El Ágora / Pandillas

Pandillas ahuyentan a los arqueólogos de Joya de Cerén

Payson Sheets, el arqueólogo estadounidense que descubrió Joya de Cerén hace casi cuatro décadas, denuncia que la violencia de las pandillas en el municipio de San Juan Opico provocó que su equipo suspendiera una ambiciosa investigación en abril de 2016. La Secretaría de Cultura se lamenta de la partida de los arqueológos y plantea que este sitio no es el único que padece por la hegemonía de las pandillas. 


Miércoles, 4 de enero de 2017
María Luz Nóchez

Payson Sheets, antropólogo estadounidense quien descubrió Joya de Cerén hace casi cuatro décadas. Foto del archivo de El Faro.
Payson Sheets, antropólogo estadounidense quien descubrió Joya de Cerén hace casi cuatro décadas. Foto del archivo de El Faro.

Payson Sheets, el arqueólogo estadounidense que en 1978 descubrió el sitio arqueológico Joya de Cerén, ha cerrado sus investigaciones hasta nuevo aviso debido a la violencia en la zona y al asesinato de dos de sus más cercanos colaboradores salvadoreños. 

Desde abril de 2016, Sheets y su equipo suspendieron investigaciones en Joya de Cerén, un sitio arqueológico ubicado en el municipio de San Juan Opico, considerado como de 'primer orden' por el Departamento de Arqueología de la Secretaría de Cultura. En un artículo enviado a El Faro el pasado 3 de diciembre, Sheets se lamenta de que la violencia haya provocado que él y su equipo se alejen de las investigaciones que tenían programadas hasta 2018, gracias a un fondo que recién habían logrado obtener con la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglás en inglés) de Estados Unidos.

'Me enteré de las buenas noticias del fondo en enero de este año (2016). Pero en febrero, nuestros buenos amigos y socios Ana Díaz y Santos Marroquín fueron asesinados en su casa en el caserío Joya de Cerén', escribe Sheets en un artículo titulado Pandillas y el patrimonio cultural en El Salvador.

Oriundos de Joya de Cerén, Díaz y Marroquín habrían sido asesinados luego de interponer ante la Policía Nacional Civil una denuncia por un hecho delictivo que habían atestiguado, según narra Sheets en el escrito.

Desde el descubrimiento de la aldea en 1978, Sheets convirtió en su responsabilidad conseguir fondos para realizar investigaciones en ella, con aportes modestos del gobierno salvadoreño. 'Yo nunca he pedido dinero para investigación o análisis. Yo creo que esto es mi responsabilidad. Más que todo, el apoyo vino de la Fundación Nacional de Ciencias (National Science Foundation) y el año en que estábamos haciendo excavaciones y análisis y muchas investigaciones, necesitamos como 90 mil dólares. Es costoso. Pero el gobierno nos ha ayudado en varias cosas', dijo a El Faro en 2013.

Así, sus propuestas de investigación han permitido la excavación de las 12 estructuras que están disponibles para el público que visita el sitio arqueológico, el descubrimiento del sacbe o camino blanco (2011-2013), un corredor o calle maya que tenía usos prácticos y para procesiones ceremoniales. Durante las excavaciones realizadas en 2011 y 2013, los arqueólogos encontraron tres tipos de rasgos asociados al sacbe: huellas de pies a lo largo de los bordes, una plataforma construida y campos agrícolas al este y oeste de él. En 2015, Sheets elaboró una nueva propuesta a la NSF para investigar en los próximos tres años. Pese a las probabilidades de ser aceptada, la suya, una vez más fue aprobada. Sin embargo, la violencia que llevó a El Salvador a convertirse en el país más violento del mundo hizo desistir a su equipo de seguir con las investigaciones.

En los últimos dos años, San Juan Opico ha sido uno de los municipios con mayor número de homicidios en el departamento de La Libertad. En 2015 ocupó la tercera posición con 62 homicidios registrados por las autoridades; y en 2016 se convirtió en el municipio más violento del departamento con 76 casos registrados. 11 de estos homicidios fueron registrados el jueves 3 de marzo, cuando se conoció del asesinato de 11 personas en el caserío Las Flores, del cantón Agua Escondida, en el mismo municipio. Se trataba de ocho trabajadores de una compañía eléctrica que habían estado instalando postes en los días anteriores, y agricultores de la zona que presenciaron el hecho. Los cadáveres fueron encontrados atados de pies y manos, y presentaban disparos y heridas de arma blanca. Más tarde, en redes sociales circuló un video sobre ese mismo hecho, en el que dos de los victimarios atacaban a uno de los trabajadores sometidos con machetes.

Ese crimen, en un primer momento, fue atribuido a la Mara Salvatrucha 13, según denunció el mismo presidente de la República en aquella época. Más tarde, las investigaciones fiscales y policiales concluyeron que la matanza fue realizada por pandilleros de la 18 revolucionarios. Según Sheets, este hecho desencadenó en que su equipo se replanteara la permanencia en el país debido a los altos niveles de inseguridad. 

El arqueólogo decidió suspender los trabajos de investigación en abril de 2016, que incluían la visita de un especialista peruano que visitaría Joya de Cerén y daría clases a arqueólogos salvadoreños, trabajadores locales y arquitectos. 'Los integrantes de mi proyecto tenían miedo de visitar un lugar tan peligroso y yo estuve de acuerdo, por lo que tuvimos que cancelar el programa', explica Sheets en su texto.

Previo a cancelar el proyecto, el descubridor de Joya de Cerén se comunicó vía correo electrónico y por teléfono con Marlon Escamilla, director de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, para manifestarle sus razones. Todo trabajo de investigación debe de ser aprobado por esta instancia. Escamilla le ofreció gestionar acompañamiento de la división de turismo de la Policía para él y su equipo durante los meses en que permanecerían en el sitio arqueológico, y aunque inicialmente se mostró entusiasmado con la idea, finalmente decidió cancelar las visitas.

'Este es el ejemplo más directo de cómo la hegemonía territorial de las pandillas está afectando al patrimonio cultural, en específico al arqueológico. Es lamentable que se esté perdiendo la oportunidad de investigar nuestro pasado', agregó Escamilla. Para el director de patrimonio es importante que se dimensione en su justa medida cómo la inseguridad afecta la protección del patrimonio. Hasta ahora, todo ha sido indirecto, según el funcionario, y explica que el dominio de pandillas contrarias en ciertos territorios ha dificultado el reconocimiento de sitios arqueológicos patrimoniales.

La virtud de Joya de Cerén es, precisamente, que no se trata del típico sitio de grandes pirámides o con canchas de pelota para la élite, sino de un importante campo de información que reúne las costumbres, creencias y valores de un pueblo: una pequeña aldea agrícola que quedó sepultada en ceniza producto de la erupción del volcán Loma Caldera alrededor del año 630.

Eso significa que es de máxima importancia para su conservación y estudio, dadas sus características y a la importancia de sus vestigios arqueológicos. El lugar es uno de los pocos sitios mesoamericanos que brindan una visión amplia de cómo vivía la gente común y corriente en el período clásico maya. En diciembre de 1993 fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

A continuación, el texto enviado por Payson Sheets a El Faro:

Pandillas y el patrimonio cultural de El Salvador

por Payson Sheets*

La competencia entre pandillas en El Salvador, así como la violencia y muerte en la que se involucran, están teniendo un efecto considerable en la investigación arqueológica y en nuestro avance para comprender lo que la gente hizo en el pasado antiguo del país. En este escrito, mi objetivo es presentar un ejemplo.

Después de que descubrí el maravilloso sitio Joya de Cerén en 1978, entre 1979 y 1992 excavamos una docena de estructuras con sus artefactos y su comida guardada. El sitio es tan fabuloso que lo nominamos en 1992 como Patrimonio Mundial ante la Unesco y fue ratificado. Decidimos dejar de excavar más estructuras por los problemas que lleva la conservación de estas debido a su arquitectura de tierra (en su mayoría bajareque), considerando el ambiente más húmedo que se había excavado hasta la fecha. Debido a esto, las investigaciones y excavaciones se han concentrado en la agricultura y el recién descubierto sacbe. El sacbe es una calle maya que tenía usos prácticos y para procesiones ceremoniales. Muchos salvadoreños me dicen que Joya de Cerén es el sitio cultural más importante en el país y se sienten orgullosos de tener un sitio denominado como patrimonio mundial.

Internacionalmente, se ha logrado mucho avance en la conservación de estructuras de tierra. Estudiosos del tema me han confirmado que la persona idónea para este trabajo es un especialista peruano que vive en París, Francia, mundialmente reconocido. Lo he contactado, confirmando amablemente la disponibilidad de visitar Joya de Cerén y dar clases a arqueólogos salvadoreños, trabajadores locales y arquitectos. Me tomó un par de años de discusiones convincentes con las autoridades locales para excavar y conservar exitosamente una estructura más, llegando a un acuerdo positivo. La estructura que deseo excavar es un edificio público frente a la plaza. En contraste con la Estructura 3, contiene muchos artefactos, ya que cuando excavamos un pozo de sondeo encontramos sobre una pared un caparazón de tortuga que había sido convertido en tambor. Sospecho que allí se encuentran los instrumentos musicales de la aldea y otras cosas para eventos públicos.

Escribí una propuesta de investigación a la Fundación Nacional de Ciencias (NSF por sus siglas en inglés), y a pesar de que el 92 % de las propuestas son denegadas, la nuestra fue aprobada. Me enteré de las buenas noticias del fondo en enero de este año. Pero en febrero, nuestros buenos amigos y socios Ana Díaz y Santos Marroquín fueron asesinados en su casa en el caserío Joya de Cerén. Ellos eran promotores de salud.  Ana trabajó por 15 meses con mi hermana, Gabriela Sheets, ayudándole en sus investigaciones para su doctorado en Antropología en Emory University, Atlanta.  Ana y Santos eran nuestros mejores amigos en la comunidad; comíamos cenas con ellos muchas veces. Ana fue una persona fuerte y muy honesta, e informó a la policía mientras vio a alguien haciendo algo malo. Creo que una policía corrupta informó a una persona en una pandilla, y por eso fueron asesinados.

Posteriormente, en marzo de ese año, ocho trabajadores de una compañía eléctrica fueron masacrados junto a tres personas que vieron el suceso y un policía cerca del parque arqueológico. El área se ha convertido en parte de un conflicto territorial entre pandillas. Otro aspecto de la tragedia es la cantidad de familias que viven en el caserío Joya de Cerén. Antes de este año, las madres y padres trabajaban duro con la esperanza de que sus hijos tengan una mejor vida. Ahora están seguros de que tendrán una vida mucho peor, teniendo que decidir si unirse o no a una pandilla, emigrar o arriesgarse a la muerte. Las familias tienen recursos muy limitados y no pueden manejar el horror de las pandillas.

Los integrantes de mi proyecto tenían miedo de visitar un lugar tan peligroso y yo estuve de acuerdo, por lo que tuvimos que cancelar el programa. El proyecto estaba programado para hacer las investigaciones en julio y agosto 2016, 2017 y 2018. En abril decidí cancelar los trabajos en El Salvador por tanta violencia. En mi opinión esto es trágico y es muy triste, ya que se perdió la oportunidad de aprender mucho sobre una aldea maya salvadoreña que existió hace 1,400 años.

La NSF fue muy buena al permitirme cambiar los trabajos de investigación a Costa Rica, en la región del volcán Arenal.  Mis pretensión es, cuando no haya violencia, mandar la misma propuesta para Joya de Cerén.  Creo que tengo buena posibilidad de recibir los fondos.

Una de las 12 estructuras del sitio arqueológico Joyas de Cerén. Foto del archivo de El Faro. 
Una de las 12 estructuras del sitio arqueológico Joyas de Cerén. Foto del archivo de El Faro. 


*Payson Sheets es doctor en Arqueología por la Universidad de Pennsilvania y Director del departamento de Antropología de la Universidad de Colorado. Sus investigaciones están enfocadas en comprender cómo las antiguas civilizaciones de México y Centroamérica reaccionaron ante tragedias masivas: erupciones, sequías y otras catástrofes generadas por el cambio climático.

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