluntad por resolver el conflicto, que urge una pronta salida para no seguir afectando la salud de todo el país.

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