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“En el Consejo no se habla de la tregua”

El representante de Naciones Unidas en El Salvador habla del trabajo del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana: la apuesta del “todo o nada” del gobierno. Asegura que en el organismo ni siquiera se han preguntado qué fue exactamente la tregua y que –contrario al exministro Munguía Payés- no creen que haya que focalizar el trabajo en las pandillas.


Martes, 25 de noviembre de 2014
Carlos Martínez

Roberto Valent. Foto El Faro
Roberto Valent. Foto El Faro

En esta ocasión a Roberto Valent le toca hablar a nombre de un patio lleno de gente: el fiscal general, un montón de empresarios –entre los que hay algunos de los nombres de más abolengo nacional-, otro montón de políticos, curas católicos, pastores evangélicos, expertos, periodistas, secretarios presidenciales, ministros, policías, jueces, oenegeneros varios, diplomáticos… que aún no han llegado a ninguna conclusión. Después de dos meses de instalado, el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Convivencia no habla de la tregua, dice Valent, a pesar de que se le reconoce la utilidad que tuvo para reducir a la mitad los índices de homicidios.

Valent, representante ante El Salvador del PNUD y delegado de Naciones Unidas, pide optimismo para el gran rompecabezas nacional del que es cara visible y vocero. Pide que no se confunda este esfuerzo con tantos otros que terminaron siendo pasto de tantas gavetas; pide que se aprecien bien las diferencias; que se comprenda el enfoque multidimensional del problema; que no se confunda la seguridad pública con la seguridad ciudadana… y da la impresión de que sabe que pide algo difícil a un país con una tasa de homicidios creciente y con una sensación general de desamparo.

Esquiva todo lo que puede la mina oculta en su trabajo: negociar o no negociar con los pandilleros y prefiere diluir esta cuestión en enfoques más amplios, llenos de palabras con menos espinas.

Sabrá usted que se ha repetido mucho que el Consejo Nacional de Seguridad se parece demasiado a demasiadas cosas que ya hemos visto. ¿Cómo defendería que no es más de lo mismo?
Las experiencias pasadas no son desechables. El Consejo aglutina a casi todos los sectores: se articula en una plenaria con hasta 80 miembros, pero también hay cinco mesas técnicas. Ahí estamos hablando de los temas relacionados con la prevención del delito, fortalecimiento institucional, rehabilitación de las prisiones, la represión del delito…

No veo la diferencia.
Es que no he terminado. ¿Dónde está la diferencia? Hay dos elementos de diferencia: en el pasado no había comisiones, consejos, que aglutinaran a todos estos sectores, incluso los partidos políticos. Y en el pasado se articularon diagnósticos, estrategias… pero este está articulando un plan de país en el que se vinculan las contribuciones y los roles de todos los sectores. Está bien enriquecer las políticas públicas, pero lo que hay que hacer es articular a los sectores alrededor de un plan común que sume los esfuerzos de todos. Recordemos que hay una política y una estrategia nacional de seguridad ciudadana y de convivencia.

El documento Bases para el Plan de Nación (1998) también partió de esa idea: articular las políticas públicas con el resto de sectores para que exista un plan de país… pero los actores no están obligados a nada y lo único que los ata es la buena voluntad y la palabra.
Totalmente.

Quien queda atado es el gobierno. ¿Esta comisión está diseñando políticas públicas para el gobierno?
Esto va a estar alimentando políticas públicas del gobierno. Absolutamente sí. El enriquecimiento de las políticas públicas.

Enriquecer una política pública parte de que haya una política a la que enriquecer. Pareciera que el Consejo ha asumido algunas responsabilidades de las autoridades de Seguridad. Desde que este gobierno llegó al poder solo ha hecho dos anuncios: la policía comunitaria y el Consejo.
Estoy en completo desacuerdo. Es una afirmación muy aventurada. Hay un gabinete de Seguridad del gobierno. Yo no estoy invitado al gabinete de Seguridad, habría que pedir una entrevista con el gobierno para que le clarifiquen cuál es el trabajo. Me imagino que va más allá de solo discutir la policía comunitaria.

Usted coordina el Consejo Nacional de Seguridad, ¿y solo se imagina que el gobierno tiene otros planes?¿ Depende de la imaginación del Consejo saber qué políticas enriquecer?
No, le explico: el gobierno tiene una estrategia y una política de seguridad ciudadana y convivencia. Hay planes por escrito y yo creo que son ellos quienes les podrían dar esta información. Yo no estoy diciendo que me imagino que el gobierno tiene planes, los tiene y nos los ha presentado a las Naciones Unidas y los ha presentado al Consejo, hubo discusión alrededor de ese plan.

¿O sea que hay un plan?
Está por escrito. Yo puedo pedirle al gobierno… todos los consejeros lo tienen en el marco de su trabajo.

Sí, me encantaría ver el plan.
Lo que yo tengo es la política y la estrategia. El plan lo puede pedir al gobierno, pero de la política y la estrategia sí tenemos el documento. Le animo a mirar los aspectos positivos de esto.

Créame que estoy aquí esperando ser convencido de ello. A ver: ¿El ministro de justicia y seguridad Benito Lara llega al Consejo?
Sí.

¿Y pide la palabra muy a menudo?
Benito está ahí todo el tiempo y tiene la palabra…

Lo pregunto porque parece que no tiene muchas funciones ahí... digo, PNUD coordina, el secretario Hato Hasbún convoca, Gobernación territorializa… parece que Benito Lara no pinta nada.
Le informaron muy mal. Le voy a dar la claridad sobre ese tema y las funciones de los entes: el consejo está encabezado por el presidente de la República; la secretaría de Gobernabilidad en la persona de Hato Hasbún convoca el Consejo y coordina y facilita las reuniones. La secretaría técnica está compuesta por la OEA, PNUD y UE. Nosotros apoyamos el diálogo y la construcción de acuerdos para contribuir a la formulación de un plan integral de seguridad ciudadana y convivencia. Y para traer experiencias necesarias para alimentar los debates: diagnósticos, información técnica, traer expertos…

Me sigue faltando Benito…
¡Pero Benito Lara ahí es parte del gobierno!

Pero no tiene ningún rol. Digo, si hubiera un Consejo de Educación me parecería natural que el ministro de Educación tuviera un papel; o al menos me gustaría saber por qué no lo tiene. Parece que el Consejo desplazó el protagonismo natural que el Ministerio debe tener en estos casos.
Seguridad ciudadana no quiere decir solo seguridad pública, sino que quiere decir educación, salud, también empleos, cultura, el enfoque de seguridad ciudadana es integral. Incluye las políticas sociales y económicas que deberían apoyar la articulación de medidas y estrategias de reducción de la violencia. Por eso no hay que sorprenderse de que en este Consejo coordina en nombre del presidente, siendo convocado por el secretario Hato Hasbún , que tiene en varias reuniones no solo al ministro, que está a su derecha inmediata, también tiene al ministro de Gobernación y Desarrollo Territorial, tiene al ministro de Educación, a su izquierda tiene al fiscal general de la República, tiene al procurador para la Defensa de los Derechos Humanos…

Ok. El Consejo no sustituye las funciones de Benito Lara…
No.

Cuando le pregunté al ministro Lara si se retomaría la estrategia de dialogar con pandillas, me dijo que no sabía y que había que preguntarle al Consejo. ¿No será que él no tiene del todo claro que ustedes no lo sustituyen?
El gobierno ya está implementando y desarrollando políticas públicas, de hecho le voy a dar la Política Nacional de Justicia, Seguridad Pública y Convivencia (entrega una copia empastada de dicho documento).

¿Esto es el plan que le presentaron?
No.

¿Es decir que hay un plan que a ustedes sí les han presentado?
Sí, pero no lo tengo, me imagino que se lo puede dar el ministro.

Entiendo que el proceso no ha terminado y que el acuerdo es no filtrar información antes de que lo presente el presidente de la República... ¿Puede adelantarme algún progreso, alguna recomendación que vaya perfilándose?
Le cuento a qué nivel estamos: hay cinco mesas técnicas en las que han participado más de 200 personas y ahí tenemos a la PNC, judicatura, diputados, academia, PDDH, la PGR… después tenemos consultas territoriales que han sido en 60 municipios de los más afectados por la violencia. Porque alguien se podía preguntar de dónde sacamos los insumos y vienen de 60 municipios. Participaron más de 268 personas. ¿Le digo cuáles son algunos de los problemas que identificaron? La violencia intrafamiliar, las pandillas…

¿… Les salieron las pandillas como un problema en las consultas?
Así es. Como la violencia intrafamiliar, hay de seis a 10 violaciones diarias. Es atroz.

Ok. ¿Qué más les salió?
La drogadicción, los homicidios, la delincuencia común, las extorsiones, falta de empleo, las armas de fuego y el tema de falta de oportunidades. Eso nos arrojan las consultas territoriales.

Pandillas, drogas, delincuencia, extorsiones, falta de empleo y de oportunidades… ¿Había que hacer un diagnóstico para llegar a estas cosas?
Absolutamente sí. No podemos tomar esto a partir de los grandes expertos.

Pero usted dijo al principio que no eran desechables las propuestas anteriores. ¿No encontraron ningún material anterior que mencionaran estos problemas?
Sí, pero la participación en la consulta es básica en cualquier democracia. Si no se hiciera sería criticable.

Ok. ¿Qué más?
También hay consultas sectoriales, con mujeres, jóvenes, sindicatos, sector transporte, empresa privada y otros. ¿Cuáles son algunas propuestas que hará el consejo? Sinceramente no voy a poder entrar en detalles porque se está sistematizando el trabajo. No sería responsable arrojar medidas que se van a proponer. Los resultados serán entregados al Consejo en diciembre, para una discusión en plenaria. Las propuestas podrían estar orientadas alrededor de las áreas de reinserción laboral y educativa de jóvenes, de la prevención, empleo, acceso a la educación, fortalecimiento del sistema de justicia, del fortalecimiento institucional, de los sistemas penitenciarios, de la prevención del delito en las comunidades, entre otras áreas. Esto es lo que le puedo dar.

¿Esto se planteará en un documento que se le entregará al presidente como resultado del esfuerzo del Consejo y con eso termina su labor?
No. Ahí inicia la labor del Consejo. Esa es otra diferencia entre este Consejo y experiencias pasadas: que no se va a engavetar la propuesta. El Consejo se va a articular en un mecanismo de seguimiento e impulso de las políticas y medidas que serán aprobadas y comunicadas por el presidente de la República.

¿Sigue con la misma composición o solo sigue la secretaría técnica?
La energía del consejo son los consejeros, la secretaría técnica solo somos un mecanismo de apoyo técnico en la provisión de experiencias especializadas…

¿Hay un compromiso de implementar lo que el Consejo recomiende?
No hemos discutido sobre eso. Pero desde el momento en que el presidente lanza un decreto que le da vida, va a tomar seriamente y de la manera más apropiada las recomendaciones.

El Salvador experimentó un fenómeno muy polémico: la tregua con pandillas que consiguió reducir los homicidios de manera súbita y polarizar a los salvadoreños. Un miembro del Consejo dijo hace poco que de no haber existido la tregua no existiría el Consejo. ¿Está de acuerdo?
A ver… todo lo que surge en el mundo es el resultado del pasado y…

… Je je je je je…
Je je je je… o sea… en ese sentido yo diría que hay una relación entre el pasado inmediato, o sea la así llamada tregua, que tuvo una acción importante en este país. No podemos escondernos debajo de la tierra como avestruces, yo diría que de un lado la tregua ha evidenciado problemas claves y un fenómeno como el pandilleril en este país; el estado precario e inhumano del sistema penitenciario y problemas estructurales que vive este país a nivel de espacios de oportunidades…

¿Cuál es su opinión sobre la tregua?
Lo he dicho varias veces: lo que vimos fue muy positivo: la reducción de homicidios. Este fenómeno también abrió espacios para trabajar en los territorios y para impulsar iniciativas de reinserción socioeconómica de jóvenes y menos jóvenes. Mi posición ha sido esta.

¿Qué se hizo mal?
No lo sé… eso debería pedírselo a las pandillas, porque la tregua es entre las pandillas.

¿Sí? ¿Eso es lo que usted entiende? ¿Según el Consejo eso fue la tregua?
El Consejo no tiene definición de la tregua. Estamos tratando el tema de la violencia y lo miramos como un problema que requiere un esfuerzo colectivo, una problemática multidimensional que no vamos a reducir a las pandillas y la tregua.

Estoy convencido de que desde un enfoque multidimensional ustedes tengan que tener un diagnóstico en lo referente a los sistemas de educación, o la forma en la que se ha integrado a la familia en los sistemas educativos, pero me parece lógico pensar que el antecedente más inmediato que redujo los homicidios haya ameritado alguna atención del Consejo… pero veo que me equivoco, que no tienen opinión sobre la tregua, ni siquiera una definición.
Es que no se habla de esa tregua.

¿Por qué?
Porque simplemente se toma nota de lo que se llama tregua, que es un diálogo entre pandillas, en los centros penitenciarios.

¿La tregua fue un diálogo entre pandillas en los centros penitenciarios?
Sí, adonde entre pandillas se ponen de acuerdo para reducir el nivel de homicidios.

¿El gobierno no se involucró?
Es un diálogo entre pandillas y ahí estaba el señor Mijango y el señor Colindres, que han desempeñado un papel de facilitación.

¿Por qué decidieron no invitarlos a ellos al Consejo?
Yo no invito ni convoco, hay que preguntarlo a otros niveles.

¿Fue un acierto no haberlo hecho?
No me parece que sería correcto que yo hable de quien invita.

¿Pero sabe si fue una decisión consciente o simplemente una especie de olvido?
No sabría decirle. Me parece que deberían preguntarle al gobierno.

Tuvimos acceso a algunos de los documentos iniciales del Consejo, en los que se reseñaba las premisas con las que se inició el diálogo. Las iglesias plantearon que es imposible arreglar el problema de seguridad sin algún mecanismo de diálogo con las pandillas. ¿Usted está de acuerdo?
No es posible arreglar el problema de la inseguridad sin un enfoque integral que aborde las varias causas de la violencia y que integre todos los sectores en un esfuerzo común y en este marco yo creo que el diálogo tiene que ser focalizado en las comunidades con todos los sectores de las comunidades. Sobre todo con las víctimas. Hay diálogo que se tiene que focalizar con los sectores empresariales, con los padres, las madres, los hijos, con jóvenes, con mujeres, niños… todos. He dicho muy claramente en otra ocasión que el diálogo no es un problema, cualquier diálogo apegado a la ley y al estado de derecho es fundamental. Si usted quiere resolver un problema tiene que hablar con las personas que están aquejadas por el problema, pero también con los que producen el problema.

Sobre eso: ¿hay decisión ya en el Consejo de abrir el diálogo con pandilleros?
No, no hay decisión. Se ha discutido el abordaje de los victimarios. Es importante porque es un error estratégico y táctico reducir la problemática de la sociedad a una problemática pandilleril.

Entonces ustedes han cambiado la premisa: hace muy poco el exministro de Seguridad David Munguía Payés nos decía todo lo contrario: nos decía que el 90 % del problema de violencia del país es de pandillas. ¿Según ustedes las cifras y los datos de Munguía Payés eran falsos y ellos no producen el 90 % de homicidios?
Eso hay que preguntarlo al ministro de Seguridad.

No, le pregunto a usted.
No hay que reducir la problemática de la violencia solo al tema de pandillas. Tenemos un problema de trata de personas, de violaciones, de robos, extorsiones y no son solo los pandilleros quienes lo hacen. Tenemos un problema de criminalidad organizada, de narcotráfico y narcomenudeo. No son solo las pandillas… está la violencia de género, los feminicidios, la violencia intrafamiliar.

Me da la impresión, Roberto, que hablar de dialogar o no dialogar con pandillas es un campo minado, ¿verdad? No es un tema cómodo.
Para nada. Si las pandillas quieren reducir la violencia entre ellos…

… ¿Encontrarán interlocutores?
No he dicho eso. Repito: ellos son personas maduras, ellos pueden ponerse de acuerdo.

Eso me suena a “ojalá”.
Si reflexionan y pueden reducir esos niveles de violencia, eso sería bienvenido. Son ciudadanos.

Me suena a una lista de deseos. Lo que digo es que me parece que ese tema es incómodo para el Consejo. Y tengo una hipótesis de por qué: el fiscal general de la República –que es enemigo de esa idea- pesa demasiado y es capaz de desequilibrar la mesa. Es decir, que su peso vence el peso del resto de actores.
No me voy a poner a medir el peso específico del fiscal, o del secretario… o de la Iglesia. Todos tienen un papel que jugar. Habrá medidas muy claras que van a ser reflejadas y comunicadas por el presidente. El escepticismo debería ser cambiado por alentar a este país. El vaso está medio lleno.

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