Columnas / Política

Un discurso erróneo


Lunes, 5 de junio de 2017
El Faro

El pobre informe de labores de tercer año de gobierno que el presidente Sánchez Cerén rindió ante la Asamblea fue una mera pieza de propaganda en la que presentó conclusiones falsas basadas en datos erróneos. El tono en poco se diferenció de su campaña electoral. El presidente no reconoció los enormes desafíos que enfrenta su administración.

En materia de seguridad pública, por ejemplo, omitió no solo la falta de políticas de intervención estatal en las comunidades controladas por pandillas sino, y sobre todo, el aumento de asesinatos y ejecuciones extrajudiciales cometidos por las fuerzas de seguridad del Estado. Presentó como su mayor triunfo la reducción en las tasas de homicidios, algo que ya han hecho sus últimos antecesores cuyas políticas, que compartían el mismo objetivo, demostraron ser insuficientes para avanzar hacia una verdadera solución del problema de violencia en el país.

En economía, todo indica que al final de este año no alcanzaremos el crecimiento económico, ya de por sí bajo, proyectado. No basta, como hizo el mandatario, con culpar a la oposición de no aprobar más préstamos para justificar el deterioro de las finanzas públicas. Ni con culpar al gobierno, como ha hecho la oposición, de desincentivar la inversión privada. Porque el principal problema, en materia económica, no es lo argumentado por el gobierno ni la oposición; sino la falta de una apuesta económica nacional, la falta de rumbo, la falta de liderazgo para encabezar esa apuesta.

Más grave aún es que el presidente se atribuya entre sus logros el combate a la corrupción, una tarea emprendida no desde el Ejecutivo ni la Corte de Cuentas, sino desde la Sección de Probidad de la Corte Suprema y desde la Fiscalía que han tenido que enfrentar, entre otros obstáculos, la protección de la administración a efemelenistas sospechosos de corrupción; entre ellos el expresidente de la Asamblea Sigfrido Reyes y el líder José Luis Merino. Aún más: el presidente ha mantenido en sus cargos y refrendado su apoyo a funcionarios con actuaciones contrarias a la ley, entre ellos el viceministro de Transporte, Nelson García, responsable de las amañadas concesiones del SITRAMSS ; y el Ministro de Gobernación, Arístides Valencia, que durante la campaña negoció con las pandillas para incrementar votos a favor del actual presidente a cambio de microcréditos.

En materia de transparencia, Sánchez Cerén dijo ante la Asamblea que su gobierno “ha impulsado una nueva era de transparencia y eficiencia en el trabajo, y lucha contra la corrupción, garantizando el derecho al acceso a la información pública”. En realidad la actual administración ha avanzado poco para que la información pertinente sea conocida por los salvadoreños. Un día después del discurso del presidente, la Sala de lo Contencioso de la CSJ admitió una demanda que el Ministro de Hacienda presentó para obstaculizar la orden de hacer públicas las donaciones de campañas políticas, justo cuando en Brasil ejecutivos de Odebrecht han revelado que la empresa financió parte de la campaña del expresidente Mauricio Funes.

La publicación de los financiamientos de campañas es internacionalmente reconocida como una de las medidas indispensables para combatir la penetración del crimen organizado en las instituciones democráticas.

Es poco sano para el país que el presidente de la República no hable con franqueza de la situación nacional y peor aún que no emprenda las acciones que están en sus manos, al menos para enviar los mensajes de que posee la voluntad política, más allá de las filiaciones partidarias, para limpiar un sistema corrupto. Eso le resta liderazgo y capacidad de diálogo, algo urgente para desentrampar la situación de confrontación política entre las dos principales fuerzas partidarias que mantienen paralizado al país.

El Salvador urge de liderazgos capaces de señalar el rumbo hacia el que debemos avanzar; y los obstáculos que debemos sortear. Lamentablemente, ni el presidente de la República, ni nadie más en el sistema político, parece tener la capacidad de tal tarea.

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