El Ágora /

Diputados inician discusión de Ley de Cultura tras un año de esperar propuesta del Ejecutivo

Cada vez se va acortando más la brecha para que El Salvador cuente con una Ley de Cultura, y a pesar de que el ejecutivo siga ausente en cuanto a propuestas, el anteproyecto presentado por el FMLN ha empezado a nutrirse de observaciones que la comisión de Cultura y Educación evaluará en la fase de análisis. A pesar del avance, no hay un compromiso en firme con fechas próximas.

Viernes, 1 de noviembre de 2013
María Luz Nóchez y Élmer L. Menjívar

Fotos de la página de Facebook de la campaña
Fotos de la página de Facebook de la campaña 'Yo quiero una Ley de Cultura para El Salvador', montada por la Secretaría de Cultura del FMLN, que muestran a diversos actores cuturales convocados para el arranque oficial del proceso legislativo para dotar a El Salvador de un marco legal nacional sobre cultura. / Composición de El Faro.

En las redes sociales de internet de pronto aparecen fotos de artistas, políticos y actores culturales diversos posando con un cartelito que dice: 'Yo quiero una Ley de Cultura para El Salvador'. Se trata de un movimiento social que quiere lo que dicen los carteles. El mensaje está dirigido, en principio, a los diputados de la Asamblea Legislativa, y en particular para los de la comisión específica que tienen ya en su terreno un anteproyecto de ley para el análisis. Es primera vez que El Salvador se asoma a la posibilidad de tener una ley general de cultura, también es un hito que los políticos se dediquen a estudiar temas culturales a este nivel luego de medio siglo de mostrar desinterés, apatía y a veces hasta ignorancia.

El pasado martes 29 de octubre la cuestión dio un giro radical: la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa dio el banderillazo de salida a la discusión y análisis formal del anteproyecto de Ley Nacional de Cultura y Arte. Ha pasado casi un año desde que el FMLN presentó su propuesta y desde entonces los diputados, conocedores de que la Presidencia de la República, por medio de la Secretaría de Cultura, tenía un proyecto propio, decidió esperar la llegada del segundo borrador, pero la paciencia de los legisladores se agotó. Al Ejecutivo le quedan ocho meses en el poder, y la Secultura, después de que echó al cesto de la basura un primer borrador, no ha presentado un nuevo anteproyecto de ley.

Ese día, 115 representantes de la comunidad artística, académica y educativa del país se dieron cita al acto protocolario que oficializó el proceso. Previo al encuentro, a los convocados se les había hecho llegar el documento presentado por el FMLN y los insumos que serán tomados en cuenta: las leyes vigentes del Premio Nacional de Cultura, la de Fomento de Teatros y Cines, la de Protección de Patrimonio Cultural, y los anteproyectos –aún sin iniciativa de ley, es decir, sin luz verde para que puedan ser estudiados por la Asamblea– de la Ley de Cine y de la Ley Especial para el Fomento de la Música Nacional. Entre los congregados había miembros de asociaciones que han tomado parte de la elaboración de estas propuestas, como André Guttfreund, presidente de Asociación Salvadoreña de Cine y Televisión (Ascine), y personas que participaron de forma activa en la fase de consultas realizadas por la Secretaría de Cultura del FMLN, como la bailarina Eunice Payés, el director de teatro Fernando Umaña y el pintor Isaías Mata.

El paso inmediato de la comisión es procesar las observaciones que los gremios artísticos, universidades y académicos han hecho a los documentos base. La discusión la abrió el presidente de la comisión Jaime Valdez, quien enfatizó la importancia que tiene la aprobación de una ley como esta para la reivindicación de la cultura como patrimonio y para unificar el concepto, que, según explicó, “está expandido, globalizado y muchas veces es un fantasma dejado en el olvido”.

Con el afán de nutrir el debate sobre lo que le significaría al país contar con una Ley Nacional de Cultura y Arte, los diputados sumaron las voces de dos especialistas en arte y cultura, y la de una delegada del equipo que elaboró la propuesta. El primero en intervenir fue el doctor en letras y literatura hispánicas Ricardo Roque Baldovinos, quien se dedicó a hacer una revisión de los conceptos de arte y a plantear la cultura como un eje transversal a la educación, la economía y el bienestar social. “¿Por qué juega un papel fundamental? Porque es el espacio donde los seres humanos nos afirmamos como sujetos libres”.

Roque Baldovinos es el jefe del departamento de Comunicación y Cultura de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Aprovechó la oportunidad para hacer un repaso por los impulsos institucionales que se han dado al arte y la cultura desde 1950 hasta hoy. Calificó estos intentos como deficientes en la elaboración de políticas culturales, sobre todo porque no ha existido la solidez para que los cambios se mantuvieran con el paso del tiempo. Destacó la gestión reformista de Walter Béneke como ministro de Educación entre 1967 y 1972, la calificó de 'histórica', y explicó que fue cuando se creó el bachillerato en artes y la televisión educativa: “Una apuesta interesante por democratizar la cultura y la artes” y lamentó que este fuera “un impulso que se estrelló con el estallido del conflicto armado”.

También fue invitada como ponente Breni Cuenca, la primera secretaría de Cultura del gobierno de Mauricio Funes, destituida con el argumento de 'pérdida de confianza'. Cuenca pasó a liderar el equipo que redactó el anteproyecto de ley del FMLN y en este foro hizo la exposición de motivos para una Ley de Cultura. Esbozó la propuesta e instó a los diputados a analizarla sin colores partidarios. 'El país puede alcanzar mucha altura cuando los intereses del país se ponen sobre la base y se logra la concertación de voluntades', los exhortó.

La comisión también le pidió a Claudia Cristiani, directora de la Fundación Accesarte, que evaluara técnica y conceptualmente el documento. Cristiani es especialista en patrimonio, desarrollo y administración cultural, y fue ella quien puso los acentos críticos. Una de sus observaciones más contundentes fue respecto a la creación del Ministerio de Cultura, una de las apuestas más ambiciosas de la ley. Señaló que crear un ministerio implicaría automáticamente una serie de gastos, sobre todo en salarios, que contemplan las leyes que regulan acciones como esta, y agregó que un ministerio no es garantía de que las necesidades institucionales de la cultura sean atendidas como se necesita. Más allá de elevar a rango ministerial la institución, la ley debe procurar que la entidad sea independiente y procure 'la efectividad de su liderazgo en el sector y en la sociedad', que no esté sujeta a la misión institucional de otra instancias, como sucedió con el Concejo Nacional para la Cultura y el Arte, que dependía del Ministerio de Educación, y como ahora sucede con la Secultura, que responde a los intereses directos de la Presidencia, la entidad con más intereses políticos del Estado. Para evitar esto, Cristiani propuso la figura de una autónoma multidisciplinaria que tenga un director nombrado por el presidente y que esté integrada por 'ministros clave para el cumplimiento de los objetivos de dicha entidad, como educación, turismo, economía, relaciones exteriores, entre otros'.

Cristiani está de acuerdo con que hay que satisfacer todas las necesidades que plantea el anteproyecto del FMLN, pero establece las que según su análisis constituyen 'urgencias': la creación del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, que permitirá a las personas con mayor talento el acceso a recursos económicos para ejercer derechos culturales esenciales; definir el rol de las Casas de la Cultura y darles mayor protagonismo en los municipios, y la inclusión de la cultura y el arte como eje transversal en la educación, ya que 'depende de que los ciudadanos cuenten con ciertas capacidades y habilidades' para que conozcan y participen en la vida cultural del país. Enfatizó, además, en la necesidad de que la reivindicación de los pueblos originarios no quede relegada a este documento y que esperaría que en el futuro estas comunidades contaran con su propia ley.

También pidió cambiar la redacción de algunas partes de la ley para evitar que se posterguen responsabilidades: que se eliminen frases como 'se creará', 'se regulará', 'se establecerá', pues dice que si se consideran acciones necesarias, que se establezcan de una vez en la ley para no caer en el error de muchas leyes que nunca terminan de generar sus propias herramientas para cumplir su objetivo.

A la convocatoria asistieron como oyentes muchos agentes culturales que participaron en una serie de consultas para la elaboración del documento o que hicieron sus propias propuestas. No todos los gremios se sienten satisfechos con la materia prima. Por ejemplo, el presidente de la Ascine y único salvadoreño ganador de un Oscar, André Guttfreund, dice que no ve contempladas sus propuestas en el documento que están discutiendo, como por ejemplo, que antes de pensar en la creación de un Instituto de Cinematografía, como se propone en el anteproyecto del FMLN, debería introducirse el bachillerato en cine, el cual sería clave para formar los talentos. 'No quiero seguir siendo el único en este país que se ha ganado el pan haciendo cine y televisión', dijo Guttfreund a El Faro, y aseguró que, a pesar de que no ven aún el fruto de todas las consultas en las que han participado, agotará todas las instancias: 'Estamos frustrados, pero no nos hemos vencido'. La Secultura también estuvo presente, pero dado que aún no han presentado su anteproyecto, les tocó participar como oyentes. Debidamente identificados estaban Alejo Campos y representantes de las Casas de la Cultura; mientras que a título personal asistieron funcionarios como Silvia Elena Regalado, directora de la Casa del Escritor; Jorge Dalton, coordinador de Cine y Audiovisuales de la Secultura, y Eunice Payés, maestra de danza del Centro Nacional de Artes.

Antecedentes y pronósticos

El FMLN introdujo el anteproyecto de ley el 21 de noviembre de 2012 y entró a la agenda de la Comisión en marzo de 2013. Casi un año después la comisión no ha recibido propuestas de otros partidos ni del Ejecutivo. En aquel momento, Alejo Campos, coordinador del proyecto de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, dijo a El Faro que tenían previsto presentar su borrador a finales de enero de 2013. Hasta la fecha, la presidencia no ha hecho este trámite ante la Asamblea Legislativa, a pesar de que ya se está jugando en tiempo extra el plazo para entregarlo como producto de un acuerdo de cooperación que suscribió con la Agencia Española Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En los términos escritos en el acuerdo se explica que si no hay documento ni justificación que valide su ausencia, el gobierno deberá reembolsar los 227 mil 500 dólares que le fueron otorgados.

Secultura ha concentrado recursos y esfuerzos en el desarrollo de una política cultural –también incluida en el convenio con la AECID–, en la que está trabajando hace varios meses el consultor cubano Lázaro Rodríguez Oliva, quien también desarrolló la propuesta de la Política Cultural de Integración Centroamericana para el SICA. No está claro si este proceder es parte de una estrategia para no duplicar esfuerzos y generar por su parte un complemento necesario. El Faro ha solicitado en reiteradas ocasiones entrevistas con la secretaria de Cultura, Magdalena Granadino, y con Alejo Campos, pero nunca la han concedido. 

El hecho es que en la Asamblea no hay una propuesta oficial del Ejecutivo, y según la diputada Carmen Elena Figueroa, del partido Arena, los diputados tampoco tienen mucha información sobre lo que está haciendo Secultura: 'Hoy yo le dije (a Campos) que nosotros no sabíamos nada respecto a su propuesta y le pedí que enviara una carta a la comisión para que nosotros sepamos en qué etapa está su anteproyecto', declaró la secretaria de la comisión de Cultura y Educación.

La diputada del FMLN Lorena Peña, quien se declara la personificación del interés de su partido en esa ley, fue clara al decir que no podían esperar más a la Secultura para inciar el proceso, pero no lo ve como un problema demasiado grave, y explica que si entra un anteproyecto más, la comisión lo incorporará al análisis de los puntos que faltarían por analizar, pero que no retrocederán en lo que ya hayan avanzado. Es decir que entre más avanzado esté el análisis, la lectura y la aprobación artículo por artículo cuando la presidencia introduzca su documento, menos oportunidades tiene de incidir en el diseño de la ley que posteriormente será sometida a aprobación en el pleno.

Los pronósticos para que El Salvador cuente con un Ley Nacional de Cultura y Arte son aún reservados. Figueroa dijo que se espera que durante noviembre la comisión discuta el anteproyecto, una vez que se depuren las observaciones recibidas. Sin embargo, Jaime Valdez no quiso comprometerse con una fecha para emitir un dictamen que permita votación del pleno. Peña es la más optimista y espera que para junio de 2014 ya esté aprobada, de manera que sea el nuevo gobierno el que eche a andar.

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