El Salvador / Política

“La política es mugre y lacra, un río de suciedad”

A Maytee Iraheta, la diputada más joven de la Asamblea Legislativa, nueve meses le han bastado para entender hasta dónde llega la suciedad en la política salvadoreña. Aunque asegura que no es 'borrego de nadie', se distancia de rostros nuevos como el diputado Johnny Wright al declararse una creyente de la disciplina partidaria de Arena. 'Si yo ciudadano quiero a alguien que opine y haga de todo, hay candidaturas independientes', dice. 


Domingo, 14 de febrero de 2016
María Luz Nóchez y Valeria Guzmán

La trayectoria profesional de Maytee Iraheta no es la más clásica de todas. De los concursos de belleza llegó a la televisión y después de siete años frente a cámaras decidió competir por una curul en la Asamblea Legislativa. Según ella, ser una joven mujer la hizo blanco de discriminación durante la campaña, dentro y fuera de su partido: “Se les dijo a gente de las mesas que tenían prohibido marcar el rostro número tres, que era el mío. Y que si lo marcaban no se les iba a pagar ese día”, dice. 20 mil personas, según sus cuentas, decidieron darle el voto. Iraheta sostiene que ese respaldo es el que le permite seguir en el mundo “mugre” de la política salvadoreña.

Esta entrevista transcurrió en su oficina de la Asamblea Legislativa. Es la conversación de cuatro mujeres, dos periodistas, la abogada y diputada y su jefa de prensa, Clary Castro, acerca del poder, la maternidad, el aborto y los derechos sexuales y reproductivos que se le niegan a las mujeres de El Salvador. En las respuestas solo se escucha la voz de Mayteé, pero también hay una voz invisible: las ideas que Clary Castro le escribe en una agenda cuando cree necesario que se necesita redondear un punto o responder adecuadamente a un tema sensible como el aborto y el matrimonio igualitario. 

Mayteé Iraheta, diputada propietaria del departamento de Sonsonate por el partido Arena. Foto: Víctor Peña.
Mayteé Iraheta, diputada propietaria del departamento de Sonsonate por el partido Arena. Foto: Víctor Peña.

Usted es uno de los rostros nuevos de la Asamblea. Su compañero Johnny Wright ha utilizado temas muy específicos para desmarcarse de la fracción y proponer cosas nuevas, Juan Valiente propuso reducir el número de directivos y Patty Valdivieso una moción para que se castre a pederastas. ¿Qué la diferencia a usted dentro de este grupo de rostros nuevos?
Yo fui una candidata que no prometió en campaña. Esas falsas promesas típicas de muchos no fueron parte de mi trabajo. Hablé del tema de familia, de rescatar su valor. Hablé sobre el turismo, sobre el valor de la educación en principios y valores para la niñez y adolescentes y que repercute en los adultos del mañana. El tema de la familia fue en la candidatura mi tema principal y hoy que soy diputada es mi tema principal. Como secretaria de la comisión de la familia, niñez y adolescencia y adulto mayor estamos trabajando en equipo en estos temas.

En distintas entrevistas usted ha dicho que es la diputada más joven en la historia de la Asamblea. ¿Cuáles son las ideas frescas que trae?
Una de esas cosas muy positivas es la formación del grupo parlamentario joven. Soy de las más entusiasmadas por unir a los jóvenes del resto de los partidos políticos para que busquemos temas en común que podamos pujar desde la Asamblea. En el tema de la mujer, estoy hablando por las mujeres de mi departamento, logré identificar la problemática de la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector agrícola. Algo que me está distinguiendo mucho es el trabajo territorial, pero trabajo propio. Me parece interesante y bonito acompañar a los alcaldes, pero esa no es mi prioridad. Estamos trabajando jornadas médicas; haciendo jornadas de desparasitación en los mercados y dando charlas de prevención de embarazos en adolescencia. Ya alcanzamos a más de mil jóvenes en el departamento.

¿Qué piensa de la idea de dar educación sexual en las escuelas?
Lo que nosotros damos son charlas de prevención de embarazos en adolescencia. No lleva el título de educación sexual porque educación sexual ya sería una materia para los centros escolares. Creo que es importante que nos demos cuenta de la realidad de nuestro país. Creo que la abstinencia siempre será el mejor método. Si un hombre o mujer no quiere padecer enfermedades, no quiere tener embarazo, ese es el mejor método.

¿No le parece un poco inocente pensar que todos los jóvenes de El Salvador no van a tener sexo?
Discúlpeme, pero yo no he dicho que eso es lo que tengan que hacer los jóvenes. El mejor método es la abstinencia. ¿Cuál es la realidad de El Salvador? Que los jóvenes no lo hacen y no lo van a hacer. Mi decisión puede ser otra y puedo aconsejar diferentes cosas, pero yo estoy clara de cuál es la realidad y la realidad es que es necesario que se eduque a los jóvenes en este tema.

¿A nivel de sistema educativo, dentro de las escuelas?
En la mayoría de centros privados hay educación sexual. Eso no es un tema del 2016. Yo lo recibí cuando estaba en el colegio. No es que no se imparta, pero hacerlo ley es otro tema. Ahí es donde me interesa saber cuál va a ser la exposición dentro de esa materia. Educar sobre los métodos anticonceptivos, que la mujer y el hombre conozcan de su cuerpo, es básico e importante para el desarrollo humano, pero... con ciertas limitantes...

¿A qué se refiere?
A que una cosa es el tema de educación sexual y otra cosa es inyectar a través de la educación ciertas ideologías y eso es lo que hay que analizar. Cuando algo se va a hacer se va a hacer bien y para eso se necesitan análisis técnicos. Y ahí es donde hay que tener mucho cuidado en ponernos de acuerdo las diferentes fracciones. 

A finales de los 90 se intentó hacer algo similar, de hecho se aprobó un manual de salud reproductiva. Sin embargo, la Iglesia prohibió que esto se impartiera. Este esfuerzo quedó perdido aunque el ministerio de Educación lo propuso. ¿Cómo prevé hacer frente a nuevos obstáculos para que esto ocurra?
Este tema no está en discusión en este momento, así que ese prever no aplica. Supongo que sí habrá obstáculos, pero no los menciono porque no estamos en la coyuntura. Y va a depender de la coyuntura. Dependerá de las diversas opiniones que se publiquen. La Iglesia católica tiene todo el derecho de dar su opinión y también sería bueno valorarla. Si la Iglesia evangélica opina también hay que valorarla. Si la sociedad civil organizada opina, también.

En el libro El país que viene usted menciona que durante la campaña política experimentó cierta discriminación. Tenía tres cualidades o atributos por los que se puede discriminar a alguien: mujer, joven y embarazada.
Siempre he creído que los retos a una la vuelven más fuerte. Entré a esa precampaña y en el proceso me di cuenta de que era la más joven a nivel nacional, y me casé en esos días. Ya tenía planeada con meses de anticipación mi boda y me casé estando en campaña electoral. No fue fácil manejar, como buena mujer, los detalles de mi boda -que quería que fuera de ensueño- y todos los detalles de mi campaña electoral. Vino el bebé y no lo hice público. Fue algo que guardé para mí, porque estaba segura de que en el círculo que me estaba moviendo lo iban a aprovechar. Sí sufrí una discriminación complicada de hombres en general, de políticos de otros partidos que no eran el mío, y de políticos de mi partido. No es fácil ser mujer joven, tenía 26 años. Los equipos de trabajo de otros candidatos se encargaron de andar hablando de que no tenía la capacidad intelectual, que no tenía la capacidad profesional, que no sabía qué era lo que quería, que estaba ahí por mi cara bonita, que estaba soñando y que nunca iba a llegar a la posición en la que estoy ahora. Se cerraron puertas dentro y fuera de mi partido.

¿En qué tipo de temas ha sentido que le han cerrado la puerta, tanto en su partido como en el resto de fracciones?
Cuando hay líderes diferenciados o con rostros conocidos en el departamento y no me hacen partícipe de sus proyectos o actividades. Cuando permiten o dan órdenes para que sus equipos hablen mal de lo que estoy haciendo. Y no solo son hombres. También son mujeres las que hacen eso. Pero yo no pago con la misma moneda porque no tengo ni recurso humano ni el interés de estar perdiendo mi tiempo desgastando la imagen de otra gente. En la fracción he sentido un ambiente muy respetuoso. De repente, por supuesto, hay diferencias. Eso es obvio y lo respeto. No me afecta. Aquí en la fracción uno se gana el puesto con las demostraciones de capacidad, de interés en diferentes temas. 

Es conocido que la fracción se reúne antes de plenaria para discutir los temas que se van a abordar y para tomar decisiones. En enero, el diputado Johnny Wright tuvo mucha repercusión mediática porque se abstuvo de votar por la elección de fiscal. Hay una frase que se ocupó en un mitin partidario de Arena que dice'una onza de lealtad es más valiosa que cien libras de inteligencia'. Seguramente hay personas que creen que usted va a seguir las órdenes de lo que diga la cúpula del partido, lo que se conoce como borreguismo, seguir a la manada.
Respeto totalmente las opiniones de mis diferentes hermanos nacionalistas, pero yo no soy el borrego de nadie. Cuando yo tenga una opinión diferente tengo que razonar y defenderla a alzada voz frente a mis hermanos para que sepan cuál es mi postura y defenderla. A mí me parece interesante en Arena nos cuestionen tanto la democracia, el que cada uno tenga pensamientos diferentes y los podamos opinar. Lo que me parece interesante es que no cuestionan la disciplina exagerada que hay en otros grupos parlamentarios, porque en el nuestro no es así. La disciplina es necesaria en cada uno de los roles que desempeño. El punto es que la población confunde conceptos o yo misma los puedo confundir. Si yo ciudadano quiero a alguien que opine y haga de todo, hay candidaturas independientes. Yo no soy una diputada independiente. Yo soy una diputada de la fracción de Arena. Estoy bajo la bandera de Arena, pero no quiere decir que yo tengo que hacer caso o que tenga que cerrar mi boca ante situaciones en las que yo deseo o quiero hablar.

Tras las declaraciones del diputado Wright, en las que se opuso a votar por el nuevo fiscal general, la diputada Milena Calderón de Escalón dijo que en Arena lo que se hace cuando alguien está en desacuerdo con la fracción, es pedirle que se abstenga de votar y que en su lugar se designe al suplente.  ¿Eso no es en alguna medida sucumbir ante lo que dice el partido?
No es correcto. Pero a mí no me ha sucedido. El arte de estar dentro de esto es saber alzar la voz y defender las posturas. Buscar apoyos con la sociedad civil, hacer notoria mi opinión para ejercer más presión. Es un arte tratar de llevar mi opinión hasta donde yo quiero que llegue. Pero también es importante entender cómo funciona cada grupo parlamentario y yo entendí, desde que fui candidata, que Arena trabaja a través de consensos y si no se llega a un consenso, pues se trabaja a través de la mayoría.

Usted mencionaba que se debe a la gente que la eligió. Sonsonate es la zona que más presencia indígena tiene en todo el país. ¿Durante la campaña buscó apoyo en ellos?
No fue necesaria la campaña. Soy una mujer totalmente orgullosa de mis raíces. Amo Sonsonate y no me acerqué a ellos por el tema de campaña. Lo hablé siempre durante mis siete años en televisión: mi departamento tiene la dicha de tener una pequeña población indígena. Yo tengo cercanía con el alcalde del común de Izalco, con líderes de cofradías, asisto a las cofradías, desde pequeña. 

¿Y apoya la preservación del idioma náhuat?
Lo aplaudo totalmente.

¿Le gustaría promover alguna iniciativa?
Claro. Santo Domingo de Guzmán es uno de los municipios donde todavía hay algunos hombres y mujeres que hablan. En Izalco, he sabido desde hace años que dan la materia de náhuat y lo aplaudo, y por supuesto que me voy a unir a este tipo de iniciativas. ¿Por qué avergonzarme de mis raíces?

El Llanito, en Izalco, es un espacio histórico. Ahí se encuentran enterrados algunos de los indígenas asesinados en la masacre de 1932. Hay una lectura dicotómica en la que se dice que el partido Arena ha estado en contra de lo indígena porque eso representaba al comunismo. Y ya que Arena celebra el arranque de la campaña electoral siempre en Izalco, algunos lo ven como una muestra de 'bueno, aquí vencimos a los comunistas', como dice la marcha.
Perdón, pero yo estoy en la política en el 2015 y en el 2016. Los errores que se cometieron en el pasado no son mi responsabilidad. Yo soy una total defensora y reconozco el valor de los indígenas como se los acabo de mencionar. ¿Por qué yo tengo que llevar una marca que, discúlpeme, pasó en 1932?

La marcha dice que 'El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán'. Lo relacionamos porque también estaba el movimiento del Socorro Rojo, que tenía que ver con los trabajadores...
Yo no creo que tenga relación. Como nacionalista canto la marcha. Y cuando pienso que los rojos caerán pienso en el 2019. Donde la presidencia, estoy convencida, tiene que volver al partido Arena. En ningún momento había pensado en esa relación. Izalco es una población con una gran cantidad de votantes areneros y desde que se fundó Arena, Izalco siempre había tenido comuna de Arena. Por ende, las aperturas de campaña se hacían en un municipio que sin interrupción había sido arenero.

En distintas ocasiones usted ha mencionado su convicción de que las mujeres tienen que decidir el rol que deben desempeñar. Sin embargo, hay muchas que cuando se dan cuenta de que están embarazadas tienen que abandonar, por ejemplo, su sueño de realizar estudios universitarios porque necesitan buscar trabajo para mantener a su hijo. ¿No cree que deberían tener estas mujeres el derecho a elegir qué rol quieren tomar?
Yo soy una mujer provida. Lo soy y lo voy a ser siempre. Creo en esa vida que se concibe desde el momento de la concepción. Lo creo totalmente y lo seguiré creyendo, pero respeto las decisiones de cada ser humano. Yo doy testimonio de mi creencia. Soy madre y en ningún momento pensé en abortar. Soy mamá y estando embarazada llegué a la diputación. Así que nadie me puede decir que un hijo trunca sueños.

En este país, desde 1998 el aborto está prohibido en cualquier situación. Pero, por ejemplo, si una mujer tiene recursos económicos y va a un hospital privado puede decidir detener su embarazo en caso de alto riesgo. En el sistema público, en cambio, aunque la pérdida haya sido por un mal desarrollo del feto, las mujeres terminan en la cárcel… ¿No cree que todas deberían poder decidir en esos casos?
Insisto. No estoy a favor del aborto. Y creo que deberían de hacerse otros trabajos previos para evitar que muchas mujeres estén en situaciones como esa. ¿Que si tienen derecho a elegir? Discúlpeme, pero hay muchas que no le preguntan a nadie y eligen y hacen lo que quieren. O sea, y yo no puedo hablar por ellas porque no sé. Creo que nosotras tenemos derecho a elegir los diferentes roles que tenemos que escoger. 

Solo el año pasado, más de 400 niños fueron violados, y 700 adolescentes parieron en este país. Muchos de estos embarazos prematuros son consecuencia de violaciones, muchas de ellas por miembros de su familia. ¿Cómo entra ahí ese poder de decisión? También estamos hablando de seres indefensos.
Por qué mejor no volvemos la mirada a que los padres se hagan responsables de su rol. La mayoría de los casos son por descuido de los padres, no están cumpliendo su rol de guías, de protección, de seguridad para estas niñas. ¿Por qué no nos preocupamos por esa educación sexual a tiempo? ¿Adónde está el sistema judicial? ¿Adónde están las estadísticas de que se está cumpliendo la ley? La solución no es ponerme una camiseta que diga proaborto para que estas niñas no sufran. ¿Adónde está la moral? Esa es la raíz del problema de nuestro país. Yo no voy a cambiar la realidad de esas estadísticas sacrificando la vida de otro ser humano. Lo siento pero no voy a devolverle su inocencia, su virginidad, su ilusión, a una niña matando a otro niño. O díganme ustedes si tienen un estudio que me diga que matando a otro ser le voy a borrar de la mente el abuso a esos menores.

Le ahorra un segundo trauma, que es el de la transformación de su cuerpo. Si se trata de una niña cuyo cuerpo todavía está en desarrollo, el parto puede ser mucho más complicado.
Saben que hay algo tan maravilloso que se llama instinto maternal. Pregúntenle a sus madres y a cualquier mujer que ha tenido un bebé. La fuerza, el valor, viene del instinto maternal.

Pero también viene la depresión posparto...
Yo la viví. Sé lo que es una depresión posparto y eso lo pasan miles de mujeres. Si lo que queremos evitar es un posterior trauma, entonces abramos en los hospitales públicos, en el seguro social, áreas especialistas para atenderlas, para que le den un seguimiento. Para que ese trauma, como menciona usted, no sea así. Como creo en la vida, yo me he entregado a la Ley especial de adopciones que estamos estudiando. Si nos preocupa el trauma del embarazo, que yo lo viví, por qué no preparamos al gobierno para que le dé el tratamiento idóneo a estas niñas. Por qué no nos preocupamos en que tengan un lugar sano, salubre, dónde ir a parir, y nos preocupamos en que sea un parto humanizado. Y después de tenerlo que elija si este bebé estará mejor en las manos de una pareja que quiere ser padres y que le van a proteger, le van a amar y le van a cuidar, o yo me hago responsable y saco adelante a mi bebé.

Me imagino que usted vive la maternidad de una manera muy privilegiada, sin que la palabra privilegio tenga una connotación negativa, que incluye un círculo de apoyo que le ayuda a cuidar su bebé siendo una mujer ocupada.
Cuando yo salí embarazada no tenía trabajo, porque la campaña no es trabajo, a uno no le pagan. Yo dejé todo para dedicarme a la campaña. Tengo un esposo maravilloso, compañero leal de vida, pero la que iba a andar el bebé era yo. Así que me puse los pantalones y dije: 'Voy a ver cómo salgo adelante'. Y gané la diputación. Lo que es muy cierto es que tengo una red familiar espectacular que me ha apoyado siempre. Cuando vi el resultado positivo junto con mi esposo solo dije: 'Señor, gracias. Tú sabrás cómo salimos con este bebé en medio de este relajo'. Y así fue. Yo sabía que iba a tener un futuro lindo, y Dios me bendijo a mí dándome este trabajo que tengo ahora.

Usted habla de la familia como una bendición, como un derecho, como algo que todo el mundo debería experimentar. Pero si nos vamos a las restricciones que tienen algunas personas en este país, por ejemplo la comunidad LGBTI, ellos no pueden gozar de ese derecho como sí lo hacen las personas heterosexuales.
Yo creo que el matrimonio es la base de la sociedad. Lo establece nuestra legislación. En este momento está prohibido por la ley. Respeto y creo en el amor que puede tenerse un hombre con otro hombre, una mujer con otra mujer. Lo respeto y qué lindo que experimente uno como ser humano el amor pleno. Con quién lo haga eso es decisión suya. Creo también en que tenemos que borrar esas discriminaciones, esas faltas de respeto para esas personas que se aman. Yo no soy quien para juzgar absolutamente a nadie. Sí creo que tienen el derecho de vivir juntos. Si más adelante entra en discusión, pues será más adelante y vamos a tener que analizarlo.

Si esta discusión se reactivara en tres meses, ¿cuál sería su postura?
La fracción de Arena tiene su postura muy clara, y es que no se apoyaría. Arena dentro de sus principios tiene a Dios como el centro de su vida, cree en la familia, el matrimonio, y son principios que los que estamos dentro hemos entendido y por eso estamos dentro. En ese caso el análisis y la conversación entre fracción sería primordial y dudo mucho que mi opinión fuese diferente a la de la fracción.

Usted acaba de decir que cree que amor es amor y familia, tengo entendido, no necesariamente es un hombre y una mujer que conciben un hijo.
No, el concepto de familia, hoy día con tanta gente que se ha ido es diferente. Insisto: creo y respeto las preferencias sexuales, el amor que nazca entre quienes quieran. Pero sí creo en lo que la ley establece, la respeto e insisto: para vivir juntos no es necesario el matrimonio civil.

¿Y en cuanto a la posibilidad de adoptar para estas parejas? Usted forma parte de la discusión de una ley especial de adopciones. ¿Hay algún bloqueo dentro de esa propuesta?
Dentro de la Ley especial de adopciones habrá un comité de análisis que va a evaluar a las familias o a las personas solteras que quieran adoptar. Eso ya no depende de mí. Eso va a depender de la Oficina para adopciones, y ahí habrá especialistas y van a tener sus parámetros. Y la ley va a tener sus propios criterios. La puerta no está cerrada, pero eso va a depender de los comités evaluadores. Los test psicológicos, psiquiátricos, etc. Una persona puede ser homosexual pero no reunir la capacidad psicológica o puede tener problemas psiquiátricos. Ahí los problemas serían esos puntos. No todo tenemos que focalizarlo a si es o no.

Claro, pero hay mucha gente que piensa que quien tiene una orientación sexual distinta padece un trastorno.
Ahí si no sé quiénes son esas personas. Pero la ley no tiene ninguna prohibición. Lo que no está legalmente prohibido está permitido.

El futuro de El Salvador se pinta sombrío. Muchos pueden ver las noticias y tener ganas de irse.vA mucha gente, por otra parte, eso le da ganas de trabajar para que El Salvador cambie para bien. ¿Qué va a hacer usted desde el sitio donde está para evitar que el futuro de El Salvador siga perfilándose así?
El primer paso que di fue dejar de estar criticando. Es súper fácil criticar, poner el dedo en la llaga y hacer comentarios en Facebook. Eso lo que genera es confrontación. Basta ya de que si mi vecino es del partido rojo y mi otro vecino es de Arena no se hablen. Cambiemos de mentalidad. ¿Qué más voy a hacer? No irme del país. Eso es bien fácil. Pero estoy aquí de pie, dando la cara por los que no pueden. Estoy tratando de colaborarle a mi gente. Yo disfruté de un El Salvador diferente, crecí en la calle jugando con mis vecinos. Mi hijo también tiene derecho a eso. Y voy a trabajar por él y por el resto de la población de El Salvador. 

¿Entre sus convicciones está la de desenmarañar el juego sucio dentro de la Asamblea? Parece que aunque haya rostros nuevos no hay un cambio sensible.
Sí están cambiando. Yo sabía que adonde iba no era el paraíso, pero no me imaginé lo tan complicado que era. A mí me preguntan los jóvenes: '¿Es sucia la política?' Es mugre y lacra. Pero no es la política, son algunos políticos que la están ejerciendo mal. Habemos muchos que estamos queriendo hacer las cosas de la mejor manera. Yo no soy perfecta ni lo voy a ser, pero en la medida de mis posibilidades está salir de esta legislatura con la cabeza en alto y demostrar que sí se puede pasar en medio de este río de suciedad sin ensuciarme. La edad no es la puerta para el tema de la corrupción, es la moral, el actuar con rectitud. Es, en la medida de nuestras posibilidades, comenzar a presionar y a ventilar que hay unos que actúan mal y otros que actúan bien. La corrupción es algo que se tiene que combatir en todos lados.

Nos puede dar nombres y ejemplos de lo que usted ha visto para terminar de entender ese charco de mugre en el que le ha tocado trabajar estos meses.
No, no, no. Tampoco es correcto, para eso está la justicia. Creo que es importante que empecemos a lograr identificar un poco. Hay quienes sonríen y dan discursos bien bonitos allá abajo. La paz, la educación... Y a las horas de las horas el trabajo está totalmente ajeno a eso, haciendo pactos con personas delincuentes, con el narcotráfico. Esa es la realidad, la doble cara. La población ya está apática, pero va a llegar un momento en el que va a ser más apática y no van a querer involucrarse en política ni van a escoger.

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