El Ágora /

'Nadie debería morirse sin haber escuchado a Beethoven y a Pink Floyd'

La primera vez que puso pie en una iglesia evangélica fue vistiendo un desenfadado look de hippie setentero. Era un joven de 17 años, con pantalones acampanados y cabello largo, que salió arrepentido de aquella primera visita a un templo donde se sintió extraño en medio de gente que cantaba cánticos que no entendía. Único evangélico en una familia de tradición católica, Mario Vega es ahora, a sus 52 años, el pastor general de una de las iglesias con mayor congregación en el país, la Elim. Es, como algunos de sus colegas más “exitosos” en el mundo evangélico, un líder que recibe saludos y sonrisas por donde pasa; pero eso sí, a él lo diferencia algo: su popularidad, advierte él mismo, no va acompañada de lujosos relojes, ostentosos templos o vehículos último modelo. “Uno debe predicar la sencillez”, dice este religioso que, no por serlo, se abstiene de expresar su gusto por la controvertida literatura de José Saramago o, por qué no, recomendar música de Pink Floyd.


Martes, 16 de noviembre de 2010
Edith Portillo, Sergio Arauz y Bernat Camps / Fotos: Bernat Camps

 

Hay un libro cuyo nombre y autor no recuerdo ahora, pero que habla de la relación de los gobiernos con las iglesias a través del regalo, dinero, objetos, etcétera. ¿A Elim le ofrecían este tipo de cosas?
Hubo ofrecimientos.

En el libro se mencionaba que Herbert Saca ofrecía cosas a sabiendas de que la iglesia tiene un poder territorial.
Ellos saben que la iglesia tiene un peso importante en la población, y ellos quieren capitalizar eso. Y hay un error con ese planteamiento, porque al ganarse a un pastor no implica que se gana a la gente. Un pastor puede ser muy partidario y expresar o invitar a su gente a votar por determinada opción política, pero el problema es que el evangélico es educado a pensar en sí mismo y a no depender del pensamiento de los demás. Nosotros nunca aceptamos ni pedimos ningún tipo de regalos porque sabemos que eso compromete a la iglesia.

Pastor Mario Vega. Foto Archivo El Faro
Pastor Mario Vega. Foto Archivo El Faro

¿Este gobierno hace lo mismo?
No, este gobierno ha sido muy respetuoso. Entiendo que ni siquiera tiene un nexo con las iglesias como el anterior, que tenía a una persona designada, que usted acaba de mencionar: Herbert Saca, que hacía eso y quizá otras asignaciones.

¿Usted es o fue amigo de Mauricio Funes?
Estudiamos juntos desde octavo grado hasta la universidad. Compañeros de estudio fuimos. Claro, nos conocemos. Pero desde que él lanzó su candidatura solo en dos ocasiones hemos coincidido. Una fue cuando era candidato, en una entrevista de una radio evangélica. Lo entrevistaban a él y me invitaron para hacerle preguntas. Y la segunda, cuando ya era presidente, cuando convocó a una reunión por el tema de la violencia. Convocó a las universidades y a las iglesias y entonces nos saludamos.

¿Qué le pareció el decreto que intentó aprobar la lectura obligatoria de la Biblia en las iglesias?
A todas luce era inconstitucional. No podía ser. Y el presidente hizo lo correcto al vetarlo. No es una competencia del Estado promover la lectura de la Biblia, es una competencia de la iglesia. Y eso hizo que algunos sectores de la iglesia evangélica me vieran a mí como el diablo. Y no se estaba hablando del valor de la biblia y el provecho que puede tener, sino que el tema era la intervención del Estado en un asunto que compete exclusivamente a las iglesias. 

¿Cuál debería ser el papel de la iglesia frente a la situación de violencia que vive el país?
Están quienes creen en la accción represiva contra la delincuencia, por el otro lado están los que favorecemos la labor preventiva. La iglesia para mí se encuentra en una posición de enorme responsabilidad, hablando de las pandillas, pues hoy por hoy, la única razón por la que una pandilla o mara permite que uno de sus miembros se calme es adherirse a una iglesia. El problema es que la iglesia evangélica puede hacer parte del trabajo, pero no lo puede hacer todo. Esa es la razón por la que muchos muchachos llegan, miran como factor de cambio la iglesia, pero con el pasar del tiempo reinciden, porque con el pasar del tiempo sus problemas fundamentales no los pueden resolver, por ejemplo: acceso a oportunidades de educación, solución médica, un trabajo. Una pregunta que le hacen a una persona que va a buscar trabajo es si tiene tatuajes, si la persona dice que sí tiene tatuajes, inmediatamente perdió la oportunidad. A veces le piden solvencia de la Policía, les hacen prueba de polígrafo, y eso cierra las posibilidades de transformación que puedan tener, aún cuando hayan querido una transformación de vida. Entonces no les queda más opción que volver a la forma fácil de hacer dinero, es como un ciclo que la misma sociedad está alimentando. Solamente cuando haya un acuerdo entre las iglesias, el ministerio de Salud, de Educación y las empresas, entonces puede haber un trabajo de inserción de estas personas a una vida más humana.

¿Estas personas para usted son rehabilitables?
Si yo dijera que hay personas que no son rehabilitables, no estaría predicando el evangelio, diciendo la buena nueva. Todas las personas pueden cambiar, ser transformadas, creo que el peor de los criminales puede tener una transformación de vida, la iglesia debe ser consecuente con esto. Debe trabajar así.

Si a usted le hubieran llegado las pandillas con el comunicado que  fue leído por el padre Toño hace un par de meses, ¿hubiera estado dispuesto a leerlo?
Yo he dicho que... no estoy seguro de que las pandillas tengan una estructura de organización nacional como para que pueda haber un acuerdo entre ellas, y así emitir un comunicado conjunto, dudo de esto, eso es lo primero. Luego, teniéndolo, como poder saber en realidad... si yo estoy tratando con direcciones nacionales y no con un par de clicas que quieren hacerse pasar como dirección nacional. Aún salvadas todas esas dudas, es de enviar de manera confidencial a los medios eso, así ellos lo hubieran valorado, pero yo ponerme a leerlo es como avalar todas las cosas anteriores sin saber a ciencia cierta. Yo no sé si el padre Toño tenía una seguridad de todos esos elementos y eso lo llevó a hacer ese tipo de acción.

Sobre las pandillas y posibilidad de rehabilitación, dice que las iglesias son el único salvoconducto para que un pandillero se pueda “calmar”, es la única forma que las pandillas permiten a sus miembros para alejarse de vida delictiva sin tener represalias. ¿En su iglesia conoce de esos casos?
Sí, bastantes, cientos, diría yo, tatuados y no tatuados, pues ahora ya no se tatúan. La iglesia puede ayudar hasta cierto punto. Conozco casos particulares, como una persona a quien se le compró una máquina para que pudiera coser, otra  persona se le dio como un capital semilla para iniciar un trabajo de ventas, anda en las calles vendiendo. Ahora estamos trabajando con una empresa con auténtica visión social, está contratando grupos de muchachos y muchachas de pandillas que ahora han tenido una conversión, son 31 personas, que pronto entrarán a laborar. Es como el caso de Calvo en oriente, que contrata a ex pandilleros. Si eso pasara en todo el país, eso podría ir arribando a una mayor solución.

¿Lo ha intentando usted con los empresarios?
No, no lo he hecho. El caso que le menciono fue iniciativa de la persona, de la empresa que le mencioné. Si ese modelo se replicara, ahí veo una luz que puede verse.

Pero también podría considerarse que es una especie de amnistía injusta, pues las víctimas de esos pandilleros quisieran justicia. Mucha de esa gente ha matado, torturado, y vienen a una iglesia y les dicen “están perdonados” sin haber pasado por una instancia judicial.
Es que no es así, yo estoy de acuerdo con que no se puede perdonar un asesinato macabro, lo que sucede es que la iglesia lo que hace es presentar el evangelio, son las personas las que reaccionan ante esa presentación. Eso es lo que ha sucedido. La iglesia no se reduce al edificio, nosotros trabajamos en las casas, ahí hay vecinos, entre esos vecinos hay miembros de maras, ellos no están en otro mundo, conocen del evangelio, saben que lo que hacen está mal, que su vida no tiene sentido, que van a terminar muertos, o paralíticos o presos. Ellos quieren salir de este tipo de vida. Pero llega un momento en que se da ese tipo de iluminación y comprenden que el camino es arrepintiéndose, creyendo en Jesús, no lo hacen creyendo en que Jesús es el único salvoconducto que tienen para que la pandilla les dé la libertad, es porque hay una necesidad espiritual profunda. Viene la conversión, viene cuando la iglesia los recibe como hermanos y no lo hace preguntando “¿Mataste? ¿Has torturado? ¿Cortado cabezas?” Queda en ellos si desean contar esas cosas o no.

¿Le han llegado este tipo de casos, de pandilleros que confiesan sus crímenes?
No, hasta ahora no.

¿Y  cómo reaccionaría? Por ley debería reportarlo, si no, sería como encubrimiento.
A veces sucede que los que se van no son los niños, ni los jóvenes, lo que se van son los mayores, los que vienen de la cárcel, los que purgaron su pena, y esa es parte de las cosas que los llevaron a querer un cambio de vida. Yo creo que si pasa lo que dicen, habría que manejarlo como lo hace la Iglesia Católica, le dicen secreto de confesión.

¿Usted cree que  la Biblia no tiene ni un error, que todo es correcto, que no hay que quitarle cosas que ya no están acorde a los tiempos? Yo, por ejemplo, de pequeño pensaba que Dios, ese del Antiguo Testamento, era un señor muy enojado, regañón, castigador, que vomita a las personas de su boca...
Lo que sucede es que la Biblia hay que contextualizarla. La Biblia fue inspirada por Dios, pero escrita por hombres, por tanto tiene elementos humanos y elementos divinos, y entre los elementos humanos se introdujeron muchas cosas humanas, sentimientos humanos, expectativas humanas. Los cristianos creemos que la Biblia así como está es la palabra de Dios, y es inspirada por Dios, pero con elementos humanos. Por eso es que cada pasaje debe ser interpretado. Eso que menciona, “te vomitaré de mi boca”, eso está en el Nuevo Testamento, Apocalipsis, en el último libro, pero hay que entenderlo, es que Jesús pide de nosotros revitalidad a través de la justicia, el amor y la verdad. Cuando una persona es parcial en el uso de la verdad, del amor, de la justicia, lo que dice el pasaje es que no es ni fría ni caliente...

Que son tibios, algo así...
Sí, entonces de lo que está hablando es de un rechazo radical que Jesús hace a aquellas personas que en cuanto al tema de la justicia, por ejemplo, no son ni fríos ni calientes, sino que están jugando. Eso Dios no lo tolera, entonces eso es lo que quiere decir. Hay otros pasajes que son, digamos, como los ataques ordenados por Dios en el Antiguo Testamento, fueron auténticos etnocidios, pero igual, eso tuvo su contexto histórico. Jesús es el que vino a cambiar totalmente eso, como el tema de la pena de muerte. En el Antiguo Testamento estuvo vigente por una serie de razones, como el adulterio, por ejemplo. Había pena de muerte para la brujería, pero cuando Jesús aparece, bueno, hay un caso donde la mujer era adúltera, famoso, y Jesús se niega a aplicarle la pena de muerte, y más bien invita a quienes querían ejecutarla a que se examinaran a sí mismos. Entonces con Jesús hay un cambio, hay una actualización de la revelación de Dios. Es lo que hablábamos, de la iglesia que se va reformando a sí misma con el tiempo. Entonces, si la iglesia no da respuestas adecuadas, las personas no le van a hallar sentido al ser de la iglesia.

En Europa ha pasado eso, que se habla mucho de adaptar la Biblia al contexto histórico.
Sí, así es, pero hay otro elemento además, y es que el evangelio siempre ha sido fuerte en los países pobres, esa es la razón por la cual el continente donde más está creciendo el evangelio hoy en día es África, el continente más empobrecido. Europa es el primer mundo, y hay que recordar que en el siglo XVI Europa fue como un centro mundial del cristianismo, pero hoy las condiciones económicas de Europa han cambiado.

¿Puedo hacerle de abogado del diablo?
Claro.

Aquí en el país resulta que los municipios donde hay más violencia son aquellos donde hay fuerte presencia de la iglesia evangélica. ¿Eso no es contradictorio?
Esa es una de mis grandes preocupaciones, y es que el evangelio va creciendo en el caso de El Salvador todo el tiempo, desde el año 1992 hasta hace un par de años venía creciendo a un ritmo del 1% de la población total por año, y luego da el gran salto, con la última encuesta de la UCA, que habla de un 38.42%. Sin embargo, el país no cambia y es cuando hay más violencia, continúa habiendo corrupción. Entonces es cuando viene la pregunta de para qué sirve la iglesia, para qué tener cada vez más y más evangélicos como país si las cosas van a ser iguales. Ahí es donde yo creo que se necesita el tema del discipulado, que tiene que ver con todo lo que hemos estado hablando, porque si los ministros mismos no viven la esencia del evangelio, yéndose por un camino de lujos, de una búsqueda de la ambición igual que la que se da fuera del evangelio, entonces, ¿qué sentido tiene ser evangélico? Ahí lo que está pasando es que aunque hay iglesia, la iglesia no está haciendo su papel, no está siendo responsable con la tarea que le corresponde, el problema es que la iglesia evangélica tiende a ser muy espiritualista y muy escapista, es muy dualista. Son casi dos mundos, el mundo de la iglesia y el mundo de la realidad, entonces yo no tengo nada que ver con aquello porque mi vida es la iglesia y eso es lo importante, yo tengo que amar a Dios, servirle a él, y si ahí afuera se están matando es problema de ellos. Ese dualismo no es bíblico, si es una sola realidad, es un solo mundo. Esa es una tarea que queda principalmente sobre quienes predicamos el evangelio.

Usted habla de una distancia entre lo que debería de ser y lo que pasa en la realidad. ¿Cuál es el papel de la Elim en el caso de la educación sexual? ¿Se habla de que el sexo debe ser solo para fines de procreación? ¿Qué dice Elim sobre el uso del condón?
Lo que sucede es que normalmente se juzga a las iglesias evangélicas por las posiciones católicas romanas. Hay algunas diferencias. La iglesia evangélica sí enseña que Dios quiere la pureza sexual de las personas, pero entendida como el ejercicio de la sexualidad dentro del lazo del matrimonio. Pero la iglesia evangélica no acepta la idea de que la sexualidad sea con el fin único de la procreación, sino que acepta que sí está el propósito del placer sexual dentro de la pareja. La iglesia evangélica lo ve como normal.

¿Así como placer?
Sí. Si es que las iglesias evangélicas precisamente porque aceptan como válido de la sexualidad el aspecto unitivo, no tienen ningún problema en que se utilice el preservativo u otros métodos de anticoncepticón, siempre y cuando no sean abortivos, para que una pareja pueda tener relaciones sexuales sin la carga de que pudiera haber un embarazo. Eso es lo ideal, pero yo no estoy cerrado a la realidad, y sé que aunque a nuestros jóvenes se les enseña eso, algunos de ellos son activos sexualmente y no dentro del matrimonio. Entonces existe en nuestro país el riesgo del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, y ante esa realidad y que uno no puede andarlos persiguiendo, ni haciendo cacerías de brujas, lo que hace la iglesia es encomiar acerca del preservativo como un elemento que puede prevenir, usado adecuadamente, tanto el embarazao como la transmisión de enfermedades sexuales. Tenemos incluso programas educativos en nuestra radio, hay uno que se llama VIH Esperanza, donde se habla del uso del preservativo. Claro que no se les está diciendo a los jóvenes “tengan sexo con condón”, sino que se les anima siempre a la pureza sexual, pero al mismo tiempo se informa sobre el preventivo. Nuestra posición no es tan cerrada como la de la iglesia católica.

¿Sobre estos temas se habla únicamente en programas educativos de la radio o es válido hablar de sexualidad y del uso del condón desde el púlpito? ¿Se habla abiertamente de esto desde el mismo culto?
Sí, lo hablamos desde el púlpito, por eso el tema de que la sexualidad no es solo con fines procreativos es algo de lo que se enseña abiertamente. No tenemos tabú en cuanto a tocar este tema en el púlpito. El concepto evangélico sobre la sexualidad no es tan retrógrado, no es tan de la Edad Media. La sexualidad se ve como un don de Dios, como algo bendecido, no en un sentido represivo.

Pastor Mario Vega. Foto Archivo El Faro
Pastor Mario Vega. Foto Archivo El Faro

Digamos que llego yo a la iglesia y le digo que quiero hablar con usted. Y le planteo este caso: soy una mujer y he sido violada por diferentes personas, estoy embarazada de tres semanas, no sé quién es el padre, y realmente es algo horrible y no lo quiero tener, no quiero tener esta semilla producto de esto que me han hecho. ¿Qué me diría?
Bueno, en el tema del aborto sí definitivamente la iglesia no lo acepta. Yo lo que le diría a esta persona es que no piense en abortar, pero eso tampoco la obliga a tener que criar a un niño que fue concebido bajo esas condiciones. Yo le pondría opciones, hay ministerios cristianos, por ejemplo, que se encargan de adopciones, totalmente legales, sin dinero de por medio. Esa podría ser una opción. Conozco parejas que por diversas razones no pueden tener familia y que estarían dispuestas a adoptar a un niño, una niña, pero quizás lo más importante sería ayudar a la persona a superar el daño que a su personalidad causó el haber sido víctima de abuso sexual.

¿Y cómo se le interpreta a esa persona lo que le ha ocurrido? Porque en un país con mucho machismo como este, muchos también podrían interpretar que es un castigo de Dios, o que es una prueba que Dios le ha puesto.
Decirle eso sería lo peor, porque muchas veces las personas víctimas de abuso sexual sienten culpabilidad, sobre todo si es una o un menor de edad. Esa es la expresión de la maldad que existe en el mundo, la maldad por causa del pecado, que produce esas condiciones, que produce víctimas todos los días. Esa persona lo que necesita es un proceso terapéutico, y en ese proceso parte de ello es llegar a comprender la respuesta a la pregunta de por qué Dios permite que haya sucedido algo así, pero nunca echarle la culpa de que Dios lo está castigando. El pecado nos ha hecho ser víctimas a todos, incluso a Dios, porque Dios ha perdido también a su único hijo, y desde este punto de vista Dios también ha pagado su cuota de dolor, entonces ninguno está exento de pagar algún tipo de dolor. Así que a esa persona le ha correspondido eso, pero la fe nos ayuda a ver con esperanza que llegará un día cuando este tipo de cosas no se van a dar más.

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