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La Francia de Macron suaviza su discurso contra Bashar al Asad

El recién electo presidente de Francia, Emmanuel Macron, oficializó la nueva ‘realpolitik’ francesa sobre Siria, decretando el fin de una diplomacia que establecía como prioridad la salida del presidente Bashar al Asad.


Jueves, 22 de junio de 2017
Cécile Feuillatre (AFP) / El Faro

Bashar al Asad, presidente de Siria. Foto AFP.
Bashar al Asad, presidente de Siria. Foto AFP.

París, FRANCIA. En una entrevista publicada el jueves con ocho diarios europeos, el flamante presidente francés, Emmanuel Macron, definió en dos frases su “aggiornamento”: “Yo no he declarado que la destitución de Bashar al Asad sea la condición previa a todo. ¡Porque nadie me ha presentado a su sucesor legítimo!”.

Esta declaración oficializa y refuerza un giro tomado después de los atentados de noviembre 2015 de París, pero fue recibida como un balde de agua helada entre los opositores sirios, que contaron durante mucho tiempo con el apoyo de Francia.

“Estas declaraciones son sorprendentes tomando en cuenta que Francia hacía parte de los cuatro principales países que exigían la salida de ‘Bashar el químico’”, escribió en Twitter Jaled Khoja, una figura de la oposición siria.

“Vergüenza para Francia, cuyo líder Emmanuel Macron no considera a Bashar como su enemigo o el enemigo de la humanidad”, dijo en la misma red social Ahmed Ramadan, otro miembro de la oposición.

En París, el “embajador” de la oposición se negó a comentar estas declaraciones antes de “comprender” su significado exacto.

Durante años Francia fue uno de los países más rigurosos con Asad, considerado como el principal responsable de la masacre siria.

“Asad y Dáesh (acrónimo árabe del grupo Estado Islámico) son las dos caras de una misma moneda”, afirmaban los jefes de la diplomacia del expresidente francés François Hollande, cuya posición podía resumirse en “ni Asad, ni el Estado Islámico”.

Esta doctrina perdió fuerzas tras los atentados que azotaron Francia en 2015, planificados en Siria. La lucha contra el terrorismo se convirtió entonces en la prioridad de Hollande.

Aunque, al mismo tiempo, insistía en que Asad no podía “representar el futuro” de un país destrozado por seis años de un conflicto que ha dejado más de 320.000 muertos y millones de refugiados.

Macron, “un pragmático”

Otro cambio: la resolución política del conflicto ya no aparece en el centro de la posición francesa.

En la entrevista, Macron dice que “se necesita una hoja de ruta diplomática y política”, pero no da ningún detalle ni cita una sola vez a la ONU.

A pesar del fracaso de las negociaciones intersirias en Ginebra, la ONU y la resolución 2254 del Consejo de Seguridad en 2015 eran hasta ahora la referencia para una resolución del conflicto.

“El cambio de la línea es evidente”, opina una fuente diplomática que pidió el anonimato. “Desde hace años que estamos exigiendo la salida de Asad, sin resultados. En el terreno diplomático nada avanza, Ginebra no sirve de mucho, no podemos continuar así”.

Sobre Siria, “mis líneas son claras, señaló Macron. Uno: la lucha absoluta contra los grupos terroristas. Son ellos nuestros enemigos. Necesitamos una cooperación de todos para erradicarlos, en particular de Rusia”, sostuvo.

Francia, que hace apenas unos meses acusaba a Moscú de complicidad por “crímenes de guerra” durante la reconquista de Alepo (norte) se acerca así a Rusia, un fiel aliado del régimen de Damasco.

Macron se reunió con Vladimir Putin a finales de mayo y, aunque el tono fue severo, le propuso una nueva colaboración en base a la lucha antiterrorista.

Su ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, viajó el martes pasado a Moscú para sentar las bases de esta nueva relación en un “clima de confianza”.

Pero, Macron reiteró también sus líneas rojas: “las armas químicas y el acceso humanitario”, sobre las cuales afirma será “intratable”. Y aunque afirma que el uso de armas químicas dará lugar a réplicas, incluso de Francia sola, no dijo cómo haría respetar su línea roja “humanitaria”.

“Macron es un pragmático, no tiene reparos y sabe cuáles son sus prioridades. No es indulgente ni con Putin ni con Asad. Digamos que está a medio camino entre el realismo y el cinismo”, comenta Karim Bitar, especialista de la región.

© Agence France-Presse

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