Columnas / Migración

¡Pasaporte y passwords, por favor!


Miércoles, 19 de abril de 2017
Diego Murcia

La frontera de Estados Unidos es como el triángulo de las Bermudas: uno nunca sabe lo que puede pasar ahí una vez que se entra a ella. Ahí, el agente aduanal es Dios , y el resto de mortales pueden llegar a sentir la angustia de aquellos que están ante el arcángel San Miguel, que está a punto de pesar en la balanza de la justicia el peso de la maldad o bondad de las diferentes almas.

Para quien nunca ha vivido tal experiencia, esto puede sonar a burla. Sin embargo, desde el inicio de las campañas electorales estadounidenses, los testimonios sobre ciertas prácticas aduanales han ido callando las risas y dado paso a la credulidad. Una que ha empezado a levantar las alarmas de varias organizaciones defensoras de los derechos civiles.

El 1° de octubre de 2016, agentes de aduanas detuvieron al fotoperiodista canadiense Ed Ou por más de seis horas y confiscaron brevemente sus teléfonos móviles y otros materiales de información antes de negarle la entrada a los Estados Unidos, según el propio reportero.

El comunicador intentaba ingresar a los Estados Unidos para cubrir la protesta contra el Dakota Access Pipeline en nombre de la Canadian Broadcast Corporation. Ou, como muchos otros profesionales de los medios internacionales, miraban con expectación el creciente retumbar de tambores de guerra civil que se estaba gestando alrededor de este tema ecológico.

Durante el interrogatorio, los oficiales del CBP pidieron a Ou que desbloqueara sus teléfonos móviles para poder revisarlos, según explicó en un entrevista posterior con el Washington Post. Después de que se negó a darles sus contraseñas -explicando que tenía la obligación ética de proteger sus fuentes de información- los agentes se llevaron los dispositivos, contó el periodista.

Una ley muy gris

En 2013, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos determinó que si los agentes quieren hacer una búsqueda forense necesitan una sospecha razonable de que se esté produciendo un delito. Ou ya hubiese estado dentro de la frontera de Estados Unidos, podría haberse resguardado en la Cuarta Enmienda.

Empero, las mismas reglas no se aplican en la frontera, donde el gobierno reclama el derecho de buscar dispositivos electrónicos sin una orden judicial o cualquier sospecha de mala conducta. En especial cuando el tribunal no obligó a los agentes a pedir una orden de antemano para llevar a cabo tales pesquisas.

Tras la llegada de Trump al poder, las revisiones a teléfonos celulares de viajeros que cruzan las fronteras son cada vez más frecuentes. Estas incluyen a ciudadanos estadounidenses y residentes legales que regresan a sus hogares de viajes al extranjero, así como a visitantes y nuevos inmigrantes. Los resultados de estas búsquedas llegan a rozar lo absurdo.

El pasado 2 de febrero, la periodista mexicana, Denise Maerker, reportó en Twitter el caso de una persona en Tijuana a la que se le retiró la visa en la frontera con Estados Unidos, después de que autoridades revisaron su celular y encontraron memes en los que, supuestamente, se hacía mofa del presidente Donald Trump.

Tres días después, el presidente Trump tuiteaba desde su cuenta que había solicitado al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) “realizar chequeos muy cuidadosos a aquellos que ingresen al país”. Esto, dos días después de que un juez en Washington bloqueara el primero de sus dos vetos migratorios impuesto contra siete países del Medio Oriente.

El procedimiento no es nuevo, ya que así lo estipulan leyes en los límites internacionales y las costas de EU. Sin embargo, los entrevistados afectados por tales medidas coinciden en que los casos se han disparado después del ascenso del mandatario estadounidense al poder.

La Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) explicó a través de un comunicado que el aumento “de las búsquedas de dispositivos electrónicos está impulsado por la misión de la agencia de proteger al pueblo estadounidense y hacer cumplir las leyes de la nación en esta era digital”. La ley de la privacidad no limita a los agentes federales a hacer este tipo de revisiones, pero la organización indica que esto sólo se hace si tiene alguna sospecha de que la persona oculta algo.

La entidad afirma que estas medidas “han dado como resultado pruebas útiles para combatir la actividad terrorista, la pornografía infantil, las violaciones de los controles de exportación, las violaciones de los derechos de propiedad intelectual y el fraude de visados”.

A pesar del reporte los funcionarios de Aduanas no han informado cuántas de las búsquedas involucraron potenciales actividades terroristas o qué porcentaje de los que estaban sujetos a la búsqueda eran ciudadanos estadounidenses. Por lo general, la incautación comprende una comprobación rápida, pero CBP también tiene la potestad de retener el dispositivo para una búsqueda forense más completa.

De acuerdo de la entidad, entre el 1 de octubre y el 31 de marzo de este año, se han registrado alrededor de 14 mil 993 dispositivos electrónicos. Este es un número mucho más alto que los ocho mil 383 registrados en el mismo período anterior.

“Cuando una persona está en el puente, le podemos revisar el vehículo y todo lo que sea de su propiedad y eso también aplica a celulares y computadoras”, explica Rubén Jáuregui, vocero de la Patrulla.

¿Qué hacer?

Aceptar la realidad. Las reglas migratorias han cambiado. Ahora hay más posibilidades que nunca de ser perfilados racialmente, de que se revoquen visas o se nieguen permisos de entrada en especial en estados republicanos.

Es por ello que muchos expertos aconsejan seguir una lista sencilla de pasos para evitar situaciones incómodas al por menor y vulneraciones a la privacidad digital. Para empezar, no mentir a los oficiales del Gobierno acerca de sus contraseñas o cuentas en las redes sociales si estas le son requeridas.

Portar un celular barato que nunca haya tenido registrada información personal y que sólo use cuando viaje al extranjero.

Desactivar los lectores digitales de huellas dactilares y no memorizar contraseñas, es mejor tener administradores como 1Password y LastPass para almacenar passwords que solo pueden ser usadas mediante una contraseña maestra.

Usar verificación de dos pasos para recuperar contraseñas. Así, siempre que ingrese su contraseña, recibirá -en su celular primario- un mensaje de texto con un código único que debe ingresar cuando intente iniciar la sesión.

Encriptar mensajes. Algunas aplicaciones como WhatsApp, ya poseen esta función, que permite leer la información generada por usted, solo en el aparato en que se originó o al que se destinó compartir. Las aplicaciones de escritorio como BitLocker o FileVault de Apple le permiten encriptar el disco duro, lo cual requiere una frase para desencriptar sus archivos.

Respaldar, con un servicio de nube, y luego limpiar o borrar toda la información de su aparato antes de arribar a la frontera. Después de pasar por la Aduana, puede restaurar su información con su respaldo en línea.

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*Diego Murcia es escritor y periodista salvadoreño. Escribió para El Faro y La Prensa Gráfica. Posee una Maestría de Bellas Artes en Escritura Creativa por The University of Texas at El Paso y una licenciatura en Comunicación Social por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). Vive en la frontera de El Paso (Texas) y Ciudad Juárez (Chihuahua).

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