Columnas / Política

Jackeline debe tomarse las redes


Miércoles, 25 de octubre de 2017
Malcolm Cartagena

Jackeline Rivera tiene ante sí un reto enorme, al haber subido de su posición como síndica a la candidatura por la alcaldía de San Salvador, luego de la salida estrepitosa de Nayib Bukele del FMLN. Su tarea es mantener la comuna para el partido y culminar el reordenamiento del centro de la capital que inició Bukele, pero antes deberá ganarle la elección a un candidato que en el último mes se ha paseado a sus anchas por San Salvador.

Escribo estas líneas sin el afán de adular a la recién anunciada candidata. Solamente busco, por un lado, denotar la entrega y consecuencia en su accionar político y, por el otro, el reto que implica tratar de mantener una alcaldía utilizando un método de campaña que cada vez se percibe menos eficaz.

Conocí a Jackeline hace unos trece años, cuando coincidimos en el mismo espacio laboral. Para entonces, aquella abogada ya era reconocida en el partido, no solo por su fama de radista dentro de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), durante el conflicto armado, sino también por su militancia. Sobre su paso por la guerra es poco lo que puedo aportar, y más bien invito a leer alguna de las semblanzas que otras personas le han hecho.

En cuanto a su actitud para el trabajo, recuerdo que nunca le gustó estar anclada a un escritorio. Siempre decía que a los trabajadores no debía valorárseles por hacer “horas nalga”, sino por el desempeño y la calidad de su trabajo. Fiel a su palabra, apenas llegaba el fin de semana, ella se dirigía a Cuscatlán, donde militaba para el partido.

En el 2005 compitió en las elecciones internas del partido, buscando convertirse en la alcaldesa de Suchitoto para 2006. En aquella elección, la militancia no la votó y la derrota le cayó como un baldazo de agua fría. Pero esto no la amilanó, más bien fue el aliciente para seguir trabajando. Las personas que la conocimos en aquellos años, veíamos a una Jackeline recorriendo todo el departamento: desde Tenancingo hasta Suchitoto, desde Perulapía hasta San Ramón.

Y fue así que en 2008 la dirección del partido la postuló para continuar el trabajo en el departamento desde la Asamblea, y en 2009 se convirtió en la primera diputada del FMLN por Cuscatlán. Tres años después, ya con el voto preferente instaurado, su popularidad se acrecentó, lo que quedó demostrado por las 22,644 marcas que obtuvo. Finalmente, en 2015, la población volvió a ratificarla en el cargo, superando incluso las marcas por bandera para el Frente y las de su contrincante en el partido Arena.

Ahora su batalla es distinta, y su primer gran reto será recuperar la confianza de un electorado que había venido votando por la derecha los últimos seis años, que le dio el triunfo a Nayib en 2015 y que, a tenor de las encuestas de hace un mes, pareciera seguir con él porque le consideran el artífice de los cambios vistos en el centro de San Salvador. Es por ello que el partido debería tratar de no distanciarse de las obras realizadas por Nayib, pues en definitiva fueron aprobadas con los votos de sus concejales. Lograr capitalizarlas y venderlas como propias, que lo son, podría ayudar a evitar una eventual derrota que a este día parece inevitable.

En el mismo sentido, Jackeline tendrá que tratar de atraer al voto joven y para ello requerirá meterse en sus dispositivos móviles, es decir, a través una campaña que no esté basada solo en la visita casa a casa y algunos spots televisivos y radiales, sino en la presencia permanente en redes, que es el medio más utilizado por los que decidirán la elección.

En esa misma línea, si bien es cierto que a esta batalla Jackeline no va desarmada y que posee características cuya efectividad le han dado réditos electorales anteriormente, tales como su entrega completa al trabajo en el territorio, uno no puede dejar de pensar que en esta elección se están probando los métodos tradicionales de hacer campaña versus los novedosos que privilegian la presencia mediática y el uso propagandístico de las redes sociales.

Si el FMLN comprende lo anterior y deja de demonizar a los que a la fecha llama “celestes”, o “millenials”, y potencia el carisma y constancia de Jackeline entre la generación del Internet, podría salvar la elección y de paso contrarrestar el golpe anímico que significó la partida de Nayib de cara a las presidenciales.

Hay una frase atribuida a Cayetano Carpio como respuesta lapidaria a la imposibilidad de que en un país tan pequeño y sin montañas como El Salvador pudiera tener éxito una guerra popular. Esta es: “nuestras montañas son las masas”. Hoy se dice, no sin cierta razón, que es imposible ganar una elección sin el uso masivo de las redes sociales. Las victorias de Nayib en Nuevo Cuscatlán y San Salvador, adosadas con tuits y publicaciones de Facebook, parecen corroborar esta tesis.

Pero, si Jackeline decide hacer una campaña tradicional y gana, en la práctica estará venciendo esta idea. Caso contrario, esta se afincará aún más, y probablemente nos lleve a replantearnos la forma de hacer campaña de cara a otros eventos electorales, léase a la elección presidencial, que está a la vuelta de la esquina, donde no hay duda que se medirán estas dos formas de llegarle al electorado.

Por todo lo anterior, tengo dudas de que Jackeline gane la alcaldía siguiendo solo un método de campaña tradicional, pero si la población la vota, estoy seguro que, fiel a su estilo de trabajo territorial, no tendremos a una alcaldesa de escritorio o de redes sociales.

Malcolm Cartagena cuenta con 12 años de trayectoria en materia electoral. Ha participado como observador electoral certificado por la OEA y por el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA) en varios países del mundo. Actualmente dirige capacitaciones y elabora materiales de divulgación electoral. Estudia Comunicaciones y es afiliado del partido FMLN.
Malcolm Cartagena cuenta con 12 años de trayectoria en materia electoral. Ha participado como observador electoral certificado por la OEA y por el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (CEELA) en varios países del mundo. Actualmente dirige capacitaciones y elabora materiales de divulgación electoral. Estudia Comunicaciones y es afiliado del partido FMLN.

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