El Faro Académico / Política

Alfabetización y anticomunismo en El Salvador

En 1961 la embajada de Estados Unidos propuso a sus superiores en Washington programas contra el analfabetismo y de apoyo a bibliotecas, pero advertía sobre el peligro de que los libros y la alfabetización podrían abrir la puerta a influencias comunistas. Las obsesiones de la Guerra Fría estaban presentes incluso en programas de alfabetización.


Domingo, 10 de abril de 2016
Selección y traducción por Héctor Lindo Fuentes

Tanto para las élites latinoamericanas como para Estados Unidos la Guerra Fría era un lente para interpretar cualquier iniciativa, acto político y movimiento social, fuera cual fuera su naturaleza. A principios de la década de los cincuenta, por ejemplo, el nacionalismo económico del gobernante guatemalteco Jacobo Arbenz y la nacionalización de tierras de la United Fruit Company fueron interpretados como de inspiración comunista lo que llevó a una acción encubierta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para reemplazar a Arbenz con un militar. La obsesión anticomunista se agudizó con el triunfo de la Revolución cubana en 1959. Las autoridades en Washington y sus representantes en Latinoamérica dedicaron incontables horas para diseñar estrategias para contener la expansión del desafío comunista que creían ver en todos los ámbitos de la vida política y social.

Además del apoyo a actividades encubiertas de la CIA, el gobierno del Presidente Dwight Eisenhower decidió aumentar la ayuda económica a los países latinoamericanos incluyendo apoyo para programas sociales en un programa esbozado en el Acta de Bogotá de 1960. El Presidente Kennedy continuó este tipo de iniciativas con el programa masivo de ayuda externa que llamó Alianza para el Progreso. En el contexto del Acta de Bogotá la embajada de Estados Unidos en El Salvador, bajo el liderazgo del Embajador Murat Williams, preparó con gran urgencia un extenso memorando de ayuda para apoyar al nuevo “régimen fuertemente anti-comunista que ha llegado al poder en El Salvador”, refiriéndose al Directorio Cívico Militar de 1961. “Es en el interés [de Estados Unidos] asegurarse que sobreviva el régimen”, decía el documento. A continuación se presenta un extracto de la propuesta de ayuda para bibliotecas y alfabetización que revela el grado en que la obsesión anticomunista permeaba el pensamiento de la época.

* * *

AmEmbassy, San Salvador**

Febrero 11, 1961

Programa de Acción para El Salvador; Acta de Bogotá

[…]

6. Libros: En El Salvador se presenta una oportunidad de impacto directo en el ámbito social a través de un programa de libros cuidadosamente seleccionado. Éste probablemente tendría que ser de alcance regional. Ciertos aspectos de cada [programa propuesto] implicarían la traducción de libros.

(A) Textos subvencionados para estudiantes universitarios.—Con frecuencia los estudiantes universitarios carecen de los textos básicos necesarios para sus cursos, o para el enriquecimiento mínimo a través de la lectura extracurricular. La necesidad se debe normalmente a motivos financieros; los estudiantes no tienen dinero para comprar libros que, en el ámbito profesional, son, por supuesto, extremadamente caros. Un programa de libros subvencionado, no donando libros sino ayudando en su compra, iría directamente a uno de los grupos políticos más significativos en el país. Los estudios serían más satisfactorios y relevantes, lo que tendería a apartar a los estudiantes de la actividad política.

(B) Mejora de las bibliotecas universitarias.—Otro enfoque sería el fortalecimiento de las bibliotecas universitarias, tanto en la compra de libros como en la mejora del atractivo del entorno. Se cree que colecciones más ricas, colocadas en salas de lectura adecuadas, ayudarían a crear un ambiente propicio para el estudio universitario, los que tendería a disminuir el interés de los estudiantes en actividades políticas. Tal proyecto podría involucrar asistencia técnica en el campo de la bibliotecología.

(C) Asistencia masiva a un programa de libros de texto escolares.— Las escuelas de El Salvador sufren de escasez de libros de texto. Los niños tienen suerte si tienen libros de lectura y de aritmética elemental para el nivel de su grado. Una asistencia masiva que haga disponibles libros de texto para los grados de primaria fortalecería el sistema de educación local de una manera muy directa e importante, llenando un vacío intelectual e incluso emocional en las escuelas urbanas y rurales que ahora con demasiada facilidad puede llenar la literatura proporcionada por grupos de izquierda.

(D) Asistencia masiva en el suministro de materiales para la campaña contra el analfabetismo .— El gobierno está llevando a cabo una campaña para la eliminación del analfabetismo en pueblos y en la zona rural de El Salvador. Obviamente, esto podría representar uno de los puntos de destino de influencias comunistas en el gobierno. A la vez, representa un punto en que la ayuda estadounidense podría ser efectiva: no sólo con el suministro de literatura y folletos anticomunistas, sino también con el suministro de materiales educativos sólidamente concebidos aparte de su orientación política.

(E) Asistencia al movimiento de bibliotecas en pueblos.— El Ministerio de Educación se esfuerza por mantener y extender un sistema de bibliotecas en pueblos en todo el país; en los últimos días el Ministerio del Interior ha estado promoviendo enérgicamente el programa en la prensa. En la actualidad habrá unas 200 bibliotecas de estas, con un promedio de 500 libros cada una. Las colecciones son pequeñas, en algunos casos mal seleccionadas, no están bien mantenidas, y su presentación al público (incluidos los niños) es muy inadecuada de acuerdo con las normas de las bibliotecas estadounidenses. Sin embargo, en un país donde el analfabetismo es alto, y donde la organización comunista puede pasar fácilmente a la propaganda en pueblos rurales, es difícil sobreestimar la importancia de las bibliotecas como influencia estabilizadora y como instrumento para superar el analfabetismo. En una primera instancia la ayuda estadounidense podría tomar la forma de ayudar con una biblioteca moderna o dos en diferentes regiones del país, además de una en la ciudad capital de San Salvador.

NOTA: Estos proyectos de libros se presentan como alternativas; todos necesitarán de estudio e investigación sobre la base de asesoramiento técnico en algunos casos, con el fin de seleccionar el proyecto que justifique mejor un aporte de ayuda de Estados Unidos. Uno de ellos debe ser seleccionado, sin embargo, en un esfuerzo para llegar directamente al área de respuesta educativa y espiritual en la que los comunistas pueden hacer los avances más grandes.


*Héctor Lindo Fuentes es profesor de historia en Fordham University, Nueva York.

**United States Department of State, Records Relating to the Internal Affairs of El Salvador. 1960–1963, 716.5-MSP/2–1161, “Action Program for El Salvador: Act of Bogotá. Main points,” Cable conjunto Embajada-USOM-USIS, 11 de febrero de 1961, pp. 10-12 del informe.

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