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Las aparentes contradicciones dentro del FMLN: El Socialismo del Siglo XXI en El Salvador

Los politólogos Héctor Perla, Jr., y Héctor M. Cruz-Feliciano examinan las políticas del FMLN en El Salvador y del FSLN en Nicaragua. Buscan entender mejor los comportamientos de estos dos partidos políticos que aparentemente contradicen sus orígenes revolucionarios. El Dr. Perla, Jr. resume para El Faro Académico sus observaciones acerca del FMLN.


Miércoles, 9 de abril de 2014
Héctor Perla Jr

Durante los últimos años el gobierno del FMLN ha sido criticado no sólo por políticos de la derecha, pero también por elementos de la izquierda, que argumentan que las estrategias implementadas por el FMLN contradicen sus ideales revolucionarios.  Señalan como ejemplos la decisión de no sacar al país del Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica (CAFTA) y la selección de Mauricio Funes como candidato presidencial (a pesar de que él no era miembro del Frente).  Dicen que la relación con Funes ha limitado la capacidad del FMLN para transformar las estructuras económicas del país y ha restringido su influencia en las decisiones de la política exterior.  Según este punto de vista, el gobierno del FMLN ha dejado de ser un partido de la izquierda. En las palabras de Dagoberto Gutiérrez:

'No es la gente la que teme al FMLN, es el partido FMLN el que le tiene miedo al pueblo, no a la población… Hay izquierdas y derechas, pero la izquierda desde donde yo estoy y hablo entiende bien esa situación. Pensamos que el problema del país es el Estado, un nuevo Estado… Además de ser una posición teórica, filosófica y política es una manera de ver el mundo y de interpretar la realidad, precisamente para subvertirla y para negarla. El sentido de la izquierda es la subversión de la realidad. La cúpula de FMLN no es izquierda, es de derecha, y políticamente y en todos los aspectos de la vida uno es lo que hace y no lo que dice.'

La esencia de tal crítica y lo que lleva a Gutiérrez y otros observadores a categorizar las organizaciones de izquierda como verdaderos partidos socialistas o no es lo siguiente:  la buena voluntad de los partidos de la izquierda para desafiar a la pureza de los mercados y la propiedad privada, y para priorizar la democracia económica y participativa sobre la democracia representativa.  Siguiendo esta línea de pensamiento, los grupos revolucionarios que hacen cambios drásticos e inmediatos en el modo de producción capitalista se ven como radicales, mientras que aquellos que prefieren lo que Schafik Handal se refería como la Revolución  Democrática se ven como moderados, a pesar del hecho de que ambos ('radicales' y 'moderados') buscan un objetivo indistinguible, o sea el desarrollo socialista.  Pero al analizar a los gobiernos socialistas se debe considerar esta pregunta: '¿Las fuerzas productivas en América Latina han madurado lo suficiente como para permitir la realización de las transformaciones socialistas de inmediato, o es una etapa capitalista progresista necesaria para iniciar un proceso socialista?' (Katz, 2007).

Es importante notar que una revolución socialista no es sólo una revolución política; también es una revolución social en la que, en las palabras de Marx (1977b:179), 'se vuelca la base de todas las relaciones anteriores de producción.' Por lo tanto, tomar el control del aparato del Estado es sólo un medio para un fin, un mecanismo para la transformación de las relaciones sociales de producción.

Teniendo esto en cuenta, lo que inicialmente parecía ser inconsistencias o contradicciones entre la ideología y la práctica de el FMLN es, de hecho, bastante compatible con sus objetivos y visiones estratégicos revolucionarios.  A diferencia de los movimientos radicales de la izquierda que buscan una transición a corto plazo hacia el socialismo (que cuentan con industrias fuertes basadas en recursos naturales estratégicos como petróleo o gas natural), el FMLN es una organización de izquierda que cree que en El Salvador es necesaria una etapa progresista del capitalismo (por la falta de industrias estratégicas que se pudieran nacionalizar fácilmente y la destrucción de los sectores productivos de la economía por la guerra y veinte años de políticas económicas neoliberales).

Además, la decisión del FMLN de elegir a Funes como su candidato presidencial no significa que han cedido el control de su programa político a él ni que han renunciado a sus aspiraciones socialistas.  Dada su popularidad, Funes fue visto como un candidato ideal para atraer a los votantes indecisos y para incrementar las posibilidades de que el FMLN gane la elección sobre la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) (Damian Alegría, entrevista, Santa Cruz, CA, 15 de enero de 2011; Arnson y Drolet, 2011).  Pues, elegir a Funes dio la oportunidad necesaria para iniciar el desarrollo de un país donde la economia es democratizada como paso previo y necesario para la construcción del socialismo.

Portada de revista Latin American Perspectives de mayo 2013.
Portada de revista Latin American Perspectives de mayo 2013.

Durante los ultimo cinco años bajo el gobierno del FMLN, El Salvador ha visto varios cambios que, con el tiempo, tienen la posibilidad de dar lugar a la transformación radical de su sociedad.  Por el momento, y en vista de las fuerzas que han desplegado en contra el partido, el FMLN sigue con políticas que están haciendo un mejoramiento significativo en la vida diaria de los ciudadanos salvadoreños – o sea la democratización de la economia.  Por ejemplo, el Ministerio de Salud ha eliminado 'cuotas voluntarias' para pacientes durante las visitas al hospital y ha reducido el costo de la medicina.  De igual manera, el Ministerio de Educación ha eliminado las 'cuotas voluntarias' que se les cobraban a los padres en las escuelas públicas, lo que ha resultado en un aumento en la inscripción de estudiantes. Tambien a lanzado politicas para la reactivación productiva del sector agropecuario.

Por cierto, el gobierno del FMLN hasta el momento no ha implementado transformaciones estructurales en la economía del país, pero tampoco ha renunciado a su intención de hacerlo, y siguen expresando sus aspiraciones socialistas.  Pero en este momento no se puede pasar de inmediato al socialismo, pues ¿qué se va nacionalizar?  ¿Las pupuserías?  No, al contrario, lo que el FMLN propone es como dice José Luis Merino:  la construcción de un “socialismo con olor a loroco” que necesariamente pasa por la revolución democrática. Y la revolución democrática es una etapa de capitalismo progresista para el desarrollo nacional donde el pueblo empieza a conocer los beneficios de la participación del estado en la economía y, por lo tanto, perderle el miedo al socialismo.


* Héctor Perla, Jr., es profesor asistente de Estudios Latinoamericanos y Latinos en la Universidad de California, Santa Cruz. Trabajó junto Héctor M. Cruz-Feliciano, coordinador de programas de Brazil con CET Academic Programs, en Washington, en “The Twenty-first-Century Left in El Salvador and Nicaragua: Understanding Apparent Contradictions and Criticisms”, (publicado en Latin American Perspectives de Mayo de 2013), en el que examinan las políticas del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador.

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