El Ágora /

La Cultura según la honorable Asamblea Legislativa

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los diputados y diputadas que ostentan candidaturas a la reelección por un curul han hecho gala de sus propuestas en materia de seguridad, educación, salud, trabajo. Sin embargo, existe un tema para el que no todos están preparados y ni siquiera se esperan la pregunta: ¿cuál es su propuesta por la cultura?

Miércoles, 7 de marzo de 2012
María Luz Nóchez

El artículo primero de la Constitución de El Salvador establece el acceso a la cultura como una de las obligaciones que el Estado tiene con cada uno de sus ciudadanos. Pese a esto, las ideas y las apuestas en materia cultural son limitadas y nunca son prioridad presupuestaria. La queja ha emanado históricamente desde el ejecutivo: 'Es que para la cultura nunca alcanza el presupuesto', declaró Federico Hernández, ex presidente del extinto Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura), a La Prensa Gráfica en diciembre del 2008. Este argumento fue respaldado 7 meses después por su sucesora Breni Cuenca, cuando la institución pasó a ser una secretaría adjunta a la Presidencia, y, en su momento, Héctor Samour aseguró que la insuficiencia de presupuesto era una de las razones por las que necesitaba de la cooperación internacional.  

En el poder legislativo existe la Comisión de Cultura y Educación, la cual es parte de las comisiones permanentes que el artículo 12 del Reglamento Interior de la Asamblea Legislativa establece. El reglamento se desprende del decreto número 11 emitido el 24 de enero de 1984. Este decreto fue emitido con conformidad al artículo 131 de la carta magna, mismo que en el ítem decimoprimero establece que la asamblea debe 'Decretar de una manera general, beneficios e incentivos fiscales o de cualquier naturaleza, para la promoción de actividades culturales, científicas, agrícolas, industriales, comerciales o de servicios'. Y ahí queda la letra.

En esta campaña electoral, en la que cada candidato y candidata se ha ido de pesca de votos en todos los sectores posibles, ocho candidatos a la reelección por el departamento de San Salvador de la bancada de Arena extendieron su colaboración a la Asociación Artistas Unidos por El Salvador para financiar la séptima edición de los premios Carbonero. A cambio, los diputados tuvieron la oportunidad de lucir sus caras en la tarjeta, sus pasos de baile en las tablas del Teatro Nacional y exponer su preocupación por el abandono que padece el gremio y sus promesas para ellos en la siguiente legislatura.

Con este espectáculo como punto de partida, en donde participaron dos vocales de la Comisión de Cultura y Educación (Margarita Escobar y Carmen Elena Figueroa), surgieron dos interrogantes: qué se está legislando en materia de cultura y qué propuestas concretas están ofreciendo los diputados miembros de la comisión que se encarga de emitir dictámenes que favorezcan la actividad cultural nacional.

Como experimento que serviría para disipar las inquietudes en cuanto a la manera en que se estaban moviendo los temas de cultura en la agenda de la comisión, El Faro visitó el pasado 21 de febrero la sesión 104 de trabajo de la legislatura 2009-2012, en donde de entrada la agenda revelaba que el único asomo de la cultura sería la moción que los diputados del FMLN hacían para otorgar un reconocimiento especial a Alcira Alonso por su destacada trayectoria como bailarina y profesora de danza.

En el segundo piso del edificio de comisiones se extiende el pasillo que alberga los salones donde se realizan las reuniones. El pasillo está flaqueado con ventanales polarizados que producen una somnolencia que se interrumpe con el ir y venir de los periodistas y con el eventual debate que la agenda sirva a los parlamentarios. El salón que ocupa esta comisión está al fondo del corredor, en donde además está reunida la comisión de Seguridad.

La agenda de este día, como la de la mayoría de sesiones de trabajo de esta comisión, según reconocieran por aparte 3 de los diputados que la conforman, la acapara Educación. Los periodistas se acomodan en el sillón mientras las grabadoras recogen la información sobre la bocina que los mantiene al tanto de la discusión que en la sala de reuniones se está librando. Mientras unos platican de lo que adentro acontece, otros critican y hacen sus pronósticos sobre los acuerdos a los que podrían llegarse. A medida que avanza la sesión, los diputados se preparan para recibir a los representantes del Sindicato de Maestros y Maestras del Plan Educo (Simeduco), visita de la que luego tomarán ventaja algunos para calentar el debate al intentar establecer quién ha sido el héroe de la lucha del gremio en los últimos 23 años, y otros para retirarse disimuladamente hasta que ya no hubiera quórum suficiente para continuar la sesión.

Las funciones que en la página web de la Asamblea se le atribuyen a esta comisión incluyen las regulaciones de la carrera docente, las solicitudes para el otorgamiento de títulos y distinciones honoríficas a departamentos, municipios, ciudades y personas. Además de establecer fechas especiales en el calendario cívico y emitir dictámenes sobre el informe de labores que presenta el ministro de educación.

Con el tema recién expuesto, la diputada y candidata tricolor Margarita Escobar tenía memorizado el discurso que daría a los medios. Lo que probablemente no vio venir fue que, siendo el primer medio que la abordó al finalizar la sesión, las preguntas estuvieran orientadas a los logros en materia de cultura durante esta legislatura.

—Diputada, con la legislatura próxima a finalizar, ¿podría mencionarnos cuáles han sido los logros y avances de la comisión de Cultura y Educación en materia de cultura?

Titubea un momento mientras reflexiona en la pregunta. —Eeehh, permítame— responde, mientras se detiene frente a las gradas para indicarme que la espere, porque lo principal es entregar una pieza de correspondencia.

La pieza llama la atención de los demás periodistas que esperaban a los representantes de la gremial y deciden seguirle el paso para conseguir las declaraciones respectivas. Cámaras, micrófonos y grabadoras la rodean, mientras me quedo frente a ella esperando que termine para volver a abordarla.

—Como le decía, diputada, ¿podría decirnos qué ha hecho la comisión en estos casi tres años en materia de cultura?

—Sobre el tema de cultura, la comisión de cultura se ha abocado más que todo a entregar premios... Yo mañana tengo una reunión con los artistas nacionales…

— ¿Con los de los Premios Carbonero? —pregunto, recordándole de su promesa al final de la ceremonia del domingo 12 de febrero en donde se había comprometido a título personal y de sus demás compañeros a recibirlos en la Asamblea para encontrar junto a ellos la manera de poder ayudarlos.

—…con los artistas nacionales vamos a analizar profundamente cuál es la situación y ver de qué manera este órgano legislativo implementa algunas iniciativas.

—¿Y qué podría decirme en cuanto a la Política Cultural de Integración Centroamericana que se aprobó el año pasado?

—Ese tema no lo ha traído al seno de la comisión el presidente, ni lo ha agendado.

—Pero eso ya se aprobó. El año pasado (16 de diciembre)... 

—Eso es del ámbito ejecutivo… —concluyó, para luego seguir su camino.

El remate de la diputada referente a los temas de cultura dentro de la comisión es chocante, pero los informes trimestrales de esta legislatura lo confirman. De hecho, del 100% de los expedientes estudiados en esta legislatura por la comisión, el promedio de las distinciones honoríficas abarca un 28.1%. De los demás temas de agenda, los únicos adversarios parecen ser el Calendario cívico y las reformas a la Ley de la carrera docente, que le siguen en el segundo y tercer lugar con 20.29% y 19.5%, respectivamente. Patrimonio Cultural apenas logró colarse con un promedio de 3.2% entre esos expedientes y el resto de temas relacionados a la cultura, como la Ley de Protección al Patrimonio Cultural, Ley Especial para el fomento de la Música Nacional, Ley de Cinematografía y Ley del Premio Nacional de Cultura apenas han logrado alcanzar el 1%.

La confusión entre cultura, educación, moral y cívica

El siguiente día, siguiendo la pauta anunciada por la diputada Escobar de la reunión que sostendría con los artistas, que en efecto eran los representantes de la Asociación Artistas Unidos por El Salvador, El Faro intentó entrar a la reunión, pero dijeron que era un reunión privada, y a cambio nos atendió el diputado David Reyes, quien no es parte de la comisión, pero fue delegado por Arena para hablar del tema. Reyes explicó que las demandas que solicitaban los artistas convocados a esa reunión privada incluían cotización al seguro social y la promoción de espacios para los artistas. El diputado asegura que es una discusión que ya se ha establecido en los pasillos de la Asamblea con los demás partidos y a la que nadie le ve tintes políticos. Comentó, además, la importancia de apoyar al talento nacional. Al preguntarle por sus propuestas como candidato a la reelección por San Salvador en cuanto a cultura hizo lo que suele suceder: vincularla con la educación y hacer de este el tema principal.

—Considero que la cultura tiene que estar muy de la mano con la educación, pero educación de calidad. Tenemos que hacer que nuestros jóvenes investiguen…y yo creo que dentro de la currícula de educación tienen que haber asignaturas que fomenten nuestros valores como salvadoreños. Hemos hablado hasta la saciedad de introducir una asignatura de moral, urbanística y cívica, y promover la investigación.

—Ahora que lo menciona, la materia de Moral y Cívica desapareció de la currícula en el período del presidente Flores.

—…creo que es importante retomarlo. Honestamente no sé por qué motivo lo habrá desaparecido. Lo desconozco, pero lo importante es que hoy más que nunca hay que retomarlo.

Pese al desacierto conceptual al unir los temas sin lograrlo del todo bien, el diputado arenero admite la importancia del reconocimiento de los pueblos indígenas desde la constitución, un tema que actualmente no figura en la agenda legislativa, pero con el que, por ser una minoría, dice sentirse identificado en su lucha por el reconocimiento de sus derechos humanos.

Mientras Arena acordaba con los artistas la elaboración de una agenda de trabajo con base en la cual se empezaría a tratar de legislar después de las elecciones, el FMLN presentó el 24 de febrero la propuesta de Ley Nacional de Cultura, un anexo a su plataforma legislativa 2012-2015, presentada a finales de enero, que probablemente sea una reacción a las pláticas libres de tintes partidarios que David Reyes mencionaba.

En cuanto al trabajo de la comisión en materia de cultura, Yohalmo Cabrera, diputado y candidato a la reelección en el municipio de Ahuachapán, atribuye a una 'tradición' que los temas que más se abordan son las distinciones honoríficas. 'Nosotros, realmente, como FMLN no estamos satisfechos con el trabajo de la comisión, principalmente con los resultados', dijo, pero refiriéndose a temas como la reforma a la Ley de la carrera docente y la Ley general de Educación.

Cabrera, uno de los encargados de presentar la propuesta de Ley Nacional de Cultura del FMLN, asegura que no existe institucionalidad en materia de cultura, porque no existe una institución que forme docentes en el área de las artes y que la ley se encargará de conceptualizar las definiciones de arte, artistas, tradiciones, entre otras, para procurar que 'el Estado pase realmente a promover y a desarrollar las artes en el país'.

—Si bien es cierto que la comisión de cultura y educación hasta hoy no tiene una producción sobre este tema, el grupo parlamentario del FMLN propone esta Ley Nacional de Cultura– explica el diputado. 

— ¿Y para esa Ley de cultura tomaron en cuenta la Política Cultural de Integración Centroamericana?

—No, eso no. Yo estoy hablando de una ley que no tenemos.

—Claro, pero la política se aprobó el año pasado, en diciembre, en la XXXVIII Reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países Miembros del SICA.

—Sí, bueno, eso tiene que ver con las políticas de Estado, pero nosotros estamos hablando de elevar a categoría de Ley el tema de la cultura, las artes, todo eso.

El siguiente en la lista es el diputado Guillermo Mata Benet, quien también busca la reelección por el departamento de La Libertad. Previo a atender la solicitud de entrevista pidió cinco minutos de gracia, en los que luego sería notable que los había utilizado para reunir en una página las últimas propuestas que como fracción habían llevado al seno de la comisión. La oficina de Mata está decorada con fotografías de Fidel Castro, del difunto líder efemelenista Shafick Handal, cuadros de Monseñor Romero, Mélida Anaya Montes, y, curiosamente, esa fotografía en la que el presidente Funes sale encendiendo un puro. A un costado de la puerta dos columnas de paquetes de plataformas legislativas y sobre su escritorio una pequeña librera con títulos como la Ley de competencia, un informe del PNUD y una copia del documental Translatina.

El diputado empieza a leer los dictámenes relacionados a educación, dejando de lado el tema de interés principal en esta plática y aunque se le insiste en la cultura pide que se le deje terminar. Finalmente reconoce, al igual que sus otros dos compañeros de la comisión, que el reconocimiento a distintos personajes (médicos, cantantes, pintores, escultores) han sido la única apuesta de la comisión en ese tema, con la diferencia de que lo dice convencido de que es algo digno de hacer en materia de cultura.

Mata amplía en la propuesta de Ley del FMLN que lee en su ordenador y enfatiza en la intención de su partido de recuperar el papel que los artistas tienen en el país y hacer de la cultura una fuerza que lo potencie. Sin embargo, aunque asegura que hubo reuniones con el ex secretario de Cultura, Héctor Samour, hasta que le fue mencionada la Política Cultural de Integración Centroamericana en esta plática no sabía de su existencia.

—¿Cree que esta Ley Nacional de Cultura va a lograr conjugarse con la Política Cultural de Integración Centroamericana?

—¿O sea, a nivel de Centroamérica? No sé, porque desconozco la política. Que yo sepa no existe ninguna.

—La aprobaron el año pasado los presidentes de los países miembros del SICA. 

—Realmente no la conozco. En el sentido de cómo va a compaginarse con esta Ley, no sé si realmente es una política, porque que yo sepa en el país no está funcionando. Lo importante es cuando es Ley de la República.

La desconocida Política Cultural de Integración Centroamérica que hizo titubear a los tres diputados, aprobada el 16 de diciembre del año pasado, es un ejercicio de definición colectiva de parte del Consejo de Ministros y Directores Generales de Cultura a través de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de Integración Centroamericana (CECC-SICA), con la que los países de Centroamérica establecieron las bases para construir los planes de acción a corto, mediano y largo plazo, potenciar a los grupos y comunidades locales en desventaja social, fomentar las capacidades humanas e institucionales del sector cultura, y presentarse como bloque ante la cooperación internacional, tal como lo hacen la Comunidad del Caribe (Caricom) y el Cono Sur.

En un intento por obtener las ideas de Cambio Democrático (CD), que no está representado en la comisión, aprovechamos la participación de los candidatos Tomás Chévez y Óscar Kattán en el programa de televisión 'Sin su permiso', de Canal 33, el pasado 15 de febrero. Élmer Menjívar, periodista de El Faro, envió desde su cuenta de Twitter (@ElMenjivar) una pregunta que Lorena Mendoza, conductora del programa, leyó a sus invitados en el minuto 31 de la transmisión. La pregunta tomó por sorpresa a Kattán, quien no logró disimular su desconcierto, pero a su rescate salió Chévez hablando, nuevamente, de educación y valores, sin abordar la cultura como materia en sí misma. Kattán se aferró a la tabla de salvación y siguió por ese camino, equiparando la cultura al entretenimiento y entre frases inconexas abordan su propuesta de reforma educativa. Ver video a continuación:

 

Se trató de abordar a los diputados Mario Tenorio (GANA) pero el día que se le buscó en su despacho, su asistente informó que estaba en un mitin y dijo que por la tarde podríamos comunicarnos con él vía teléfono. Tenorio es candidato a la reelección por el Departamento de La Paz. Marcamos a su despacho tres veces a horas distintas y para entonces ni siquiera su asistente atendió el teléfono. Se buscó también a Rubén Orellana de Concertación Nacional, relator de la comisión, quien se había reportado enfermo, y a Reynaldo López Cardoza, también de CN, que cada vez que se le buscó estaba en reunión.

Poco saben los diputados, y poco les preocupa, de la alta rotación laboral de primer nivel en la Secretaría de Cultura. Cuando le pedimos a Escobar su opinión sobre el hecho de que van ya 3 personas al frente del ente cultural del Estado en lo que va de este gobierno, se limitó a reducir el hecho en una crítica genérica sin mayor contenido: 'Así son ellos'.  

La Comisión de Cultura y Educación tiene pendiente el análisis y debate sobre una reforma a la ley de patrimonio cultural, la ley de cine, al premio nacional de cultura, fomento de la música nacional, ratificación de convenciones internacionales y eventualmente los mecanismos locales para la aplicación de una ley de integración cultural regional. Pero esto será materia pendiente para la próxima legislatura o, en el peor de los casos, para la próxima campaña electoral. 

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