El Ágora /

“El Óscar lo guardé por muchos años en un clóset”

Andrés Guttfreund puede jactarse de ser el único salvadoreño en tener un Óscar sobre su escritorio o junto a la chimenea, al que le cuelga escapularios para que no luzca tan ostentoso ante los ojos de los visitantes que llegan a su casa. Hijo de judíos que hicieron fortuna como comerciantes en El Salvador, en aquellos años en que en Alemania empezaba a crecer el fuego del nazismo, Guttfreund representa al salvadoreño que desea ver a su nostálgica patria como cuna de arte. Una cuna que no se deja arrullar por su propia resistencia a lo nuevo y a lo desconocido. Pese a estos desánimos, él quiere hacer crecer a la industria nacional del cine produciendo largometrajes y hasta sueña con traer al actor nominado al Óscar por mejor actor Viggo Mortensen. En su vida relacionada con las artes escénicas ha tenido el privilegio de trabajar con leyendas como Lawrence Olivier y Roberto Rossellini. Y es esa experiencia la que quizás le da más autoridad y seguridad para expresar su sueño: que este país pueda llegar a producir entre siete y nueve películas buenas al año. Solo entonces, dice, se podrá hablar de una época de oro del cine salvadoreño.

Viernes, 2 de octubre de 2009
Diego Murcia / Fotos de Luis Velásquez

 

 

No lo veo convencido.
Bueno, porque yo tengo algunos problemas con cómo se abordó el tema y tengo aún más problemas con la post... con las pretensiones después de que se terminó la película, y cómo se enseñó la película. Todo lo que se hizo fue a lo Hollywood para anunciar la película. Eso de abarcar un tema que hizo sufrir a tanta gente y tratarlo tan pronto como una cosa comercial, a mí me molestó. Si la hubieran enseñado como enseñaron cualquier otra película, sin toda esa publicidad, sin imitar una premiere...

Estamos hablando de Guazapa, ¿verdad?
Sí. A mí eso me pareció malo... no sé usted cómo va a comunicar eso, pero es que no puedo ser deshonesto, y también a mí me pareció que la resolución del tema fue algo barato... verdaderamente la realidad de la guerra y lo que pasó después de la guerra fue mucho más complicado que eso. Que se destiló a un punto donde fue bastante distante para satisfacer; que se hizo, hasta el final, Hollywood, en el sentido de que... demasiado fácil.

¿Usted entonces habla de rescatar temas que nacieron a raíz de la guerra?
Estoy hablando de, por ejemplo, si usted estaba viviendo en cierta casa en una calle en El Salvador, y de repente viene la guerrilla e invade la casa y hay un cuento entre la relación de su familia y la gente que invadió la casa, cómo se lleva el uno a otro. Hablo sobre cómo se ven cuando ellos llegan y cómo se ven cuando se empiezan a tratar como seres humanos y no cómo símbolos. ¿Y qué pasa si la misma familia, una semana más tarde el ejército viene y se toma la casa, y cómo se relaciona? Ahí hay humor, pero al mismo tiempo dolor. Entonces, son las cosas tridimensionales humanas las que a mí me interesa explorar.

Pensé que me iba a hablar de las maras.
No.

¿No es ese uno de los temas que le gustaría tocar?
No. Fíjese que yo trabajé en eso allá, en Estados Unidos, ya trabajé con miembros de maras, con gente que... yo hago una cosa que se llama “Cinta restaurativa”, que es una alternativa y que por primera vez en Latinoamérica se está haciendo en Chile. Es de castigo y no de apenar al que hizo las cosas malas, sino que de restaurar a la sociedad y restaurar la confianza de la víctima, entonces, las cosas se resuelven entre la víctima, el victimario, las familias de ellos y todo es un círculo, con el ofensor tomando la responsabilidad por lo que hizo. Y después hallar cuatro o cinco elementos, hacen un contrato que la víctima tiene que aprobar y que tienen 90 días para que se cumpla el contrato y si no lo cumplen se va a la cárcel el ofensor, y si lo cumple no hay rejas.

¿Cómo funciona eso si se comprueba que un joven ha matado a alguien?
No tiene caso. El caso únicamente tiene validez si han sido daños materiales. Nos viene la gente antes que puedan cometer un crimen de violencia, cuando empieza a hacer cosas como quebrar ventanas, porque una manera segura de que esa persona termine matando a alguien es mandándola a una cárcel juvenil donde estará en la misma celda con alguien que ha violado o matado. Entonces, la persona que ha matado y que ha violado se vuelve el gran macho ejemplo para el cipote de 13 años que se quiere proteger porque tiene miedo pero también quiere ser como el gran héroe adentro del sistema. Entonces, una vez entra al sistema, es bien difícil rescatarlo.

¿Qué opina del documental que hizo Christian Poveda, “La vida loca”?
¡Ay, Dios! Eh... ahí me va a perdonar porque le voy a decir: el hecho de que él no esté aquí, que le haya pasado lo que le pasó me parece increíblemente triste, y hacer crítica de él tan cerca del momento en que se le mató, no me parece correcto. Demos un año o dos años y después podemos verlo objetivamente.

Poniendo la cuestión de El Salvador en el cine, si pudiera a traer a algunos de los actores o directores que ha conocido, ¿a quiénes traería?
(Piensa unos segundos) Este… yo lo tuviera que pensar porque todo mi enfoque ha sido que yo quiero venir. Entonces, yo me traería a… he tenido un proyecto con Viggo Mortensen por mucho tiempo. Y Viggo nació y creció en Argentina. Él quiere hacer un trabajo en El Salvador. Ahora, ya que el proyecto nuestro está escrito por un guatemalteco que ha muerto, Fernando Iturbide se llamaba, y él escribió un guión fabuloso que se lleva a cabo en México de una pareja gay que son peluqueros y tienen un salón de belleza, pero son bien conservadores, son franquistas. Y según los hombres, sus señoras, que las mandan a Houston con sus tarjetas de crédito a hacer compras, no saben que ellos hacen esto. Pero el hecho es que todas lo saben. Lo que no saben sus esposos es que ellas tienen un apartamento donde llevan a sus amantes jóvenes. Y esa pareja gay tiene un hijo de 17 años que adoptaron y que se llama Ariel. Ahora, el que hace papel de mujer en esa pareja sería Viggo. Él quiere hacer al travesti en esto. Luego, el guión narra como hay ciertas personas de dinero que ocultan sus gustos homosexuales y entre sus círculos sociales pretenden no ser gay y cómo un asesinato de un personaje poderoso de la sociedad mexicana podría poner al descubierto sus preferencias sexuales y para que eso no pase, los familiares del muerto deciden ayudar al asesino a escapar a otro país para que la verdad no se sepa nunca.

¿Quién haría el papel de Ariel?
A Ariel no lo tenemos todavía. El ancla era Viggo, porque con él podía pues sacar los fondos y ofrecérselo a Pedro Almodóvar porque Viggo ya se había hecho amigo de él. Pero hasta ahora no hemos podido conseguir el dinero. Pero si me vengo a El Salvador a hacer los cortos… Un amigo mío que usted lo puede buscar, es un cinematógrafo, Lord Lloyd, que ha hecho “Kafka” e hizo “Sexo, mentiras y videotape” y muchas otras películas desde entonces, vendría como asesor de los cinematógrafos y después yo buscaría un diseñador de producción y un diseñador de vestuario para que la gente aquí que quiere hacer cine sepa qué es ese trabajo. En Suchitoto, por ejemplo, están empezando un instituto a donde quieren adiestrar gente que va a hacer escenografía, carpintería que se va a utilizar para escenografía en teatro y en cine. Y gente que va  a elaborar trabajo detallado y tan bien formado que no solo se va a poder vender en el mercado sino que va a ser también para cuadros, que van a hacer las cosas que se utilizan adentro de las películas.

¿Utilería?
Utilería. También los muebles. Como se hace todo eso para le escenografía. Así que todo eso van a aprender también va  a servir para que se puedan ganar la vida haciendo otras cosas que puedan hacer artesanías. Que si se hace una obra o se hace una película, después se pueden vender como artesanías a los turistas. Ellos ya están pensando así.

¿Cómo conoció a Viggo Mortensen?
Viggo y yo nos conocimos… Viggo es una de las personas más interesantes que tu puedes conocer. Viggo es un poeta, es un pintor, Viggo todavía anda en su camión de 15 años y él deliberadamente no quiere que se le vea como Hollywood aunque él está ganando ese tipo de sueldo. Pero él ha hecho algo muy interesante. Él escogió un agente y el agente y él hicieron un trato: “Mira, Viggo, yo sé cómo eras, así que yo no quiero que tú tengas el trabajo de ventas, no te voy a obligar a ir a fiestas ni a ningún lugar, pero tú no te metas si me dices cuánto dinero te pueda conseguir, si lo quieres gastar, lo gastas, si no lo quieres gastar, no lo gastes, pero yo gano de eso también, así que mientras tú estés en el mercado, puede ser que el mercado para ti solo dure cinco años, puede que dure tres u ocho. Entonces saquémosle el jugo a lo que tienes ahora, lo más que podamos, para que tú puedas hacer tu arte, tu poesía y toda la cosa”. Entonces yo lo conocí porque fui a una biblioteca, en Santa Mónica, Los Ángeles, a donde él estaba leyendo poesía y él ya había hecho ciertas cosas y él estaba ahí como todos los poetas que no tenían para comer, leyendo sus cosas. Entonces empezamos a platicar, me dice que nació y creció en Argentina, empezamos a platicar en español. Entonces yo le di unas cosas para que las lea y él me dio unas cosas para que yo las lea. Cuando él leyó lo que yo le di, me dijo: “Me encantaría hacer eso”. Originalmente la idea era que el jefe de la compañía de publicidad que empleó a Ariel, que es un argentino, y que empleó a Ariel como modelo para el comercial. Pero vino Viggo y me dijo: “Yo no quiero hacer el papel del argentino rico, que anda en un Ferrari, dueño de la compañía de publicidad, yo quiero hacer el de la mujer”. Eso fue porque el verdaderamente es un artista, es un gran actor.

¿Él ya le dijo que sí, que lo va a hacer?
Él dijo: “Yo este es el papel que quiero”. Porque es un reto y porque eso de vestirse de mujer y tener la oportunidad de capturar lo esencial de la mujer, del ser humano, el alma de la mujer, de ser madre, esposa, en la cosa emocional. Porque escenas sexuales no hay. Nosotros no nos metimos al escándalo. Aquí está Viggo Mortensen haciendo el papel de mamá y de esposa, y también de peluquera y encima de eso ser un travesti que interpreta a Bette Davis, un sábado por la noche en un bar. ¿Hay algo más valioso que eso para un actor?

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