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Iván Duque, delfín de Uribe, gana la presidencia de Colombia

Iván Duque, de 41 años, se convirtió en el presidente más votado, con 10 millones de votos, y el más joven de la historia moderna de Colombia. Respaldado por el expresidente y senador Álvaro Uribe, Duque deja la duda si tendrá criterio propio o solo seguirá mandatos. Duque también hereda el reto de la polarización: su opositor obtuvo 8 millones de votos, la más alta para la izquierda tras el fin del enfrentamiento con la guerrilla. 

RAUL ARBOLEDA
RAUL ARBOLEDA

Domingo, 17 de junio de 2018
AFP / El Faro

El expresidente de Colombia Álvaro Uribe (centro) alza la mano del presidente electo Iván Duque, del Centro Democrático, en un mitin del 20 de mayo de 2018. Uribe se alejó de eventos públicos con Duque en la última parte de la campaña. Foto AFP/ Raul Arboleda
El expresidente de Colombia Álvaro Uribe (centro) alza la mano del presidente electo Iván Duque, del Centro Democrático, en un mitin del 20 de mayo de 2018. Uribe se alejó de eventos públicos con Duque en la última parte de la campaña. Foto AFP/ Raul Arboleda

Bogotá, Colombia. El exsenador de derecha Iván Duque, delfín del exmandatario Álvaro Uribe será el próximo presidente de Colombia tras derrotar a la izquierda por amplio margen en el balotaje de este domingo. Duque corrió su campaña sobre las promesas de modificar un histórico pacto de paz con la exguerrilla de las FARC, y aumentar la presión internacional sobre la vecina Venezuela.

'Y no me da la gana/una dictadura como la venezolana' canturreaban algunos en medio de besos y abrazos, en un salón donde Duque era esperado por sus partidarios. Hubo un estallido de júbilo cuando se confirmó su triunfo ante el exguerrillero y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro. Pero la mención del nombre de Uribe, que evitó aparecer con Duque en el último tramo de la campaña, desataba una euforia mayor.  

Duque se convirtió en el mandatario electo más votado en la historia moderna de Colombia con 10.3 millones de apoyos. Petro, con ocho millones de votos, obtuvo la mayor votación para la izquierda tras el fin del enfrentamiento con la guerrilla.

El hombre de confianza de Uribe cosechó el 53.98% de los votos contra el 41.81% de Petro, según el escrutinio del 99.92% de las mesas. El exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revalidó la victoria del 27 de mayo, cuando pasó a la segunda vuelta con el 39% de los sufragios contra el 25% de Petro.

Duque le permite a la derecha conservadora recuperar el poder tras ocho años de fuerte oposición al gobierno liberal de Juan Manuel Santos, un exaliado de Uribe y artífice del acuerdo de paz con la ya disuelta guerrilla FARC.

Petro aceptó el triunfo de Duque en un discurso. 'Hoy somos la oposición a ese gobierno', dijo. La izquierda miraba con atención tras los reveses en Argentina y Chile, mientras México y Brasil estaban expectantes del movimiento del péndulo político colombiano para sus comicios de julio y octubre respectivamente.

El reto de la polarización

Fue la primera vez que la cuarta economía de América Latina, con 49 millones de habitantes, se definió entre derecha e izquierda. Duque asumirá las banderas de Uribe, el senador más votado en marzo, contra el pacto con las FARC, el recorte de impuestos a las empresas y la presión internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.

El futuro jefe de Estado tendrá el camino allanado para cumplir sus promesas ya que cuenta con mayorías en el Congreso y el apoyo de la élite política y empresarial.

Los colombianos se inclinaron por Duque y sus promesas de modificar el pacto que desarmó a la exguerrilla FARC y endurecer las condiciones para los diálogos en curso con los rebeldes del ELN.

Pese a que el año pasado evitó cerca de 3.000 muertes, lo convenido con la FARC dividió profundamente a una sociedad anestesiada por décadas de violencia.

El mandatario electo quiere que los jefes rebeldes culpables de delitos atroces paguen un mínimo de cárcel y no ocupen ninguno de los diez escaños parlamentarios reservados al ahora partido FARC. Queremos que 'quienes han cometido crímenes de lesa humanidad tengan sanciones proporcionales que sean incompatibles con la representación política', dijo a AFP.

Lo convenido estipula que los jefes exguerrilleros reciban penas alternativas a prisión si confiesan crímenes y reparan a las millones de víctimas de un conflicto en el que también participaron paramilitares de ultraderecha y agentes del Estado. Por eso Duque promete 'modificaciones estructurales' al acuerdo de paz de 2016 que desarmó a 7,000 combatientes.

En su primera reacción, el máximo dirigente del nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), Rodrigo Londoño (Timochenko), envió un mensaje conciliatorio tras el resultado del domingo.'Es momento de la grandeza y la reconciliación, respetamos la decisión de las mayorías y felicitamos al nuevo presidente. Ahora a trabajar, los caminos de la esperanza están abiertos', afirmó en Twitter.

Los exguerrilleros ya dejaron las armas y participaron en las legislativas de marzo, con un resultado marginal del 0.5% de los votos aunque con la representación en el Congreso asegurada por el pacto.

Pero aún faltan por concretar aspectos claves del acuerdo como la verdad y reparación para millones de víctimas y reformas rurales que pretenden evitar nuevos conflictos.

Duque 'ha dicho que no va a acabar con los acuerdos, pero que hará modificaciones y no es muy claro en cuáles van a ser esas modificaciones', dijo a la AFP Yann Basset, de la Universidad del Rosario.

La lucha contra la corrupción y el narcotráfico, así como las relaciones y la migración sin precedentes desde Venezuela se abrieron espacio en esta campaña que, además, servirá de preludio para una eventual reorganización política de la región.

Petro, por su parte, podrá liderar la oposición, ya sea en la plaza pública o como senador, en caso de que acepte regresar al Congreso como establece una reforma política de 2015 para el derrotado en el balotaje.

¿Quién es Iván Duque?

Afable y con algunos kilos de más, este exsenador de 41 años se convirtió en el presidente más joven de Colombia, solo por detrás del liberal Eustorgio Salgar, quien con 39 años ocupó el cargo entre 1870 y 1872.

Duque representa a la Colombia 'indignada' por las 'concesiones' a la exguerrilla FARC a cambio de transformarse en partido tras medio siglo de guerra. Duque (Bogotá, 1976) es un abogado con maestría en economía, corta experiencia política, y admiración por la política estadounidense. Tiene en su oficina un afiche de Kennedy, sabe quién fue el jefe de gabinete de Lindon B. Johnson y puede recitar los secretarios de Estado de los últimos cuarenta años, de acuerdo con un perfil publicado por el medio La Silla Vacía.

Duque también es vocero de esos colombianos temerosos de que el país siga el rumbo que lastró económicamente a Venezuela, lo que hubiera ocurrido, asegura, si ganaba Petro. Al presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo llama 'dictador' y 'genocida'.

Pero, sobre todo, encarna las ideas del ahora senador Uribe. Se conocieron en Estados Unidos y Uribe lo incluyó en su lista cerrada al Senado para el periodo 2014-18, que es toda la experiencia política que tiene. Con su padre Iván Duque Escobar, un liberal de extensa carrera política, aprendió de discursos políticos.

Sus antiguos colegas en el Congreso valoran su inteligencia, responsabilidad y disciplina. En cuatro años logró destacarse y sacó adelante cuatro leyes, la más relevante sobre emprendimientos y 'economía naranja'. Pero 'un presidente tiene que tener experiencia, autonomía, capacidad política propia, de todo eso carece Iván, que es, como todo el mundo reconoce, un buen muchacho', considera el senador oficialista Roy Barreras.

En los agradecimientos de su libro 'No hay causa perdida' (2012), Uribe escribió: 'Iván es más que sabio y estoy seguro de que tiene por delante un futuro brillante'. Duque lo llama 'presidente eterno'.

Los mandatos uribistas siguen vivos ocho años después de dejar la presidencia: mano dura contra los rebeldes, inversión privada y valores tradicionales. Duque se opone a la adopción y matrimonio gay, la eutanasia, la legalización o despenalización de la droga.

Y el poder de Uribe, que se conserva pese a decenas de investigaciones en contra, es su mayor reto ahora que va a gobernar. Dentro de su partido, el Centro Democrático, afirman que Duque 'le debe' todo al ahora senador; en la oposición señalan que es un 'títere' del exmandatario.

'Todavía nadie sabe si tiene criterio propio o va a obedecer los mandatos de otro', sostiene Fabián Acuña, profesor de la Universidad Javeriana.

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