Alba Petróleos, la empresa que manejan dirigentes del FMLN, el partido en el gobierno, se llevó $290.6 millones a empresas domiciliadas en Panamá, un paraíso fiscal donde no pagan ningún impuesto. Mientras, en abril de 2015, el presidente Salvador Sánchez Cerén pidió a los grandes empresarios pagar sus impuestos y no sacar su dinero de El Salvador para contribuir al 'desarrollo de la planta productiva del país'.